“Mumbai time!!! Great city, fantastic food And amazing people!!! Love my life!!!!!”, escribió ayer David Muñoz, y acompañó ese mensaje vitalista de una foto en la que sale con su chica, Cristina Pedroche, y un par de amigos (yo me pido a éste). Se trata de un viaje de luna de miel en toda regla: hoy hemos sabido gracias a la revista Hola que… ¡se han casado! Como lo leéis. Se casaron el pasado 24 de octubre. Y en vaqueros y zapatillas. Nada de invitados ni de blanco ni de Iglesia, sólo un notario y los padres como únicos testigos. Menuda sorpresa.
Cristina Pedroche, David Muñoz (su futuro marido) y dos amigos, ayer, en Bombai. Foto: IG @dabizdiverxo
La pareja vive intensamente y a lo grande: no desaprovecha ni un minuto, y ahora, ya como casados, andan todo el día de aquí para acá en este viaje en el que lo pasan bomba y descubren lugares increíbles de India al mismo tiempo que él toma buena nota de nuevas ideas para su restaurante.
La fiebre cristinapedrocheniana es una de esas cosas increíbles que suceden de cuando en cuando. Nadie lo había imaginado. Ningún periodista, ni siquiera esos visionarios que se pasan la vida haciendo listas, había podido predecir el rotundo éxito de Cristina Pedroche. Ha sido una de las subidas más espectaculares a nivel nacional de los últimos años, y un recordatorio para que volvamos a tener claro que los productos de marketing NO funcionan, o al menos no necesariamente.
A veces se intenta lanzar a la fama de todas las maneras posibles a una determinada persona, pero los casos más espectaculares suelen ser al revés y sin explicación: el pueblo es soberano y decide, y en este caso ha decidido que Cristina Pedroche es la nueva diosa del mundo del corazón: hasta el Hola, revista oficial del pretendido glamour, ha tenido que abrirle la puerta grande de casa (sacándola en portada en varias ocasiones), que era algo poco probable cuando la chica llegaba a los eventos como reportera directa desde su casa de Vallecas.
Vallecas. Cristina Pedroche es rica en estos momentos y más que lo va a ser, pero ella prefiere vivir en Vallecas. Lo hemos sabido esta semana: el nido de amor en el que la parejita va a convivir antes de casarse a finales de año, está en Vallecas y sólo tiene 70 metros cuadrados (que para el común de los mortales no está mal, pero que para el famoso medio se queda bastante corto). Eso dice mucho de ella: el dinero no la ha cambiado. El dinero no la ha cegado y no la ha hecho creerse esa tontería de que los ricos tienen que vivir en el Barrio de Salamanca o en un casoplón con videovigilancia 24h en una urbanización de lujo de las afueras.
Ella en su barrio y con su gente y al lado de su mami. Y David Muñoz está muy de acuerdo: el chico tiene un restaurante de postín, pero también es campechano.
Suma y sigue: el otro día supimos que Cristina presentará las campanadas de fin de año en A3. Yo, entiéndaseme, no voy a terminar el año viendo la tele y brindando con Cristina Pedroche, pero es otro dato que nos hace entender la magnitud de su personaje.
Más datos: fuentes bien informadas me dicen que es rigurosamente cierto que Cristina Pedroche consiguió 300.000 visitas en su primer post en su blog de Hola. Y estas mismas fuentes aseguran que tiene más de un millón de “clicks” al mes.
Y, ¿cómo lleva ella todo este boom mediático? Tuve la oportunidad de hablar con ella hace poco. Me dijo que estaba muy contenta con todo lo que le estaba sucediendo, pero que a veces se sentía desbordada. “Hay días –me dijo- que es demasiado fuerte”.
Eso digo yo, demasiado fuerte.