Archivo de enero, 2019

¿Con qué aplicaciones se mueve mejor Europa?

Por Vicky

Notas de prensa, los telediarios, notificaciones, suscripciones.. hay mil maneras de que te llegue un hecho noticioso. Hay tantos medios que si pasa algo verdaderamente importante, probablemente siquiera tendrás que conectarte a tus redes sociales o salir de casa para enterarte. De algún modo se hará eco y la noticia te llegará.

Es impresionante cómo hemos conseguido llevar vidas tan distintas, estar muy lejos, pero permanecer tan cerca a la actualidad. La sensación de que tenemos el control sobre los diferentes asuntos que se desarrollan a nuestro alrededor es lo que nos hace más participativos. Ser miembro activo de una sociedad no es una obligación, pero estos ritmos alocados de intercambiar conocimiento no te dejan escapatoria.

A veces me gusta imaginarme teniendo la opción de huir, de salir de casa por la mañana y volver por la noche sin que nada me haya despertado la curiosidad, sin nada ‘’especial’’ que contar luego. Seguramente alguien que vive en el pueblo más remoto de España no valorará las cosas de la misma manera. Para mí es cuestión de minutos informarme de una manifestación en la Puerta del Sol y tomar la decisión de acercarme. Para muchos no es así.

¿Depende entonces del grado de la proximidad? Tampoco. Es una conclusión un tanto anticipada y por lo que he llegado a comprobar totalmente errónea. Tomemos el ejemplo de la Unión Europea. ¿En qué medida está Europa realmente presente en nuestros pueblos, ciudades o regiones? La respuesta es: a fondo.

En la UE no hay distancias. Millones de personas trabajan a diario para facilitar la comunicación y la convivencia, aunque a veces cueste verlo con claridad. Nada más ni nada menos que 98 aplicaciones se han creado en los últimos años para seguir aportando información útil a los residentes de -literalmente- cualquier rincón de la comunidad europea.

Mantenía también mis dudas hasta hace unos días que alguien me introdujo a Lo que Europa hace para mí. En esta página web, también disponible para dispositivos smartphone, encontrarás información por regiones de lo que la UE aporta. Datos económicos exactos de las subvenciones que recibe y a qué sector se destinan. Programas para mejoras en Sanidad, Educación o eventos y asociaciones culturales impulsadas por la U, así como enlaces a estudios sobre proyectos a la vista. Y el alcance es sorprendente.

Sobre alimentación, la más divertida y completa es Open Food Facts, que viene en modo de aplicación solo para smartphones. Se trata de una base de datos rigurosa en la que se va añadiendo información sobre la calidad nutricional de todo lo que sale en las etiquetas de los productos comprados en supermercados y otros comercios. Si tienes curiosidad por saber qué productos están admitidos o qué alimentos del mundo se prevé que se comercialicen próximamente en la UE, esta aplicación te resolverá muchas dudas.

Youthmetr.eu puede resultar útil tanto para los más jóvenes, que es a los que se destina principalmente la aplicación, como a padres, ya que se combinan los datos sobre la política de juventud de la UE con datos nacionales sobre una serie de cuestiones que afectan a los jóvenes (como la educación, el empleo, la salud y la inclusión social) para crear un mapa interactivo que muestra las variaciones del Índice de Desarrollo de la Juventud en las distintas regiones de la UE. En otras palabras, la medida en que las distintas regiones cubren las necesidades de los jóvenes. Oportunidades laborales también se incluyen y se informa de los fondos sociales existentes, así como de las principales cualidades que piden las empresas a contratar de los candidatos.

Si eres muy viajero y crees que ya te sabes el TripAdvisor de memoria, prueba KH HIT-CITY. Es una aplicación para dispositivos móviles que reúne en una sola aplicación Google Maps, Google Street View, Wikipedia, previsiones meteorológicas, información sobre restaurantes, teatros, farmacias, eventos, fotos, vídeos y muchos otros temas y funcionalidades. A pesar de que no es mayoritariamente conocida, está bastante actualizada.

Y si no sueñas con escapar de la realidad como yo y lo tuyo es estar cada vez más conectado y mejor informado te recomiendo estas dos aplicaciones.

Por una parte, ‘’el semáforo’’ de la UE llamado Horarios del tren legislativo de la UE (sí, tal cual). Es una página web que te guía por las vueltas y revueltas de la legislación europea. Es decir, permite seguir los avances de algunos expedientes legislativos durante el mandato quinquenal del presidente Juncker (2014-2019) y como bien sospechas utiliza muchas metáforas ferroviarias.

Por otra parte, Twitter hace tiempo que ha lanzado MEPTwitter. Más del 80% de los diputados al Parlamento Europeo tienen una cuenta en Twitter y la mayoría tuitean todos los días. Objetivo de esta aplicación es facilitarte la lectura diaria y reunir todos los tuits de los parlamentarios actuales en tiempo real con una búsqueda muy potente. Además, genera estadísticas sobre los temas del momento(trending topics) y sobre los usuarios mencionados con más frecuencia en diferentes periodos de tiempo.

