Archivo de enero, 2023

España es un «megaterritorio cerdícola», una gran fábrica mundial de cerdos

La ganadería intensiva se ha convertido en una plaga ambiental. Así de fuerte. En el caso del mundo porcino la madeja merece una mirada reposada. Lo que algunos titulan como la mega fábrica mundial de cerdos es una realidad, por más que cueste creerlo. Algunos sospechábamos que íbamos por ese camino, pero manteníamos la esperanza de que no fuera así, que habíamos mejorado la cordura ambiental porcina. Los indicadores trimestrales de porcino, publicados recientemente por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación dicen que en mayo del año pasado el censo porcino en España era de 32.553.000 animales, el mayor de Europa y había aumentado; al contrario de lo sucedido en otros grandes productores como Alemania, Francia,  Dinamarca, Países Bajos y Polonia, en donde había disminuido.  También el número de explotaciones ha aumentado un 2,9% si se valora el periodo 2014-2022, si bien han disminuido un poco en este último año con respecto a 2021. En fin, que aunque no lo creamos España es el tercer país productor de carne porcina, queda mejor que cerduda, del mundo; solamente por detrás de China y EE UU.

¿Y los consumidores qué compran? Según el mismo informe, con respecto al año anterior y para el periodo enero-octubre que es lo que recogen los datos, ha disminuido el consumo de carne fresca (9,96%) o transformados porcinos (8,56%). Con respecto a las exportaciones seguimos en torno a los 2,5 millones de toneladas; en mayor porcentaje a China y Francia, y otros muchos países que detalla el informe. También se puede consultar el Observatorio de la carne de la Unión Europea.

Y además  andan preocupados en la Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (Interporc) y la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (Anice) por las posibles enfermedades que lleguen de fuera. De hecho han avisado a sus asociados de que extremen las precauciones para frenar la entrada a nuestro país de la peste porcina africana (PPA), pues se siguen importando cerdos de países poco rigurosos con la salud animal. Da miedo pensar en qué sucedería si el entrado comercial mundial impusiese restricciones a los productos de cerdos españoles, como en otros tiempos ha sucedido.

Pero claro, los cerdos no dan solo carne, también purines y una cosa muy mala que se llama amoniaco, que como cualquiera sabe se escribe NH3 y sale de los tractos digestivos y urinarios de todos bichos que hacen eso, entre ellos nosotros (el exceso o la no eliminación daña la salud). Recuerdo haber leído hace unos años un artículo en el que Greenpeace se quejaba de que “España supera el techo de emisiones de amoniaco permitido por la UE, sobre todo debido a la ganadería industrial”. Por aquel tiempo la UE prohibía el lanzamiento de los purines al aire y obligaba a que fuese inyectado en la tierra; así al menos se veía menos y puede que no llegase tanto al aire. ¿Quién sabe? Uno imaginaba que a estas alturas el asunto estaría resuelto, pues no. Por aquel entonces, otro artículo nos avisaba de que “más del 40% de los acuíferos en España estaban en peligro por la contaminación de los residuos de la industria agrícola y ganadera”, por lo cual la UE había abierto un expediente sancionador a nuestro país. Es más, se podría asegurar que había unas 200 masas de agua y otras tantas superficiales con los semáforos de calidad amarillo o rojo. Aquí el mapa de esos lugares identificados en aquellas fechas. Como se me había olvidado el tema he vuelto a revisar aquel programa del “Escarabajo verde” de Rtve, año 2015, que tenía por título “Empapados en purín”. Por cierto, hace poco tiempo desde el Ministerio de Agricultura se recomendaba el uso de purines como fertilizante ante el aumento de precio de estos por la invasión rusa de Ucrania.

