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"Odio la televisión del
mismo modo que detesto
los cacahuetes. Pero no
puedo dejar de comer
cacahuetes". Orson Wells

Mucha acción en el primer tráiler de lo nuevo de ‘Prison Break’

Prison Break es, junto con X-Files, una de esas series que FOX ha decidido desempolvar del baúl de los recuerdos en plena moda de las resurrecciones seriéfilas (Héroes Reborn, Las chicas Gilmore, 24, Twin Peaks, Star Trek…).

prison break michael scofield new season

Porque revivir antiguos éxitos está en boga y si no que se lo digan a FOX, la cadena que más se ha subido al carro de los revivals, aunque algunos de esos títulos se vieran obligados a decir adiós por su decadencia. Fue el caso del drama carcelario de los hermanos Scofield, que tras una primera entrega brillante empezó a desilusionar a los fans con una segunda temporada bastante floja. Y la tercera, la temporada que se desarrolla en una prisión de México, fue decisiva para que la crítica la enterrara definitivamente. Los guionistas se pusieron entonces manos a la obra para poner el broche de oro con una cuarta algo mejor que sus predecesoras. Aun así, me ocurre lo mismo que con Héroes, ¿de verdad es necesario resucitarla?  

Hasta ahora sabíamos más bien poco del regreso de Prison Break, pero hace unas horas que FOX lanzó el primer tráiler de la que será su nueva temporada, que se desarrollará en una prisión de Marruecos y que, según se puede apreciar en el vídeo, promete ante todo mucha acción con sus tres protagonistas (Wentworth Miller, Dominic Purcell y Sarah Wayne Callies) de vuelta. También con Robert Knepper, actor que interpretó a T-Bag durante cuatro años y que es, sin duda, el mejor personaje de toda la serie.

Si te interesó este post, quizá te interese también Desde ‘Star Trek’ a ‘Twin Peaks’: así son las series que resucitan. Os recuerdo que me podéis seguir en Twitter y en Facebook para más noticias seriéfilas. ¡A por el martes!

Kit Harington confesó a un poli el destino de Jon Snow para evitar una multa

Si no has visto ningún episodio de la sexta temporada de Juego de tronos, no te gustan los spoilers y vives en una burbuja que no te ha permitido ponerte al día con el destino de Jon Snow, te aconsejo que dejes de leer a partir de aquí.

AQUÍ

YA

AHORA

TEMERARI@… ¬¬

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Cuando Kit Harington iba a casa de sus padres para hacerles una visita, después de que los guionistas de la serie estrella de HBO le confesaran que su personaje volvería a la vida en la sexta temporada, debía estar tan nervioso y emocionado que rebasó el límite de velocidad. Lo que el actor no podía haber imaginado era la reacción del policía, que una vez se bajó del vehículo le ofreció dos opciones: algo así como susto o muerte.

Kit Harington en el show de Jimmy Fallon

«Mira, hay dos maneras de hacer esto. Puedes seguirme a la estación de policía o me puedes decir si vives o no en la próxima temporada de Juego de tronos«. Así lo desveló anoche el propio Kit Harington durante una entrevista con Jimmy Fallon en el programa estadounidense The Tonight Show.

Y por mucho que los guionistas le hubiesen amenazado horas antes con no contar a nadie ese giro ¿inesperado? de los acontecimientos (eso incluía a sus padres, familiares, novia y amigos; un consejo que, ya os digo yo, no siguió en absoluto) pesaba mucho más la multa que el silencio.

«Tengo que advertirte de que tu respuesta dependerá de si vienes conmigo o no», cuenta el británico en el vídeo que ha rescatado el programa y que os dejo bajo estas líneas. «Así que le miré», continúa Harington, «y le dije con miedo: ‘estoy… estoy… vivo'».

La respuesta del policía tras esa confesión es, sin duda, lo mejor de la historia: «Puede seguir su camino, Lord Comandante. Pero recuerde no sobrepasar la velocidad en este lado del muro». 

