Por Vicky
Cierra los ojos. Piensa en tu casa. Ahora divídela por la mitad e imagina vivir con lo absolutamente básico: una cama, armarios, sofá, baño, cocina y un par de libros. La miniaturización del confort no es algo nuevo. Los catálogos de Ikea han sido admirados precisamente por la capacidad de transformar pequeños espacios en lugares donde todo quepa y que además den la sensación de amplitud y de buena estética.
Hoy, 8 de noviembre, se celebra el Día Mundial del Urbanismo para recordarnos la importancia de la creación de urbanizaciones sostenibles. La tecnología nos ha ayudado bastante en eso, garantizando el bienestar en todo tipo de espacios y asegurando largas estancias. Uno de los últimos movimientos relacionados con la construcción de viviendas, consolida esta idea.
¿Conoces las microcasas?
Seguro que sí. Si además vives en grandes ciudades como Madrid, es muy probable que vivas en una ‘microcasa’ aunque no lo sepas. Son viviendas que no superan los 40 metros cuadrados, su compra ronda los 50 o 70 mil euros y son ecológicas (por necesitar menos recursos que una vivienda normal). Ya te estás dando cuenta de las diferencias entre tu piso y una mini casa. En ciudades superpobladas este modelo resulta ideal, ya que ahorra mucho espacio. Sin embargo, su construcción se realiza acorde con las antiguas estructuras, de tal manera que acabas disfrutando solo de los inconvenientes de una pequeña casa.
Alquileres altos, instalaciones que gastan y contaminan igual que cualquier casa de más tamaño, son las características de una ciudad adicta al ladrillo. La movida de lo que en inglés se llama tiny houses quiso imitar el estilo canadiense, que cumple con las necesidades de los dueños y con su compromiso con el medio ambiente. En Japón también tuvo presencia como solución a problemas económicos y de accesibilidad a la vivienda. En ambos países con buenos resultados.
Entonces, ¿qué falla en Europa?
Tanto en España como en la mayoría de países europeos, no se contemplan de momento las tiny houses por una especie de vacío legal. Los planes de ordenación urbanas establecen dimensiones mínimas para cada estancia. Por eso, las microcasas en Europa no son consideradas como viviendas, sino como remolques y normalmente ubicadas en las afueras de las ciudades. Muchas veces tienen que ser declaradas como casas temporales o desmontables por ser prefabricadas.
Su tinte hipster es otro desafío que retrasa la expansión de este tipo de viviendas. La resistencia cultural es fuerte y no se fía de lo que aparenta venir como una moda. Además, es cierto que responde a una vida solitaria y no familiar. Lo que a su vez lo hace compatible con una generación amante de la independencia y sensibilizada con las cuestiones medioambientales.
Actualmente, y a pesar de su bajo coste de instalación, las tiny houses todavía no han tenido demasiado eco en el país. En España las podemos encontrar solo en Barcelona, en Grecia tienen una presencia singular en Creta y en Francia existen en la capital y alrededores.
El debate está abierto y especialmente vigente en días como los de hoy.
Y tú, si puedes llevar una vida normal y estar a gusto en un apartamento vacacional tipo AirBnb, ¿probarías con una casa más pequeña?
He creado un sitio nuevo deconstrucción de tiny house. Estoy en el el pirineo francés, me gustaria hacer una invitación a seguir el blog, y a discutir todas las cuestiones relevantes sobre el tema.
08 octubre 2019 | 1:17 pm