Juan Carlos Escudier

Archivo de enero, 2008

El fantasma de Romanones sale a pasear cojo y todo

A juzgar por las aclaraciones, matizaciones, apreciaciones, explicaciones y adiciones que está teniendo la propuesta de Zapatero de devolver 400 euros a cada contribuyente pueden colegirse dos cosas: la primera es que Ferraz podía haberse ahorrado la nómina de su comité de asesores internacionales -con sus dos premios Nobel a la cabeza -, toda vez que su mayor contribución al programa electoral ha sido afirmar que las energías renovables son muy convenientes por eso del cambio climático; la segunda, que la idea de la paga extra se ha tomado a toda pastilla, con Solbes, a dos ruedas, derrapando sobre las cifras del superávit para cumplir las órdenes de la superioridad: “gastémonos 5.000 millones del ala y no se hable más”.

Lo que en un primer momento contaron por este orden El País y Zapatero –las exclusivas de Prisa llegarán hasta las elecciones, que hay que tener contentos a los herederos de Polanco a cualquier precio- es que estábamos ante un cheque único, pagadero en junio, en lo que parecía un remake de la medida de urgencia tomada días atrás por Bush en Estados Unidos para incentivar el consumo y esquivar la recesión.

Aun así el anuncio periodístico-presidencial chirriaba un poco porque el Gobierno se había cansado de repetir que aquí no había crisis ni se la esperaba, y que lo mejor era no precipitarse, esperar y ver, y, desde luego, no dejar más dinero en nuestros bolsillos, porque somos muy manirrotos y podíamos poner la inflación en la estratosfera. Eso fue lo que dijo el propio Solbes en el Congreso cuando CiU le pidió que bajara las retenciones de las nóminas para que llegar a fin de mes resultara más sencillo, o sea, que no y mil veces no.

En resumen, que había que pensar que, aunque disfrazada de oferta electoral, estábamos ante una medida de choque, algo, por cierto, que la oposición venía reclamando para sortear la desaceleración económica. A partir de ese momento, todo empezó a complicarse extraordinariamente. Lo que se iba a pagar de una vez, ahora será en cómodos plazos, mes a mes, entre junio y diciembre; lo que iba a ser un desembolso en 2008 se extenderá a toda la legislatura, con lo que los contribuyentes acabarán preguntándose por qué se les quita lo que luego se les devuelve; a los autónomos, que se les había excluido por el artículo 33, se les recupera para la causa siempre que las tres cuartas partes de sus ingresos provengan de una sola empresa; y así. El lío es monumental y exigirá de ulteriores explicaciones cuando los propios socialistas lo tengan más claro.

De lo manifestado hasta el momento por unos y por otros se puede inferir que el aguinaldo de 2008 se cobrará mediante descuentos en la nómina que aplicarán las empresas y que a partir del año siguiente se incluirá una deducción por trabajo dependiente en la declaración de la renta. Puede haber cambios. El que avisa no es traidor.

Pese a la improvisación, lo que Zapatero ha conseguido es descolocar al PP, cuya reacción en tromba no ha hecho sino dar importancia al “regalito” fiscal del PSOE, dicho sea en palabras de su gurú Manuel Pizarro. Así, a estas alturas, ya nadie se acuerda de la prometida reforma fiscal de Rajoy, que nos iba a bajar los impuestos un 16% de media, sino de los 400 euros de Zapatero. Los chicos de CiU, que se deben a su público, han afirmado que la promesa es inmoral y perversa, pero quieren que la perversión afecte a los autónomos, que también son hijos de Dios.

Algunas de las críticas lanzadas desde el PP han sido sorprendentes. Esperanza Aguirre, por ejemplo, ha dicho que lo que tenía que hacer Zapatero es devolver el dinero ahora mismo, con lo que se deduce repartir la caja después de las elecciones es una caciquil compra de votos pero hacerlo antes, sin esperar a ver quien formará Gobierno, contribuye al bien común. “Nos lo tiene que dar ya”, ha afirmado la presidenta. Aznar ha hablado hasta de Romanones, que daba duros a tres pesetas por un voto y se ahorraba una. Le ha respondido Zapatero que los españoles ya no se venden por un plato de lentejas, aunque muchos no hagan asco a las legumbres.

