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Al fin: Bon día, Bos días, Egunon, Buenos días

Ya era hora. Gracias, Francine Armengol, por autorizar el uso de las cuatro lenguas de España en la sede de la soberanía popular. ¿Por qué la derecha y la extrema derecha no aplaudió ese anuncio? ¿Qué tienen, escondido, contra nuestras lenguas propias? La elección de Armengol como presidenta del Congreso ha sido, desde luego, un gran alivio.

Francine Armengol permite hablar en el Congreso en las cuatro lenguas de España. ¡Bravo!

Y su anuncio que reconoce, como la mismísima Constitución, que vivimos en un país plurilingüe me ha dado un ataque de nostalgia. Ya era hora, sí. Molt bé! Claro que puedo presumir y presumo de que, sin avisar a nadie, yo lo hice primero en Televisión Española.

Todos los días saludaba yo en las cuatro lenguas. Y Calviño me despidió.

Y José María Calviño (el padre de la vice) no me despidió. Arranqué el primer informativo matinal de TVE (el 13 de enero de 1986) con mi saludo, entonces original e inédito, que ya fue habitual durante todo aquel año: «Bon día, Bos días, Egunon y Buenos días».

Hace 37 años fundé el Bos dias, Egunon, Bon dia y Buenos días.

Los cambiaba de orden, pero ese fue mi saludo diario para despertar a España hasta que me fui a la Agencia EFE.  La presidenta del Congreso me ha hecho sonreír. Ella es más joven y yo le abrí el camino plurilingüe.

 

 

 

Pag. 401 de mis memorias

Copié la idea del parlamento canadiense. Asistí a una sesión en Ottawa, en 1977,  y allí hablaban indistintamente en francés y en inglés. Algún día eso llegará a España, pensé. Han pasado 37 años y, al fin, ha llegado. España es hoy mejor, porque es más libre… y más rica.

Cubierta de mi libro de memorias

Con los del Buenos días, el mejor equipo de locos que he tenido en TVE. Los jefes dormían y hacíamos el programa diario como si fuéramos libres.

Ataque de nostalgia con Carlos Santos en RNE

¡Ataque de nostalgia al pisar de nuevo la Casa de la Radio! ¡Qué placer! Ayer, jueves, 8 de diciembre, en pleno puente, me citó mi amigo, paisano y colega Carlos Santos, a las 11:00 h. en Radio Nacional de España, para hablar de «La prensa libre no fue un regalo. Cómo se gestó la Transición». ¿Hablar de mí y de mi libro? Imposible negarme. Y además, poder dar un abrazo a Carlos Santos. Lujo doble. Me lo pasé muy bien. Os recomiendo que escuchéis esta media hora de programa.

Con Carlos y Ramón en el estudio de RNE

Con Carlos y Ramón en el estudio de RNE

Me gusta mucho la radio. Más que la tele. Hace años, cuando hablaba de divulgación económica en mi sección «El bolsillo» y otros programas de RNE, me sentía unido a cada oyente por un hilo de plata… Aún me reconocen más por mi voz en RNE que por mi cara en TVE.

Mi último retrato, obra nada menos que del gran Bernardo Pérez, un amigo.

Claro que ahora, sin pelo y con algunas arrugas gloriosas de abuelo jubilado, ¿quién me va a reconocer?

Quienes me vieron en la tele en 1986 difícilmente podrán reconocer mi cara ahora por la calle. En cambio, por la voz, sí. Ya es algo.

Es costumbre en la radio y en la tele que los encargados de producción se aseguren de que los invitados lleguen a tiempo a la hora programada para a entrar al aire en directo. Aunque yo me sabía el camino, se empeñaron en enviarme un coche de producción a mi casa. Lo comprendí. Me sentí alguien. Yo también  hacía lo mismo cuando fundé el primer informativo matinal «Buenos Días» en TVE (1986). Claro que despertarse de madrugada para acudir al Pirulí a un programa en directo de de 7:00 a 9:00 h. tenía sus riesgos. No había costumbre. La vanidad de verte en la pantalla ayudaba a madrugar. Claro que el conductor de TVE tuvo que despertar a más de uno de mis invitados.

Ayer me recogió Manolo, un conductor veterano de RTVE. En cuanto le saludé, en la puerta de mi casa, me reconoció por mi voz más que por mi cara. Me gustó. Gracias, Manolo, por recogerme a tiempo, gracias a David por asegurar la producción del programa y muchísimas gracias Carlos Santos por hacerme sentir de nuevo que estaba en mi casa, en la Casa de la Radio de Prado del Rey.

«La belleza subsiste siempre en el recuerdo» (William Wordsworth, en Esplendor en la Hierba).

portada

Mi libro estaba ayer entre los micrófonos del Estudio de RNE. Carlos Santos lo tenía dedicado por mí pues acudió a la presentación del libro en el Ateneo de Madrid. Le debo otra copa.

