La vuelta de los Proscritos, una de las mejores bandas que ha dado Aragón, la perfecta mezcla de sonido americano con poesía de la tierra, curtidos piratas beatniks, hombres del tambor y la armónica, eléctricos como una tormenta que nunca llegará… negros paisajes de primavera, tan raros y bellos como ver dos lunas en el cielo. Siempre habrá una habitación en nuestro motel para ellos. Este texto sirva como reverencia y admiración a ellos.
Aquí una selección musical para seguir el artículo
En el año 1983, en Binéfar, Huesca, se fundan los Proscritos, su primera alineación es Jose Lapuente en voz, letras y armónica, Antonio Solano en la guitarra rítmica, Richard D. Robinson en la solista, Felipe Puy en el bajo y Luis Arilla en la batería. La carretera, los beatniks, la mitología de En el camino y las grandes bandas norteamericanas, Credence Clearwater Revival, las mutaciones de Neil Young…son sus referencias. Son parte del ADN fundacional del rock aragonés… ganan, y esto es una anécdota curiosa, un concurso de popyrock en Huesca, por delante de los Héroes del Silencio… y graban en el año 1986 su primera referencia, apareciendo en el disco «Los Chicos de Provincias somos así», considerado el disco fundacional de la modernidad musical en Aragón. Junto a Lágrimas de Mermelada, John Landis Fans y Mas Birras, Los Proscritos aportan Como un disparo. El disco se graba en el año 85 y aparece dos años más tarde, en el primer aniversario de la revista MenosQuince fundada por el periodista musical Javier Losilla.
En el año 87 Los Proscritos aparecen de nuevo en un disco colectivo, esta vez Sangre Española, coordinado por Cachi (otro de esos nombres sin los que no se entendería la modernidad en la periferia de nuestra país) y publicado por Grabaciones Interferencias, el sello que publicará sus dos primeros LPs. Allí aparecen Voodo Surf , Como un disparo y esta revisión del clásico de los Rolling Stones, Dead Flowers (que había aparecido casi quince años antes en el clásico tóxico stoniano Sticky Fingers)y que les supone uno de sus primeros éxitos.
Es curioso que ese Dead Flowers, esas Flores Muertas, también se grabaran en castellano en esos mismos años por parte de Desperados, la banda donde estaban los hermanos Martín. Y lo más sorprendente es un tiempo más tarde, cuando Guille Martín, el guitarrista, vivía en Zaragoza (primero tocó con Ariel Rot y Calamaro en la primera encarnación de Los Rodríguez, tocaba en la banda de Calamaro, acompañaba a Ariel Rot y luego estuvo con Jaime Urrutia y los Trogloditas antes de fallecer trágicamente en 2006), se juntaba con Jose Lapuente y otros corsarios de la noche para revisar temas bajo el nombre de Habba. En el repertorio nunca faltaba Flores Muertas pero Guille prefería tocarla en la versión de Proscritos antes de la que habían hecho ellos en su disco El golpe de 1989.
Y también tuvo un versión por parte del grupo Dadá en el año 2010
La primera referencia de los Proscritos aparece en el año 1989, para el sello zaragozano Interferencias. Un disco con un enorme potencia acústico, con letras poéticas y sensibles. Junto con Los Mestizos, Mas Birras o Gabriel Sopeña en su versión Ferrobós o el Frente, aportaban el lado más auténtico de la música aragonesa, apartado de las veleidades jocosas tecnopop de otras bandas o del indie guitarrero de la época. No les va mal y venden bien (muy bien si hablamos de hoy, claro). En las caras b de los singles de la época hay jugosas revisiones de Dylan y su Like a Rolling Stones, en castellano. Las referencias cinematográficas, además de las literarias, son una constante en las letras de Lapuente y eso las convierte en uno de los elementos más apreciados por sus seguidores que reconocen la trascendencia de la propuesta.
Los ecos de Kerouac y el resto de generación Beat es innegable en las letras de Proscritos, la idea del viaje como camino y no como destino es fundamental para entender su legado. En este enlace se puede escuchar como esa influencia llegó a otros grupos de la región en Aragón y sirve como banda sonora para presentar una estupenda antología de homenaje a los beatniks, Beatitud (Editorial Baladí) que se editó en 2012.
