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El impacto social de la meteorología

La meteorología nos envuelve. Impregna cada una de nuestras labores y suma su influencia, ya sea positiva o negativa, en todas nuestras actividades. Desde la más o menos intrascendente visita a la peluquería hasta la planificación de una complicada edificación. Siempre está ahí, incluso antes de salir de casa ya la consultamos, para vestirnos y no pasar frío o calor.

Tras la definición, muy personal, de ola de calor que efectué hace ya casi dos años, y que estos días pasados ha generado bastante actividad y controversia en redes sociales, uno de los criterios más discutidos es el del impacto social. Hay opiniones (como la de Jacob Petrus, meteorólogo de Telemadrid, y de Angel Rivera, anterior portavoz de la AEMET) que no terminan de ver este criterio como decisivo a la hora de caracterizar un episodio de calor como verdadera «ola de calor«. Y para mi es definitivo.

Soy consciente de que, con la que está cayendo, la importancia de esta definición puede resultar baladí para ti, pero es a nosotros, a los meteorólogos, a los que nos toca discutir y debatir sobre ello. Si nosotros no lo hacemos, ¿quién lo hará?

A pesar del calor, hay ganas de verano, ¿eh? El Palmar en 2009. Foto Emilio Rey.

A pesar del calor, hay ganas de verano, ¿eh? El Palmar en 2009. Foto Emilio Rey.

El impacto social es asunto estratégico para el organismo oficial responsable de la meteorología en nuestro país, la Agencia Estatal de Meteorología. En el preámbulo de los propios estatutos de la AEMET podemos leer:

Los fenómenos meteorológicos y climáticos presentan una acusada incidencia en todos los sectores de la sociedad y de la economía. Los eventos meteorológicos afectan profundamente a la estructura de los asentamientos humanos, la rutina de la vida cotidiana, la salud de las economías nacionales y la calidad del medio natural.

Y, más tarde, en el artículo 1, punto 3, el objeto de la AEMET queda claro:

El objeto de la Agencia Estatal de Meteorología es el desarrollo, implantación, y prestación de los servicios meteorológicos de competencia del Estado y el apoyo al ejercicio de otras políticas públicas y actividades privadas, contribuyendo a la seguridad de personas y bienes, y al bienestar y desarrollo sostenible de la sociedad española.

Parece claro que los efectos de cualquier evento meteorológico sí deben ser tenidos en cuenta. En el caso que nos ocupa, tras los cuatro días de calor extremo de finales de Junio no se percibió un aumento claro de incidencias hospitalarias, golpes de calor, ingresos o fallecimientos, algo que, desgraciadamente sí se está viviendo en la ola de calor que afecta al este de los Estados Unidos, con más de 30 muertos y miles de récords por calor superados. Y así ocurrió, y coincido con el meteorólogo Carlos Almarza, en las tres grandes olas de calor acaecidas en nuestro país en los últimos años: 1994 (dos semanas de duración) , 1995 (alto número de fallecimientos) y 2003 (la más importante en todos los aspectos).

Desde luego, esos cuatro días de Junio de 2012 no pasarán a la historia de las olas de calor, sólo quedará, por más o menos tiempo, algún registro para la posteridad. Y ya.

 

4 comentarios

  1. Dice ser angel rivera

    Emilio, si de lo que estamos hablando es de definir una ola de calor lo que te digo es que el «impacto social» no es una variable «independiente» para esa clasificación. Si pones varios días de temperaturas máximas y mínimas muy altas el «impacto social» lo tienes asegurado. En la catalogación de un fenómeno meteorológico como «hecho físico científico» no se puede incluir un dato sociológico. Ello no quiere decir que el impacto social no sea lo mas importante; por supuesto. Pero fíjate que los parámetros que emplean las autoridades sanitarias para dar avisos en relación con ese «impacto social» son precisamente umbrales determinados de máximas y mínimas y días de posible duración. Como ves, ahí hay unas «causas físicas» y una CONSECUENCIA: el impacto social. Cuestión distinta es que quieras medir un hecho no físico sino sociológico o médico.
    Espero que todo quede así aclarado. Saludos

    11 julio 2012 | 12:38

  2. Emilio Rey

    Gracias Angel por tu comentario. Para mí una ola de calor es un hecho meteo-sociológico, ese es el detalle. No sólo un hecho científico, que también. por supuesto. Trasciende los límites de la mera medición de temperaturas y pasa a ser un evento de connotaciones sociales. Quizá esa es la diferencia principal en mi argumentario. Lo demás, y repito, en mi opinión, es un simple episodio de calor, sin más. Creo que este es el punto de debate, y por supuesto, discutible, ya que es una opinión personal.

