No es nada nuevo, pero sí de relativo reciente desarrollo. En la Grecia clásica ya se realizaban caminatas en el agua para fortalecer las piernas pero, desde hace algo menos de una década, practicar deporte en la piscina está de moda. Eso sí, antes se empleó con bastante éxito en tratamientos de recuperación (fisioterapia) y en la preparación de deportistas de alto rendimiento.
Realizar ejercicios en el medio acuático permite mejorar todas las cualidades físicas (fuerza, resistencia, velocidad, flexibilidad, control del cuerpo), la coordinación, el equilibrio, el ritmo, la agilidad y, por si fuera poco, nos ayuda a relajarnos y reduce el nivel de estrés.
Está técnica acuática permite ejercitar todos los músculos del cuerpo ya que, al suspenderte en el agua y traccionar para desplazarte, se pone en marcha toda la musculatura. El gasto calórico es también mayor en el agua.
Además, el deporte en el agua puede practicarse con cualquier edad y condición física, ya que en el agua el peso de nuestro cuerpo disminuye y, con ello, se reduce el impacto que ciertos ejercicios pueden causar en las articulaciones (por ejemplo, en la gente con sobrepeso).
También, y gracias a la resistencia del agua, en menos tiempo somos capaces de realizar más ejercicio, sin prácticamente riesgo de lesionarnos.
Pero eso no es todo. El agua ofrece otras ventajas ya que, como el peso de todo el cuerpo es menor, la gente con problemas en la espalda ve favorecida su movilidad (además, ayuda a corregir su posición). También ayuda a liberar tensiones y, además, proporciona un suave masaje que estimula la circulación sanguínea.
¿Te gusta hacer ejercicios en el agua, además de nadar? ¿Has probado alguna clase de aquafitness?