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Tampoco Breton Woods es una marca de Whisky. Porque el periodismo internacional no es solo cosa de hombres, ocho mujeres ofrecen un punto de vista diferente sobre lo que pasa en el mundo.

Las fronteras más peligrosas

Refugiados sirios

Centenares de refugiados sirios llegan a la estación alemana de Saalfeld / EFE

Estos días hemos visto como miles y miles de refugiados llegan por el Mediterráneo a Europa, ¿pero qué otras travesías hacen los inmigrantes para alcanzar otros continentes? Hoy abordamos otras rutas también muy transitadas, pero aún más peligrosas.

Somalia-Yemen

A través de ella, muchos africanos quieren llegar a las monarquías del Golfo. Del 2006 al año pasado, el Acnur alertó que más de medio millón de africanos se habían aventurado por esta peligrosa ruta que pasa por Somalia, luego cruzar el Golfo de Adén y llegar al Yemen rumbo Arabia Saudí. Una muestra de ello es la foto ganadora del World Press Photo de 2014 en la que se ve a un grupo de subsaharianos buscando cobertura con su móvil en la playa de Yibuti (Somalia), donde esperan embarcarse hacia el Yemen.

Foto World Press Photo

Fotografia titulada la «Señal» de John Stanmayer y con la que ganó el World Press Photo. En ella se ven inmigrantes buscando señal con el móvil en Yibuti / EFE

Esta ruta es bastante peligrosa, ya que se cruzan dos estados considerados fallidos: Somalia y Yemen. Asimismo, ambos países viven sumergidos en un conflicto armado. Los musulmanes grupo armado somalí Al Shabab se enfrentan con a un débil gobierno que no tiene ningún control real del país. En el Yemen, la situación no es mucho mejor. Desde que este estado se creó en 1990, el país vive sumergido en una guerra permanente, ya que la parte del sud quiere independizarse del norte. Actualmente, el sud lo controla Al-Qaeda, mientras que el norte está bajo el control del grupo rebelde chiita houtis. Ahora, una misión de tropas internacionales, lideradas por Arabia Saudita (un país sunita) tratan terminar con los rebeldes del norte, y es que la monarquía saudita no quiere tener en sus fronteras a un enemigo aliado de Irán, el único país chiita del mundo.

Muchos de los inmigrantes que intentan llegar a Arabia Saudí no lo consiguen y se quedan atrapados en la ciudad yemení Haradh. En esta ciudad en en 2013, en tan solo un mes, se liberaron a 1.600 personas que habían caído víctimas de las redes de trata.

Repúblicas euroasiáticas

Esta es otra de las fronteras más transitadas del mundo, pero también de las más peligrosa. Miles de personas, especialmente, tayikos, uzbekos y kazakos cruzan estas repúblicas asiáticas para llegar a Rusia en busca de una vida mejor. De hecho, aunque parezca mentira, Tayikistán es el país del mundo que más vive de las remesas, según globalvoices.

Por otro lado, fuentes del gobierno ruso, detallaron que el 1 de junio de 2014 vivían en este país 11,1 millones de extranjeros la mayoría procedentes de Uzbekistán (2,5), Ucrania (1,6), Tayikistán (1,1), Azerbaiyán (607.000) o Moldavia (584.000). Además, en 2013 se cifró en cerca de 3,3 millones de extranjeros que vivían irregularmente en Rusia, la mayoría de las repúblicas asiáticas y ucranianos. Concretamente, 900.000 uzbekos, 400.000 tayikos y 500.000 ucranianos.

El gran inconveniente, por eso, es que en este caso los inmigrantes comparten su camino con la ruta que hacen los traficantes de opio y la heroína que trasladan estas drogas de Afganistán a Rusia. De hecho, desde Afganistán salen tres rutas para transportar el opio hacia Europa. La sur que va vía Pakistán, la oeste por Irán y la del norte por las repúblicas euroasiáticas en las que circula el 21% de la droga que sale de Afganistán. En este caso, Tayikistán es la gran puerta de entrada y por su suelo pasa el 73% de la heroína y el 43% del opio que circulan por la ruta del norte. Una vez aquí, se dan dos rutas diferentes: una que va por Kirguizistán y atraviesa Kazajistán para terminar en Rusia; y la otra que va por Kirguizistán, Uzbekistán y Kazajistán para finalizar también en suelo ruso.

De Centroamérica, México a Estados Unidos

La Bestia

La fotoperiodista Claudia Guadarrama ilustró la travesía de los inmigrantes subidos en La Bestia. En la imagen se ve un hombre saltando del techo de un tren a otro que está a punto de salir / 20 Minutos

Centroamérica y, especialmente, México se ha convertido en un sitio de tránsito tanto de sudamericanos como centroamericanos que quieren alcanzar suelo estadounidense. Por el corredor que une México con Estados Unidos pasan 12,2 millones de inmigrantes al año, especificó recientemente la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) según cifras que recoge BBC Mundo.

Hasta ahora, en el camino, se subían a lo que se llama La Bestia, un tren que cruza de sur a norte México y en el que los inmigrantes escalaban hasta el techo de este vehículo. Pero este tren también va acompañada de la tragedia, inmigrantes mutilados porque se caen de su tejado o incluso grupos criminales que se aprovechan de la situación y se enfilan en la parte superior del tren para robar a los indocumentados. Por eso, a finales del año pasado, el gobierno de México con el argumento de fortalecer la seguridad está vigilando más a La Bestia para evitar que se suban los inmigrantes, por lo que estos han empezado a buscar nuevas rutas que incluyen largas horas de caminatas por el desierto. De hecho, esto ha propiciado que una vez en México se hayan establecido nuevos caminos, hasta once rutas diferentes, para alcanzar el sueño estadounidense.

Otro de los grandes problemas de estas rutas es la presencia de grupos criminales como las maras en Centroamérica y, aún peor, los carteles de la droga en México, especialmente, en los estados fronterizos con Guatemala y los que se sitúan en la frontera con Estados Unidos. Estos carteles suelen hacer presos a los inmigrantes a los que explotan laboralmente o hasta sexualmente o los matan para robarles. Precisamente, en agosto del 2010, el cartel de los Zetas ejecutó a 72 inmigrantes, 58 hombres y 14 mujeres, un hecho que salió a la luz porque el ecuatoriano Luis Fredy Lala Pomavilla escapó con vida d ella matanza y lo denunció. En la última década han desaparecido unas 70.000 personas haciendo este trayecto, según la cadena alemana Deutsche Welle.

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