Pero mira por dónde ahora no se incumplen tanto los niveles permitidos. Fácil, solo consiste en elevar los umbrales. Recuerdo un artículo de 20minutos.es del verano de 2021 con un titular “Las macrogranjas ahogan a la España vacía”, que a falta de ser ampliada por una investigación rigurosa  y continuada puede ser clarividente para entender las cifras que dábamos al principio. Además, Rtve ponía en duda que las granjas de cerdo hubieran salvado la economía de la España rural. Visionen el reportaje de agosto del año pasado “Una ganadería cada vez más intensiva: menos granjas de cerdos, pero más grandes”. Cuando vi este reportaje por primera vez se me aumentaron los calores agosteños porque allí se dice que, según el Censo Agrario 2020 del Instituto Nacional de Estadística,  Los Monegros -alguna vez ya he incluido en mis entradas el espacio estepario donde nací y sigo teniendo casa habitada- era la comarca agrícola con más cerdos por habitantes de España -más de 37 animales por persona-. No tiene desperdicio el artículo, aunque por él circulen purines y amoniaco, pues habla de datos globales, de incrementos desde 2008, … y de debates en el territorio olvidado de la España escondida que solamente sale en los informativos para dar malas noticias. Me viene a la memoria la película “El disputado voto del señor Cayo”, aquella película de de Giménez-Rico de 1986 en la que ponía imagen real a la novela de Miguel Delibes. Imagino que para las próximas elecciones se repetirán por la España despoblada imágenes similares, aunque las ciudades y pueblos grandes den más rédito electoral y ya casi nadie se pase por el pueblo minúsculo a dar un mitin.

No sé por qué pero esto lo relaciono con el Centro de Interpretación del porcino de Peñarroya de Tastavins (Teruel) y el Museo Mundial Popular del Cerdo de El Burgo de Osma (Soria), donde simulan la cultura ancestral en torno al cerdo criado en casa. Aparece otra vez la España olvidada a la que pronto solamente le quedarán las tradiciones en formato vídeo. En el extremo contrario, pero muy lejos, se encontrará la megagranja más grande del mundo, de la empresa china Muyuan Foods, que está en Nanyang, en la provincia de Henan, en el centro de China. Allí caben más de 84.000 madres con sus crías. No queremos imaginarnos los desechos que provocarán. O esa otra de vacas de la ciudad de Mudanjiang (China) que tiene como media unas 100.000 vacas lecheras en producción. El mundo gira entre amoniacos y metanos digestivos.

Cerdos en una granja, imagen de archivo. (AP Photo/John Locher/LAPRESSE)

Es por esta razón que me he querido poner en el lugar de nuestros pueblos en donde conviven pequeñas explotaciones, subsidiarias de grandes empresas monopolizadoras del mercado, con gente que defiende que no más granjas y se ha agrupado en torno a Stopganaderíaindustrial. Por cierto, no he localizado en su mapa ningún logo en Monegros, la tierra que sirvió de escenario bélico sentido por G. Orwell y que tanto denostó por su pobreza  pues las gallinas patinaban en los corrales en sus propios excrementos en su famoso “Homenaje a Cataluña”.

Véase el mapa que ilustra el consumo global de carne de cerdo fresca en los hogares españoles entre 2011 y 2021. ¿A qué se debería el incremento de 2020? Por cierto, pasándonos de tipo de ganado, por fin no se va a autorizar la macrogranja vacuna de Noviercas. Un resultado de la acción popular y de las ONG, en este caso Greenpeace y alguna otra.

Después de todo queda preguntarse si la cosa va bien o mal, según y cómo, si la carne de cerdo es la más consumida según los menores niveles adquisitivos, en qué CC.AA. se consume más carne de cerdo, por qué en España se apoya y en otros países como Dinamarca y Países Bajos desciende, qué significa eso la carne del pobre, por qué todos los sinónimos de cerdo son peyorativos. Me asusta leer, desde mi tierra de la España oculta, noticias como esta del 10 de enero de 2023 que afirma que uno de cada tres cerdos de España es aragonés, que la cabaña porcina aragonesa ya supone el 32% del total del país, y que la mayoría de las explotaciones están gestionadas por las grandes integradoras.

Todo un mundo este del territorio cerdudo que tiene muchas repercusiones sociales, económicas y ambientales. Quién sabe qué sucederá en 2030, si las maniobras comerciales seguirán ordenando el mundo, pero si queremos subir a la Cima 2030 de la convivencia entre el planeta y sus criaturas no podremos llevar como bagaje económico las mega fábricas de cerdos y otras carnes.

En fin, todo esto para decir que hay que encaminar el mundo cerdícola con parámetros de las Agendas 2030.