Estas son solo algunas de las aplicaciones que más y mejor funcionan, pero todas están muy bien enfocadas a su labor de atender las necesidades y dudas de cualquier residente de la UE esté donde esté. Suena a promoción publicitaria, pero un vistazo te convencerá de que así sabrás moverte por todos los países miembros como si estuvieras en casa.

Conducir en Reino Unido, ¿un mundo aparte?

Por Tom

En la mayoría del mundo, la gente conduce al revés; en el lado equivocado de la carretera. Encima, los coches están montados también al revés. Bueno, antes de vivir en el continente de Europa de verdad, pensaba así… sin embargo, tras unos años en España, se ha modificado mi forma de ver las cosas. Ahora me encuentro soltando frases como «en Reino Unido conducimos en el otro lado» o incluso «es que en mi país conducimos al revés» y cosas semejantes. ¿¡Qué me está pasando?! Baste decir que ahora me viene muy bien que en Londres haya pintando en el suelo look left para evitar que te aplasten al cruzar la calle. <modo ironía on) Menos mal que estamos saliendo de la Unión y estaremos libres de conducir como nos dé la gana (modo ironía off).

La mayor diferencia entre nuestros países conduciendo es esa, que el sistema se ha montado al revés y, por lo tanto, los coches también. En principio sí es verdad que causa confusión. Al llegar a España, cogí un taxi, metí la maleta en el maletero, y subí tranquilamente al asiento del conductor. Tardé un par de minutos en entender por que el taxista insistía tanto que el taxi era suyo… hasta entender que no era el taxi a que se refería, sino el asiento. Pues, ahora me pasa en Reino Unido; ahora hago el baile de ‘a ver que lado del coche es mío’ antes de subir.

Luego, hay límites de velocidad. En Reino Unido medimos la velocidad en millas por hora; estamos tan orgullosos de nuestras millas, pese al hecho que el resto del mundo mide todo en kilómetros (no voy a hablar de medir grosor en pulgadas, altura en pies, ni peso en piedras…esto es otro post entero). El límite máximo de la velocidad en Reino Unido es 70 millas por hora, que se traduce en 112 km por hora.

Por suerte el velocímetro también mide en millas, que 70 es mucho más fácil de identificar que 112. Otro dato quasi-relevante es que en Reino Unido también nos encantan los radares, las cajitas aparecen por todos lados con sus amigables caras sonriéndonos en las carreteras para felicitarnos por pasar los limites de velocidad.

En España las rotondas son muy populares, pero en Reino Unido es otro nivel. En EE UU tienen fobia a las rotondas, nosotros las amamos. Tan grande es nuestro amor que en muchos casos una sola rotonda no nos vale, y ponemos dos o tres en serie. Donde aprendí a conducir en Colchester (hace ya más años que quiero contar), había una serie de cinco mini-rotondas para acceder a un centro comercial. La rotonda más grande de Reino Unido es un complejo de cinco rotondas formando una mega-rotonda en Swindon que se llama La Rotonda Magia (seguramente el truco es salir vivo). Como podéis imaginar, llegar a este mastodonte y ver la señal de trafico advirtiendo que te espera al final de la carretera, podría provocar infarto o convulsiones.

Señal de aproximación a la rotonda mágica de Swindon desde el sur. (Dickbauch/Wikimedia Commons)

Los pasos de cebra en Reino Unido son exactamente iguales que en España, rayos blancos sobre asfalto negro. Pero hay una excepción, también normalmente hay una especie de farolillo amarillo que parpadea para que los veas a distancia. En general la gente respeta más a los pasos de cebra en Reino Unido, la idea de saltar un paso con la mano apologética de ‘uy, no te había visto,’ mientras hay alguien en el borde, provocará colapso total. En España es algo más relajado, hay de decir que en Madrid bastante bien…luego en otros lugares el sistema es algo más semejante al de Italia: los pasos cebra son simplemente para romper la monotonía del asfalto y no significan absolutamente nada para el conductor. ¡Cruza si te atreves!

En Reino Unido cuando pillas el carné es al contrario de España. No tienes puntos. Empiezas con cero y vas ganando. Pero la idea es NO ganar. Cuantos más puntos tienes, más probable es que te lo quiten. Si cometes una ofensa te dan puntos y si llegas a 12 puntos en un periodo de tres años, te lo quitan durante seis meses. Si, en los dos primeros años después de aprobar, acumulas seis puntos, te lo quitan. Parece mucho, ¿verdad? Pues no, porque no te dan los puntos uno por uno, no no, te los dan de tres en tres. Es decir, con dos ofensas YA LLEGAS y adiós nuevo amigo carné de conducir. Si la ofensa es muy seria, tipo conducir borracho, te lo quitan sí o sí, hay una multa indefinida, y puede que vayas a la cárcel. Hay una lista completa que se puede consultar aquí,  que me parecen ser bastante similares a las penas en España.

Luego, al pie de la lista hay ofensas que no suman puntos… las ofensas de bici. Montar en bici de modo peligroso es una multa de 2.500 libras, montar en bici sin cuidado debido y precaución, una de 1.000 libras. Te quedas arruinado, pero con la licencia intacta.

(M.T.)