Solo un puñado de personas (y cuando digo un puñado me refiero a que se podían contar con los dedos de una mano) sabían con certeza si Jon Snow viviría o no después de ese fatídico accidente con el que nos deleitó el final de la quinta entrega. Los guionistas Dan y David, el autor de las novelas George R. R. Martin y un par de productores de la serie eran conscientes de lo que sucedería más adelante con el hijo bastardo del Norte.

Eso fue así hasta que se lo contaron a Kit Harington y decidió ampliar el círculo saltándose la única directriz que le habían dado: no contárselo a nadie, y eso incluía a sus padres. «Se lo conté de todas formas. ¡Son mi madre y mi padre!«, comenta entre risas. «Bueno, y mi novia también lo sabía… y algún amigo… y, bueno, algunas personas más, pero todas de confianza». Ah, y que no se nos olvide el policía.

Sus compañeros de reparto, la mayoría de ellos, al menos, se mantuvieron al margen de la verdad en todo momento. «Cuando fui a decirles a todos que no volvería me dijeron ‘oh, así que tú también estás despedido'». Según cuenta el intérprete, fue difícil mantener durante tanto tiempo el secreto. Pero, desde luego, ha merecido la pena.

¡Buen domingo, seriéfilos!

‘Cites’ no es el ‘Dates’ a la catalana; es mucho mejor

Cuando estás acostumbrado a ver muchas series, la novedad engancha, emociona y consigue que devores temporadas como pipas. Desgraciadamente no se da mucho, por eso cuando experimento esa sensación de sorpresa y satisfacción (después de dejarme los ojos mínimo diez horas en el ordenador) necesito compartirlo con el mundo.

Y eso es lo que me pasó en su día con Pulseras rojas, la serie catalana de Pau Freixas inspirada en el libro de Albert Espinosa que seguía la vida de unos chavales en un hospital. La vi y el flechazo fue instantáneo: me enamoré de la atmósfera, de los personajes y de lo desgarradora que era, por no hablar de su música. Y todo ello de una manera que se parecía mucho a las series extranjeras a las que hace unos años no estábamos acostumbrados en España.

cites

Desde entonces me dije a mí misma que todo lo que hiciera Freixas merecía una grandísima oportunidad. Por eso cuando se estrenó el año pasado Cites, que tiene sus raíces en la británica Dates -seguro que habéis oído hablar de ella por Oona Chaplin, la mujer de Rob Stark en Juego de tronos-, dejé todo lo que estaba haciendo y todas las series que tenía pendientes para centrarme únicamente en ésta.

Al igual que la inglesa no me enganchó (seguro que más de uno se está llevando las manos a la cabeza), Cites me absorbió desde el minuto uno. Las reglas del juego han cambiado también para las series de televisión: ahora el famoso ‘chico conoce chica’ no se da en la calle o en un encuentro casual difícil de creer hasta para el guionista; ahora el amor (o el rollo de una noche) se busca por internet. Tinder ha llegado para quedarse porque Cites va precisamente de eso, de cómo 27 personajes tratan de ligar con completos desconocidos a los que conocen solo por el nick de la aplicación. Es la realidad de una generación que ha crecido a las órdenes de los avances tecnológicos y España, sinceramente, estaba tardando en explotar esta faceta de la sociedad.

TV3

Los nervios previos a la cita y cómo la decepción se materializa cuando la otra persona no está a la altura de las expectativas son solo un ejemplo de lo realista y divertida a partes iguales que puede llegar a ser. No busca finales felices; busca crear el retrato más exacto de lo que ocurre antes, durante y después de ese encuentro. Con las mentiras como punto de partida con el único de objetivo de tener más posibilidades de ligar.

Lo hace con personajes que emocionan, que duelen, que hacen reír. Y con una música que acompaña y hace de la cita (dos por cada uno de los 13 episodios que completan la primera temporada) un encuentro muy especial para el telespectador; una de las señas de identidad de Freixas.

La semana pasada TV3 estrenó su segunda temporada, ¿qué mejor excusa tenéis para poneros al día con ella ahora? Dejad La embajada o cualquier otra serie española que veáis e hincad el diente a Cites. No es el Dates a la catalana; es mucho mejor.