Europa contiene la respiración en 2023, en ello le va la salud

En realidad lo de la salud permanente es una entelequia que vale para un titular que atraiga a los posibles lectores y lectoras. Vivimos en el mundo de lo efímero, si bien a veces sus repercusiones tienen una variada duración. El conjunto Medio Ambiente y Salud es una seria preocupación de las autoridades de la UE. Centrándonos en la respiración, más correctamente debería haber dicho inspiración pero parecería una pedantería en un blog al que acceden muchas personas sabedoras de los hilos del aire. El peligro es que si la contiene mucho durante este año el oxígeno no llegará a las células en la cantidad necesaria ni ahora ni en 2024; si respira si llegará, pero con otras sustancias peligrosas, no deseadas. Podría servir el dilema aquel de «respirar o no hacerlo; he ahí la cuestión». Todo por seguir disfrutando de un aire de calidad en 2030.

Pero en realidad las cosas son más complicadas de lo que parecen a primera vista. No sirve con dejar de respirar ni quitar de la circulación todos los componentes malsanos que la actividad diaria le «regala» al aire. Se dijo acertadamente que el aire que sana (caminar, relacionarse con los demás, ir a la compra andando) puede enfermar a la vez. Así pues si alguien piensa un poco en el mundo actual se da cuenta de que en la vida debemos resolver muchos crucigramas, sodokus o simplemente sopas de letras. Ahí queríamos llegar: el aire es una sopa de varios ingredientes. Este va para la gente que confunde, sin darse cuenta porque la teoría ya la sabe, de que aire y oxígeno son dos cosas diferentes. No basta con ir a «oxigenarse» al parque o al bosque una vez a la semana o al mes y el resto de los días atiborrarse de aire peligroso.

Imagen de tráfico en París con una alerta por la contaminación del aire. (EFE/ARCHIVO)

Como muchas veces la gente no hace caso de los alarmistas ecológicos o científicos, de las páginas criticonas como este blog, hemos acudido a la Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA, por sus siglas en inglés) para saber realmente lo que ocurre con el aire. Pues muchas veces traemos aquí las mediciones y alertas que lanzan gente como Ecologistas en Acción nos tachan de partidistas. A pesar de que lo que decimos lo apoyemos con enlaces al programa de Medio Ambiente y salud. Pues eso, que no lo decimos nosotros sino la EEA.

Vayamos al grano. La EEA dio a conocer su trabajo/Informe Impactos en la salud de la contaminación del aire en Europa, 2022. En él recoge varios asuntos interesantes. Entre ellos las estimaciones más recientes de los impactos en la salud de la exposición a partículas finas, dióxido de nitrógeno y ozono en términos de morbilidad y muertes prematuras. No se queda ahí pues evalúa el progreso hacia el objetivo del plan de acción de contaminación cero de la UE para reducir la mortalidad atribuible a la contaminación del aire. Sería de obligada lectura por parte de las administraciones correspondiente (Estado, CC.AA., Ayuntamientos, etc.) pero también de otros órganos como el Defensor del pueblo en cada CC.AA. y de España por si el asunto de no protección de la calidad del aire y la salud puede ser objeto de sanción disciplinaria. Afecta a cinco aspectos básicos en lo que se llama carga de enfermedad: mortalidad (que comprende muertes prematuras o años de vida perdidos AVP), morbilidad (años vividos con discapacidad por la contaminación YLD) y los años de vida ajustados a la discapacidad (DALY).

El Informe presenta seis asuntos clave, urgencias vitales que vamos a relacionar aquí brevemente dado que el acceso al documento es libre. Así:

  • Se han detectado aumentos significativos de muertes prematuras en 2020 y 2021.
  • Por lo que parece, el plan de acción de contaminación cero para reducir el número de muertes prematuras debido a la exposición a partículas finas en un 55 %  entre 2005-2030 avanza, va cayendo.
  • Aun así, se necesitarán muchos esfuerzos para disminuir todas las partículas contaminantes para conseguir el riesgo 0.
  • La morbilidad, enfermedades asociadas o incrementos de sus efectos, que es una carga en términos de sufrimiento personal, así como costos significativos para el sector de la atención de la salud, debe ser una preocupación constante dado los efectos en la salud que provoca. Sirva un ejemplo: en el año anterior a la pandemia, 12.253 personas en 23 países europeos fueron ingresadas en el hospital con infecciones de las vías respiratorias inferiores como resultado de la exposición aguda al ozono.

El completo informe incluye gráficos por país de las diversas afecciones a la salud. Aun hay mucha gente que no cree (piense unos segundos) que el aire mate o enferme. Acaso crea que su contaminación es cero pero falta bastante para asegurar que Europa, más bien sus habitantes, gozan del escudo protector que limpie el aire.

