Juan Carlos Escudier

Archivo de enero, 2008

¿Álvaro Pombo senador? Demasiado bonito para que acabe siendo verdad

Tomando prestados dos de los conceptos del discurso de ingreso de Álvaro Pombo en la Real Academia de la Lengua, podría decirse que no era verosímil que el escritor entrara en política, pero es verdad. Pombo será candidato al Senado por Madrid de Unión, Progreso y Democracia (UPD), el partido impulsado por Fernando Savater y que lidera la ex eurodiputada socialista Rosa Díez.

Pombo es un escritor delicioso, y es de suponer que sería un senador notable, dado el nivel medio de los padres de la patria que pueblan la Cámara Alta. El suyo es un paso al frente que no suelen acometer nuestros intelectuales de cabecera, toda una legión de espíritus puros que creen que la política es una actividad menor con la que no hay que mancharse las manos, aunque luego vivan de ella de una u otra manera y a cuerpo de rey.

Es improbable que Pombo acabe ocupando escaño, pero no ya porque su partido no se coma un colín el 9 de marzo, sino por la inicial de su apellido, que es una “p” y un grave contratiempo si se da la concurrencia con alguno de sus compañeros que se llame Díaz o, incluso, Pérez. Existe una relación directa entre la primera letra de los apellidos de los senadores y los votos que reciben, lo que dice mucho de las bases sobre las que se asientan nuestras instituciones. Ésta es, por ejemplo, la razón de que Esperanza Aguirre se salga de la tabla: todo se lo debe a su padre.

De Pombo se sabía su compromiso con UPD –lo de ser filósofo como Savater debe de unir bastante- y hasta le vimos el día de la Constitución leyendo un manifiesto del partido sobre la separación de poderes. No tendremos tanta suerte como para escuchar desde la tribuna del Senado alguno de sus discursos.

A la UPD de Savater y Rosa Díez las encuestas la entierran directamente sin necesidad de matarla. Pese a ello, presentará candidaturas al Congreso en las 52 circunscripciones. No caben esperar estrellas rutilantes en las listas. A uno con lo de Pombo ya le basta.