Por último; lo de los ‘besos.’ En Reino Unido tenemos un orgullo de nuestros coches que no pega nada con el estado en que normalmente los encuentras. Debido al clima de mie…. el clima húmedo que tenemos, los coches suelen estar pintado en los colores normales… debajo de una capa de barro que, dependiendo del época del año, llega a un punto más o menos alto de las puertas.

Pese a esto, estamos muy, pero muy, orgullosos de nuestros coches. Por lo tanto, la idea de aparcar utilizando los parachoques de los coches como guías nos llena de pavor y pánico. En el primer año en España, estuve en dos accidentes en rotondas; iguales pero en lados opuestos. La primera vez chocamos con uno que paró de repente sin motivo en una rotonda, y otro que paramos nosotros y nos chocó el de atrás. En ningún caso hubo realmente daños a ninguno de los dos coches. En Reino Unido hubiera sido cosa de llamar a la policía, la guardia nacional, y posiblemente la primera ministra (si no estuviera tan ocupada con el Brexit). En España se hace una mini pantomima de ‘ups, lo siento’ desde dentro de cada coche y se sigue con el viaje.

Hace unos años mi mamá, aparcando en la calle, se confundió entre las marchas, dio para adelante en vez de marcha atrás, y chocó ligeramente con el coche de delante. Con un pánico desencadenado y los ojos de animal silvestre acorralada, se dio a la fuga y desapareció para aparcar el coche en el supermercado al otro lado del pueblo. Durante las dos siguientes semanas vivió en el terror que la policía vendría a por ella por no denunciar un accidente de tráfico. La mentalidad es distinta.

Hay cosas buenas y cosas malas de cada sistema, como en todo, dos lados de la historia. “To drive someone mad” es una expresión muy común en Reino Unido, y en ambos países hay cosas que te pueden volver loco en cuanto los coches, y maneras de conducir.

An Island in every way

Por Tom

A few months ago, a story broke in the British press of a woman speaking Spanish on the Overground in London. A man had suddenly confronted her shouting “you need to speak English, you are in fucking England, you shouldn’t speak other languages.” According to witnesses, the woman, completely taken aback, was unable to respond to her aggressor in English and garbled something in Spanish. Becoming even further enraged, the man then punched the woman in the face.

Someone on the train pulled the emergency brake, but the attacker jumped off the train and ran away, leaving the woman injured and bleeding on the train.

British Transport Police reported that they had arrested a 56-year-old man related to the incident.

The 7th of April 2018, a similar incident occurred on the central line in London. Two friends were chatting in Spanish when they were assaulted by two women shouting that in England you speak English. The two attackers grabbed the victims by the hair, dragging them around and causing facial and scalp injuries. The police were requesting witnesses and looking through camera footage.

What is possibly more shocking in these two cases was the total lack of intervention by members of the public. Granted, the incidents must have occurred very quickly, but still, we have all seen (unless you live under a bridge) videos of people leaping the the aid of people in similar situations. Maybe it was the lack of visible differences of the victims, apart from the language, there was nothing to separate them from anyone else. Or perhaps it was because that until now, there hadn’t really been any incidents of violence against Spanish-speaking people.

Suffice it to say, it’s a troubling pattern.

Friends tell me that in some cities in the UK there is one day a year named “bash a Spaniard” or something similar. This day is dedicated to drinking and searching the streets for Spaniards to deliver beatings to.

A year after the Brexit referendum, the crimes motivated by discrimination have risen 23% overall, in some areas as much as 50%. Paradoxically, the number of accusations has decreased.

Tendayi Achiume (UN expert) after visiting the UK declared the in the wake of Brexit there was a period of acceptable racism that was getting bigger all the time.

An Island in every way

Un vagón del metro de Londres. (KERIM OKTEN / EFE)

Lo que debes saber si decides coger el coche en Grecia

Por Vicky

Este martes todas las señales de tráfico deberán estar adaptadas a la nueva norma que quiere que el máximo de velocidad se fije a los 90 km/h en carreteras secundarias en España, que se suma a una norma vigente en otros quince países europeos. Fenómenos como la contaminación y los accidentes de tráfico han hecho que se replanteen los límites de velocidad también en Grecia. Pero el panorama es bastante distinto.

Hay que tener en cuenta dos datos muy tristes: el primero, que Grecia posee el registro más alto de accidentes en Europa y, en segundo lugar, que ocupa el 5º puesto a nivel mundial de los países más peligrosos para coger el coche.

Los accidentes de tráfico no siempre son mortales y se deben, principalmente, a esa tendencia de los griegos a desobedecer a cualquier ley. En este caso, la tónica habitual es que las luces de alto sean prácticamente ignoradas, los conductores no se intimiden o se avergüencen por otros cuando se les indica que han hecho algo mal y hacer un uso de la bocina tan frecuente que deje de tomarse con seriedad cuando aparece un peligro real. Tampoco encontraremos en la parte trasera de su vehículo el chaleco amarillo que en teoría se obliga guardar por si hay que salir del coche en mitad de la carretera o el cinturón puesto a no ser que seas quien se pone frente al volante.

(Héctor Martín / EFE)

Según expertos en GPS, la alta criminalidad en las vías es lo que le hace un país extremadamente peligroso para circular en coche. Hay 227 robos por cada 100.00 habitantes. Los únicos países que superan este registro, son Líbano, Uruguay, Colombia y Costa Rica.

