Es probable que se pueda hacer un buen retrato de lo que es una familia turbulenta tomando como ejemplo la de Sandrak. De hecho, es también probable que alguien lo haya hecho ya.
Nacido en Ucrania en 1992 y de padres profesionalmente dedicados al entrenamiento, la familia del joven Richard se trasladó a los Estados Unidos en 1997, cuando el niño solo tenía cinco años, con la intención de convertirlo en una estrella. Del culturismo, del cine, de lo que fuera: una estrella. Para una persona de solo cinco años, tal vez eran unas expectativas demasiado altas.
La cuestión es que su elevadísimo e inusual tono muscular lo convirtió, con la influencia del entrenador e intérprete Frank Giardina, en eso que sus padres perseguían para él. Comenzó a desfilar en eventos como Míster Olimpia o el Arnold Classic, y para cuando empezó el milenio apareció en televisión e incluso protagonizó su propia (y malísima, por cierto) película: El pequeño Hércules.
Sin embargo, y a pesar de haberse hecho famoso internacionalmente por lo peculiar de su físico en alguien tan joven, su carrera en el estrellato no fue mucho más allá.
Envueltos en polémicas desde el principio, a los padres de Sandrak se les acusó varias veces de dopar y administrar esteroides a su hijo, ya que, según LadBible, afirmaban algunos expertos que alguien tan joven no produciría testosterona suficiente para el desarrollo que mostraba Richard a su edad. Pero no fueron los rumores ni las acusaciones los que terminaron por romper la situación, y es que, finalmente, el padre de Richard, Pavel, fue arrestado y condenado a prisión por malos tratos a su mujer.
Después de ese suceso, el joven Sandrak rompió el contacto con su padre, quien hasta ese momento había sido también su entrenador, dejó de entrenar y se alejó del foco mediático.
Richard cumplió 31 años el pasado mes de abril. En una entrevista reciente para Inside Edition reveló que, aunque dejó de entrenar al nivel e intensidad que lo hacía de niño, el deporte y la salud siempre han estado presentes en su vida y que ahora es entrenador y nutricionista.
En sus propias palabras:
Me siento orgulloso de mi pasado, pero se volvió aburrido. No es algo que no quiera que la gente sepa, es solo que no voy a quedarme atrapado viviendo de ello.