¿Ha estado ‘Juego de tronos’ a la altura?

Mi WhatsApp ha sufrido a lo largo de las últimas 24 horas los estragos del aterrizaje de Juego de tronos. «¿Te ha gustado el primer capítulo?» es, sin ningún atisbo de duda, la pregunta que más se repite en las conversaciones. Por no hablar de los privados de Twitter o de Facebook. Hasta mi madre, que vio el episodio piloto y salió escaldada con los desnudos y la falta de pudor de los Siete Reinos, tenía intriga por saber si el regreso había estado a la altura de unas expectativas que blogueros y medios de comunicación alimentamos durante meses y colocamos a un nivel desproporcionado.

(A PARTIR DE ESTE MOMENTO, ESTE POST CONTIENE SPOILERS DEL 6×01)

HBO

Así que con una mezcla de excitación, desesperación y miedo a sentirme defraudada me planté frente al ordenador, intentando desprenderme de las (ya conocidas y bien odiadas) expectativas. Cincuenta minutos más tarde (¿de verdad duró cincuenta?), después de ver esa imagen de Melisandre decrépita que no consigo eliminar de mi retina, el episodio había volado sin que fuera consciente de ello.

Entretiene, pero seamos sinceros: si alguien es capaz de afirmar que el arranque de la sexta temporada de Juego de tronos le ha dejado satisfecho, miente; no adelanta absolutamente nada, queríamos fuegos artificiales y nos hemos quedado a medias. Aunque, claro, no nos olvidemos de que se trata de un capítulo introductorio, de posicionamiento para que sepamos situar en qué punto se encuentra cada uno de los personajes repartidos por esa tierra hostil llamada Poniente. Teniendo en cuenta ese dato, está claro que sus cincuenta minutos son amenos, y eso corrobora que Juego de tronos regresa con ganas a pesar de que no pasen grandes cosas.

Pero vayamos al meollo y a lo que de verdad nos importa a todos: el futuro incierto del hijo bastardo de Ned Stark. Pues bien, la sexta temporada comienza tan solo unos segundos después del final de la anterior, con un Jon Snow sin vida y sin alma sobre la nieve. La pregunta que nos hacemos todos (¿resucitará?) sigue sin tener respuesta. Y en torno a esa pregunta, un nombre, el de Melisandre, que ha acaparado a lo largo de los diez últimos y eternos meses las esperanzas de los fans que sentimos como nuestras aquellas puñaladas gélidas en el Norte. Diez meses dan de sí para elucubrar a gusto y para terminar sin uñas de la angustia y obsesión, y después del final del episodio (disculpadme, pero me recuerda bastante a El curioso caso de Benjamin Button), ese personaje no hace más que alimentar las hipótesis. Y claro, ahora todos queremos más a la sacerdotisa roja, ¿verdad?

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En el episodio nos reencontramos con Daenerys, que se encuentra de nuevo en la casilla de salida, junto a un nuevo Khal; con Cersei y Jamie cegados por la muerte de Myrcella; con una Arya ciega, desamparada y literalmente maltratada luchando contra su invidencia, mientras Sansa y Theon se cobijan al amparo de Brienne y Tyrion y la araña (¡qué gran personaje!) pasean por una Meeren anárquica. Entre tanto ajetreo, no nos olvidemos de Bran, ese personaje que desapareció en la quinta entrega y que sigue sin aparecer pero que, según han adelantado, ofrecerá grandes momentos en esta ocasión.

A partir de ahora nos dirigimos hacia terreno desconocido, los guionistas han dejado a un lado los libros. Comienza la etapa de la emancipación de la serie, que se desvincula por completo de la pluma y de la saga literaria fruto de la mente de George R.R.Martin. Aunque el inicio no defrauda, espero mucho más de los futuros episodios porque reconozco que los lunes se han convertido de nuevo en mi día favorito de la semana. Solo espero que ese sentimiento de optimismo se mantenga. ¿Qué os ha parecido a vosotros?

¡A por el martes, seriéfilos!