Entonces, es lógico que se hayan querido tomar medidas que hagan la decisión de coger el coche más fácil. La primera ley que fue aprobada hace apenas un año fue la de reducir el máximo de velocidad a 70 km/h en las carreteras urbanas convencionales para camiones, autobuses y vehículos mixtos adaptables. En autopistas se sigue circulando a 120 km/h y en zonas céntricas y pequeñas vías a unos 50 km/h.

A diferencia con España, de momento no ha habido un protocolo con medidas anticontaminación para Atenas (considerando que es la ciudad más transitada) y el tráfico se ha regulado solo un par de veces y de manera muy esporádica.

En cambio, la medida más debatida que fue presentada en el Parlamento el pasado mes de diciembre fue la de dejar de multar a aquellos conductores que dan positivo en un control de alcohol. La idea es que se les quite directamente la licencia durante seis meses. Si la persona en cuestión vuelve a dar positivo tres veces más, entonces tendrá que presentarse de nuevo al examen de conducir para adquirir su carné. La aprobación de esta ley se valorará a lo largo del 2019.

Por otra parte, también se espera que se rebaje la edad de obtener carné de conducir a los 17 años. Los jóvenes que sacarán su licencia con éxito tendrán que ir acompañados por un adulto de mínimo 30 años de edad, con experiencia en el volante de más de cinco años y sin haber acumulado ningún punto o falta en el último año.

Con estas medidas se pretende devolver la seguridad a las carreteras griegas, un desafío al que se enfrentan a diario tanto los residentes del país como sus visitantes. Unas soluciones sencillas por las que los colectivos de víctimas han luchado muchos años.

(EFE)

Cómo acabaron los taxistas griegos con Uber y Cabify

Por Vicky

Uber operaba en Grecia desde el septiembre del 2015 y prestaba sus servicios a unas 450.000 personas. Sus coches negros, cómodos y elegantes, pronto empezaron a aparecer en varios puntos de Atenas y con el tiempo el contraste con el amarillo de los taxis tradicionales chillaba en exceso.

Actualmente, Grecia es uno de los países de la Unión Europea en los que no se permite el negocio de los VTC (Vehículos de Turismo con Conductor). Los taxistas mostraron su frustración frente a la plataforma invasora al auténtico estilo griego. Se produjeron manifestaciones violentas, con barricadas, bengalas, huelgas, detenciones y denuncias. Aquellos días se recuerdan como el ‘western ateniense’.

El argumento de los taxistas griegos es el mismo que los españoles. Aseguran que Uber y Cabify están matando su negocio y que lo que quieren no es convivir con ellos, sino acabar con el sector y sustituirlos. Sin embargo, un vistazo a las cifras oficiales parecen demostrar lo contrario.

Es cierto que entre los años 2016 y 2017 se produjo un aumento considerable en las licencias para ejercer la actividad de arrendamiento de vehículos con conductor. Este tipo de autorizaciones se daba a individuos que se ocuparan posteriormente como chóferes. Sin embargo, la facturación de los taxis nunca ha caído ni ha sido afectada por Uber.

Los taxis tienen un fiel público en Grecia, cuyos clientes siempre han sido satisfechos por los servicios que se les ofrecía. Lo otro era meramente una nueva moda a probar, no a adoptar. Entonces ¿qué fue lo que atemorizó a los taxistas?

Informes oficiales del transporte público de Grecia indican que el 80 % de los turistas que visitaban el país y que ya eran clientes de Uber en sus países de procedencia, preferían este servicio para moverse durante sus vacaciones. Adivinad qué sector mueve la economía griega. Efectivamente, los taxistas sabían que no iban a perder la confianza de los griegos pero no podían hacer predicciones sobre los gustos y preferencias de los extranjeros. Ellos eran algo no podían controlar.

¿Por dónde atacaron?

En Grecia cualquiera que que quiere expandir sus negocios, puede hacerlo siempre que pague impuestos en el país. Da igual si su sede se encuentra en el extranjero o si no tiene una representación física-materializada. Los taxistas aprovecharon el hecho de que Uber no cumplía con ninguna de las dos condiciones. Sus oficinas estaban por el mundo y las transacciones se realizaban con PayPal.

Esta fue su narrativa ante los tribunales, nacionales y europeos. Los buenos, legítimos taxistas que pagan todos sus impuestos contra los desconocidos conductores que cobran.. a saber bajo qué condiciones y que no aportan al sector tanto como ellos.

‘’Es como desatar la guerra contra la tipografía en la época de la Edad Media’’, decían algunos a favor de evitar la extinción total de Uber. Los taxistas ya habían triunfado. Su argumento era irrebatible. No sabemos si los VTCs podrían haber convivido con los taxis tradicionales. La cita anterior me parece correcta. En realidad, el pasado choca con el futuro. No hay una afirmación absoluta al respecto. Supongo que depende de cuál de los dos mundos vives el momento.

El Parlamento en Atenas con un taxi al frente (M.T.)

