La historia de un embarazo o cómo la espera de un bebé pone a prueba una relación de pareja

Ni polvorones ni regalos

Estas navidades presidirá nuestro salón un belén peruano. Lo compramos con Q –mi pareja- en un momento en que los villancicos sonaban en las calles del centro comercial. Fue un arrebato. Nos miramos a los ojos y, por un momento, pensamos que el mundo no está tan mal. No tiene establo, ni mula, ni buey, ni un niño rubito. En su lugar hay una familia con las típicas vestimentas andinas (añado foto).

Estaba confundida observando en silencio mi belén peruano. Me extrañó que Q quisiera comprarlo. Odia la Navidad. Dice que no le gusta porque nadie le regala lo que quiere y no soporta los polvorones ni ese estado de “tenemos que estar contentos de ver a nuestros cuñados en casa”.

Como podéis imaginaros, no dudé en preguntarle y ésta fue su respuesta: lo hice por ti, como sé que te gustan esas cosas…”. Esbozó una sonrisa de niño bueno, me dio un besó y continuó cortando las zanahorias para la ensalada.

No sé porqué le quiero. Me gusta verlo con las manos ocupadas en la cocina, arremangado hasta el codo, con ese delantal negro y rojo plastificado que no tiene que meterse en la lavadora. Valoré todas las opciones: tirar el belén por el balcón –muy incívico-, divorciarme –exagerado-, discutirme –demasiado cansado- o contraatacar –más divertido. Opté por la última opción.

Respondí: “por cierto, esta navidad no iremos a casa de tus padres ni a comer ni a cenar, sólo estaremos con mi familia. La tuya, como ya te conoce, no se enfadará. ¿Verdad, amor mío?”. Por un breve instante dejó de cortar zanahorias y le di un golpecillo en el trasero. Entre nosotros: esta Navidad promete.

10 comentarios

  1. Dice ser journal

    Ya sabe, señora «Yo también te quiero», que los hombres somos más simples pero, a la vez, más funcionales: si vemos que un objeto no tiene utilidad aparente (ojo, no quiero decir que ese objeto sea inútil: no cambiemos los conceptos), pues no nos lo quedamos. Y tan tranquilos, sin remordimientos de conciencia…Por cierto, dentro de este «odio a la Navidad» también se podrían incluir los christmas en papel y electrónicos, que nos envía gente a la que en el resto de año no hemos tenido noticia alguna. Eso me recuerda un amigo que me dijo: «cuanta hipocresía: en Navidad la gente envía mensajes SMS a toda la gente que tiene en su agenda de teléfono móvil»…

    19 diciembre 2007 | 18:37

  2. Dice ser Nadal

    Feliz consumo navideño, guapetona.

    19 diciembre 2007 | 22:58

  3. Dice ser Marga

    «Respondí: “por cierto, esta navidad no iremos a casa de tus padres ni a comer ni a cenar, sólo estaremos con mi familia. La tuya, como ya te conoce, no se enfadará. ¿Verdad, amor mío?”. Por un breve instante dejó de cortar zanahorias y le di un golpecillo en el trasero. Entre nosotros: esta Navidad promete.»Algo similar me ha pasado a mí… también me mantengo expectante…

    20 diciembre 2007 | 9:17

  4. Dice ser Fegomas

    «Nunca le regalan lo que quiere…»¿quizá un nuevo delantal…?Y sobre el nacimiento… siempre queda subastarlo en ebay…

    20 diciembre 2007 | 10:06

  5. Dice ser sombretti

    Cómo que no sabes por qué le quieres??? te regala un nacimiento así de presioso y no sabes por qué le quieres???

    20 diciembre 2007 | 21:53

  6. Dice ser Ric

    está chulo este belén…y eso que tampoco me gusta mucho la Navidad

    21 diciembre 2007 | 18:16

  7. Dice ser albert

    Le echo en falta una «flauta de pan» al belén.

    21 diciembre 2007 | 19:23

  8. Dice ser Doc Moriarty

    Paciencia, sr. Q, paciencia…

    24 diciembre 2007 | 9:32

  9. Dice ser Carmen

    Diría yo que animalitos hay en el belén,no se si una mula y un buey pero el efecto es el mismo,y hay niño jesus,sea rubio o amarillo.Vamos ,que es un belen al uso.

    08 enero 2008 | 2:24

  10. Dice ser Beatiz

    Para que estas navidades sorprendas a tus más allegados que mejor que obsequiar una cesta de navidad.Acertarás con este excelente regalo!.

    28 septiembre 2009 | 10:56

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