Ciencia, tecnología, dibujos animados ¿Acaso se puede pedir más?

Tiempos de gorrinos aeronautas

Parecía imposible, pero ha ocurrido: las fonográficas, cogidas como están por las gónadas por las empresas de tecnología, están reluctantemente recuperando el juicio. El anuncio de que EMI va a distribuir su música en formatos digitales de alta calidad y sin ningún tipo de protección anticopia o candado tecnológico es un indicio de que la obstinación y la arrogancia pueden luchar contra la gravedad, pero sólo durante un tiempo; y de que las leyes básicas del universo están ganando esta batalla, como todas. Y sin embargo hay un pero que poner a la general alegría que cualquier ser racional puede sentir ante la noticia y su previsible extensión a otros ámbitos (¿escucha alguien en las sociedades de gestión?). Y es que el acuerdo entre EMI y Apple hace que la ausencia de anticopias sea un privilegio que hay que pagar; un lujo que se cobra aparte. Es como si en una tienda de ropa le cobraran extra por quitarle la etiqueta antirrobo; como si la música naciera con el candado puesto, y el benevolente papel de los amos del ‘copyright’ fuera proporcionar el servicio de limpiarla de ese pecado original. Puede que los cerdos vuelen, pero no dejan de ser carne de cochiquera.

Primero nos ponen un candado donde no lo había, y después nos cobran por quitarlo. Es una mentalidad que se parece demasiado a la ‘protección’ de las mafias, o el viejo chantaje de toda la vida; una forma de pensar reveladora. Debemos alegrarnos de que un poco de sentido común parezca estar penetrando por fin en la dura mollera de la industria fonográfica; debemos esperar que este eco de inteligencia sea escuchado en los imperios de la gestión de derechos de autor. Pero no debemos descuidarnos, porque la mentalidad depredadora sigue estando ahí. Aunque hoy toca felicitarse porque una empresa ha dado, a regañadientes, un paso en la buena dirección. Quién sabe: igual acabamos disfrutando del jamón aéreo.

1 comentario

  1. Dice ser Mikjail

    Lo que estamos presenciando son lo sús últimos coletazos. Lo que me gusta ver de esta guerra por el tema de los derechos digitales es que les estamos ganando y además con las propias armas que ellos han creado.El modelo empresarial que surgió con la aparición de los primeros soportes de grabación de audio e imagen toca a su fin. Y no porque haya gente malévola y aprovechada que quiera lucrarse de la creación artísitica de otras personas sino por la propia evolución de esos mismos soportes a partir de los cuales ellos montarón sus imperios. Ellos no venden música, revendían vinilos y ahora CD/DVD sin importarles lo que contenían éstos. Muerto el soporte físico, muerto su negocio de mediación entre el autor y las personas que disfrutan sus obras.La teoría evolutiva de Darwin en todo su esplendor.Un saludo de 7 dias desde la costa cantábrica :)Mikjail

    02 abril 2007 | 23:15

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