El PSOE tiene la campaña donde quería, esto es, con todo el arco político y hasta el sindical esforzado en desacreditar su “ocurrencia” en vez de dedicarse a explicar alguna de las suyas. Por cierto, Romanones, que era cojo y más listo que el hambre que nunca pasó, afirmaba que para dedicarse a la política había que ser alto, abogado y tener buena voz. Juzguen quién cumple todos estos requisitos.

La chaqueta de Pedro J. es particular

Formidable lección de periodismo. En el segundo capítulo de su entrevista con Rajoy, publicada este pasado lunes, Pedro J. Ramírez dejó para la posteridad este inigualable pie de foto: “Rajoy argumenta una de sus respuestas en su despacho de la calle Génova, el pasado miércoles. En primer plano, la americana del director de El Mundo”.

No somos dignos de este hombre ni de su sastre. Y eso que nos conocemos el paño.

La paga extra de Zapatero

Después de tanto criticar a Bush, que es un malvado y habla con la boca llena, Zapatero nos anuncia casi a escala 1:2 la misma medida que el presidente norteamericano ha aceptado como remedio contra la recesión: devolver dinero a los contribuyentes para que lo gasten en baratijas, tiren del consumo, se creen puestos de trabajo y ese largo etcétera de cosas que, según los economistas, ocurren en el capítulo IV de sus manuales. La diferencia es que EEUU estaba al borde de la crisis y aquí nos iba todo estupendamente. ¿O no?

La chistera de Zapatero es la madriguera de Bugs Bunny con suelos de tarima flotante: tan pronto sale un ‘babycheque’ como un ‘chequehouse’ para menores de 30 años. Ahora, en su infinita generosidad, el de Valladolid nos concede una extra de 400 euros que se pagará en junio si gana las elecciones, 5.000 millones de euros de nada, un minucia que –nos dice- no llega a la cuarta parte del superávit del año pasado y que beneficiaria, sobre todo, a los mileuristas. El sombrero de este hombre es de bandera.

Quienes le pedían que actuara porque íbamos camino del abismo tendrán que convenir que Zapatero es ingenioso. El PP ha propuesto bajar el IRPF a tutiplén aunque, como muy pronto, se notaría en nuestros bolsillos a mediados de 2009; con su método, tan mágico como el de Maurer y sus cien palabras, el dinero nos caerá del cielo en veranito, cuando aprieta el calor y nos fundimos la pasta en tintos con gaseosa.

Solbes, que le estaba escuchando, tendrá que explicarnos qué movimiento sísmico ha azotado nuestra economía en las últimas horas para que lo mejor ya no sea esperar a ver qué pasa sino aflojar la billetera y darnos un homenaje. ¿No habíamos quedado en que poner más euros en circulación le sentaba a la inflación como un tiro en la nuca? ¿No sería más razonable incrementar la obra pública para sostener al ‘alicatado’ sector de la construcción que dar una propina a los albañiles? ¿En qué quedamos?

Dicen que hay una encuesta…

Dicen en el PSOE que han recibido esta semana los resultados de una encuesta que les pone en órbita. Dicen que están muy por encima que los datos que ofrecen otros sondeos. Dicen que podrían subir hasta ocho diputados, aunque el informante en cuestión sería feliz como una perdiz aunque sólo fueran tres. Dicen muchas cosas pero, como es habitual en éste y en otros partidos, jamás enseñan la estadística en cuestión.

Hagamos pues un ejercicio de fe. Dicen que subirán en Cataluña y en el País Vasco y que les irán mal las cosas en Madrid y Valencia, pero que e llevarán uno de Alicante –“¡Qué faena le han hecho a la vicepresidenta! Tenía que haber ido en la lista de Zapatero”-; que en Castilla-La Mancha ganarán uno, que será por Toledo y no por el ‘efecto Bono’ sino por población –“A lo único que Bono puede aspirar en Toledo es a ganar en número de votos pero no pasará de tres escaños, los mismo que el PP”-; y que en Galicia se espera uno más y dos se dan por perdidos en Andalucía.