‘El Caso’, la serie de TVE que ya es el descubrimiento de la temporada

Con cada nuevo estreno de serie española sigo un minucioso y exhaustivo ritual: leo la sinopsis (me emociono), veo el tráiler (en ocasiones me desilusiono) y, llegados a este punto, me desprendo de las expectativas. Ni buenas ni malas. Lo ideal es exponerse por primera vez con la mente en blanco. Con El Caso, la nueva apuesta de TVE que busca reconquistar el liderazgo de los martes, traté de esforzarme por partida doble y desechar cualquier idea preconcebida, pero no lo conseguí.

Una historia sobre el periodismo en tiempos de Franco era demasiado atractiva como para no sentir un mínimo de interés y esperanza en la ficción pública. La buena noticia es que acerté. El episodio piloto, con ese aire de género detectivesco y procedimental policíaco -por favor, no hagáis comparaciones con series estadounidenses, todavía estamos muy lejos de eso-, atrapa. Y os voy a explicar por qué.

RTVE

Madrid, década de los 60. Golpes, boxeo y apuestas. El olor a sangre y cenicero traspasa la pantalla del televisor. Mientras un grupo de personas jalea a los hombres que se pegan una paliza en el cuadrilátero, un asesinato tiene lugar a unas manzanas de distancia. La sangre que cubre este escenario es bien distinta de la anterior, está putrefacta. En el lugar, dos periodistas de la época se abren paso entre los policías que analizan la escena del crimen. Estos últimos, en busca de pruebas; los plumillas, con cámara en mano, en busca de la noticia y la foto que les salve la portada.

Así arranca El Caso, que tiene sus raíces en el semanario español de sucesos que se publicaba en los años sesenta bajo el nombre que da título a la serie. Basada, precisamente, en los hechos reales que recogía ese rotativo, conocido por hacer un periodismo de calle único en la época, con imágenes explícitas de víctimas mortales. La historia, con la censura como telón de fondo y la lucha por los derechos de las mujeres como pilar fundamental, prometía y mucho. Y a pesar de que el inicio de temporada presume de un ritmo pausado, con el fin de presentar a los personajes, lo cierto es que entretiene. Y su cuidada fotografía y atmósfera de thriller negro la convierten en un caramelo mucho más apetecible.

RTVE

En los primeros 70 minutos, la ficción de Paso a Paso ya se ha mojado más que Velvet a lo largo de todas sus temporadas y eso que se desarrollan en el mismo marco temporal.

Guillén Cuervo -el padre que ha trasladado esta historia a la televisión- se luce como actor protagonista en el papel de un expolicía que ha cambiado la pistola por la máquina de escribir, y que ayudará al personaje de Verónica Sánchez -que da igual las gafas o el peinado que se ponga, siempre será la novia de Fran Perea en Los Serrano- en su carrera profesional. Estos sabuesos de la información con hambre de sucesos se verán obligados a trabajar juntos.

La serie, de 13 episodiso autoconclusivos, nos presenta la España negra de Franco: adulterio, homosexualidad y mujeres que cuelgan el delantal para hacer periodismo de raza marcan el ritmo de una redacción que no descansa y que se deja los cuernos por contar lo que otros periódicos apartan a un lado. Desde luego, una delicia para los amantes del mundo de la información y todo un descubrimiento de la temporada.

‘House of Cards’ libra su guerra más fría

«House of Cards no es lo que era». Me he cansado últimamente de leer esa frase en diferentes medios de comunicación. Es evidente que igualar el nivel de la primera temporada, que nos regaló giros argumentales casi de manera frenética, es difícil, pero eso no significa necesariamente que la historia original haya mutado en una temporada para dejar en el olvido.

Es más, después de leer esas afirmaciones y de devorar casi de manera maratoniana los diez primeros episodios, me pregunto si de verdad he visto la misma entrega que los demás, si de verdad hay personas que no han disfrutado de esta nueva tanda de episodios que va en paralelo con la situación política del país y una carrera desenfrenada hacia el despacho oval. Aquí no tenemos ni a Donald Trump ni a Bernie Sanders. Pero la figura de Hilary Clinton bien podría estar representada por una de las protagonistas. Nunca antes una temporada había llegado a ser tan actual como esta última.

