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"Odio la televisión del
mismo modo que detesto
los cacahuetes. Pero no
puedo dejar de comer
cacahuetes". Orson Wells

Archivo de abril, 2016

¿Ha estado ‘Juego de tronos’ a la altura?

Mi WhatsApp ha sufrido a lo largo de las últimas 24 horas los estragos del aterrizaje de Juego de tronos. «¿Te ha gustado el primer capítulo?» es, sin ningún atisbo de duda, la pregunta que más se repite en las conversaciones. Por no hablar de los privados de Twitter o de Facebook. Hasta mi madre, que vio el episodio piloto y salió escaldada con los desnudos y la falta de pudor de los Siete Reinos, tenía intriga por saber si el regreso había estado a la altura de unas expectativas que blogueros y medios de comunicación alimentamos durante meses y colocamos a un nivel desproporcionado.

(A PARTIR DE ESTE MOMENTO, ESTE POST CONTIENE SPOILERS DEL 6×01)

HBO

Así que con una mezcla de excitación, desesperación y miedo a sentirme defraudada me planté frente al ordenador, intentando desprenderme de las (ya conocidas y bien odiadas) expectativas. Cincuenta minutos más tarde (¿de verdad duró cincuenta?), después de ver esa imagen de Melisandre decrépita que no consigo eliminar de mi retina, el episodio había volado sin que fuera consciente de ello.

Entretiene, pero seamos sinceros: si alguien es capaz de afirmar que el arranque de la sexta temporada de Juego de tronos le ha dejado satisfecho, miente; no adelanta absolutamente nada, queríamos fuegos artificiales y nos hemos quedado a medias. Aunque, claro, no nos olvidemos de que se trata de un capítulo introductorio, de posicionamiento para que sepamos situar en qué punto se encuentra cada uno de los personajes repartidos por esa tierra hostil llamada Poniente. Teniendo en cuenta ese dato, está claro que sus cincuenta minutos son amenos, y eso corrobora que Juego de tronos regresa con ganas a pesar de que no pasen grandes cosas.

Pero vayamos al meollo y a lo que de verdad nos importa a todos: el futuro incierto del hijo bastardo de Ned Stark. Pues bien, la sexta temporada comienza tan solo unos segundos después del final de la anterior, con un Jon Snow sin vida y sin alma sobre la nieve. La pregunta que nos hacemos todos (¿resucitará?) sigue sin tener respuesta. Y en torno a esa pregunta, un nombre, el de Melisandre, que ha acaparado a lo largo de los diez últimos y eternos meses las esperanzas de los fans que sentimos como nuestras aquellas puñaladas gélidas en el Norte. Diez meses dan de sí para elucubrar a gusto y para terminar sin uñas de la angustia y obsesión, y después del final del episodio (disculpadme, pero me recuerda bastante a El curioso caso de Benjamin Button), ese personaje no hace más que alimentar las hipótesis. Y claro, ahora todos queremos más a la sacerdotisa roja, ¿verdad?

arya

En el episodio nos reencontramos con Daenerys, que se encuentra de nuevo en la casilla de salida, junto a un nuevo Khal; con Cersei y Jamie cegados por la muerte de Myrcella; con una Arya ciega, desamparada y literalmente maltratada luchando contra su invidencia, mientras Sansa y Theon se cobijan al amparo de Brienne y Tyrion y la araña (¡qué gran personaje!) pasean por una Meeren anárquica. Entre tanto ajetreo, no nos olvidemos de Bran, ese personaje que desapareció en la quinta entrega y que sigue sin aparecer pero que, según han adelantado, ofrecerá grandes momentos en esta ocasión.

A partir de ahora nos dirigimos hacia terreno desconocido, los guionistas han dejado a un lado los libros. Comienza la etapa de la emancipación de la serie, que se desvincula por completo de la pluma y de la saga literaria fruto de la mente de George R.R.Martin. Aunque el inicio no defrauda, espero mucho más de los futuros episodios porque reconozco que los lunes se han convertido de nuevo en mi día favorito de la semana. Solo espero que ese sentimiento de optimismo se mantenga. ¿Qué os ha parecido a vosotros?

¡A por el martes, seriéfilos!