El tizón australiano, un símbolo para la urgente acción ‘ecolectiva’

Decir que han ardido en Australia 11 millones de hectáreas ilustra un desastre sin precedentes. ¡Desde octubre y tantos millones! Algo así como la extensión de toda Bulgaria, que en los mapas de Europa se ve de buen tamaño; o si lo prefieren lo equivalente a una quinta parte de España. Semejante magnitud asusta, nos coloca ante la intemperie, pues algo similar así podría suceder una y otra vez en cualquier lugar. El premio Nobel de Economía Paul Krugman argumentaba en un reciente artículo publicado en The New York Times que lo de Australia se convierte en la nueva normalidad, para ilustrar lo que supone la emergencia climática que algunos contradicen y muchos ignoran. En el artículo llamaba la atención sobre una distracción lingüística, al decir de muchos científicos, que se esconde en el “relacionado con” el cambio climático para ocultar el “causado por”. Esta cuestión debería ser la ventana de realidad que nos ayudara a ver las cosas tal cual son: hay mucha más probabilidad que suceda. Afirmarlo con seguridad no se puede, dada la aleatoriedad del dónde, cuándo y con qué dimensión va a irrumpir ese episodio meteorológico/climático.

EFE/EPA/JAMES GOURLEY

Las impactantes imágenes que las redes han esparcido sobre los efectos de los incendios australianos forman parte de la distracción, luz y color, que nos emociona; pero sin más. Pocas veces somos conscientes del reto ambiental que tenemos por delante, algo enorme que cuestiona el futuro ambiental, económico y social. Los incendios se producían casi todos los años en el verano en el este de Australia (Queensland y Nueva Gales del Sur) pero estos años duran bastante más que antaño. Las reacciones políticas a lo largo del tiempo de las autoridades australianas –da lo mismo que gobiernen conservadores que laboristas- aterran casi más que los incendios. Otro tanto cabe decir de su desprecio por la descarbonización, la salud de los ríos Darling y Murray por vertidos agrícolas y ganaderos y la protección de las aguas marinas limítrofes al continente. Además, en esta zona se concentra casi la mitad de la población australiana, viven al límite de lo que les marcarán el previsible ascenso del nivel de las aguas marinas y los revueltos ciclones extratropicales. Estas incorrectas prácticas gubernativas se dan en otras muchas partes del mundo.

Los grandes incendios, en especial su frecuencia y su gran virulencia, son a la vez símbolo de una naturaleza entrópica, de un calentamiento global, de unas dinámicas climáticas extremas con episodios rápidos y graves. Ante todo, sus nuevas causas y consecuencias evidencian una desidia colectiva y un desprecio grave de gobiernos y ciudadanos ante lo que supone vivir al límite de lo desconocido. Las autoridades australianas, que ignoran eso del cambio climático a pesar de tener informes del año 2008 en los que les avisaban de las catástrofes que provocarían los incendios, han reaccionado esta vez tarde y mal; en Australia del Sur se han cargado a los dromedarios salvajes para que no se bebiesen el agua superficial; la gente clama por los animales muertos, que son incontables y allí vivían especies únicas en el mundo que se perderán para siempre.

EFE/EPA/JAMES GOURLEY


La capacidad de regeneración de los bosques australianos –el fuego es un elemento regenerador- es bien conocida pero la intensidad de los actuales incendios, su recurrencia, hace negar la posibilidad de que recuperen su biodiversidad, de que el eucalipto sí rebrote y adquiera el total protagonismo. Si siente curiosidad por la información actualizada de la evolución de los incendios en el mundo visite el Sistema de Información sobre Incendios para la Gestión de Recursos (FIRMS) de la NASA.

Pasados unos días, cuando el tizón australiano se apague, cuidado con los efectos de las lluvias torrenciales, las cenizas del olvido laminarán la catástrofe. Incluso a pesar de haber tenido que suspender los entrenamientos del Open de Australia –un escaparate mundial del país- por la mala calidad del aire; eso sí, el mundo deportivo ha organizado allí partidos de exhibición para recaudar fondos para que ayuden a reponer una parte de los perdido.

EFE/EPA/DAVE HUNT


Pasarán unos meses, qué digo, unos días, y el olvido y la dejadez reinarán hasta que llegue otra catástrofe de mismo signo o no, allí o en cualquier parte del mundo. Poco importarán los daños ambientales y en la salud de las personas, casi nada habremos aprendido lejos de Australia, ni siquiera nos quedará el aviso de uno de los símbolos de la incertidumbre: se nos quema la casa. ¡Ojo!, expertos forestales alertan de que los megaincendios superan la capacidad de extinción.