Dicen que habrá un retroceso de los nacionalistas, especialmente de Esquerra, y que Izquierda Unida tendrá que bailar con la más fea porque es probable que pierdan un escaño por Madrid, además del de Valencia, lo que les dejaría con los dos de Iniciativa y el de Llamazares. Es decir, sin grupo parlamentario entre las filas del Mixto.

Dicen que el PP podría subir entre tres y cuatro representantes. Dicen que el PP iniciará la campaña con la economía y la terminará hablando de ETA. Dicen que lo que le interesaría al PSOE es que las elecciones fuesen hoy mismo. Dicen…

Solbes y Pizarro se citan en O.K. Corral

Como dos gallos de pelea, el vicepresidente Pedro Solbes y el flamante fichaje del PP Manuel Pizarro se han retado a duelo público para que comprobemos quién sabe más de economía y cuál de ellos bailará mejor el tango con esa chica tan fea que para uno se llama desaceleración y para otro crisis. El debate promete, sobre todo por lo insólito: el abuelo de Heidi se enfrenta en singular combate a Agustina de Aragón. No hay billetes, dicen ya los carteles con mucha mala leche y doble sentido.

De Pizarro se espera mucho pero hay quienes siguen sin entender qué aporta el de Teruel a la causa del PP. Al ex presidente de Endesa no se le puede negar aguante y lenguaje llano, que de eso va sobrado, pero obran en su contra algunos elementos que vendrían a restarle autoridad si, llegado el caso, el empapado utillero de Rajoy –“vengo a sudar la camiseta como uno más”- acaba al mando de la caja de caudales del país.

Desde el PSOE han comenzado a lanzar aviesos interrogantes. ¿Puede un hombre que se ha subido el suelo a ritmos del 40% aconsejar moderación salarial y advertir contra los peligros de la inflación? ¿Sería creíble que quien se ha llevado de Endesa una indemnización de 2.000 millones de las antiguas pesetas recomendase abaratar el despido? ¿Está capacitado un multimillonario sobrevenido para desgranar las virtudes del ahorro o para pedir a los españoles que se aprieten el cinturón?

No todos opinan, sin embargo, que el aragonés sea tan fácilmente desactivable. “Es peligrosísimo y si de mi dependiera no habría debate con Solbes” asegura un destacado dirigente socialista. “Ya no vende que se critique a alguien por searrico y nos equivocaríamos en darle cancha porque electoralmente es irrelevante. Es un tipo sanguíneo, que contestará si se le provoca y que sabe muchas cosas que podrían hacernos daño. Lo mejor, en lo posible, es ignorarle”.

Reclutado por Aznar, al que inspiró los nombres de los presidentes de las empresas privatizadas y a quien debe su nombramiento en Endesa, Pizarro ha demostrado que no es de los que se amilanan y que es capaz de defender a sus accionistas con tanto ahínco como su puesto de trabajo. La presidencia de Endesa le resultaba lucrativa aunque debía de maniatarle, porque ahora, según trascripción de Esperanza Aguirre, puede ser él mismo, dejar de vender kilovatios y “luchar por España”. En definitiva, que está encantado de conocerse y de batirse el cobre “por sus principios” y “por la libertad”.

Como gladiador tiene, sin duda, más aptitudes que Solbes, un hombre que se hizo cargo de Economía por hacer un favor a Zapatero y que, cuando todos descontaban su retirada, nos anuncia que seguirá hasta que el cuerpo le aguante, y además como diputado, por hacerle otro favor a Zapatero, o dos, según se mire.

En lo que aventaja Solbes a Pizarro es en su imperturbabilidad. No habrá debacle bursátil ni bajada de tipos lo suficientemente pronunciada como para hacer perder al vicepresidente su tono monocorde y, en ocasiones, soporífero. Es verdad que la macroeconomía nunca fue terreno propicio para las emociones pero si el IRPF invitara a la hilaridad su sonrisa sería granítica, gélida, etrusca.