Los taxistas también están enfadados en Londres

Por Tom

A menos que vivas en una cueva, sin redes sociales ni amigos, habrá llegado a tus oídos lo de los taxistas. Están enfadados. ¿El motivo? Los VTC o vehículos de transporte con conductor, (y yo me pregunto como contratarías a un vehículo que viene a por ti y te lleva por ahí si NO tuviera conductor, pero bueno).

Hay taxistas cortando las calles principales de la ciudad, lo llaman una huelga indefinida de taxi en Madrid y Barcelona. ¡Wow, huelga indefinida! Taxis y taxistas bloquean el aeropuerto, Fitur, M-40, etc. Una huelga sin precedentes. Han causado millas de atascos y caos en general. Esa era la idea, una huelga de la que nadie se da cuenta no es muy efectiva.

¿Cuál es el problema? Pues los servicios como Uber y Cabify. Representan una amenaza a su trabajo. Los taxistas mantienen que Uber, por ejemplo, es una empresa de taxis, en competencia directa con los taxistas de las ciudades, pero Uber refuta eso, diciendo que es una empresa que conecta los conductores con las personas. Los taxis no pertenecen a Uber, y los conductores son autónomos.

(M.T.)

En Londres el TfL (Transport for London) ha decretado que los vehículos de Uber si siquiera son taxis porque las máquinas que llevan para medir tiempo y distancia no están conectadas a los coches, sin embargo, los taxistas dicen que es porque el gobierno tiene miedo a los abogados de Uber.

En Londres ha pasado exactamente igual. Huelgas, calles cortadas, y caos. Los taxis son negros, pero todo lo demás es igual.

Para ser taxista de uno de los icónicos taxis negros de Londres debes, primero, aprobar una prueba que se llama “el conocimiento”. Para ser conductor en “todo Londres” (dentro de un radio de seis millas de Charing Cross) la prueba consiste en aprender 320 de las posibles rutas entre distintos puntos de la ciudad y elegir la ruta más eficiente para tu cliente sin mapas, GPS, ni consultar a tu radio operador. Para asegurar que has aprendido bien las rutas (se requiere que hagas todas las rutas previamente para estudiar lo que hay en cada zona, puntos de interés, etc.), el examen te pide que hagas rutas desde distintos puntos de interés semejantes a las rutas que hayas aprendido, pero no iguales, para que no puedas aprender la ruta de un libro o internet. Normalmente se tarda entre dos y cuatro años en aprobar.

Los costes de ser taxista en Londres son altos. Hay que pagar el vehículo (£28,000), seguro (£1,600 anual), plaza de garaje (£1,300), y luego tienes reparaciones. La licencia de los taxistas cuesta £254 por tres años y el coche £193 por año si tiene menos de tres años, si tiene mas de tres años y el precio sube a £228, y con más de 7 años pagas £263. Encima hay que hacer una prueba de ITV dos veces al año.

Según el Guardian, un taxista en Londres gana alrededor de £23,000 al año.

El típico taxi negro londinense. (GTRES)

La popularidad de servicios como Uber y Cabify es indiscutible. La gente da motivos como educación, limpieza, comodidad, te ofrecen agua, la ruta es fija, pagas a través de la app, casi siempre es más barato, no tienes que salir a la calle y pedir o esperar etc.

Uber, sin embargo, está prohibido, o ha estado prohibido o restringido en varias ciudades: Bruselas, París, Berlin, Houston, Portland, Seattle, Miami, Nueva York, San Francisco entre otras.

Entonces, ¿qué deberíamos creer? Pues me gustaría leer vuestras opiniones y vuestros comentarios acerca del tema…

 

Going home

Por Tom

I learned pretty fast when I arrived in Spain that there was a important phenomenon around the idea of ‘the hometown’ in Spain. I didn’t get it right away, partly because I had just got here, and partly because I didn’t really speak Spanish yet. So, the idea of going back to your hometown escaped me whenever someone told me “I’m popping to ‘the village’ for the weekend.” Trying to be encouraging, I responded that it sounded like a great idea to go and visit a village for the weekend, and which village were they going to? “MY village.” They told me, “it’s called Pamplona, do you know Pamplona?” I thought Pamplona was a city?! So, I really had no idea what was going on.

So, I continued in my ignorance, wondering what could be the seduction of Pamplona. However, as I spoke to other people, my impression of the mysteries of ‘the village’ to which people fled at every opportunity grew.

Apart from visiting various weekends a month, it turned out that Christmas, summer, easter, and any other random long weekend, people also escaped the city and were drawn back to their places of birth. I finally understood ‘village’ wasn’t as villagey as I had assumed, and in fact encompassed basically everywhere that’s not Madrid, whether it be a tye of five houses or a major city.

The sensation of going back, of nostalgia, the family reunions and friends from the ‘village’ is very common in Spain.

El Pozo de los Frailes, en Almería. (GTRES)

However, in the UK, that doesn’t really happen in the same way. Yes, it’s true that people go back to wherever their parents live, or if they are on holiday maybe they pop in for a few days, but the idea of going home to your ‘other home’ doesn’t really exist.