Recordemos que lo de la contaminación cero forma parte del Pacto Verde Europeo, que en pasado mes de octubre se adoptaba una propuesta de directiva sobre calidad del aire bastante exigente. No nos sirve de consuelo que la OMS avise de que la cosa está mucho peor en el mundo. Copia textual que es para ponerse a temblar: casi toda la población mundial (99%) respira un aire que supera los límites de calidad recomendados por la OMS y pone en peligro su salud. Un número récord de más de 6.000 ciudades de 117 países están ahora monitoreando la calidad del aire, pero las personas que viven en ellas siguen respirando niveles insalubres de materia particulada fina y dióxido de nitrógeno, siendo las personas que viven en los países de ingresos bajos y medianos quienes sufren las exposiciones más altas. Por cierto, se dice que, según serias investigaciones, si los ricos que emiten más del 10% del total de emisiones se controlaran, se podría eliminar casi todo el problema de la contaminación aérea; queda aparte lo del ruido, que también tiene su eco. Por todo lo anterior, la UE ha decidido impulsar normas más estrictas sobre la contaminación del aire.

Por cierto, lean las afecciones provocadas por la contaminación del aire exterior en el mundo. ¡Para no respirar!

Por cierto, debemos recordar que el Día 26 de enero viene marcado en los calendarios ecosociales como Día Mundial de la Educación Ambiental. Qué bien nos iría para construir/demandar entornos respiratorios saludables. Apliquémonos.

Dosieres ‘ecosociales’ para repensar la vida en común mirando al 2030

Dicen que todo en el mundo se conduce por barruntos, a veces al margen de instrucciones y manuales de uso de factores y situaciones que se le pasan desapercibidas, bien porque tarda en verlas o porque está convencido que no van consigo. Esas pautas, si es que se las puede llamar así, están elaboradas por sí mismos o por la cultura dominante, difícil establecer la frontera pero al final la existencia para bien o para mal. Repasemos las historias de hoy mismo en este periódico o en otros, nacionales y extranjeros, y nos daremos cuenta de cómo la gente no poderosa, que es mayoría, entiende poco lo que está sucediendo o apenas identifica cuatro cosas. Dentro de una sociedad demasiado silente, los oposicionistas o negacionistas de todo lo que podría tener interés global chillan más que nadie y confunden a la gente, que poco a poco va restringiendo sus áreas de preocupación para enrocarse en una cierta crisálida protectora. Demasiadas veces, más información no equivale a mejor información ni a formación más estable y reflexiva. Debemos luchar contra esas tendencias o descuidos del complejo mundo ecosocial.

Podríamos haber elegido muchas otras fuentes para aproximarnos al estado actual del mundo en su versión ecosocial. Pero puestos a repensar la vida en común nos hemos dado una vuelta por los informes que elabora la FUHEM (Fundación Hogar del Empleado). Nos gusta que su logo incorpore esas dos ideas mágicas que suponen educación y ecosocial y además la una se une a la otra con un más, que no supondrá una simple adición sino una conjunción e interacción entre lo uno y lo otro. La entidad es independiente y no está sujeta a componendas de signo político, aunque imaginamos que no saldrá indemne de ellas porque el mundo actual es una pista de aterrizaje y despegue de intereses políticos, económicos y de esas extrañas criaturas “transformers” llamadas fondos de inversión o corazas de captura religiosa o mediática.

Para suscitar el interés de los posibles lectores y lectoras, para animar la reflexión y el debate sosegado en entornos próximos, también laborales o de ciudadanía vamos a recoger simplemente los enunciados de algunos de los informes FUHEM. Así quienes puedan tener interés van directamente a ellos. Pero sepan que la construcción del pensamiento exigirá asomarse a más de uno porque el mundo es hoy demasiado complejo y cambiante.

