Por Vicky
Al levantarme esta mañana he abierto las ventanas. Había un sol intenso que no veía en mucho tiempo, hacía calor y un vistazo rápido al calendario me confirmó que ya era verano. Tiempo de hacer un descanso, planificar vacaciones, concluir con las obligaciones, poner fin a varios proyectos. Y según me indica el calendario hoy toca cerrar este proyecto, aunque no del todo.
Para escribir este último post decido ‘celebrarlo’ haciendo algo diferente y voy al bar más cercano para desayunar con el portátil en la mano. Perdida en mis pensamientos sobre qué tema debería tratar esta vez, tendría que aparentar lo suficiente de concentrada y determinada como para que un pasajero decidiera elegir a mí para pedir indicaciones con la siguiente pregunta: «¿Eres de aquí, verdad?». Hace unos años cuando alguien me lanzaba la misma pregunta entendía de manera automática que se refería a mi nacionalidad. Lo tenía tan claro porque la mayoría de las veces andaba perdidísima en la calle, tenía mucho acento y evitaba a la gente que pedía indicaciones. Siete años después hasta les contesto que efectivamente soy «de aquí, de Madrid».
Es irónico que cada vez que vuelvo a Grecia y a mi verdadera ciudad voy a demostrar que ‘soy de allí’, regresando a los sitios donde siempre salía a pasear o a tomar algo, por mucho que en aquel entonces me quejaba de que tampoco es que había mucho más y que ya empezaba a aburrirme. Me sorprendo al descubrir que ya no existen o que se han transformado en otra cosa. Me sorprendo aún más al darme cuenta que para descubrir nuevos sitios, consulto páginas tipo TripAdvisor como haría cualquier persona nueva en la ciudad que empieza desde cero. Mi vida ha dado una vuelta no tan vuelta. En siete años no he dejado de sentirme como un ‘turista’ entre dos ciudades millas lejos la una de la otra.
Por eso he pensado que lo justo sería que mi última aportación para este medio fuera una despedida no despedida. Porque sé que de algún modo me seguirán preocupando temas parecidos a los que estuve compartiendo en este blog, volveré después del verano con nuevas curiosidades o que posiblemente me encontraré de nuevo ‘haciendo el turista’ en una nueva ciudad europea.
Quizás la próxima vez que alguien me pregunte en la calle si soy de aquí, tendré que contestarle que «sí, de aquí… de Europa».