La pasada semana, Anita Matamoros, la pequeña del clan, fue víctima de una nueva polémica en instagram. Anita, una de las influencers más exitosas de nuestro país por unir a la perfección su éxito en las redes sociales con la popularidad de su entorno familiar, subió a su perfil de instagram una fotografía preciosa en bañador. La polémica, tal y como comentó en sus stories la propia Ana, llegó tan solo segundos después.
En la foto vemos a una joven sonriente, guapa, con tipazo y un bañador bastante bonito pero que ¿le marca demasiado? La cantidad de comentarios obscenos que recibió Anita en tan solo cuestión de minutos le llevaron a borrar la foto con pudor.
Esto fue lo que dijo en sus redes poco tiempo después: “Nunca había recibido tantos comentarios negativos ni tan groseros en tan poco tiempo. No tengo ni la menor idea del lugar al que va a parar la sociedad con tanta envidia y ganas de machacar (o al menos intentarlo). Tampoco entiendo como una persona con una edad que ronda los 20 o los 30 años se revoluciona con un cuerpo. Lo peor es que muchas mujeres se quejan de machismo dando ‘like‘ a comentarios denigrantes sobre la mujer o sobre su cuerpo. Y sí, me he arrepentido de borrar la foto a los cinco minutos”.
Anita lo tiene claro: le gusta su cuerpo y le gusta mostrarlo. ¡Claro que sí! Y utiliza este incidente para hacer una reflexión sobre el odio en las redes sociales y el machismo implícito en los comentarios o gestos de muchas de las mujeres que le escribieron. Anita se arrepintió y, poco después, volvió a subir a sus redes la espectacular foto que había eliminado.
Mujeres, hombres ¿qué os parece si le damos nuestro apoyo con una lluvia de likes y comentarios positivos en la foto? ¡Vamos!
Soy una ilusa, lo se. Incluso un poco machista en este pensamiento que tengo yo de querer verme de blanco llegando al altar con mi futuro marido esperándome a los pies de las escaleras del de mi pueblo, pero es que a mí las bodas me gustan mucho, y cuando son bodorrios de esos en los que hay hasta ‘wedding planer’ aún más.
A mí estas cosas me dejan loca. Vale, es cierto que cada uno viste como le da la real gana, que con su dinero cada uno hace lo que quiere y bla, bla, bla pero… ¿es el portugués un referente de estilo?
