Los reyes se han dado un baño de multitudes durante los dos últimos días que han pasado en el archipiélago, donde Leti ha tenido tiempo para reciclar, estrenar con discreción y asistir a actos de lo más variado.
El lunes los monarcas llegaban a Gran Canaria y Letizia hacia una apuesta segura con el vestido de Carolina Herrera de jazmines rojizos sobre fondo blanco que siempre cosecha buenas críticas allá por donde pasa. Lo combinó con sus salones de Lodi en charol marsala y con una cartera de mano en piel roja de la que se desconoce la marca, la última vez que le vimos lucir este modelo llevaba un bolsito con cadena rosa chicle, que fue un poco criticado, en esta ocasión como véis dejó de lado la ‘innovación’. Sus pendientes de Chanel de 6.400 euros en forma de pluma y un recogido permitieron que la reina luciese elegante y femenina durante el primer acto de la jornada por la ‘candidatura a patrimonio mundial de la UNESCO del pasaje de Risco Caído y los Espacios Sagrados de Montaña’. Aquí abajo podéis ver también el maquillaje, discreto y al tono, sin olvidar unos polvitos sueltos por el cuello.
Por la tarde Leti siguió de reciclaje y se hizo un ‘remix’ extraño y demasiado oversize con una blusa que tenía olvidada de Adolfo Domínguez, la estrenó en 2015, y el pantalón blanco de Hugo Boss al que le sacó bastante partido en verano del año pasado. Con este outfit más informal visitó la sede ‘del programa mundial de alimentos’ y del ‘centro de cooperación con África’.
En la mano llevaba su cartera de piel de cocodrilo de Uterqüe, que también le vimos bastante el pasado verano; sus pendientes de Tous de piedra de luna colgaban de sus orejas. En conjunto, además de oversize el estilismo me pareció soso. Lo que más me gustó fueron sus nuevas sandalias en charol con tacón cuadrado que todo apunta a que son de Uterqüe. Aquí os dejo una foto del moño que por si le queréis copiar.
Para el segundo día en Tenerife, Letizia rescató su traje con falda bouclette y sahariana de Varela que estrenó en 2015 en París. Combinó los detalles dorados del cinturón y los botones con un clucth de Adolfo Domínguez y unos stilettos que tenía muy olvidados de Uterqüe. Todo podría haber ido bien si no fuese por la trenza frontal que coronaba su cabeza y que a mí me recordó a la que lucen sus hijas.
Yo por más que la miro no le encuentro ningún sentido, es un claro ejemplo de esas veces que la reina y sus asesoras quieren innovar y dar rienda suelta a su creatividad pero les sale mal. La mañana venía cargada de acto, primero asistió al ‘programa por la cooperación de barrios’, luego a una audiencia con representantes de diversas instituciones culturales de las islas y a un almuerzo con miembros del gobierno, y todo con la trenza que, además, parecía de lo más tirante.
Por suerte y para finiquitar viaje Leti remontó un poco el vuelo. Lo primero que hizo esa tarde fue lucir melena lisa. Para su última visita del día reutilizó su falda de cocodrilo en azul de Hugo Boss que hasta ahora siempre se había puesto con la chaqueta a juego y que me parece que sin ella queda más actual. La combinó con una blusa nueva de Adolfo Domínguez que cuesta 110 euros en la web y que tiene aberturas en los hombros y cuello ‘mao’. Los pendientes de Tous con zafiros y perlas y sus sandalias de Magrit en nude cruzadas, completaron un estilismo sencillo pero adecuado y, sobre todo, más favorecedor.
Y esto, que no es poco, es lo que dio de sí el real viaje de nuetras majestades a Canarias, ¿con qué os quedáis?
**Fotos:Gtres