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La cuarta entrega -que está disponible de manera íntegra en Movistar+, encargada de los derechos de este drama político en España y no Netflix– vuelve a estar cocinada a fuego lento, y así es como se entretejen las mejores tramas. Pero incluso siguiendo ese ritmo pausado que busca posicionar las piezas del tablero político que se aproxima, el buque insignia de Netflix se presta al maratón. La tercera temporada que tanto decepcionó a los seguidores incondicionales de la serie ya es historia.

El drama marital de los Underwood, del que ya fuimos testigos al final de la tercera temporada, centra la trama de la cuarta, mucho más ligera en cuanto a temáticas políticas que la anterior. Los guionistas han dejado a un lado los hilos argumentales densos y algo liosos sobre las relaciones diplomáticas con China -y que creo que muy pocos entendieron (me incluyo)- para centrarse en la carrera política del clan familiar que, en esta ocasión, libra su guerra más fría. Con una Claire Underwood que, siguiendo la estela del final de temporada, lucha en cuerpo y alma por brillar con luz propia y alejarse así de la baja popularidad de su marido. No ha nacido para estar a la sombra, y ahora está capacitada y predispuesta para demostrarlo.

Uno de los puntos fuertes de House of Cards –que además se acentúa esta temporada- son las aristas y reveses de los personajes secundarios. En especial de los femeninos: tan inteligentes, tan elocuentes, tan voraces. Mujeres con hambre y ansias de poder, incapaces de mantenerse en un segundo plano. Robin Wright ha llevado esa bandera con total dignidad a lo largo de las últimas cuatro temporadas, pero en los nuevos episodios se rodea de unos personajes que desprenden un poderío incluso aun mayor que el de ella. Por primera vez aparece en escena su madre, que nos ayuda a entender un poco mejor la fría personalidad de uno de los mejores personajes de la serie.

Ambición desmedida, grandes dosis de drama familiar, la lucha por el poder encarnizada y las malas relaciones con Rusia hacen de la cuarta una de las mejores entregas de la serie. Ya el viernes pasado, antes de llegar a casa y reproducir los nuevos capítulos, era consciente de que me iba a costar racionalizar los episodios. Olía a atracón y a empacho. Y sí, así ha sido. Si este fin de semana tenéis tiempo, desde aquí os invito a que os dejéis seducir por las nuevas tramas. Bienvenidos, otra vez, a las cloacas de la política Underwood.

Los actores de los Oscar también actuaron en series de televisión

leodicaprioHubo un Leonardo DiCaprio antes de ese Jack de Titanic que enamoró a toda una generación. Y si yo lo hubiera sabido, habría suspirado por él mucho antes de ver cómo conquistaba a Rose en ese buque imponente. Me pilló pequeña, qué se le va a hacer. Pero internet -y, por supuesto, IMDB- son unas herramientas magníficas para encontrar los títulos en los que participó DiCaprio durante su adolescencia. ¡Porque los hay!

Como la mayoría de los actores, su carrera se inició en la televisión y las series le sirvieron de trampolín para llegar a la gran pantalla. Con sólo 15 añitos, participó en Dulce hogar… ¡A veces!, una dramedia familiar sobre la educación de los hijos que aguantó en antena una temporada y que tiene sus raíces en la película del mismo nombre de Steve Martin.

Pero la ficción que le dio más visibilidad -y que es posible que os suene- no es otra que la exitosa Los problemas crecen (Growing Pains), en la que interpretaba a un adolescente de 17 años (Luke Brower) abandonado por su padre. Se unió al elenco en la última temporada, la séptima, y lo hizo como uno de los protagonistas, no como personaje recurrente. Os dejo un vídeo debajo para que veáis cómo se desenvolvía a esa edad. ¡Menudo desparpajo! Este fue su último papel en televisión. Esta noche opta al Oscar por El Renacido, y si gana pienso ir a Colón a celebrarlo. Y no seré la única, que hay quedada, lo digo en serio. #TodosSomosLeo


Otra de las actrices nominadas al Oscar que también se inició en la televisión es (la gran) Jennifer Lawrence. Siento adoración por esta mujer, lo admito. Me gusta tanto que he buscado los capítulos de la serie que protagonizó de 2007 a 2009, The Big Engvall Showy me he visto un par. Se trata de una comedia muy noventera (como la de DiCaprio) y de toque familiar (también como la del actor). Es lo que se ha llevado durante dos décadas. Tantos títulos familiares han terminado por matar el interés hacia este género, que en la actualidad está en peligro de extinción.

