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"Lo que tenemos que hacer es montar un bar. Y si no funciona, lo abrimos". Viejo adagio periodístico

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La libertad de información en España, el regreso al futuro sin Delorean

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2015 es el año en el que aterrizaban los protagonistas de la segunda entrega de Regreso al futuro. En su viaje ficticio anticipaban, sin equivocarse, la existencia del cine en tres dimensiones, las videollamadas o la ropa inteligente. Lo que no lograron adelantar es que en ese 2015 países de la Vieja, Grande y Unida Europa vivirían anclados en pretéritos más acordes con épocas predemocráticas en los que la libertad de información -un derecho que fue recogido en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948- sería banalizada, menospreciada y despreciada por ciertos Gobiernos. No anticiparon este regreso al futuro sin Delorean.

Madrid, 17 de junio de 2015: integrantes de organizaciones mundiales que defienden la libertad de información, como el International Press Institute (IPI), el Committee to Protect Journalists (CPJ), la Federación Europea de Periodistas (EFJ) o la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información (PDLI), inician una ronda de contactos y reuniones con políticos e instituciones para reclamar mayores garantías para ejercicio de la libertad de información en España, en un momento en el que las conocidas como Leyes Mordaza están a punto de empezar a aplicarse, y cuando las detenciones y juicios a periodistas son continuos.

En esta ronda de contactos que concluye el día 19 se mantendrán conversaciones con el presidente del Tribunal Supremo, Grupos Parlamentarios (portavoces, Comisión de control de RTVE y Comisión de justicia), Defensora del Pueblo y partidos políticos sin representación parlamentaria (Podemos y Ciudadanos) y representantes del ministerio de Justicia. Tanto Industria (que tiene en marcha el concurso para la adjudicación de nuevos canales de TDT) como Interior han declinado reunirse con esta delegación; la Secretaría de Estado de Comunicación aún no ha confirmado su participación.

Impedir el libre acceso de la ciudadanía a la información significa amordazar el estado de derecho. No hay ninguna razón de excepcionalidad que justifique los desmanes legislativos que estamos viendo y que empezarán a ser una realidad práctica en muy pocos días. Lo explico en este artículo que escribí para presentar el informe Límites y amenazas al ejercicio de la libertad de información en España, elaborado por la PDLI:

La crisis como excusa

«Algunas de las violaciones de derechos humanos más despreciables de este siglo se articularon activamente para preparar el terreno e introducir las reformas radicales que habrían de traer ese ansiado libre mercado», decía Naomi Klein en una entrevista al poco de publicar ‘La doctrina del shock’.

El libro de Klein salió de la imprenta en 2007, justo cuando daba comienzo la mayor crisis económica de la historia moderna, en cuyas consecuencias aún estamos inmersos. En nombre de esta crisis se han articulado ‘reformas’ y medidas que han provocado un ensanchamiento de la brecha entre ricos y pobres, entre poderosos y ciudadanos -con el consiguiente abandono institucional y político de estos últimos-, una exclusión apoyada siempre en argumentos casi irrefutables por lo que implican de ‘salvación’ colectiva: la recuperación económica, la seguridad y la estabilidad.

Pero con la crisis llegó también la democratización de la información, entendida como el acceso masivo de la ciudadanía a Internet, y la toma colectiva de conciencia de que el manejo de la información es clave para el control y la evaluación continua de quienes rigen nuestros designios. Y así la participación y la denuncia ciudadanas a través de las redes sociales empezaron a tener sus efectos más allá de la virtualidad de Internet: las protestas contra la Ley Sinde en 2008, el movimiento #nolesvotes, las movilizaciones de Juventud Sin Futuro, entre otros, y finalmente, el 15M y el revolcón del bipartidismo en las últimas elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2015, consecuencia directa de aquellas protestas cuyo epicentro fue la Puerta del Sol.

Las personas en el poder han visto en estas nuevas formas de comunicación y de protesta una amenaza clara a sus intereses, y por eso unos meses antes de las recientes elecciones empezaron a articularse una serie de reformas legales encaminadas a la protección del estatus de ese ‘establishment’ a costa de un adelgazamiento de las libertades y derechos ciudadanos.

