Archivo de la categoría ‘Monólogos becarios’

Una visita que no te esperas

BecConsejo: «No abras la puerta si no conoces»

Sé que parece evidente, pero no lo es tanto. Si no conoces a la persona que llama, no abras la puerta, y si la conoces, piénsatelo. De lo contrario os puede pasar lo que viví yo el domingo: Jugaba Nadal contra Federer, el Barça estaba a punto de pasearse ante el Valladolid (enhorabuena a los premiados) y el Madrid estaba listo para estrellarse en Málaga
. En ésas, tocan a la puerta… y mis padres abrieron.

Eran unos amigos suyos, de ésos que no suelen pasarse por casa de uno salvo para molestar. Como supondréis, la visita del domingo no era excepción. Quizás habéis vivido una situación similar: llevas horas esperando a que pongan algo en la tele (película, partido, serie…) y llega alguien a joderte con el objetivo de sabotearte.

Modalidades

Versión padre: No le interesa de qué va la serie, no la ha visto jamás, pero te pregunta. «¿De qué va? ¿Ése qué hace? ¿Esos dos están juntos? Pues no me termina a mí de convencer la serie ésta…»

Versión madre: La película no le interesa, probablemente se dormirá antes de que acabe, pero no pierde la ocasión de elucubrar. «Seguro que el del pelo blanco es el malo». «Mamá, es Leslie Nielsen y la película es de risa». «¿Y esto te hace gracia? Pues anda que es gracioso el tío ése».

Versión amigos de mis padres: No han visto un partido de tenis en su vida y de fútbol saben lo que mi mono de plástico, pero se permiten el lujo de opinar. «Nadal ha perdido potencia en su tren inferior», dice él. «Federer no es el mismo desde que ha sido padre», dice ella. «Lo de Guardiola sí que tiene mérito», apostilla él. «A mí me da lástima por Clemente… ¡es tan gracioso!» concluye (afortunadamente) ella.

Así que en ésas estamos, un poco enfadado por no haber disfrutado del domingo como Dios manda y un poco inquieto porque el martes habrá una visita sorpresa en Hoy puede ser un gran día, la serie de humor de la que ya os he hablado alguna vez.

Me dice un confidente que un famoso se dejará caer por la serie, pero para tranquilidad de la familia, no será de ésos que se apoltronan en tu casa a opinar de lo que echan en la tele como si vivieran ahí.

No quiero imaginarme a Miguelín intentando guardar los modales ante una visita. Es más, la única experiencia hasta el momento ha dejado bastante que desear, como recordaréis. Aunque claro, me da que el famoso que visita la serie no se va a pasear en ropa interior por la casa, como hizo la prima, y eso, quieras o no, te quita tensión.

PD: Bueno, mañana salimos de dudas con respecto a la intrigante visita, aunque si veis el capítulo de hoy… alguna pista dan.

PD2: Por cierto, por cierto, por cierto… esta semana vuelven los expatriados (aunque no sé por cuánto tiempo, jeje).

Hoy hace un año…

Roba un banco y se deja la cartera

Quiero volver a tener diez años

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No interesa tener una prima así


BecConsejo: Sí, aunque te peines hacia atrás la gente nota que te estás quedando calvo

Antes de empezar, gracias al joven ejecutivo que viajaba en la línea 6 del metro de Madrid este martes a eso de las 22.00 horas. El BecConsejo se lo debo a él.

Ahora sí, al lío. Ya os decía el otro día, en el post de las suegras: la serie de humor que tenemos (Hoy puede ser un gran día) no para de hacerme pensar. Resulta que ahora ha llegado una prima buenorra a pasar unos días con la familia y yo pienso… ¿interesa tener una prima así?

Como habéis leído el titular del post (espero), ya sabéis cuál es mi opinión. Rotundamente no. Es un quebradero de cabeza innecesario, pero por numerosas razones que ahora mismo os cuento:

Primero. Porque es lo suficientemente guapa y la has visto lo suficientemente poco como para que no te importe el parentesco y te quieras lanzar a la yugular.

Segundo. Porque aunque a ti el parentesco no te importa, a ella sí. Ella sólo piensa en que eres un primo estupendo, muy atento, que estás pendiente de ella, y que por qué va a importar que se pasee de cualquier manera por la casa… ¡Si sois primos!

Tercero. Porque salir de fiesta con ella es un auténtico suplicio. No paras de ver a moscardones que se acercan a darle la brasa, todos aquellos tipos que un día normal desprecias y que ese día desprecias el doble. «¿Cómo es posible que te guste el tonto ése?», le preguntas. «No sé… es que es tan mono…» te dice ella. ¿Mono? Mono es Peter, y no el capullo ése.