Solbes, en resumen, es un tostón de tomo y lomo, aunque cuente a su favor con una consideración intelectual tan grande por parte del PP que, instalado el discurso único en esto de la economía, bien podría ser ministro en un Gobierno de Rajoy. En consecuencia, como los populares no pueden decir que no sabe, lo que sostienen es que no hace nada porque está mayor y no tiene ganas.

El propio vicepresidente ha explicado que, de momento, lo más conveniente es ir de Don Tancredo y esperar que el toro pase de largo, y en eso parece estar de acuerdo con sus colegas europeos, que no han tomado, que se sepa y pese a los castañazos bursátiles, medidas similares a las que propone el PP: bajar los impuestos y otros ajustes “brutales”, tal fue el término empleado por Miguel Arias Cañete.

Así, mientras el PP trata de convencer al electorado de que se ha abierto una sima por la que podemos precipitarnos, los socialistas insisten en que no pasa nada y si pasa se le saluda, que para eso estamos mejor preparados y tenemos superávit. Sólo si realmente hiciera falta, y se avistara la recesión por los bajíos, se recortarían impuestos. Por dinero no va a ser.

Este duelo en O.K. Corral marcará parte de la campaña. Solbes y Pizarro se verán las caras y los demás, resignados, nos miraremos el bolsillo.

Proyecto 80%: el ‘pásalo’ de la izquierda contra la abstención

Cuando funciona, Internet se ajusta como un guante al principio del estanque: un tipo tira una piedra en medio de una charca, aunque sea a sobaquillo, y las ondas, cada vez más grandes, alcanzan las orillas. En esta ocasión quien ha arrojado el pedrusco es un señor de Murcia, que además tiene un blog y que se define como “azotador oficial del Partido Popular”. Nada más dice de sí mismo salvo dos detalles que pudieran resultar enormemente ilustrativos: su libro preferido es El Codigo Da Vinci y su película preferida El club de los poetas muertos.

Al margen de sus gustos, manifiestamente mejorables, este bloguero que se hace llamar Peperufo, ha lanzado desde su espacio, lasombradeaznar, una iniciativa que ha prendido en numerosas webs de izquierdas, y que conecta con la principal preocupación del PSOE ante las elecciones del 9 de marzo: la abstención.

Así que Peperufo se ha puesto a escribir: “La izquierda lleva 4 años aletargada, esperando su momento, guardando las distancias en el debate político, mordiéndose la lengua y lo que no es la lengua, respirando hondo, tragando bilis, soportando insultos, recibiendo desprecios, pasiva, retirada, ahogada en un suspiro (…)Pero ha llegado el momento en que los ciudadanos progresistas de este país podemos responder con toda la fuerza merecida a estos 4 años de descrédito y deslealtad democrática por parte de la derecha española, individualizada en abates como Acebes, Zaplana, Alcaraz, Rouco Varela o Jiménez Losantos. Ha llegado el momento de convocar una manifestación colectiva, tan grande y espectacular, que sea capaz de procurar tal lección democrática para aquellos que han violentado nuestra convivencia, que nunca, jamás, la olviden. Es hora, es el momento, de sacar a pasear nuestro orgullo, nuestra sangre, nuestro corazón, nuestros ideales, con la cabeza bien alta”.

Ha bautizado a su ‘pedrada’ como ‘Proyecto 80%’ y anima al electorado de izquierdas a acudir masivamente a las urnas para repetir en las elecciones generales del 9 de marzo una participación similar a la que se registró en 1982, cuando el PSOE de Felipe González obtuvo su primera mayoría absoluta.

En este nuevo “pásalo” se propone un “boca a boca a escala nacional” a través de Internet, SMS, mailings, vídeos y hasta concursos, una iniciativa que, a juicio de su inspirador murciano, será “divertidísima” porque – afirma- “¡somos la gente de la cultura, de la inspiración, los creadores! Somos la izquierda española, unida a pesar de sus diferentes tonalidades”. Al que tiró la piedra se le fue aquí la mano.