Muchas de estas reformas tienen un común denominador: acotar esas maneras de compartir información, poniendo puertas al campo de Internet como ámbito de libre comunicación y penalizando, en ocasiones de manera desproporcionada, las nuevas vías de protesta. Algunas de esas iniciativas legislativas han visto ya la luz, otras están a punto de entrar en vigor: de la Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana (más conocida como Ley Mordaza) a la doble reforma del Código Penal -que han sido puestas en cuestión incluso por relatores de derechos humanos de la ONU-, pasando por la nueva Ley de Propiedad Intelectual o por la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

En este marco nace, en octubre de 2014, la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información (PDLI), como respuesta a la preocupación de un grupo de periodistas, personas del ámbito jurídico y de ciertos movimientos sociales por lo que consideramos una serie de amenazas a la libertad de información, sustanciadas sobre todo en esas reformas legales ya mencionadas, pero también en prácticas poco transparentes por parte de instituciones y administraciones públicas, y que tienen consecuencias no solo para medios y periodistas, sino para la sociedad en su conjunto. Porque, como recoge el artículo 20 de nuestra Constitución, el derecho a la información no es solo el derecho a comunicar libremente; es también el derecho de la ciudadanía a recibir una información veraz a través de cualquier medio de difusión.

Por eso la PDLI defiende la libertad de información como aval de la sociedad democrática española. Y por eso su principal objetivo es poner foco sobre esas amenazas, analizar y dar visibilidad a cualquier intento de coartar dicha libertad, dotando a la ciudadanía de herramientas (como mapea.cc) para que pueda denunciar cualquier abuso que se produzca en este ámbito. Queremos ser primero notarios de estos desafíos, y luego altavoces de esa realidad, con el objetivo siempre de revertir la situación y de contribuir a garantizar el libre ejercicio de esos derechos.

Zapata y el listón

El concejal de Cultura del recién constituido Ayuntamiento de Madrid acaba de anunciar su dimisión. Guillermo Zapata se marcha antes de estrenarse en el cargo a causa de unos tuits desafortunados, de mal gusto, pero publicados en su día dentro de un contexto del que han sido sacados para ponerlo contra las cuerdas. Esos tuits los había escrito hace cuatro años, cuando ni estaba como concejal ni se le esperaba; cuando no ostentaba ningún cargo público.

ZAPATA DEJA CONCEJALÍA (EFE)

Zapata dimite como concejal de Cultura (Foto: EFE).

Hemos visto y oído en incontables ocasiones a políticos, en ejercicio de su cargo, decir auténticas barbaridades; los hemos visto incluso cometerlas. Lo que no hemos tenido la oportunidad de ver ni oír con tanta frecuencia es a esos mismos representantes de la ciudadanía pidiendo disculpas sinceras -ni desde luego dimitiendo-, por sus salidas de pata de banco, faltas de respeto y ofensas a las mujeres, las víctimas del franquismo, los ‘sintecho’ o los parados.

Zapata dice que dejar la concejalía de Cultura ha sido «un ejercicio de responsabilidad». Y sin duda lo ha sido, sobre todo con el equipo de Gobierno que tomó posesión el sábado en el Ayuntamiento. Pero es también un ejercicio de responsabilidad con el resto de políticos y ciudadanos. Porque su dimisión fija un listón ético de intolerancia colectiva que debería empezar a aplicarse, con la misma intensidad, con igual exigencia, a cualquier figura pública que cruce ciertas líneas rojas.

Si el ‘caso Zapata’ sirve para limpiar de rabia y revanchismo el discurso de los mandatarios españoles y para provocar dimisiones en otras fuerzas políticas cuando estas sean merecidas, bienvenida sea su renuncia. Si para lo que sirve es para azuzar la batalla política y para distraer la atención de la verdadera política, la de las acciones, la de los hechos… el cese de Zapata habrá sido una gota en un desierto.

‘Ciutat Morta’ o la eternidad en un minuto

Piensa en la duración de un minuto. Tic, tac.

Pasa volando, ¿verdad?

Ahora piensa en alguien golpeándote salvajemente durante un minuto. E imagina que a cada golpe, a cada segundo, intentas entender el porqué de ese momento, sin encontrar respuesta. Tic, tac.