En la serie, Lawrence, que opta al Oscar por Joy, se mete en la piel de Lauren Pearson. Aunque más bien la veo a ella todo el rato con esas caras tan expresivas y tan suyas que nos ha regalado en todas las galas de premios y que se han convertido enseguida en memes. (Espero con impaciencia la de esta noche). Os dejo una escena de la serie para que comprobéis por vosotros mismos que tengo razón.

De Bryan Cranston, nominado por Trumbo, tengo poco que decir que no sepáis. El por siempre Walter White de Breaking Bad, que le ha valido su mejor papel hasta la fecha, se dio a conocer por Malcom en el rol de padre panoli que interpretó durante 6 años. Pero antes de eso le hemos podido ver en Seinfeld, referente en la comedia ochentera. Si en Breaking Bad convierte al profesor de química en el mejor cocinero de coca del país, como dentista en Seinfeld deja mucho que desear. Debajo os dejo una escena que lo demuestra con creces.

Buceando en su filmografía he encontrado dos sorpresas. La primera, que Cranston salió en un capítulo de Expediente X en 1998 y la segunda, que también participó en un episodio de (atención) Sabrina, cosas de brujas, la serie adolescente que, admito, me obsesionó de pequeña. Y como siento una debilidad especial por How I Met Your Mother (Cómo conocí a vuestra madre), me veo obligada a recordar sus cameos en la sitcom estadounidense. #MuyFan

No sé si os acordáis pero Eddie Redmayne, que opta al preciado galardón por La chica danesa, protagonizó Los pilares de la tierra en 2010, la serie que basa su historia en la novela de Ken Follett. Fue hace seis años, cuando era casi un completo desconocido. En ella encarnó a Jack, el hijastro de Tom, ese hombre que nos dio dolor de cabeza con la dichosa catedral.

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Michael Fassbender, nominado por su papel de Steve Jobs en el biopic que lleva su nombre, participó en la enorme Hermanos de sangre, una de mis series favoritas y que en su día contaba con un elenco de lujo. Y lo hizo junto a Tom Hardy, que también está nominado aunque en la categoría de actor de reparto por El renacido.

Matt Damon, nominado por Marte, también tuvo su huequito en televisión. Más concretamente en 30 Rock, la comedia de la divertida Tina Fey que fue todo un éxito de crítica (y una pasarela constante de cameos de lujo) y que sigue la vida de una guionista, Liz, que en la quinta temporada tiene sus idas y venidas con el atractivo personaje de Damon. Fey no iba a dejar escapar esa oportunidad, claro.

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En cuanto a las actrices, la veterana Charlotte Rampling (45 años) le lleva la delantera a sus contrincantes. Seguro que la recordáis de la segunda temporada de Broadchurch, la serie británica que investiga la muerte de un niño con David Tennant (Jessica Jones, Harry Potter) como inspector y que llegó a España de la mano de Antena 3. La segunda temporada fue cancelada por la cadena.

La seguramente ganadora del Oscar Brie Larson, según las predicciones de mi compañero Carles Rull, apareció en unos cuantos capítulos de Community, una ficción que desde aquí os invito a ver. La más jovencita de todas, Saoirse Ronan (Brooklyn), también empezó en la pequeña pantalla, pero en series muy poco conocidas: The Clinic y Proof. Hasta aquí mi aportación del día porque de Cate Blanchett (Carol) no he sido capaz de encontrar nada seriéfilo al que hincar el diente salvo una miniserie, Heartless. ¡Mañana os espero por redes para comentar la gala!