Maybe it’s because of the movement of people, maybe in your childhood village there’s nobody you know, your parents might have moved, maybe it’s that fact that English families are usually smaller and there are fewer uncles, aunts and cousins. Perhaps its the actual physical distance between English villages, in general, there are a lot more people, in a lot less space. Your parents’ village tends not to be their parents’ village. As a result, people live in the surrounding villages, working and socialising in some places, shopping in others, and in consequence, the village doesn’t have such a consolidated identity. It may also be that the ‘typical’ things from many many years of the UK have been lost to the mists of time. Now there are very few typical clothes, typical songs and music, nor typical food. Another reason may be the lack of really decent beaches on which to spend the summer (presumably why we come in droves to litter the coasts of Spain), so going back to the ‘village’ for the summer fill us with unnameable dread.

In general, then, British villages, apart from being fairy-tale pretty don’t have a lot of their own identity left and even less unity between residents.

El euro y el dra(c)ma

Por Vicky

Con el arranque del 2019 el euro cumplió 20 años y el pasado martes los presidentes de la Comisión Europea, del Eurogrupo y del Banco Central Europeo asistieron a un acto conmemorativo para celebrar su… ¿éxito?

Si la moneda comunitaria cobrara vida, probablemente sería de esas personas que se avergüenzan de su edad y esquivan la pregunta con un ‘’y tú cuántos me echas’’. Hoy son 19 los estados que forman parte de la zona euro y unas 340 millones personas usan esta divisa a diario, convirtiéndola en la segunda más utilizada en el mundo. Estas cifras indican grandes logros, pero lo cierto es que de sus 20 años de historia, el euro ha pasado 10 en crisis.

Actualmente, no es la moneda más popular en Grecia y muchos se muestran nostálgicos de los viejos tiempos. Yo no puedo opinar lo mismo, porque el cambio del dracma al euro me pilló bastante pequeña. En ese momento justo aprendía a manejar la ‘moneda más antigua del mundo’ y recuerdo cosas muy básicas, como la equivalencia de 1 euro en dracma (340 dr.) y de las transacciones más habituales.

 

Una mujer camina cerca del monumento al dracma griego que fue reemplazado por el euro en el año 2002, en Atenas, Grecia. (Orestis Panagiotou / EFE)

Las típicas meteduras de pata de los niños me han servido para hacerme una idea de lo que tenía entre mis manos, aunque sin ser consciente de su valor exacto. En lo que yo recuerdo como uno de los primeros paseos con mi familia en un barrio muy céntrico y concurrido de Atenas, mi madre me dijo de pillar algo de su cartera para que se lo dejara al músico callejero que estábamos escuchando los últimos cinco minutos y que tanto le había aplaudido tras su última canción. Ella confiaba en que yo había aprendido el mínimo y lo máximo coste que puedes pagar por algunos servicios y productos, así que me dejó calcular lo que ‘merecía’ este hombre. Se puso roja cuando vio al músico callejero corriendo detrás de nosotros para devolvernos el billete de 200 dracmas que le había dejado. Acto seguido, se disculpó y le dio las gracias.

En teoría le había dejado mucho menos de lo que hoy sería 1 euro, lo que indica que he valorado bien la situación. Pero sed atentos al formato. Una cantidad inferior al euro se consideraba suficiente dinero como para que tuviera la forma de un billete y no la de una moneda. De vuelta a casa, mi madre me recordó que cuando visitamos la panadería no dejamos más de 80 dracmas, que mis chuches no cuestan más que 30 dracmas, el periódico que compra papá todos los días no supera los 100 dracmas y que este paseo (los billetes del bus) nos ha salido a 150 dracmas por persona. Dicho de otro modo, por poco no contraté a este hombre para cantarnos un fin de semana entero con el dinero que le había dado.

Mis vagos recuerdos se confirman por mi entorno, que ha vivido más años con el dracma. Hablan de un día a día diferente, mucho más barato y digno. Por eso, muchos griegos dicen que no echarían de menos el euro ya que la única facilidad que les ha aportado fue la de poder viajar sin límites en su presupuesto a llevar al extranjero. Teoría con la que discrepo totalmente.

No se puede volver al pasado a medias, solo con lo positivo y obviando todo lo malo. La era del euro no se define solo por el cobre de salarios y la compra-venta del comercio tradicional. A todo esto se le ha añadido la digitalización, la globalización y lo virtual. Y nadie puede negar que la moneda comunitaria ha pasado la prueba, a niveles que te hacen creer que se ha creado para este »nuevo» mundo. No podemos saber cómo serían las cosas con las antiguas divisas, pero lo seguro es que el proceso de equilibrio de costes y de lograr transacciones justas para todos sería algo muy complicado.

Por supuesto, nadie se quejaría si no fuera por la crisis económica del 2008. La idea de la unión encantó a la mayoría de los países del continente europeo y muchos se animaron a unirse como fuera para aprovechar de lo positivo. Los problemas surgen -cómo no!?- cuando alguien tiene que pagar la fiesta.

‘To brexit or not to brexit’, ¿una cuestión de orgullo?

Por Tom

Este martes 15 de enero el Parlamento británico decidió que el acuerdo que ofreció nuestra querida Theresa, al que dedicó tanto tiempo a costa de básicamente todo lo demás que debería estar haciendo como primera ministra, no valía. Lo rechazaron. Fue, según la BBC, la mayor derrota en 100 años, por un margen importante además.