Marisa Castro, la portavoz de la clínica abortista Isadora, será la número tres de IU por Madrid

“Hemos sido escrupulosos con la legalidad”. Quien habla es Marisa Castro, la ex diputada de IU y portavoz de la clínica Isadora, en el punto de mira de José Sierra Fernández, el juez que investiga presuntos abortos ilegales en clínicas de Madrid. Castro, que ya fue diputada, recibió ayer la propuesta de ser la número tres de IU por Madrid y hoy mismo se ha entrevistado con Gaspar Llamazares para aceptar la oferta.

Marisa es un referente del feminismo de este país. Habla con rabia contenida. Cuenta que a las mujeres a las que ha tomado declaración la Guardia Civil no les han preguntado nada acerca de su embarazo sino que se les han mostrado fotos del personal de la clínica para saber en qué parte del proceso intervinieron, y que el acoso a los sanitarios incluye agresiones y petardos. “Llevamos más de 20 años esperando una ley de plazos”, afirma mientras confiesa que no sabe si, finalmente, acabará detenida por orden de Sierra, del que espera cualquier cosa.

Parece claro que IU pretende sacar en campaña los colores al PSOE a cuenta del aborto. Es un vergüenza que las mujeres de este país sigan teniendo que pedir permiso para abortar, como lo es que los socialistas digan ahora que tienen que reflexionar antes de implantar una ley de plazos, que era lo que prometían en su programa electoral de 2004.

Quienes nos gobiernan aseguran que éste es un país moderno, el paraíso del I+D y las nuevas tecnologías. Eso sí, a las mujeres que quieren interrumpir su embarazo hay que hacerles pasar un vía crucis y someter su decisión al criterio de un psicólogo. Sólo Irlanda y Portugal tienen una legislación tan pacata como la nuestra. Lo dicho, una auténtica vergüenza.

El judoka Zapatero gana a Pedro J. por ippon

Los que conocen a Zapatero han popularizado la estrategia que el líder del PSOE sigue desde que era Bambi y no tenía medio mamporro. Se trata de una versión del judo aplicado a la política, según la cual lo más inteligente ante los contrincantes más poderosos es utilizar su fuerza en beneficio propio. Un ejemplo de esta táctica es la entrevista publicada ayer y hoy en el diario El Mundo, que posiblemente aspirará a lograr el récord Guiness de extensión, una entrevista ‘castrista’ en la que el propio director de la cosa presume de haber conversado ocho horas con el presidente del Gobierno. Apasionantes veladas para la posteridad.

El resultado de esta orgía verbal ha sido la publicación de un número de páginas tan desmesurado que hasta el conspicuo Jiménez Losantos ha venido a definir la entrevista de oceánica. Y como la cosa es ilegible, bien porque el periodista más famoso que vieron los tiempos no ha sido capaz de sacar una sola noticia en su enorme despliegue, que para eso el tebeo es suyo, bien porque uno sólo no se despacha un volumen del Espasa en legítima defensa, lo que queda a día de hoy el titular: “Planteo a los españoles el objetivo de superar a Francia en renta per cápita”. Zapatero se la ha metido doblada a pulitzerman.

Zapatero, en efecto, es un judoka con más llaves que un sereno y a la que te descuida te hace un ippon y se queda tan ancho. Lo de hoy al anunciar la disolución de Las Cortes y la convocatoria de elecciones ha sido un barrido delantero con estrangulación subsiguiente. Y todo porque el presidente ha vuelto a aprovechar la rueda de prensa del Consejo –el de hoy extraordinario- para proclamar que es un tipo cumplidor y que hay que votarle para que siga manando la leche y la miel. Todo lo que ha dicho ya nos sonaba porque antes de acabar el año ya nos deleitó con su autocomplaciente balance de legislatura. La letra con sangre entra.

