Nuestro cuerpo es como una máquina. Hay que engrasarla, revisarla, meterle un buen carburante... Sólo tenemos una, y nunca es tarde para empezar a cuidarla

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¿Quieres entrenarte en casa como en una piscina olímpica?

El otro día, y sabiendo que este mes nos hemos zambullido en las piscinas, un compañero me envió al correo un email con un curioso producto: el Nadathlón®.

La filosofía de este producto es que en cualquier piscina, tenga el tamaño y la forma que sea, los nadadores puedan entrenarse como si fuera una piscina olímpica.

Según la empresa que lo fabrica y distribuye, «se trata de un nadador estático que mediante un innovador y a la vez sencillo sistema de anclajes, sujeta al deportista a la orilla mientras él o ella ejecutan todos los movimientos del estilo elegido: braza, espalda, croll o mariposa».

El trabajo, además, se intensifica, ya que en sólo 20 minutos de entrenamiento, se consigue quemar más calorías que si se nadase durante una hora de la manera tradicional.

Una de las cosas que me gusta de este aparato es lo simple de su diseño y que, realmente, te permite realizar ejercicio sin moverte del sitio, como ocurre con las bicis estáticas, las elípticas, las cintas de correr…

Si eres de los que les gusta nadar ¿conocías el Nadathlón®? ¿Qué te parece?

Aquí te dejo un vídeo para que veas su funcionamiento y utilidad:

Con qué otros ejercicios se puede combinar el Pilates

Como nos recomendaba Olalla Martín en la entrevista que le realizamos la semana pasada, el Pilates es bueno combinarlo con cualquier ejercicio aeróbico.

Los ejercicios aeróbicos son un tipo de ejercicio que suelen ser prolongados, implican a grandes grupos musculares y se realizan con consumo de oxígeno.

Hay gran variedad de intensidades en el ejercicio aeróbico, pero la cifra media máxima está entre 150 y 160 pulsaciones por minuto, aunque depende del estado físico de la persona que realice el ejercicio, de su edad, la frecuencia con que realiza ejercicio… Tipos:

1. Ejercicios de impacto bajo a moderado: caminar (a mayor o menor ritmo), nadar, subir escaleras, remar, saltar a la cuerda, esquiar o escalar. Casi cualquier persona que goce de una salud media puede practicarlos.

2. Ejercicios de impacto alto: correr, bailar, montar en bici, jugar a deportes de raqueta (tipo tenis, padel squash,…). Para estos, todos deberíamos pasar por un control médico previo, y realizarlos conforme a nuestras posibilidades.

Lo ideal sería practicarlo al menos tres veces por semana en sesiones de 20 a 60 minutos, aunque con realizarlos una vez por semana, ya se notan los beneficios.

El trabajo físico aeróbico mejora muchos aspectos de nuestra vida diaria y en nuestro cuerpo:

– Mejora la función cardiovascular.

– Ayuda a reducir la grasa corporal en las personas con sobrepeso.

– A medio plazo disminuye la presión sanguínea.

– Reduce el riesgo de ataques cardiacos al bajar los niveles de colesterol malo (LDL) y aumentar los del bueno (HDL).

Mejora la capacidad pulmonar y la circulación sanguínea en general.

– Ayuda a reafirmar la piel.

– Disminuye los niveles circulantes de adrenalina, la hormona relacionada con el estrés, con lo que mejora el estado anímico.

Solo deciros que, conforme he ido incluyendo los beneficios que provoca este tipo de ejercicio, me he puesto las zapatillas y algo de música para hacer unos minutillos en mi bici elíptica. Pero poco a poco, que no hay que abusar mientras uno no está en forma.