Banderas de la Unión Europea y una bandera de la Union Jack ondeando este jueves ante el edificio del Parlamento en Londres. (EFE/NEIL HALL)

Pues muy bien, ¿y ahora qué? Buena pregunta, Thomas. Al parecer, nadie lo sabe. Ahora hay aun más incertidumbre…y ya sabemos todos como nos afecta la incertidumbre. ¡Huimos de ella! Hay muchas empresas ya que han salido disparadas. Técnicamente tienen sus sedes en el Reino Unido, pero en nombre solamente: una mini-oficina con una sola persona para coger el teléfono.

El hombre más rico del Reino Unido y fogoso impulsor del ‘brexit’, Jim Ratcliffe, ya se fue a Mónaco con todo su dinero.

Internet está ahora lleno de explicaciones y evaluaciones de lo que pasó y como pasó y, más importante, que pasará ahora. Por ejemplo la BBC nos lo explica con ilustraciones tan enormemente simplificadas que al verlos te sientes imbécil. Aun así, no entenderás nada de lo que pasará al Reino Unido.

20minutos está haciendo una encuesta: ¿Crees que debería volver a ofrecerse a los ciudadanos del Reino Unido la opción de votar de nuevo el ‘brexit’?  Los votos por el sí se mantienen alrededor de 75%, los votos por el no en un 25%.

Estoy de acuerdo con estas cifras. Desde mi punto de vista, tiene mucho sentido. Hay unas personas que creen que el gobierno debe respetar el voto, la opinión de la gente y que no se debería votar de nuevo. Hay otras que creen que la mejor opción sería parar la locura ya y hacer otro referéndum, que seguramente ganará ‘permanecer’. ¡Yuju! Hagámoslo…

¡ESPERAD!

Una encuesta de Survation en el Reino Unido ha descubierto que el 60% de la población está a favor de un segundo referéndum. Muy bien, no tantos como esperaba yo, y no tantos como aquí en España, pero una mayoría. Y en el caso de un segundo referéndum, el porcentaje de gente que votaría ‘permanecer’ ha subido a un 54%. ¡Pero eso no es nada!

No logro entender como puede haber tanta gente, ya viendo los pre-efectos del ‘brexit’, que sigue creyendo que es irse buena idea. Ni hablemos del ‘brexit’ duro; el ‘brexit’ no deal. Francia ya se cagó y empezó a prepararse para lo peor. Holanda también, Bruselas…hay una larga lista. Al parecer somos los únicos que seguimos divididos en partes casi iguales en cuanto al mejor proceder.

Yo creo, personalmente, que es el orgullo.

Psychology Today dice que el ‘autovalor’, cuando está enlazado con la imagen propia, complica bastante la cosa. A lo mejor somos una isla no solo geográfica y  también mentalmente estamos separados de la Unión Europea. Siempre ha sido así, incluso durante los años inmersos en la UE, hemos mantenido nuestra moneda por ejemplo. Dentro, pero aparte.

No sé si es la ‘resaca’ de la pérdida del histórico imperio sobre el cual reinamos durante siglos. O quizás que la gente todavía está con la idea de la Gran Bretaña de la postguerra en la mente; de la isla que, con actitud desafiante, impidió a la tiranía de los Nazis. «We lost 7 million British, Commonwealth and Americans fighting for this country to be free. We are not handing it over to the Europeans, that’s for sure (perdimos a 7 millones de británicos, personas de la Commonwealth, y americanos luchando por la libertad de este país. No vamos a entregarla a los europeos, lo aseguro)» es una opinión de uno de los manifestantes “pro Brexit” durante el voto en el Parlamento.

Captura de vídeo que muestra una vista general de la cámara, en el Parlamento en Londres, el 16 de enero. (EFE/ Parliamentary Recording Unit)

Otro motivo podría ser la compensación; compensamos por una pérdida percibida de importancia globalmente (por eso los ingleses peleamos siempre con todo el mundo cuando bebemos… o sea siempre).

Lo más probable, en mi humilde opinión, es que la gente se ha puesto en modo burro, se ha puesto las anteojeras y no quiere ver otras posibilidades o caminos.

Los políticos también parecen haber cogido la idea del ‘brexit’ como un niño agarra un juguete de otro simplemente porque quiere lo que no tiene y sigue aferrándose a ello aunque no lo quiera. Está bastante claro, también, que los políticos no van a sufrir con cualquier cambio que nos traiga el ‘brexit’, no tendrán que salir del país, no quedarán fuera, esperando desesperadamente la noticia si su aplicación para entrar ha sido aceptado o no. No tendrán problemas con el dinero. Me imagino que no todos los políticos siempre fueron tan ‘políticos.’ A lo mejor en su juventud eran idealistas, francos, y, básicamente, menos gilipollas…pero algo pasa siempre y se convierten en  los ‘políticos’ del momento que conocemos y ‘queremos’.

Detalle de los calcetines de Nigel Farage en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo el 16 de enero. (EFE/ Patrick Seeger)

A ellos les digo que a lo mejor es hora de dejar la pantomima; los roles que han asumido ya no nos sirven. Basta con el postureo.

