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Descubre los pros y contras de cada tipo de calefacción

Mi abuela repetía a menudo aquello de que solo nos acordamos de Santa Bárbara —patrona de los dinamiteros— cuando truena. Ella, tan previsora y sacrificada, resolvía siempre los problemas antes de que los demás nos hubiéramos siquiera percatado de ellos.

Cuando se trata del hogar, esta actitud vital resulta doblemente sabia y rentable en todos los sentidos:

  • Cuidar, revisar y mantener antes de que se produzca una avería y la reparación sea más costosa. ¿Una idea estupenda? Contar con buenos microseguros que cubran estos problemas antes de que lleguen a producirse, ya sean eléctricos, de fontanería o incluso para proteger toda tu tecnología.
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  • Actualizar, mejorar y valorar alternativas en todos aquellos equipamientos que requieran inversiones y supongan gastos constantes.

Esto cobra especial importancia con nuestros sistemas de calefacción, servicios de imperiosa necesidad en los meses de invierno y partidas importantes en los presupuestos domésticos.

Lo cierto es que existe un desconocimiento generalizado sobre las ventajas e inconvenientes de cada tipo de calefacción, y muchas veces encontramos en un hogar un tipo de climatización que no resulta eficiente ni el más conveniente para su ubicación y estructura.

Hoy voy a repasar someramente este tema para ayudarte a identificar qué tipo de calor le viene mejor a tu casa:

 

Calefacción de gas, subtipos

Tengamos en cuenta que el gas puede ser natural, gasóleo C o gas propano.

Calefacción de gasóleo C

Ventajas: es capaz de calentar grandes superficies.

Desventajas: requiere un tanque de almacenamiento de un tamaño considerable para acumular el gasóleo. Esto exige medidas de seguridad y un mantenimiento exigentes para evitar cualquier tipo de riesgo de incendio o explosión.

Además, se trata de una energía bastante contaminante y sucia para el medio ambiente, y su instalación es más costosa y complicada.

Calefacción de gas natural

Ventajas: no es necesario acumular el gas en nuestras casas, puesto que llega por conducto desde fuera. Además, es una energía bastante más limpia, con un coste más moderado.

Inconvenientes: si no vives en la ciudad, es más difícil que el suministro llegue hasta tu vivienda. Esto lo convierte en un modelo de calefacción más urbanita.

Calefacción de gas propano

Ventajas: este tipo de energía es más potente que la que proviene de la explotación de gas natural.

Inconvenientes: debemos repostar los depósitos periódicamente, aunque su tipo de instalación es menos complicada que la del gasóleo C.

 

Calefacción eléctrica por acumulación

Muy habitual en nuestro país, convierten la electricidad en calor a través de unas resistencias eléctricas.

Ventajas: estos aparatos son económicos, no requieren calefacción ni mantenimiento.

Inconvenientes: solo pueden calentar una zona específica de la casa, por ello se colocan junto al habitante, para concentrar esa producción de calor en su entorno más directo.

Si tu casa es muy grande y requieres calentar grandes zonas de ella, este tipo de energía no te servirá. Además, el consumo energético es muy alto y el calor generado se disipa con rapidez. Además, como te puedes imaginar, produce un calor excesivo en las cortas distancias que puede resultar molesto y poco cómodo.

Calefacción eléctrica por convectores

Los convectores trabajan a partir de una resistencia eléctrica que calienta el aire frío que entra por la parte inferior del aparato, expulsándolo mediante un chorro de aire caliente por la superior. Así, ofrece calor instantáneo que podemos regular con un termostato.

Algunos modelos de convectores, los termoventiladores, incorporan un ventilador en el interior del chasis para que el aire caliente circule más rápido.

El uso óptimo de estos equipos es como complemento a otros sistemas de calefacción más capaces de calentar un hogar de forma versátil y no como única opción.

Ventajas: su instalación es instantánea, basta con enchufar el aparato a la red eléctrica. No emiten gases tóxicos.

Inconvenientes: al igual que con la calefacción eléctrica por acumulación, los convectores no calientan grandes zonas de la casa, sino que son solo eficaces para habitaciones pequeñas, como los cuartos de baño o cocinas de poco tamaño.

Además, tienen a remover el polvo en el aire, provocando problemas para personas sensibles a este, alérgicas y asmáticas. Si optas por un equipo de convección, búscalo silencioso y con termostato, además de mando a distancia.

Emisores termoeléctricos

Conocidos también como radiadores de aceite, transmiten el calor a través de un aceite térmico calentado mediante resistencia blindada de acero.

Ventajas: cada radiador es independiente, así que puedes colocarlos y disponer de su trabajo según tus necesidades domésticas, además de programarlos en muchos modelos. Además, son muy seguros y la temperatura es estable, algo que no sucede con el calor efímero de otras opciones eléctricas.

Se recomienda su uso en casas con niños y animales. Algunos de estos emisores incorporan ionizador, un dispositivo que desprende iones beneficiosos para la salud, porque producen relajación y reducen el estrés.

Inconvenientes: su precio es elevado y no son aptos para calentar grandes superficies (necesitarías disponer de varios aparatos haciendo ese esfuerzo conjunto, lo que elevaría los costes considerablemente).

Caldera con radiador de agua

Es el sistema más habitual en nuestro país. El calor se produce quemando combustible como gas natural en una caldera del edificio o la casa, distribuyéndose hacia los distintos radiadores mediante agua.

Ventajas: ofrece una gran comodidad y, si la instalación es eficiente, modera el consumo energético. Su rendimiento es muy alto, ofreciendo además un calor residual de muy alta calidad, que permanece más rato después de apagado.

Inconvenientes: hay poca disponibilidad del tipo de gas que utiliza en ciertas zonas más rurales, lo que hará necesario un depósito y su recarga periódica. Es contaminante. Además, las normativas europeas para controlar su funcionamiento hacen necesarios cambios estructurales en el sistema que supondrán una inversión económica.

Bomba de calor

Resulta bastante versátil, proporcionando calor en invierno y frío en verano.

Ventajas: requiere una sola instalación para proveer todas las necesidades de climatización del año entero, ahorrando en equipamientos.

Desventajas: es ruidoso y reseca el ambiente, lo que hará necesario que cuentes con humidificadores si tu casa es seca o tienes dificultades respiratorias. Además, el calor no es constante y requiere mantenimientos como el cambio de filtros.

Ahora que ya conoces las claves de cada tipo de calefacción, dinos: ¿cuál crees que es más adecuado para tu hogar?

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