Hoy también ha sido día de despedidas. Un grupo de periodistas se ha reunido en torno a una mesa para homenajear al diputado del PSOE José Acosta, el que fuera líder de los guerristas de Madrid. Acosta ha dicho que es la primera vez en tres décadas que la dirección del PSOE se pasa por el forro la opinión de los militantes a la hora de elaborar las listas y que lo que más lamenta es que los actuales dirigentes se hayan podido apuntar el tanto de echarle cuando lo que él pretendía era irse.

Acosta es un cascarrabias que tiene la virtud de hablar claro y el defecto de cantar peor que Tamara, la hija de Margarita Seisdedos. Al parecer, Alfonso Guerra intentó, sin éxito, convencer a José Blanco para incluirle en la candidatura. El de Cercedilla es un tipo al que se le coge cariño. Dice que está muy agradecido al partido y que lo seguirá votando. Lleva en el PSOE desde 1973. Las primeras listas del partido las hizo él y no salió porque, en un acto generoso, se colocó en el número 12. Las siguientes, las del 79, fue como octavo y se convirtió en diputado. En éstas no ha tenido arte ni parte. Deja la Cámara un pedazo de la historia del PSOE, mal que le pese al susodicho Blanco.

Las elecciones, según Emilio Botín

Sabíamos que Botín era más listo que el hambre, porque un tipo que oculta a Hacienda casi medio billón de las antiguas pesetas y presenta a como titulares de estos fondos a fallecidos y jubilados sin que le caiga ni una multa por mal aparcamiento es un genio o es un golfo. Como la Justicia sobreseyó el caso, debemos pensar que nuestro banquero de cabecera es, en efecto, un Einstein de las finanzas, un mago de los balances y un artista en las relaciones con el poder político. Rindamosle, pues, la pleitesía que se merece.

La última jugada de Don Emilio viene a corroborar que el cántabro es un galáctico del apaño, un fuera de serie en definitiva. El Santander acaba de anunciar el fichaje de Rodrigo Rato como asesor internacional de la entidad, lo que ha llenado a Botín de una gran satisfacción porque, según se nos dice, «su conocimiento de la economía mundial, su experiencia y visión global serán de gran valor para el Banco».

La captación de Rato, que a este paso y después de su incorporación a Lazard va a tener problemas de oído ante el dinero que le sale por las orejas, debería hacer reflexionar al PSOE, de la misma manera que el PP debió preocuparse al saber que Botín iba a visitar a Zapatero a la sede de Ferraz cuando todavía era Bambi y Aznar se reía de él.

Si Botín ha decidido forrar el riñón de Rato ha de tener motivos poderosos, posiblemente los mismos de hace unos meses cuando invitó al presidente del Gobierno a pasearse por su Ciudad Financiera y proclamó que con los socialistas daba gusto hacerse rico, para desesperación de Rajoy y los suyos.

Lo de congraciarse con el poder talonario en mano es un deporte nacional en el que Botín sobresale con creces. Alierta, superviviente en Telefónica, se le anticipó en diciembre al anunciar el fichaje de Javier de Paz –amigo íntimo de Zapatero- y de Manuel Pizarro, el ex de Endesa amigo íntimo del propio Rato y del ex presidente Aznar.

Por estos movimientos, sabemos que las elecciones del 9 de marzo van a estar muy apretadas y que lo conveniente es poner una vela a Dios y otra al diablo, y todos contentos. Botín acaba de adquirir un gigantesco cirio pascual. ¡Qué llama tan bonita da Rodrigo!

Al PSOE le viene Dios a ver

Mientras las últimas encuestas reflejan lo que ya avanzábamos aquí a mediados de diciembre, esto es, que PSOE y PP están en un pañuelo electoralmente hablando, los socialistas han recibido una ayuda inesperada de la Providencia o, mejor dicho, del mismísimo cielo. El enfrentamiento con la Iglesia ha sido su mejor regalo de Reyes en esta larga precampaña. Podría decirse rozando la herejía que al PSOE le ha venido Dios a ver.