Cuarto. Porque hasta tus amigos te empiezan a dar asco cuando hablan de ella. «Qué guapa tu prima…», «pues es muy simpática…», eso obviando que siempre hay algún gañán que olvida que al fin y al cabo es de tu familia y te dice: «Pues yo me la…» (¿llevaba al parque?).

Y quinto. Porque al final lo único bueno que trae todo esto es poder decir a la gente que tienes una prima que está buena es guapa, algo que, para qué engañarnos, es un botín escaso.

Aunque claro, como decíamos antiguamente en Twitter, #Podriaserpeor. Si además de tener una prima tan guapa, tú eres Miguelín.

PD: Primas a un lado, supongo que es mi obligación comunicaros que podéis votar por vuestro personaje favorito para que responda a vuestras preguntas en un encuentro digital.

PD2: No digáis que no os lo dije.

Hoy hace un año…

Anímate, Vilches

Britney siembra la locura otra vez

La caída de Alaska

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Cuando las suegras son un problema


BecConsejo: «Antes de salir con una chica, fíjate bien en su madre. Dentro de 30 años, puede que estés casado con ella»

El BecConsejo de hoy no es mío, lo admito, es de un amigo alicantino que siempre se ha tomado con un poco de sorna el tema de las suegras. Él está convencido de que ellas se terminan pareciendo a sus madres, tanto física como psicológicamente, y que a medida que transcurren los años pasas a estar más casado con tu suegra que con aquella chica maravillosa que conociste.

En cualquier caso, sí es cierto que lo de las suegras es un mundo misterioso, muy recurrente en los monólogos y los chistes, pero del que se ha escrito muy poco. ¿Existen las suegras? ¿Qué fue antes, la suegra o la nuera? ¿Puede una suegra manejar maquinaria pesada después de haber tomado medicamentos? ¿Hay alguna forma de decirle a una suegra «eso no me gusta» sin que te ponga cara de estar chupando limones?

Todas estas dudas y alguna más me han surgido viendo la serie que estrenábamos el otro día, la de Hoy puede ser un gran día (de lunes a viernes a partir de las 9.00 horas). No es ningún secreto que conectar con las suegras es un tema espinoso, tanto para ellos como para ellas, porque cada uno tiene su forma de hacer las cosas y ellas (como los suegros) siempre tienen la suya, que te guste o no, siempre será mejor que la tuya. Es como un decreto ley.

Por eso la mujer de la serie acaba hasta el gorro de su suegra, porque le lanza puyitas condensando en pocas palabras todos los defectos que le ve o, lo que es lo mismo, todo lo que «yo lo haría de otra manera, pero bueno…».

Muchas veces me pregunto cómo será la madre de #lachicadeBec, e incluso la de alguna que otra lectora que me tiene encandilado, jejejeje. Tengo mucho tiempo libre, qué le vamos a hacer. Mientras tanto, voy temiendo el día en el que ella me diga «o tu madre, o yo», porque la cabra siempre tira al monte, y los bocatas de Nocilla mi madre los hace como nadie. Además, las suegras tienen mala fama, pero las madres… las madres son lo mejor que hay en el mundo.

«Lo siento, cariño. Es tu suegra, pero es mi madre. Te recomiendo que la veas como yo; es decir, que le pidas un bocata de Nocilla, que te sople en las heridas, que te ayude a entregar un trabajo cuando el tiempo se te echó encima porque eres más gandul que un trillo, que te recuerde todo lo que se te olvida… Ya verás como al final, hasta le coges cariño».

PD: Paco, no la eches de casa, por Dios. ¡Que es tu madre! Invita a la madre de ella a que se venga también, ya verás, ya…

Hoy hace un año…

Entró a robar… y acabó convertido en esclavo sexual

El presidente más breve de la historia

Tres horas escuchando música en directo

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Un buey en la cola del paro

Supongo que la mayoría recordáis al buey del anuncio de ayer, pero como los más desmemoriados también tienen derecho a entrar al blog voy a hacer un flashback (al más puro estilo Padre de familia).

Flashback resumido: el otro día me invitaron al rodaje de un anuncio en el que aparecía un buey. Vi al animal disfrazado en plena calle y también dentro de un plató. No sabía de qué iba exactamente. Os prometía que compartiría con vosotros el resultado final. Aquí os lo dejo.

