Ciencia, tecnología, dibujos animados ¿Acaso se puede pedir más?

Los Eagles en Wal-Mart

En los EE UU Wal-Mart es más que una cadena de supermercados: una institución. Es la mayor empresa privada del mundo y la compañía con más empleados de los EE UU (casi 2 millones). Acusada por sus críticos de todo tipo de atrocidades medioambientales, laborales y sociales, Wal-Mart vende casi la cuarta parte de los productos de consumo de los EE UU. Pronto será uno de los principales vendedores de música. El último disco de los Eagles, «Long Road Out of Eden«, sólo está disponible para su compra en los casi 7.000 hipermercados de Wal-Mart, porque el grupo se ha saltado a la industria discográfica y apela directamente a los consumidores. Y éstos están en Wal-Mart; sobre todo los consumidores que miran los precios y con edad cercana a la media del grupo (casi 60 años). Lo importante es que más músicos se unen a la cruzada para marginar a una industria que ha permitido que su propio negocio se le escape de las manos. Si Internet, por una parte, y Wal-Mart por la otra se hacen con el negocio de la música, ¿qué será de las discográficas? En especial si los músicos ganan más con ellas que con sus antiguos patrones…

Corregido un abominable ‘marginalizar’ el 13/11/2007; gracias, El Buen Salvaje, y avergonzadas disculpas a los damnificados (sobre todo la lengua castellana).

9 comentarios

  1. Las discográficas tal como funcionan en la actualidad están avocadas a morir al igual que el automóvil desplazo a los carruajes de caballos.

    13 noviembre 2007 | 9:24

  2. Dice ser Goliat

    Recuerdo que las casetes costaban mil y pico pelas, casi hasta dos mil, y vinieron los cedés, ya a dos mil y pico de pelas, a veces hasta más de tres mil. De las de la época. Y ahí empezaron «los de la industria» a cavar su propia fosa a nivel nacional.Con los precios de doce, quince, veinte euros actuales, con la difusión de internet, el abaratamiento de los componentes informáticos, y sobre todo la prepotencia de los socios leguleyos de «los de la industria», terminaron de cavarla y hasta la alicataron.Y ahí tienen su fosa, lista para recibirles para toda la eternidad. Porque ningún producto puede dar la espalda descarada y reiteradamente a sus consumidores. Con su prepotencia en precios, en cánones indiscriminados, en batallas legales contra internet, «los de la industria» han conseguido ya que los consumidores estemos dispuestos a muchas cosas para conseguir música, excepto una: comprarles a ellos su producto.Sólo queda que los músicos les abandonen para que «los de la industria» entren en caída libre y cierren sus chiringuitos. Algunos ya han empezado y pronto vendrán otros muchos. Nos vamos a dar un buen disfrutón, pero nos quedará algo pendiente: el tema del cánon. Algunos políticos tendrían que aplicarse el cuento a la vista de los resultados de la prepotencia. Lo mismo que le ha sucedido a Sony con su PS3: que, los consumidores tienden a dar la espalda a las industrias prepotentes si existe un bien de sustitución aceptable. Y los votantes también.

    13 noviembre 2007 | 11:15

  3. Dice ser discrepo

    La tesis, autoalabada por el autor («lo importante»), y la conclusión («los músicos ganan más», etc)son, a mi entender, discutibles. La primera, además, no es novedad: los Beach Boys, Dylan y una larga caterva de autores han vendido discos exclusivos desde hace décadas a través de cadenas de negocio ajenas al discográfico.Con respecto a la conclusión, que enlaza con la cruzada contra las disqueras sostenida por el autor, acaso esté en lo cierto quien afirma que el negocio debe cambiar -de facto, está cambiando-, pero sacar a colación como síntoma de renovación al fascio empresarial de Wal Mart y a la reacción musical de los Eagles, que nunca hicieron otra cosa que rock para adultos bienpensantes, es tan revelador del pensamiento de consolación imperante (lo cool es cool o te parto la cara) como, hace unas semanas, leímos en esta misma bitácora sobre los bienamados Radiohead, fetiches de no sé qué revuelta entregando a sus adoradores copias de la copia de la copia de la música que componen en calzoncillos.

    13 noviembre 2007 | 11:18

  4. Dice ser El Buen Salvaje

    Pepe, «marginalizar» no existe. «Marginar» es el verbo correcto y coincide con lo que quieres expresar.Yo veo que la industria (en realidad, los músicos) tiende a eliminar intermediarios y, en este caso, no se margina a la discográfica, sino a la distribuidora, enviando directamente el producto a los comercios.Lo que le esta pasando a la industria discográfica es lo que a todos los mercados, una vez «maduros», les pasa: eliminan intermediarios en alguna fase de la elaboración del producto, ya sea en la fase de elaboración, producción, «marketing», publicidad, distribución, etc…Y como nadie quiere ser eliminada de un negocio tan rentable, intentan dar sus últimos mordiscos, para mantenerse todo lo que puedan, porque lo ven como una amenaza y no como una oportunidad.Saludos salvajes

    13 noviembre 2007 | 14:31

  5. Dice ser Retiario

    Estimado El Buen Salvaje:Abyectas, sinceras disculpas por semejante tropelía. Espero ser capaz de evitar que se repita, pero aun así suplico misericordia. Errar es humano, y yo lo soy, mucho.Muchas gracias por tu atención, y un saludo.PP Cervera

    13 noviembre 2007 | 14:40

  6. Dice ser El Buen Salvaje

    Bueno, tampoco es para tanto. Ni que hubieras matado a un catedrático de la RAE.La verdad es que me ha gustado el palabro «marginalizar». Suena más fuerte que «marginar», que creo qeu es lo que pretendías.Saludos salvajes.

    13 noviembre 2007 | 15:49

  7. Dice ser Joan Guerrero

    El fin de las discográficas como las conocemos. A menos de que se reinventen en otro modelo de negocio.

    13 noviembre 2007 | 16:59

  8. Dice ser zippy

    Pues las previsiones de Negroponte sobre la distribución de cosas reductibles a bits están tardando bastante en cumplirse. Digamos que acertará, pero no en las fechas previstas.

    13 noviembre 2007 | 18:07

  9. Muchos millones para la música y ¿Que pasa con la literatura? según parece cada dia se lee menos y eso es muy grave porque por egemplo yo pongo muchas faltas ortográficas por no hanber leido mucho y ahora nadie me quiere pulicar porque soy el peor escritor del mundo –http://www.antoniolarrosa.com

    21 noviembre 2007 | 11:41

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