    Contesto por aquí a los comentarios suscitados en twitter, ya que allí estamos limitados por 140 caracteres y no es la herramienta ideal para debatir. Y sí lo es un blog, en mi opinión.

    @JacobPetrus comenta: «Para mi también el impacto social es importante, ¿pero como lo catalogamos? ¿Quien estudia si hay impacto? Si la ola de calor de 2003 no se hubiese estudiado y no conocieramos el impacto social que tuvo, ¿dudaríamos? catalogar una «ola de calor» en función del impacto social no será posible, más con los recortes actuales»

    Efectivamente, es importante su catalogación, definitiva. Y sí, se puede, y de hecho sólo hay que buscar un poco en internet para ver que se ha hecho en cada episodio de ola de calor. Con datos muy concretos y con tablas que demuestran el incremento por encima de la media de incidencias por calor. No se trata de quién lo mide, por otro lado. Eso no nos corresponde a los meteorólogos, sino el recoger esos datos e informes y completar nuestra catalogación del episodio en función de ellos.
    Puedes revisar uno de estos informes sobre la ola del 2003 aquí: http://scielo.isciii.es/pdf/gs/v18s1/06valoracion.pdf

    @Divulgameteo comenta: «El impacto social en Europa de la erupción del Eyjafjalla en 2010 fue mucho mayor que la del Krakatoa en 1883. Cuidado con eso. Y hay una parte de azar, en ocasiones favorecido por malas praxis (rotura de presas, colapso de redes eléctricas…)»

    Claro Jose Miguel, y el atentado de las Torres Gemelas también tuvo impacto. Pero hablamos de olas de calor. De temperaturas excepcionalmente altas, no de volcanes, ni de presas. Y de un cuarto criterio que debe cumplirse, en mi opinión, tras otros tres, que referencian de forma concreta a temperaturas, extensión y duración. Hablamos de calor y de su incidencia. Mi opinión es que un episodio puede ser catalogado como «ola de calor» si cumple los cuatro criterios.

    @meteolp dice: «el impacto depende del tratamiento de los medios. gota fria 200mm y mueren 6niños en un camping. Gota fria 600mm sin víctimas…que tiene mayor impacto social»

    No estoy de acuerdo Antonio. El impacto es cuantificable de forma clara. Se compara con las medias del Instituto Nacional de Estadística. Hay datos de muchos años atrás de fallecimientos e ingresos hospitalarios, y su correlación con episodios de altas temperaturas. En el informa anterior puedes verlo. Los medios de comunicación no tienen cabida aquí, estos son datos objetivos, independientes. El ejemplo que pones no es válido, por tanto. Hablamos de calor y no de lluvias, huracanes o volcanes, repito. Ciñámonos a episodios de calor.

    @angel_rivera8 dice: «En las temperaturas creo que el impacto social es mas «automático». Cuatro o cinco dias con max de 40 o mas y minimas de 22 o 23 y el impacto social es clarísimo»

    O no. No se ha detectado impacto social alguno en el episodio de finales de Junio. Cuatro días de temperaturas extremas, tanto máximas como mínimas y no ha habido incremento alguno de las medias de fallecimientos o incidencias para estas fechas. Mi opinión es precisamente esa, que, de haberla habido, sí podríamos haber hablado de «ola de calor» con más propiedad.

    En todo caso, muchas gracias por aportar vuestras opiniones, podemos seguir por aquí. Twitter no vale para el debate.

    Salud, Emilio.

    11 julio 2012 | 15:42

  3. Dice ser hemorroide

    Sorprendente el impacto, es cierto. Resulta chocante que un atocinado cochista que sale de casa y se mete en el coche con su calefacción o aire acondicionadop dependiendo de la estación, y todopara ir a la oficina que tiene a cuatro pasos, luego regrese a su casa y vuelva a tomar el coche para meterse en un centro comercial de esos a hacer cuatro compras… pues eso, que al notas le interese el tiempo que va a hacer manda cojone.

    11 julio 2012 | 16:29

  4. Dice ser angel rivera

    Está claro Emilio. Para mi una ola de calor es un hecho puramente meteorológico y para ti meteoro-sociológico. Está bien pero no se suele considerar así en otros sitios. Si miras por ejemplo el blog de Jeff Masters hablando explícitamente de las olas de calor de Norteamerica no las clasifica ni las valora utilizando referencias de impacto en la población aunque pueda hablar de ello. Pero bueno, si para ti es «meteoro-sociológico»pues no hay mucho mas debate. Gracias por dar a conocer tu visión del tema.

    11 julio 2012 | 22:46

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