Resulta que 2009, el catastrófico año al que decimos adiós, es el año del buey en el horóscopo chino y J&B se ha propuesto «despedirlo con una sonrisa».

Ahí es donde entra nuestro buey con flequillo. Si 2009 ha sido su año… ¿no sería justo que le hagamos pasar por lo mismo que hemos pasado nosotros? Merece la pena echarse unas risas con los dos vídeos, jejeje.

1) Porque ser gótico ya no es raro

¿Recordáis el mundo antes de Crepúsculo? Imaginaos por un momento que la novela y la película no existieran, que Ghostgirl no hubiese llegado al mercado. Probablemente los góticos (anteriormente conocidos como esa gente que va de negro, lleva pinchos y se pinta la cara de blanco -dicho esto con todos los respetos-) seguirían siendo raros. Pero no es así…

¡¡¡El momento de Bécquer y el de «me encanta tu pelo» son buenísimos!!!

2) Porque encontrar trabajo es imposible

Encontrar trabajo, tal y como están las cosas, se ha vuelto imposible, y si es de lo que uno sabe realmente hacer, mejor no hablar Súmale las eternas colas en las oficinas del paro, las amables entrevistas… y te queda esto.

PD: Coincido con el anuncio. Lo mejor de 2009 es que ya se acaba…

Hoy hace un año…

Recordábamos un titular desafortunado

Nos saltábamos la censura italiana de Brokeback Mountain

Una avioneta chocaba contra una vaca

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Un calendario diferente

Quizás alguno se extraña al ver que hoy no hay sección de expatriados, como cada lunes, pero hay una buena razón. Miren, una compañera de la que os he hablado alguna vez, me comentó con buen tino que debería hacer algo diferente para Navidad, y me pareció genial.

Por eso me voy a saltar un poco las secciones habituales para adelantar el resumen de lo mejor del año, mientras aprovecho, al mismo tiempo, para tocar unos cuantos temas navideños como el de hoy: los calendarios.

No es una cosa de la Navidad en sí, pero sí de estas fechas. Es llegar diciembre (muchas veces incluso antes) y nos bombardean con calendarios que luego nadie se compra, porque donde se ponga el que te regalan en la panadería… pero bueno, se ha convertido en una tradición así que no queda más remedio que soportarla, como ocurre con el cuñado en Nochebuena.

Pero bueno, no nos desviemos. Para empezar, quiero enseñaros algo. La jefa de Sin efectos especiales que también es compañera en la redacción, me hizo llegar el otro día «el calendario definitivo». No sé cuánto tiempo llevará rodando por la Red, pero cuando lo vi me partí de risa.

Tipos de calendarios

El solidario. A mí, particularmente, es el que más me gusta. Los famosos suelen ayudar bastante y el dinero recaudado con su venta suele ir destinado a una obra benéfica. De este tipo son los calendarios de El Refugio o el que hicieron varias famosas españolas contra la violencia machista.

El erótico. Todo un clásico que, aunque creemos que nació con Samantha Fox, siempre estuvo ahí. El más famoso es el de Pirelli, pero los hay de todas las clases. Hubo un momento en el que los hacían como rosquillas (bomberos, azafatas, madres de alumnos, panaderas, temporeros senegaleses…), pero ahora la cosa ha decaído un poco.

Los raros. Dentro de esta categoría entraría el que yo os enseño hoy, pero también aquel de mujeres sexies con ataúdes que os enseñaba en octubre. Supongo que no tardarán en vender también calendarios chinos, que también va de animales. Este año ha sido el año del buey, 2008 fue el de la rata y 2010 será el del tigre.

PD: ¿Cuál es vuestro preferido? ¿Realmente venden los calendarios chinos? ¿Harán calendarios con ratas / bueyes / tigres en Pekín?

Hoy hace un año…

Está Pasando nos dio grandes consejos

Retoqué a famosos con el Photoshop (mentira, fue con el Paint)

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No hagas esto en tu casa

Siempre he sido muy miedoso y cuando, de pequeño, me temblaba un diente, me acojonaba. Sólo de pensar en el momento en el que mis padres tiraban de él para dejarme mellado me entraban los siete males.

Lo hacían siempre con delicadeza (cuando yo les dejaba); es decir, un pañuelo de papel, un pequeño tirón y ale, ya tenía sitio el nuevo diente para salir «porque si no te lo quito te va a salir torcido».

Pese a que ellos se empeñaban en quitármelos, yo luchaba por que no lo hicieran y se me han caído dientes comiendo gominolas, pipas, carne e incluso jugando a fútbol. Apuraba al máximo y aún hoy me pregunto cómo es posible que no me tragara ninguno.

