Hoy hace una semana que el centro comercial Westgate de Nairobi, capital de Kenia, fue atacado por el grupo islamista Al-Shabaab. Nairobi fue escenario de una masacre y un secuestro de casi cuatro días que provocó unas 72 victimas mortales, 150 heridos y centenares de rehenes.
Durante tres días, los militantes de la guerra santa musulmana o la “yihad” ocuparon el concurrido Westgate, y asesinaron a quienes se oponían a ellos o respondían erróneamente a sus preguntas de índole religiosa. Movidos por un fanatismo religioso y rebelión militar.
Abu Omar, uno de los comandantes de Al-Shabaab, aseguró a Al-Jazeera que el grupo sólo estaba acatando órdenes: «Al Qaeda son nuestros líderes, nuestros mentores… Todos estamos embarcados en un único conflicto contra la cruzada internacional cristina y por lo tanto somos socios en esto». Al- Shabaab se afilió a Al Qaeda en febrero de 2012.