Algunas palabras sobre EL PASAJERO / STELLA MARIS de CORMAC MCCARTHY

Ayer tuve un sueño, bajo la luz de la luna se deslizaba una sirena para robar el cadáver de un hombre, las burbujas que subían hacia la superficie eran los recuerdos que nunca volverían. Un misterio aquel, el de las aguas profundas, que solamente se podría aliviar con un termo de té caliente. Entre escuchar a Mozart o la Credence Clearwater Revival, no hay discusión. Cormac McCarthy ha vuelto y va a ser exigente en su nuevo meridiano.

Como en el comienzo de una película mala de vampiros, como en la serie The Strain o aquel número escalofriante de La Cosa del Pantano, la luz no se atreve a adentrarse bajo el agua, el buceo se paga con dinero en efectivo. Cioran, plantas, hombres ranas. De esos que siempre quedaban en el estante de los muñecos de acción. Nadie quería un hombre rana si podía tener un ninja o un marine. ¿El sádico McCarthy mezcla bourbon con cerveza, amor con incesto? Long John, cuanto más estás bajo el agua más sed tienes.

Llegarán los hombres de negro y te harán callar durante un buen rato, muchacho. Entrar en calor, tener miedo a las profundidades, gastar una moneda o dos en la máquina de poner discos. La vida es un charco que nos rodea y si tienes miedo al agua estancada acabará por hacerse fuerte. El extraño es el que se parece más a una medicación, sustancias falsificadas, vicodín, potente, más de mil veces más fuerte que la morfina. Ojalá tuviera una caja de zapatos llena de valium. Solo tengo una metálica, con llave, para que todo el mundo pregunte. Dentro hay de todo, todo para el dolor, porque los que nos mantenemos secos tenemos siempre dolor, se extiende por nuestros miembros y terminamos resecos y resecos caminamos sin saber qué nos espera en la vida. Soy un hombre de gustos sencillos. Como el buzo del cuento.

El Pasajero es un ejemplo de narrativa entrecortada, heredera de principios de los ochenta, cuando Nam, el Vietnam, estaba todavía presente, muy presente. Sangre y metal para la vida civil. He hablado antes de la Credence Clearwater Revival, locura, sangre y metal en el culo, sangre y metal en las venas. Mismo metal con el que están hechas las medallas. Poco a poco, Charles. Todos conoceremos tu historia. Cuando lleguen los hombres de negro comenzarás a dudar, al acercarse los monstruos de patas interminables nos recordarás que cuando cierras los ojos los insectos siguen escarbando los párpados. Guerra en la televisión. Todos sabemos qué le ocurre a la vieja. Muchos se colocan y juegan con inspirar napalm. Qué muermo, qué hermoso.

La segunda novela: Stella Maris. Ocho años antes que la primera. Un diálogo anexo, una muerte de Dios, asesinada por una creyente en la matemática. La topología. La teoría de topos. Ríete, Esther. Ríete, Pablo. El donut que es igual que un globo. Entender a Dios es más complicado que entender el cuerpo de los números reales. Diecinueve y veinte. Hilbert, Poincaré y Dedekind. Si pudiera hacer una lista de reproducción con los matemáticos que aparecen podría tener un temario de matemáticas listo. Hablamos de Grothendieck que suena como una banda experimental del Berlín occidental, podría haber estado en los Bad Seeds. Stella tiene el ADN de uno de la banda de Robert Oppenheimer y acuden a ella todos los monstruos que surgieron del desierto cuando los panteones se abrieron. Busco en mis libros. Junto a la biografía de William s Burroughs tengo un libro del grupo Bourbaki, los misteriosos AIR de las matemáticas. Librerías de lance que dan alimento a los que estamos hambrientos.

«¿Es Stella Maris un libro sobre matemáticas? NO. Es un libro donde las matemáticas son parte de la vida. El gran secreto, el gran misterio. Teoría de conjuntos, aquella que mi madre tuvo que estudiar en los ochenta para que le concedieran sus sexenios como maestra, la teoría que iba a resolverlo todo y los manuales que quedan se parecen a los que se usaban para manejar máquinas con tarjetas perforadas».