Lejos de erosionar al Gobierno, el multitudinario acto en defensa de la familia que los obispos celebraron el pasado 30 de diciembre en Madrid y las extravagantes manifestaciones de algunos de estos prelados sobre el presunto retroceso de la democracia en España ha proporcionado al Ejecutivo dos bazas importantes: un motivo para movilizar a su electorado contra la hipotética contrarreforma que el PP pondría en marcha y una oportunidad para alejar a los populares del centro, que es donde se librará la verdadera batalla.

“No vamos a consentir que los obispos nos den lecciones sobre lo que es una familia. Si quieren algo, que se presenten a las elecciones”, aseguraba a este diario el presidente del Senado, Javier Rojo. El propio Zapatero ha sido el primero en enarbolar la bandera de los derechos ciudadanos frente a la Iglesia –“ninguna moral o religión se va a imponer a los ciudadanos”- y por el mismo sendero han empezado a transitar todos los dirigentes del PSOE, empezando por Felipe González –“los obispos nos quieren salvar de nuestros errores y estamos hartos de que nos salven”-, y buena parte de sus apoyos mediáticos, con el grupo Prisa a la cabeza.

Así las cosas, a la vicepresidenta del Gobierno, Teresa Fernández de la Vega, le ha faltado tiempo para aceptar la petición de comparecencia en el Congreso que le formuló el martes un PP instalado en la inopia. Lo hará mañana mismo. Todo un récord de velocidad.

Para los socialistas, constituirse en blanco de los ataques de la Curia es una bendición. Su principal reto es conseguir una alta participación en las urnas el próximo 9 de marzo, habida cuenta de la fidelidad electoral con la que cuenta el PP, que desde 1996 no ha caído por debajo de los 9,7 millones de votos. En el PSOE se estima que, de nuevo, se producirá una fuerte polarización del electorado, un fenómeno con efectos indeseables en formaciones como IU, que suele pagar los platos rotos cuando las apelaciones al voto útil son constantes.

Ante lo evidente, en el PP no ha habido mejor ocurrencia que sacar a pasear a Manuel Fraga, que no ha hecho sino apuntalar la idea de contrarreforma: “El divorcio exprés o el matrimonio entre homosexuales… Habrá que plantearse la posibilidad de derogar estas normas si el PP gana las elecciones en marzo”, dijo el anciano en Telecinco. El propio Rajoy, que hay veces en las que no se chupa el dedo, mostró una calculada ambigüedad sobre este asunto en su periódica confesión a Federico Jiménez Losantos. Según afirmó, de ganar las elecciones no habría una revisión de las leyes más polémicas de la legislatura, salvo la de Educación, reforma que se proponía iniciar con carácter inmediato.

Con la ilegalización de ANV prácticamente en trámite y en plena ofensiva antiterrorista del Gobierno, que hoy ha confirmado que los etarras detenidos el domingo son los autores del atentado de la T4 de Barajas, las baterías del PP apuntan hacia el flanco económico, donde la varita de Solbes parece haber perdido su magia por los efectos de una crisis económica que ha empezado a afectar seriamente a la UE.

La receta de los populares es enormemente atractiva para las clases medias –bajar el IRPF y el impuesto de Sociedades- y, forzosamente, obligará al PSOE a seguir sus pasos. “Hay margen para mejorar el IRPF sin subastas electorales”, reconoció este martes Zapatero en declaraciones a la SER, su confesionario particular. Es cierto que la inflación afecta a toda Europa –la más alta desde 2001-, que el petróleo y algunas materias primas se han encarecido para todos los países y que los tipos de interés no dependen del Gobierno sino del BCE, pero también lo es que, según todos los sondeos, una mayoría de españoles confía más en el PP para afrontar una etapa de vacas flacas.

A la espera de que el temporal amaine, el presidente ha empezado a equiparar el alarmismo de los populares con falta de sentido patriótico. Nada de lo que pasa –asegura- es atribuible al Ejecutivo, sólo lo bueno. Es lo mismo que decía el PP cuando gobernaba. Y en esas estamos.