Pero bueno, a lo que voy. Os decía que llegado el momento siempre me acojonaba, pero si mis padres hubieran sido como los del vídeo que os voy a enseñar, no sé qué habría hecho. Supongo que pensaron que su técnica iba a ser graciosa y eficaz, de ahí que lo quisieran grabar en vídeo.

La técnica: ataron el diente móvil de su hija a un coche teledirigido, montaron una rampa casera en el comedor y grabaron la cara de susto de la niña. Tuvieron la mala baba, además, de poner en una esquina de la pantalla la cara de la pequeña mientras grababan con un plano general su ideaca.

El resultado es el siguiente:

Al final todo acaba bien, sí, pero no sé yo si compensa ese corredor de la muerte del Ratoncito Pérez quien, puestos a pensar, podría haber ido conduciendo el vehículo de batería.

PD: ¿Cómo os quitaban los dientes a vosotros?

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Soy el Drenthe del periodismo

Lo descubrí el otro día y me quedé anonado anonadado (mejor dicho). Es de esas cosas que no sabes muy bien cómo pasan… yo me levanté una mañana, me miré al espejo y lo vi claro: soy el Drenthe del periodismo, la eterna promesa que nunca explotará y cuyo puesto de trabajo es difícilmente justificable.

Soy muy voluntarioso y eso no me lo va a quitar nadie, pero me vale de poco, porque también soy muy malo… como Roy. A mí no me pita el Bernabéu, pero me pitan los lectores. Él ha entrado llorando a casa, a mí mi madre muchas veces no me deja entrar de lo mal que lo hago.

Son cosas que pasan sin que te des cuenta, pero con unos cuantos ejemplos extraídos de una entrevista que le hicieron en el diario As al bueno de Royston lo vais a entender.

Dice Drenthe: ¿Por qué se cae menos? «Era un problema por mi forma de correr. Cuando iba rápido apoyaba mucho la parte exterior del pie y en esa zona no hay tacos».

Digo yo: ¿Por qué cometo menos erratas? «Era un problema de mi forma de escribir. Antes sólo usaba los pulgares, ahora empleo todos los dedos».

EJEMPLO:

Drenthe: «Hablo mucho conmigo cuando estoy en casa».

Yo: «Me dejo muchos comentarios cuando estoy en casa».

EJEMPLO:

Drenthe: Sobre si tiene calidad para jugar en el Madrid «¿No te gusta cómo juego?»

Yo: «¿No te gusta cómo titulo y las fotos que elijo?»

EJEMPLO:

PD: Sí, es una teoría un poco bizarra, pero era la única manera de que podáis conocer al gran Royston Drenthe (la entrevista original no tiene desperdicio).

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‘El blog del becario’ cumple un año

Gracias a todos por seguir ahí.

PD: Me habría gustado preparar algo más, pero por cuestiones técnicas no pudo ser. Intentaré hacer algo en los próximos días.

Para no tener cáncer, no hagas nada

¿Os habéis planteado alguna vez que si hiciésemos caso de todos los estudios sobre cosas que pueden causar cáncer no podríamos hacer absolutamente nada? En el siguiente relato trato de explicar cómo sería un día normal de una persona cualquiera si ésta decidiese amoldar su vida a todas las noticias y recomendaciones que circulan por Internet. Vamos allá (por cierto, si me estás leyendo desde una ciudad, empiezas mal; mejor ponte el Wi-Fi en una zona rural).

Supongamos que eres un tío joven, de entre 20 y 40 años, y te apetece tener una velada romántica con tu chica. Como pretendes sorprenderla, decides llevarla a cenar a un restaurante chulo. A los dos os apetece una buena carne. Tú la quieres poco hecha, pero corres el riesgo de desarrollar un cáncer de colon. Ella aconseja pasarla un poco más, aunque eso no arregla nada: la enfermedad aparecería en el páncreas. Mejor pescado, pero que no esté cocinado a la sal, porque… adivina qué indeseable enfermedad dará la cara en el estómago.

Ya que no puedes pedir lo que te apetece, qué menos que un poquito de pan y una patatas fritas para acompañar… Pues tampoco. Dicen que el primero puede propiciar la aparición de un cáncer renal, mientras que las segundas dañan aún más órganos.