 

 

 

Un año, sin apenas dormir, en TVE

Acabo de leer la entrevista de El País a Selina Scott (BBC) sobre su documental del Emérito Juan Carlos I. Una colega lista, aguda y simpática a la que entrevisté, en directo, en el primer programa del Buenos Días de TVE, a principios de enero de 1986. Su imagen me ha traído muchos buenos recuerdos de entonces… y uno malo.

Me pasé todo ese año trabajando en el Pirulí de madrugada sin apenas dormir. Selina Scott fue la primera persona que entrevisté el día de nuestro estreno. Fue un experimento. Hoy parece muy fácil. En 1986 no lo era. Quisimos conectar, vía satélite, a la TVE con la BBC. De ese modo, los ingleses me verían a mí en la Breakfast Television y los españoles veríamos en nuestras pantallas a la simpática Selina Scott. Salíamos ganando.

La BBC había estrenado su informativo matinal (de 7:00 a 9:00) unos meses antes que nosotros y nos ganaba en experiencia. Por eso, tras los saludos de rigor, le hice una pregunta cuya respuesta me inquietaba. Le pregunté qué hacía ella para acostumbrarse a trabajar de noche y de madrugada y dormir durante el día. Selina rompió a reír y me respondió:

«Cuando acudo a alguna cena, me duermo en la mesa. No te preocupes para nada, querido Jose, porque a eso de dormir de día no te vas a acostumbrar nunca jamás».

Selina Scott (BBC)

JAMS en Buenos Días (TVE, 1986)

Selina tenía mucha razón. Al cabo de un año de dormir muy poco, pasé de la TVE de madrugada a la Agencia EFE de día. Salí ganando. Además, mi mujer, Ana Westley (awestley.com), trabajaba entonces en el mismo edificio de EFE como corresponsal de Wall Street Journal. Doble premio.

No obstante, aparte de la vanidad que comporta eso de que te reconozcan por la calle porque sales en la tele (ya sabemos que la vanidad es el pecado favorito del diablo), pasé madrugadas maravillosas en el Pirulí.

Portada del TP

Gracias al equipo espléndido que pude reunir para fundar el primer informativo matinal de TVE, 1986 fue año mágico y entrañable.

El equipo de fundadores del Buenos Días de TVE

Por eso, le dedico dos capítulos en mis memorias («La prensa libre no fue un regalo»).

 

Memorias Pag. 400

Memorias. Pag. 401

Memorias. Pag. 402

Memorias. Pag. 403

Selina Scott, hoy, en El Pais

 

 

 

1985: Cuando TVE temía a las privadas

«Las televisiones privadas están al caer y tenemos que preparar a TVE para resistir esa competencia». Eso fue lo primero que nos dijo José María Calviño, jefe de RTVE, en un rincón apartado de la cafetería del Palace. Trataba de contratarnos para que le diéramos la vuelta a los tres telediarios. José Luis Martinez (alias Flavio en la clandestinidad), de La Vanguardia, y Joaquín Estefanía y yo, de El País, nos miramos sorprendidos (y halagados) por la oferta. Hoy recibo por twitter un recuerdo extraordinario.

Los nuevos telediarios de TVE nacieron en enero de 1985. Le dimos la vuelta a la tortilla.

«No podemos dar en el Telediario lo que pasó ayer porque lo vemos publicado hoy en la portada de los diarios. Debe ser al revés. Los diarios deben publicar hoy lo que ya dio el Telediario de ayer». Ese fue el reto de Calviño.

José Luis Martínez, Julio Bernáldez y yo, al frente de los nuevos telediarios de TVE en enero de 1985.

Nos pusimos manos a la obra y creo que, no sin leves conflictos iniciales entre fijos y contratados, entre veteranos de la Casa y nuevos paracaidistas de la prensa impresa, lo conseguimos. Debo reconocer que muy pronto los veteranos nos ayudaron muchísimo a los recién llegados.

Entrevista a Felipe Gonzalez, candidato presidencial en las elecciones de 1986, en el Buenos Dias de TVE. ¡Qué jóvenes! Página 410 de mi libro «La prensa libre no fue un regalo» que os recomiendo para este verano.

José A. Martínez Soler, Director-presentador del informativo Buenos Días de TVE en TP. (1986)

Portada de mi libro «La prensa libre no fue un regalo» (Ed. Marcial Pons). Ahí cuento mis múltiples pasos por Televisión Española.

De mi paso por la prensa de la Dictadura y la Democracia hablé como si fuera libre, con Javier del Pino en A vivir de la Cadena SER antes de que se fuera de vacaciones.