¡Arriba ese lunes!

‘El Ministerio del tiempo’ se supera

Llevo meses esperando este momento. Y mentiría si no dijera que he vivido con una ministeria inusitada cada uno de los avances que ha ido difundiendo con cuentagotas TVE. A decir verdad, pocos productos nacionales me provocan tanta expectación como El Ministerio del tiempoPero la serie de Onza Entertainment no sólo cambió la manera de consumir televisión en España -con una audiencia en diferido que evidenciaba su fidelidad-, sino que logró que muchos escépticos creyeran de nuevo en la ficción patria y en la oferta seriéfila de la cadena pública.

Así, la segunda temporada de El Ministerio del tiempo lo tenía difícil. Después de una primera entrega que aterrizó en nuestras pantallas como un soplo de aire fresco y con capítulos tan redondos como el de Lorca, las expectativas de esa legión de fans sufridora iba in crescendo conforme se eternizaba su regreso, que finalmente llegó anoche a TVE.

RTVE / Tamara Arranz

Y aunque se suele decir que las segundas partes nunca fueron buenas… las nuevas tramas de la patrulla de agentes que luchará por preservar la historia de España (Alonso, Amelia y Julián) tira por tierra ese dicho tan trillado.

Javier Olivares, creador de la serie junto a su hermano fallecido Pablo, prometió nivel, oscuridad y aventuras. Y, desde luego, ha cumplido.

Sabía que su público, que el año pasado demostró una presencia y dedicación extrema en redes a pesar de que a la serie le costó encontrar su sitio en la parrilla, era exigente y no iba a consentir una segunda temporada floja. Es pronto para decirlo, pero el primer episodio supera con creces todas las expectativas.

Arranca, precisamente, con el regreso de Julián (Rodolfo Sancho) al Ministerio, meses después de que fracasara tratando de salvar a su mujer en la misión que cerró la entrega anterior. Esa fatal desenlace le obligó a desvincularse temporalmente de su trabajo como agente y a someterse a un tratamiento psicológico para superar el trance. Pero las secuelas perduran. Y por ese mismo motivo se verá apartado de la primera línea, así como de la patrulla que encabeza Amelia Folch (Aura Garrido).

Es la excusa perfecta para que Sancho compagine otros trabajos, como Mar de plástico, con la serie de La1. Pero tranquil@s, aunque su protagonismo se verá rebajado y ahora recaerá sobre los hombros de Garrido y Fresneda, la cadena ha dejado claro que no desaparecerá del todo. Veremos cómo evoluciona. Pero estoy convencida de que la historia tiene potencial como para sobrevivir sin el personaje de Julián entre sus filas, aunque preferiría no tener que llegar a ese extremo.

La serie revelación de 2015 tiene muchos aciertos. Pero siento debilidad por uno de ellos: los chistes ‘privados’ con los que la serie deleita a sus espectadores -que por lo general se centran en la ignorancia de Alonso de Entrerrios- se convierten en una fórmula exitosa de conectar con su público. Me refiero a las escenas en las que palabras tan aceptadas por nuestro tiempo -como ADN- suponen todo un misterio para el personaje al que encarna (el gran) Nacho Fresneda.

¡Qué grandes son estos tipos (actores, creadores, guionistas, directores)! ¡Y qué larga se ha hecho la espera! Menos mal que ya los tenemos cerca. Con la nueva temporada El Ministerio del tiempo demuestra, una vez más, que se puede hacer ficción española entretenida y de calidad.


Post dedicado a Eduardo Casado y Arancha Serrano, dos ministéricos hasta la médula 🙂


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Así es el perturbador teaser de lo nuevo de ‘Juego de tronos’

Si no viste la quinta temporada de la serie, HUYE. Si sigues es bajo tu responsabilidad. 🙂


Juego de tronos sigue jugando al despiste. Así lo demuestra el primer teaser de la sexta temporada que llevamos esperando desde el sábado y que se filtró un par de horas antes de que HBO lo emitiera aprovechando el estreno de su nueva serie, Vinyl.