Piedad por mi país.

Ser autónomo en España y ser autónomo en el Reino Unido

Por Tom

“Soy autónomo” son palabras que provocan risas a escondidas, caras de pena o explosiones de ira. Ser autónomo es una cosa sado-maso. La situación se conoce bastante bien por encima: está jodida. Luego, al indagar en las normas, obligaciones, papeleos, si tener gestor, impuestos varios, facturas (o no) y mil cosas más, una nube negra y densa desciende sobre tu cabeza y tu mundo queda oscuro y borroso. Empiezas a tener pesadillas. Te despiertas gritando, sudado entero con imágenes tuyas vendiendo todas tus pertenencias en Wallapop para mantenerte a flote. De repente palabras como ‘precio,’ ‘ahorros’ e ‘ingresos’ te dan pánico absoluto. Tus amigos te preguntan “¿oye, vamos a tomar algo?” y tú, con cara digna, respondes: “¡sí, creo que me puedo permitir un vaso de agua de grifo!”. Y esto todavía es el primer mes.

Escribiendo esto a través de la neblina de lágrimas, me acuerdo de la primera vez, después del primer mes, que tuve que pagar todo y hacer facturas y toda la movida…y me regocijé. No iba a tener que ni vender mis cosas ni prostituirme en la calle (como muchos amigos me había sugerido). ¡Qué alivio todo! No sabía de que estaba hablando toda la gente con sus advertencias de la maldición, la destrucción y la ruina. ¡Qué ingenuo fui! Esos días intoxicadores me dieron una falsa confianza, vi mi vida extendiéndose frente a mí como un río dorado de plenitud y éxito.

Hasta que llegó el fin del primer trimestre. Mi mundo de color rosa dejó de existir. Me abandonó la esperanza. Y casualmente el mes siguiente fue enero. ¿Qué pasa en enero? Has de pagar los impuestos y todo tipo de horrores. Lo de debajo es una lista de cosas que tienes que hacer en enero siendo autónomo… O sea, para tirarme de mi ventana. No lo hice porque vivo en un cuarto y no creo que me muera.

Día 21 de enero: (Al caer el día 20 de enero, fecha habitual de vencimiento del plazo de presentación, en inhábil se traslada la fecha de cierre al lunes, día 21)

  • Modelo 111 retenciones del IRPF del cuarto trimestre de 2018.
  • Modelo 115 retenciones de alquileres de inmuebles del cuarto trimestre de 2018.
  • Modelo 123 Liquidación de retenciones por intereses.

Día 30 de enero:

  • Modelo 303 declaración IVA del cuarto trimestre de 2018.
  • Modelo 349 declaración operaciones intracomunitarias del cuarto trimestre de 2018.
  • Modelo 309 declaración no periódica de IVA del cuarto trimestre de 2018.
  • Modelo 390 anual IVA de 2018.
  • Modelo 130 pago fraccionado del IRPF en estimación directa del cuarto trimestre de 2018.
  • Modelo 131 pago fraccionado del IRPF en módulos del cuarto trimestre de 2018.

Día 31 de enero:

  • Modelo 180 anual retenciones de alquileres inmuebles de 2018.
  • Modelo 190 anual retenciones del IRPF de 2018.
  • Modelo 184 anual entidades en régimen de atribución de rentas de 2018.
  • Modelo 179, declaración informativa trimestral de la cesión de uso de viviendas con fines turístico, año 2018.

O sea, WHAT!?

Llevaba cuatro meses de autónomo, ganando bastante poco, y me cobraron lo para mí fue una fortuna. Sí que te devuelven una parte luego en abril, bien… Pero mientras tanto tienes que sobrevivir (o por lo menos yo sobreviví) comiendo sopa de zapatos.

Los primeros seis meses, a pesar del choque de enero, no fueron tan terribles al final pero mi felicidad no duró mucho. Llegó el mes siete y subió la cuota de autónomos…y aun peor, ¡pasa cada seis meses! Sabía que iba a suceder, pero cuando es tu dinero hay una reacción visceral. Duele.

No vamos a hablar (ni pensar) en la subida del impuesto de autónomos en el presupuesto de este año, porque no quiero provocarme infartos, ni llanto ni nada del estilo. Basta decir que se ha subido de nuevo.

Un Reino Unido el sistema es diferente. No tienes que pagar impuestos sobre la renta hasta que no tengas beneficios por encima de una cierta cantidad,  12.500 libras este año. Luego, cuando tengas más beneficios, sigues sin pagar por las primeros 12.500 libras, solamente se aplica en lo que ganes a partir de esta cantidad. Y hasta 50.000 libras se aplica un 20%.

Otra cosa muy importante: si no facturas más de 85.000 libras, OCHENTA Y CINCO MIL LIBRAS, no tienes que pagar IVA. No existe para ti. Piénsalo. Un mundo sin IVA. Como ganar en negro, pero en blanco. ¡FLIPA!

Luego solamente te queda por pagar un 9% (hasta beneficios de 46.350 libras) y listo.

No hay impuesto de autónomo por atreverte a ser autónomo.

FOTOS: GTRES.