Bueno, vale. Pues un pescado no muy graso, (eso sí), y acompañado de un buen vino, que me han dicho que previene algunos tipos de cáncer. ¿Ah, no? Vaya, que también es malo. ¿Una cervecita? Hasta hace una semana sí, pero ya no: resulta que una al día eleva el riesgo de padecer distintos tipos de cáncer. ¿Y una copa? Ni en broma. Pues entonces, y a pesar de que sus nitratos aumentan el riesgo de cáncer de colon, sólo nos queda el agua (el peligro será más bajo si la tomas mineral). En fin, lo que cuenta es lo que viene después.

Os vais a casa con más hambre que Dios talento, pero con el deseo intacto. Lo de la gusa no tiene vuelta de hoja, porque si abres la nevera para comer algo vas a tener que recalentarlo, y eso da cáncer. Mejor te olvidas y te centras en el tema. Os besáis, os tocáis y… si lo que quieres es una pareja estable, ¡para! Tu juventud es incompatible con el coito frecuente. Si lo haces mucho, da cáncer de próstata. Lo descartas y así ella no tiene que tomar la píldora, que también da cáncer. No te das por vencido y piensas que, ya que tú no puedes, al menos que disfrute ella. Propones hacerle un poco de sexo oral, pero… ¿te quieres exponer a un cáncer de boca?.

Total, que lo que iba a ser un atracón seguido de una noche de lujuria, termina en una ración de pescado hervido con un vaso de agua y sin postre (de ninguno de los dos tipos). Con tanta prohibición, y para no estresarte, que también puede dar cáncer, al final te da por fumar un cigarrillo. O dos. Pero no más. Ya estás tan hasta los huevos que, si es verdad que fumar poco triplica el riesgo de infarto y de cáncer pulmón, aunque sólo sea por joder, no vas a fumar mucho.

PD: Lo mejor en estos casos es irse a la cama sin comer, beber ni mantener relaciones. Es decir, respiras y duermes. Si te duele la cabeza, te aguantas, que con las aspirina nunca se sabe. Y si notas la piel seca, nada de cremas hidratantes, ¿sabéis por qué? Pregúntale a los ratones.

PD2: El día que salga un científico, el que sea, diciendo que esta enfermedad es una lotería (exceptuando el tabaco), me abonaré a su teoría.

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Quiero volver a tener diez años

Llevo ya tiempo pensándolo y comentándolo con mis compañeros de fatigas: quiero volver a tener diez años. No es que tenga nada en contra de mi edad (esa que todos conocéis) pero, sinceramente, era más feliz cuando tenía diez años.

Será cosa de la nostalgia, será que tendemos a añorar lo que no tenemos, pero ni la televisión me parece tan buena como entonces, ni los juegos me resultan tan divertidos, ni la comida me sabe tan buena.

Recuerdo que, con diez años, volvía del colegio a toda prisa en busca de un bocadillo de Nocilla o de aquella margarina de tres colores (¡que aún fabrican!) que ya no he vuelto a tomar.

Quedaba con los amigos para jugar al fútbol y podía correr todo lo que quisiera que no me cansaba. Lo más importante al acabar el partido era si habíamos ganado, lo único que me preocupaba era si «los del otro equipo habían hecho trampas».

Me encantaba estar sin paraguas en la calle los días de lluvia, disfrutaba la playa como si no fuera a volver jamás. Los días parecían tener más horas, o me daba la sensación de que las aprovechaba más. Mi abuela estaba empeñada en que llevara la camiseta por dentro del pantalón, mi madre se enfadaba porque siempre que venía de jugar traía la cara y las manos sucias.

Pasaba las horas muertas delante del ordenador, fichando a los mejores del mundo para el Real Madrid en el PcFutbol. El alemán Christian Ziege era uno de mis fijos. Aún recuerdo el día en que lo vendí por… ¡80.000 millones de pesetas! «Engañé a la máquina» me decía a mí mismo entonces.

En el Street Fighter siempre cogía a Guile y me sabía de carrerilla la programación televisiva del fin de semana.

Veía todas las series: Chicho Terremoto, Alf, El Príncipe de Bel-Air, Cosas de Casa, Yo y el mundo, Los Diminutos, David el Gnomo, Los Trotamúsicos, Una chica explosiva, Oliver y Benji (nadie la llamaba Campeones)… ¡si hasta en las vacaciones de verano veía Bola de dragón en catalán!

No me digáis que no. A medida que vas creciendo buscas cosas que sustituyan aquellos recuerdos, pero es casi imposible. La infancia es el mejor momento de nuestra vida…

PD: Pues eso… que me he vuelto a poner sentimental.

(FOTOS: Ambas son de AP PHOTO)

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