Un estupendo segundo disco, Pobres Sueños, con un cierto aire continuista, aparece un año más tarde, y también lo publican en el sello Interferencias. La producción incluyen nombres como Juanma Elegantes o Sabino Méndez, recién salido de los Trogloditas, también aparece Aurora Beltrán, de Tahures Zurdos, colaborando en las voces. Debió ser una época muy brillante y la grabación incluye una versión de Pale Blue Eyes de la Velvet, repleta de sensibilidad rebautizada como Pálidos Ojos Azules…recuerdo incluso que Jose Lapuente me contó en una ocasión que existen grabaciones de esas sesiones, con Johny de los Burning en el piano, tocando canciones de siempre… en fin. Además, para los fans, se incluyen algunos temas que sólo aparecen como cara b como una versión de Neil Young y otra del Born to be wild de Steppenwolf.
Jose Lapuente con los Proscritos reivindica la figura del fuera de la ley, de los grandes del country y la música americana de raíces, Townes Van Zandt, Waylon Jennings, Kris Kristofferson… en sus palabras siempre hay referencias a los grandes de la poesía española, la lírica lorquiana, las canciones de 091… hablando con José Ignacio Lapido, compositor de la banda de Granada, nos contó en una entrevista lo siguiente:
«Uno de los primeros conciertos que dimos 091 fuera de Andalucía y Madrid fue en Zaragoza, año 84 más o menos, y el grupo que tocaba antes que nosotros era Héroes del Silencio, que por aquel entonces no tenían disco ni nada, de hecho nos pasaron una maqueta. Luego conocimos en Binéfar a los Proscritos, que eran una gran banda. Con José Lapuente hablo de vez en cuando y estuve a punto de colaborar en una grabación con Dos Lunas. Otro buen amigo es Sergio Vinadé, de Tachenko, al que conocí en los tiempos de El Niño Gusano. Me gusta mucho lo que hace ahora. Juan Aguirre me dice que Zaragoza y Granada tienen mucho en común en cuanto a escena rockera, y creo que tiene razón».
En el año 1993 el sello catalán Alleluia publica el tercer y último disco de la banda, Hablando otras lenguas. Aunque es un disco salvaje, la banda suena descompuesta, acercándose a las procelosas aguas de la música independiente de la época, con pinceladas funk, algo que ha envejecido no demasiado bien, la verdad. De todas maneras, es un disco muy por encima del nivel habitual de cualquier época de la música en Aragón.
En 1994 su cantante, Jose Lapuente, aparece como poeta y letrista en el libro de Drume Negrita, Poesía en el rock. Aparecen junto a él gente afín como Xavier Baró de Primavera Negra o los Tormentos (Baró fue el productor de Proscritos en sus primeras grabaciones en el recopilatorio Sangre española, la cercanía entre Lérida y Binéfar hacía frecuente el intercambio). Baró en aquel año 1994 acaba de publicar su primer disco en solitario, Blues de las muescas y sus textos aparecen en el libro, junto a un largo poema. También Gabriel Sopeña, Jesús López, Ángel Petisme o Eva Amaral. Se realizará un ciclo en el mítico bar Interferencias de Zaragoza, del que existe una grabación pirata del concierto en acústico de la banda, con Israel López como nuevo guitarrista. Al poco de deshacer la banda, Lapuente editará, también con la editorial Drume Negrita, un inencontrable libro de poemas, Cielo Cambiante, con ilustraciones de Rosina Abós. Era el año 1997.
En 2013 Lapuente firma el prólogo del libro Balas perdidas, ¿qué fue del siglo XX ? (guiño a la adaptación dylanina que hace la banda en sus primeros singles y a uno de los temas más emblemáticos de 091) de Xavier Mercadé. Una de las fotos del libro muestra a los Proscritos en directo en Barcelona y resulta de una belleza rockera insuperable. La muerte de Mercadé es otra astilla clavada en el corazón de una época de autenticidad e inocencia que ya no volverá.
La mayor parte de este texto está extraído del guión para el programa monográfico sobre Proscritos realizado en Comunidad Sonora en abril de 2010