Podríamos pensar que Australia, símbolo y borrón social a la vez, es un caso especial y además nos queda muy lejos. Pero detrás de la proliferación de episodios de la naturaleza, desmesurados por sus efectos, están nuestros modelos de vida. A pesar de las alertas de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), mucho nos tememos que la negación del cambio climático, u otros fenómenos asociados a la mala gestión de la enrevesada existencia colectiva -como puede ser la contaminación del aire de las zonas urbanas- seguirá, pase lo que pase. De conservar a los negacionistas y hacer que rebroten nuevos bosques de estos –que en España son hasta responsables políticos que niegan que la contaminación mate– ya se ocuparán quienes por ahí incentivan mentiras ciertas. Más de una vez nos preguntamos en este blog qué hace falta para que se aprecie que algo parecido al imaginado caos antrópico, el colapso más o menos parcial de territorios o gentes, no es ahora quimérico. Sea evitable o no, lo cierto es que el asunto tiene mala pinta, pero lo que es seguro que ni la inacción ni la resignación apagan los fuegos apocalípticos.

Se dice por ahí que quizás haya que convencer a la gente ofreciendo empleos verdes, que consoliden sociedades más sostenibles; algo se hace pero es necesario mucho más. El año 2020 ha nacido pensando en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como promocionan gobiernos y empresas para que todos nos encontremos en La Cima 2030 que aquí imaginamos; hasta hemos visto los ODS en los calendarios que los grandes bancos regalan a sus clientes. En las televisiones y radios salen cortes publicitarios y se emiten programas que hablan de ellos. ¿Será esa la naciente esperanza? El nuevo Gobierno de España tendrá una Secretaría de Estado para la Agenda 2030; varias CC AA cuentan con Direcciones Generales o algo similar. Habremos de estar atentos a lo que se esconde detrás de palabras y eslóganes para acompañar cada uno de nosotros las buenas intenciones con participación ‘ecolectiva’; esa sí que podría reducir los efectos de los incendios, de otros episodios de la naturaleza con efectos críticos que nunca nos abandonarán del todo.

Lean Australia, crónica de una tragedia por venir en el blog que mantiene la Fundación Renovables en 20minutos.es y compondrán una visión completa de lo que tenemos por delante.

Escribe aquí tu comentario





    Normas para comentar en 20minutos.es

    • Antes de enviar su comentario lee atentamente las normas para comentar en 20minutos.es.
    • Esta es la opinión de los internautas, no la de 20minutos.es.
    • No está permitido verter comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.
    • Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
    • Por favor, céntrate en el tema.
    • Algunos blogs tienen moderación previa, ten paciencia si no ves tu comentario.

    Información sobre el tratamiento de sus datos personales

    En cumplimiento de lo dispuesto en el Reglamento (UE) 2016/679 del Parlamento Europeo y del Consejo de 27 de abril de 2016 relativo a la protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de datos personales y a la libre circulación de estos datos, y Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales le informamos que los datos de carácter personal que nos facilite en este formulario de contacto serán tratados de forma confidencial y quedarán incorporados a la correspondiente actividad de tratamiento titularidad de 20 MINUTOS EDITORA, S.L, con la única finalidad de gestionar los comentarios aportados al blog por Ud. Asimismo, de prestar su consentimiento le enviaremos comunicaciones comerciales electrónicas de productos y servicios propios o de terceros.

    No está permitido escribir comentarios por menores de 14 años. Si detectamos el envío de comentario de un usuario menor de esta edad será suprimido, así como sus datos personales.

    Algunos datos personales pueden ser objeto de tratamiento a través de la instalación de cookies y de tecnologías de tracking, así como a través de su acceso a esta web desde sus canales en redes sociales. Le rogamos consulte para una más detallada información nuestra Política de Privacidad y nuestra Política de Cookies.

    Los datos personales se conservarán indefinidamente hasta que solicite su supresión.

    Puede ejercer sus derechos de acceso, rectificación, supresión y portabilidad de sus datos, de limitación y oposición a su tratamiento, así como a no ser objeto de decisiones basadas únicamente en el tratamiento automatizado de sus datos, cuando procedan, ante el responsable citado en la dirección dpo@henneo.com

    Le informamos igualmente que puede presentar una reclamación ante la Agencia Española de Protección de Datos, si no está satisfecho con en el ejercicio de sus derechos.