Simplemente los títulos combinados de estos informes (se pueden descargar en pdf) que incluimos a continuación (solamente los posteriores a la irrupción de la pandemia que trastocó todo) servirían para hacer un escáner de la vida en común y plantearnos si es posible un estilo de convivencia diferente y un mejor reparto de lo económico, lo ambiental, lo social y lo emocional:

  • Controversias sobre la valoración del medio natural
  • El fin de la sociedad del despilfarro. Repensando nuestro modo de producción y consumo para reducir la contaminación y los residuos
  • Desigualdades climáticas. Impactos y responsabilidades de los fenómenos meteorológicos extremos.
  • Diálogo sobre la calidad de vida y necesidades humanas.
  • Iniciativas legales para dotar de personalidad jurídica a ecosistemas o a sus partes
  • Ciudadanía activa y emergencia climática
  • Los efectos del cambio climático sobre la seguridad humana. Repensar el bienestar y la calidad de vida en términos sostenibles
  • Crisis, modos de vida y militarismo. Una lectura a propósito de la vida de Ucrania.
  • Impactos de la contaminación sobre la calidad de vida. Una aproximación al caso español.
  • Derechos humanos. Sesenta años defendiendo una vida digna.
  • Pandemias en la era de la secta extinción.
  • Discursos en torno a la emergencia climática.

Todos estos junto con los anteriores al 2020 impulsarían debates continuados, o pensamientos razonados en soledad o acompañados. Si así fuese permitirían dimensionar a escala comunitaria, de las administraciones, empresas y colectivos sociales aquello que entendemos en torno a la calidad de la vida en común, al menos hasta la Cima 2030: no dejar a nadie atrás, y si se rezaga echarle una mano. ¡Son tan necesarios!

 

(GTRES)

El olvido que ya son, padecen y serán sin ayuda humanitaria

Dicen los malos augurios que en el presente 2023 alrededor de 350 millones de personas se encontrarán en riesgo vital, o, dicho de otra forma, necesitarán de la ayuda humanitaria para no sucumbir ante sus desgracias. Con ellas se podría componer el tercer país más poblado del mundo, el reino de los desheredados. Las cifras crecen como la espuma, tanto que si se cumplen las previsiones en el presente año las necesidades de apoyo aumentarán un 25 % con respecto al anterior. Las causas de estos desastres, en algunas zonas endémicas, se han concretado en hambrunas masivas y desplazamientos no deseados de quienes ya no tienen casi nada que perder, excepto su menguada dignidad y la de sus seres queridos. La noticia no viene de unos catastrofistas sino de la ONU, tal como explica esta entrada en 20minutos.es. Señala que “En 2022, las organizaciones humanitarias han asistido a 157 millones de personas, incluyendo ayuda alimentaria para 127 millones, agua potable para 26 millones, asistencia psicológica para 13 millones de niños, apoyo a 5,2 millones de madres y a 5,8 millones de refugiados o solicitantes de asilo.” El aumento de precios básicos, con la espoleta de la invasión de Ucrania y la anterior plaga de la COVID, han sumido al comercio mundial en un desbarajuste inimaginable hace unos pocos años.

Anotemos los países borrados del mapa mundial, o ninguneados por los medios de comunicación y las grandes potencias comerciales y políticas: Etiopía (solo relucen allí los atletas, mujeres y hombres), Afganistán (un país sin mujeres vivientes), R.D. del Congo (no me atrevo a poner lo de democrática porque me daña el pensamiento), Yemen (el polvorín de los intereses internacionales en forma de bombas y barbarie), Siria (ese sitio que se esfumó junto con su guerra fratricida),  Pakistán (un enjambre de intereses que no tiene en cuenta que los ríos amenazan vidas y las religiones matan), Haití (el país maldito por catástrofes naturales e intereses internacionales, además de ser el paradigma de los incumplimientos de ayudas comprometidas), Somalia y Sudán del Sur (el olvido de la permanente desgracia elevada a una alta potencia), y muchas más desgracias alojadas por Centroamérica y el ancho mundo africano (donde se volatilizó la República Centroafricana), asiático o americano. Pueden echar una ojeada al mundo que pasa hambre en 2021 en este mapa de EOM (El Orden Mundial).

Escolares cruzando un puente improvisado instalado en un arroyo cerca de un barrio pobre de Peshawar, Pakistán. (AP Photo/Mohammad Sajjad/LAPRESSE)

El fin del mundo es allí realidad cotidiana en un puzle difícil de componer. Alguien verá en esta entrada una propensión al drama, aquello de decir solamente lo que va mal, que desanima a quienes se empeñan en hacer el bien. Quién no opina que esto es así cuando conoce por mediación de The New Humanitarian que la situación crítica empeorará las dificultades y nuevas necesidades para asegurar financiación para asistencia humanitaria de la guerra en Ucrania (que tiene comprometido ya casi el 80% de sus necesidades hasta ahora). En el otro extremo se encuentra Afganistán (solo lo está en un 38% y además las ONG y la misma ONU amenazan con marcharse ante la barbarie talibán, el de Yemen en un 27% y el de Sudán en un 20%; según relata EOM. Además, los costes de la ayuda se van a disparar; solo el Programa Mundial de Alimentos necesita un 44% más de financiación que el año anterior.