Stella Maris tiene millares de páginas. Pero el número es parte del encanto. Porque se aproxima a Euler. Porque mezcla las sustancias con receta con Euler. Porque completa principios de abstracción lógica, Riemann, el trono de Euclides, la intrusión al infinito. Si lees con atención algunos de los libros de relatos de Jorge Luis Borges son más efectivos que una clase magistral de álgebra y tienen más poesía. Satanás -y cito textualmente-, solo quiere tu alma. A Stella Harris le persigue su hermano y el Chico Talidomida, que no tiene manos, solo una especie de aletas. ¿Puedes dormir con ellos en una habitación? Cuando tengo sueño puedo dormir en cualquier sitio.

John von Neumann -registrado al nacer como Neumann János Lajos-. Parte de la operación aquella con un clip en la esquina superior derecha. Von Neumann podría haber sido Reed Richards. Quizá lo sea en alguna de las novelas que están por escribir. Siguen buscando alguien para el casting de los Cuatro Fantásticos. Un dos por uno. Necesitarías un terapeuta como el de Stella Maris para poder olvidar a Neumann, para poder superar a Neumann, para vencer a Zenon con sus juegos de lógica. Muchas veces es mejor levantarse de la mesa y lanzar el juego, tablero y piezas al suelo. Y prenderle fuego. Mientras avanzas en la novela comienzas a sospechar que las voces con las que habla Stella son falsas. Las voces son líneas escritas, así que por definición son falsas. Es una invención de Cormac McCarthy.

¿Recuerdas Los Álamos? Ocho mil extintores y cinco piscinas. Los experimentos, como esta novela, sean reales o imaginarios, tienen una exigencia: “Si no estamos allí, no funcionan”. Si uno no vuelve al Tractatus no ha salido de su habitación. ¿De qué manera sabe que te han dado bien el cambio en el mercado te prepara para la mecánica cuántica? Volvemos al principio de todo, las paradojas, hay que comenzar con algo. Antes de recorrer el pasillo y salir de tu casa, antes de llegar a la mitad del pasillo hay que llegar a la cuarta parte del pasillo y eso, si utilizas números reales, es un concepto infinito. Pero, al final, sales. Normalmente. O te quedas leyendo. Del Lago Tahoe a Hiroshima. ¿Y si solamente somos las huellas que dejó una explosión nuclear global? ¿hubiera habido menos menos muertes con una invasión por tierra, mar y aire del Japón? No usar brujería, usar la fuerza bruta. La física es brujería, lo único que puede vencer a Superman.

¿Recuerdas Los Álamos? ¿Recuerdas a Göbel? ¿Recuerdas lo que sucederá dentro de ocho años, cuando un cuerpo desaparezca bajo el mar? Un cuerpo es más importante que un millón de cuerpos. Un muerto abre más telediarios que un millón de muertos. Si tienes algo de dinero cómprate el disco de Hidrogenesse sobre Alan Turing.

 

«En 1972 no había ninguna mujer que hubiera ganado la Medalla Fields (El Nobel de las matemáticas). Hoy, 2023, la única que obtuvo el galardón está muerta. Se llamaba Maryam Mirzajani y tenía 40 años cuando falleció. Su rostro me acompaña cada mañana cuando abro la puerta del departamento de matemáticas, en el pequeño instituto del pueblo minúsculo donde trabajo. Con su pelo corto y sus rasgos persas resulta atractiva. La ganó en 2014. Busco en wikipedia. En 2022, el año pasado, la ucraniana Maryna Viazovska recibió la Medalla Fields. Da clases en Suiza. Imagino que los zumbidos de la guerra no la dejarán dormir por la noche. La distancia no es obstáculo para el sonido de las armas».

Padres que se enamoran en instalaciones especiales de investigación ultrasecreta. Pienso en Alan Moore y el Doctor Manhattan. En la escena de Watchmen. En el reloj. Su hija dibuja el símbolo sigma mayúscula del sumatorio como si fuera un árbol de un trabajo infantil y sus raíces son diagramas de Feynman. Feynman tocando los bongos y creando sus propias reglas de integración y derivación. Feynman en los Álamos persiguiendo faldas plisadas blancas de las mujeres-calculadoras.

Un violín no es más que madera trabajada y un genio un niño que ha pasado mucho tiempo solo. Es cuestión de dimensión. Qué decepción al entender el proceso de creación de una escultura. Quíteme las correas, deme algún analgésico más, agárreme la mano. Es el final. ¿El final de qué? E

l final de esto.

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