Por Agustín Arroyo
La brillante intervención de la diputada de UPyD, Irene Lozano, sobre el caso de la militar acosada en su unidad por un superior, no sólo ha dejado al ministro de Defensa noqueado y contra las cuerdas, sino que ha demostrado su nula capacidad dialéctica y resolutiva al tener que leer todas y cada una de las palabras de su evasiva respuesta.
La capitán Zaida Cantera (EFE)
Desde la tribuna de invitados del Congreso de los Diputados la comandante Zaida y su marido, también militar, observaban, con la seriedad que merece su caso, las intervenciones.
Si algo nos ha quedado claro a los ciudadanos de a pie, después del esclarecedor programa de Jordi Évole en la Sexta, es que dentro de nuestro Ejército todavía perviven modos, comportamientos y bloqueos más propios del viejo franquismo que de una democracia consolidada y respetable.
El silencio, el olvido y la falta de valentía por parte de algunos jefes o mandos en erradicar la vergonzosa y delictiva figura del abuso de mando y el acoso sexual, demuestran un grado de corporativismo mal entendido que degrada a quien lo practica.
La venganza o el revanchismo contra Zaida, ante la humillación merecida por el coronel acosador tras su condena, no sólo no es de caballeros sino que es de cobardes. Hay más casos que se ocultan por miedo ante la Justicia Militar. Si los ciudadanos exigimos transparencia en las Instituciones del Estado, el Ejército de España no puede escapar a esta higiene legítima, necesaria y democrática. Todos somos Zaida.
Alguna vez he escrito que las FFAA eran la institución que mejor había evolucionado, desde aquél ejército golpista y cutre de Franco. ¿Estaba equivocado?
11 marzo 2015 | 19:39
Espero que los españoles no le volvamos a dar el apoyo al PP, hay que votar a PODEMOS…
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11 marzo 2015 | 20:47
Yo estoy convencida que este caso no es lo que parece. Si se lee la sentencia: https://www.google.es/search?q=sentencia+zaida&oq=sentencia+zaida&aqs=chrome..69i57j69i59.3391j0j7&sourceid=chrome&es_sm=93&ie=UTF-8#q=sentencia+zaida+cantera
el voto particular de uno de los magistrados da a entender que hubo más de lo que se cuenta, que esta señora manipuló a algunos de sus compañeros para que declararan a su favor y que hubo hechos que no estaban nada claros. A mí me da la impresión que se ha utilizado su caso de forma política y como una forma de «dar ejemplo».
Puede que haya habido algún tipo de acoso, pero hay cosas que no cuadran. El condenado no era su superior, sino que pertenecía a otra compañía; tarda dos años en denunciar según ella viviendo un calvario pero no busca asesoramiento psicológico ni solicita un traslado; uno de los testigos se «escapa» de unas maniobras para que pueda ver como la empujan contra un coche. Yo creo que ni la buena es tan buena ni los malos tan malos.
Pero de momento ella ha conseguido un coeficiente 5 y se va a ir a su casa cobrando todo el sueldo, y escribe un libro al que se le está haciendo publicidad gratuita.
11 marzo 2015 | 23:17
Lince, Zaida y la condena al acosador demuestra que no estabas equivocado. Lo están los cobardes que despues de salir la condena apoyan al abusador y castigan a la victima.
Los valores y principios de los militares los defienden hombres y mujeres como Zaila y los valientes que la apoyaron. Los que la ofendieron son unos cobardes y unos miserables que no merecen poner un uniforme.
11 marzo 2015 | 23:21
Nordes:
No sé por qué me parece que tu comentario es de alguien que conoce la vida militar. Si es así, mi alegría es doble, porque saber que en el ejército hay mayoría de gentes que no se parecen en nada a aquél Ejército de antaño, es una gran satisfacción. Saludos.
13 marzo 2015 | 19:35