Por si esto no fuera suficiente, quedan las afecciones provocadas por el cambio climático, los destrozos causados por guerras inútiles, las manipulaciones de las grandes cadenas alimentarias mundiales y los inversores que vienen con ellas, el mal ejercicio de la política mundial, la escasa prevalencia de los organismos internacionales, la lentitud de las cadenas de apoyo, etc. Quienes quieran saber algo más pueden visitar el Seguimiento de los progresos relativos a los indicadores de los ODS relacionados con la alimentación y la agricultura 2022 de la FAO.

Para que no toda distancia de los olvidados sea ausencia de pensamiento y compromiso, que no todos los silencios sean olvido; para que no se haga larga la indiferencia, para hablar sobre los olvidos humanitarios pues si no hablas de ellos parece que no existen, para que el desinterés no mute en omisión, etc. Para que nunca suceda aquello que decía A. Manzoni: “No es raro que las verdades absolutamente evidentes, y que deberían sobreentenderse, sean, por el contrario, puestas en olvido”. Por curiosidad busquen en Internet cuántos periódicos de España hablan hoy de las personas sepultadas en sus penurias.  Lo he intentado. Al indagar me he encontrado con una frase de Milan Kundera. Decía que “la mayoría de la gente se engaña mediante una doble creencia errónea: cree en el eterno recuerdo (de la gente, de las cosas, de los actos, de las naciones) y en la posibilidad de reparación (de los actos, de los errores, de los pecados, de las injusticias). Ambas creencias son falsas, o mínimamente extendidas, o están sepultadas por las inclemencias del olvido. Los efectos, y también algunas propuestas de acción, quedan expuestos en esta grabación de la FAO.

Las cifras del desastre humanitario, ¿los olvidos que son quienes las padecen? La (in)seguridad alimentaria como paradigma del olvido más mordaz que padecen los que son, serán y acaso seremos una parte de nuestra privilegiada sociedad del mundo rico con bolsas de pobreza. ¿Acaso no merecen una ayuda humanitaria? El horizonte 2023 se plantea más difícil debido a la polarización política y excluyente. Si así es seguiremos denunciando que la posibilidad de llegar a la Cima 2030 se va reduciendo.

Por una movilización biodiversa en 2023, tras Montreal COP15, para despejar el horizonte 2030

Parece que alguien de los que mandan en el concierto mundial se ha dado cuenta. Ya no podemos esperar más, y por mucho que hagamos hemos perdido un caudal enorme. La biodiversidad está sumida en un riesgo de limitación tal que no admite cuidados paliativos; es necesaria una política activa. Después de siglos de destrucción, de negación de que vivimos en un mundo sistémico en el que lo realmente importante son las interacciones, parece que se ha construido un STOP que limita la utilización de la biodiversidad sin tasa o la destrucción de sus santuarios. Además se ha acordado una señal de CEDA EL PASO a la supervivencia de enclaves biodiversos excelentes y un PROHIBIDO SIEMPRE a la depredación y al desamparo. Esperemos que estas señales se respeten pasados unos años, sean eficaces y no vaya por ahí cualquier desaprensivo o poderío económico que se las lleva por delante. No es que apostemos por ese paraíso terrenal del que hablaba la Biblia sino de un compromiso universal por salvar lo que queda y restituir lo que se pueda, sin aplicar la energía mental a compromisos idílicos del Neolítico o antes. La acción humana ha escrito historias para no dormir; toca despertarlas.