El vídeo, de poco más de un minuto de duración, nos traslada a la Casa de Blanco y Negro, y muestra las cabezas inertes de personajes que a lo largo de las primeras cinco temporadas pasaron a mejor vida, como Ned Stark, Robb, Catelyn…. y sí, también está Jon Snow. Hasta aquí todo normal. Lo aceptamos, el hijo bastardo del norte murió a manos de sus compañeros de la Guardia de la Noche.

¿El problema? Que los rostros de personajes que aún siguen con vida, como Daenerys o Tyrion, se suman a la colección de cabezas inertes que se agolpa en la vitrina de la Casa de Blanco y Negro, que, por si no os acordáis, es la casa a la que llegó Arya al final de la quinta entrega.

Para que os hagáis una idea, las 26 imágenes inéditas que difundió el viernes pasado HBO son más reveladoras que el primer teaser de la serie, que no hace más que incendiar los rumores y avivar la llama de las teorías.

Os recuerdo que Juego de tronos se estrenará el próximo 24 de abril en Estados Unidos y que Movistar+ hará lo propio el mismo día aquí en España, irá al compás que marque HBO, de manera que la televisión de pago no esperará las 24 horas habituales para emitir el arranque de temporada. También os puede interesar un mapa sobre la ficción para descubrir las localizaciones de las principales casas.

¡A por el lunes, seriéfilos!

¿Dónde se quedó ‘The Walking Dead’?

Sufrimos, lloramos y nos indignamos. La sexta temporada de The Walking Dead trajo consigo la mayor horda de zombies de su historia y algunas escenas que han traído de cabeza a los seguidores.

Ocho episodios después, la ficción zombie se despidió temporalmente de su legión de fans en noviembre, dejando un sinfín de tramas inconclusas y unos cuantos interrogantes que han bombardeado nuestro cerebro durante las últimas semanas. ¡Qué digo semanas! Han pasado casi tres meses desde que los protagonistas se pasearon por Alexandria tratando de disimular su olor con tripas de muerto. O desde que vimos a Glenn -el personaje más sufridor de esta entrega- aproximándose a la valla que divide esa conflictiva porción del mundo. 

La espera ha sido eterna, pero The Walking Dead regresa (por fin) esta noche a las 22.20 horas a FOX con la segunda parte de su sexta temporada, y con Rick Grimes y el resto del grupo tratando de sobrevivir en una tierra hostil infestada de caminantes mientras Daryl hace lo propio despojado de sus posesiones más preciadas (su ballesta y su moto). ¿Se volverá a juntar el grupo en algún momento?

La sinopsis del noveno episodio, No way out, desvela más bien poco, pero anuncia el inicio de una nueva era. Así, ¿qué debemos esperar de este regreso que se torna cada vez más oscuro?

En primer lugar, un nombre: Negan, uno de los villanos más temidos por los lectores de los cómics y cuya aparición se espera como agua de mayo. Si bien es cierto, todo parece indicar que no será hasta el final de temporada cuando el actor Jeffrey Dean Morgan llegue pisando fuerte. Y también esperamos la de un tal Gregory que promete convertirse en el nuevo dolor de cabeza de Rick Grimes. A nuestro sheriff le crecen los enanos. Aunque también habrá personajes buenos dentro de las nuevas incorporaciones, como Jesús (Tom Payne), uno de los miembros de la comunidad Hillpop.

El reencuentro de Glenn y Maggie, del que ha hablado la actriz Laura Cohan para anunciar que «no será un momento feliz» -veremos si el pizzero llega a tiempo-, se convertirá en otra de las escenas decisivas de esta segunda parte. Ya nos lo han adelantado: el drama (y los zombies) se cierne(n) sobre Alexandria. Pero tendremos que esperar a esta noche para encontrar respuestas a nuestros miles de interrogantes. De momento, os dejo los primeros cuatro minutos de episodio para ir abriendo boca.

¡Arriba ese lunes!

PD: os recuerdo que me podéis seguir en Twitter y en Facebook para compartir frikadas varias. ¡Os espero!