Por eso, por más que nos pueda la incredulidad expectante debido sin duda a experiencias previas frustrantes, debemos aplaudir el hecho de que se haya concedido a la biodiversidad en general SUJETO DE PLENO DERECHO en la COP15 de Montreal. Hay que decir en voz alta y escribir en todas las cámaras parlamentarias del mundo –estoy pensando en el Consejo de Europa, en el hemiciclo de las Cortes de España y en todos los parlamentos autonómicos- una banda publicitaria de esas de colorines saltarines que se ponen en los estadios que dijese una y otra vez que la clave principal del acuerdo es el compromiso de proteger un tercio del planeta para 2030, el llamado 30×30 (proteger fuertemente el 30% del planeta y restaurar/recuperar un 30% de lo ya degradado por la acción humana), una meta para la que será necesario duplicar la superficie protegida en tierra y cuadruplicar la de los océanos. Que sepan quienes lean esto que cuando los científicos plantearon el reto en la Cumbre del Clima Madrid-Chile  de 2019 solamente Costa Rica dijo un sí rotundo nada más ser enunciado. Imaginemos la gloria mundial que sería lograr el 30x30x30, es decir: todo lo anterior para el año 2030. Por desgracia, ahora apenas quedan espacios vírgenes en la zona boreal (bosques de Canadá y Rusia) y en la ecuatorial (selvas amazónicas y de la cuenca del Congo).

El actor y activista James Cromwell al frente de una protesta en la COP15, en Montreal, el pasado 15 de diciembre. (LA PRESSE)

Pero hay otras muchos enclaves susceptibles de protección severa y comprometida. Entre ellas podemos citar las lagunas costeras y sus entornos del litoral mediterráneo, en especial el Mar Menor, el Delta de l’Ebre, L’Albufera de València, etc., junto con algunos sitios atlánticos como Doñana y otros en la costa gallega. Los enclaves biodiversos del interior no se han librado de los males comunes. Menos mal que el otoño meteorológico ha llegado en su auxilio aportando cuantiosas precipitaciones que han rebajado algo su crítica situación.

Hay que salvar todos esos hábitats donde resisten a duras penas los que se llamas “animales desahuciados”, porque se les echa de sus territorios. La pérdida y degradación del entorno por la acción del hombre es la principal causa de la caída de la biodiversidad, en particular por el cambio en el uso de los suelos para dedicarlos a la agricultura intensiva, a megaproyectos de minería, a la construcción de urbanizaciones y vías de comunicación que fragmentan el territorio. Se calcula que solo en la UE el 32% de los hábitats terrestres están amenazados, y al menos el 18 % de los marinos que engloba o la circundan. Todo eso y más las ha maltratado, especialmente las secuelas del cambio climático, que se ha demostrado que ha sido incentivado por la acción humana. La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación, FAO avisa de que de las 6.300 especies de razas ganaderas catalogadas, solamente han pervivido 1.300.

Se dice que la destrucción aniquiladora se incremento de forma exponencial desde 1970, supuestamente con la única finalidad de alimentar al creciente número de personas que poblaban la Tierra. Al paso que llevamos la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN  por sus siglas en inglés) va a tener que actualizar sus libros rojos de especies en peligro porque las listas se hacen kilométricas si contemplamos especies y enclaves). Simplemente en homenaje a las menos numerosas, no queremos pensar que sea su epitafio, incluye a algunas de las últimas que se han incluido en la lista porque se encuentran en peligro crítico: los dugongos (grandes mamíferos marinos herbívoros), los mariscos de abulón y el coral pilar. También las traemos al escaparate biodiverso en riesgo, que cada vez es más grande, porque habrá gente que lea esto que no las conozca y es una buena manera de hacer publicidad de su excepcionalidad vital. Parece que en esta ocasión la UE se ha tomado el problema en serio. Con respecto a lo que pensamos los españoles sobre el tema hay fortalezas, debilidades y demasiados despistes. Quienes deseen saber algo más encontrarán aquí más datos sobre el estado de la diversidad en España, aunque con números de 2019. El posterior estudio de la Fundación BBVA Visión y actitudes hacia los animales en la sociedad española nos deja más o menos bien en nuestras opiniones. Deberemos confirmar si entre el manifestar cariño o respeto y participar de forma activa en la preservación de hábitats y vida no hay distancias significativas.

Cuando Rachel Carson publicaba en 1962 La primavera silenciosa anticipaba que muchos hábitats, ya vulnerables,  iban a entrar en riesgo de desaparición; otros estaban totalmente degradados por los usos del suelo y el empleo de abonos y fitosanitarios tóxicos. Nada entendimos de lo que se adivinaba como la sexta extinción masiva de especies, de lo que cuenta este artículo publicado en Nature. Ya estamos pensando en construir un Arca de Noé III para salvar un poco de la biodiversidad. No será suficiente con el Arca de Noé II de la isla de Spitsbergen del archipiélago noruego de Svalbard, que guarda el Banco mundial de semillas.

¿Llegaremos a tiempo? Si se quiere se puede.