Pues bien, supón ahora que ese minuto es solo el comienzo de la peor de tus pesadillas. Y visualízate tomando conciencia poco a poco, durante días, meses, años, de que es peor aún: no es un sueño. Tic, tac.

ciutat morta

El documental Ciutat Morta dura casi 123 minutos. Rodrigo Lanza, uno de sus ‘protagonistas’, pasó en prisión 2.628.000 minutos. La vida de Patricia Heras se esfumó en menos de 60 segundos: los que su cuerpo tardó en caer al suelo desde la ventana por la que se arrojó.

Un minuto. Tic, tac. Una eternidad.

Rodrigo, Patricia, Juan, Álex, Alfredo. Cinco vidas unidas por dos nexos. Uno, en el origen: estar en el sitio preciso (o impreciso, según se mire) en el momento más inapropiado, y con un aspecto físico propicio para la condena inmediata. Dos, en el desenlace: sufrir las consecuencias de lo primero, añadirle una orquestación institucional para legitimar lo ilegitimable y pagarlo con su libertad, en el mejor de los casos.

¿Cuántos Rodrigos, Alfredos, Patris, Juanes y Álex hay en este país? Aterra imaginarlo. Aunque sea ‘solo’ durante un minuto. Tic, tac.

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El documental Ciutat Morta, dirigido por Xapo Ortega, Xavier Artigas, se emitió por primera vez en uno de los canales secundarios de la televisión pública catalana (el 33) el 17 de enero de 2015, un año y medio después de su estreno, tras haber cosechado premios en distintos festivales y después de que distintos colectivos ciudadanos presionaran para que fuera retransmitido. No pudo verse íntegro: por orden judicial, se eliminaron seis minutos en los que un periodista habla sobre el exjefe de información de la Guardia Urbana, Víctor Gibanel, que lo ha demandado por vulneración del derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen. También se ve en ese fragmento cómo Gibanel es reprendido duramente por un juez. Esos minutos se han convertido en un fenómeno viral en Internet. A pesar de haberse emitido en un canal secundario y no en su versión íntegra, el documental fue visto el sábado por 569.000 espectadores y obtuvo un 20% de cuota de pantalla, frente al 2% habitual.

Ciutat Morta no se ha exhibido en cines comerciales. Tampoco en RTVE ni en ninguna cadena privada de ámbito nacional que emita en abierto. La película está publicada bajo licencia Creative Commons y puede verse aquí.

Desde el sábado se suceden las peticiones para reabrir el caso 4-F.

El día que pensé que mi hijo había muerto sin todavía haberle visto la cara

El parto es un momento único: si estás en la media de la tasa de natalidad española, solo vas a tener un hijo, a lo sumo dos.

La mayoría de futuras madres leen mucho sobre el embarazo y las circunstancias posteriores al parto, pero no tantas se informan al detalle de cómo será el momento del alumbramiento, y la información que reciben por vías tradicionales (libros clásicos, consultas médicas…) es somera y superficial: poco más allá de las distintas posibilidades (parto vaginal, cesárea…), el trabajo de la parturienta (dilatación, respiraciones, pujos…), eventuales complicaciones, epidural sí/no/cuándo, etc.

Es un asunto que todas las partes suelen dar por zanjado con cuatro pinceladas, y las futuras madres, absortas a veces por la emoción de tener al bebé ya en sus brazos o por puro desconocimiento, pasan de puntillas por los procedimientos del parto, posiblemente también por temor al dolor y al esfuerzo físico de ese momento (recuerden aquello de «que sea una horita corta»).

Pero el alumbramiento es algo que ninguna de ellas olvidará en lo que le quede de vida. Y aunque solo sea por eso, todas deberíamos informarnos exhaustivamente de lo que nos espera, y de lo que podemos esperar y exigir de nosotras mismas y de quienes nos van a acompañar y asistir en ese momento. Porque como pacientes y como parturientas también tenemos derechos, y solo en nuestra mano está demandar que sean respetados. De cómo se desarrolle tu parto puede depender en una u otra medida la relación que establezcas con tu bebé, tu autoestima, tu salud física y psicológica… Y solo estando informada podrás elegir el parto que tú consideres más apropiado para ti y para tu hijo. Al fin y al cabo, es TU cuerpo, TU parto y se trata de TU hijo, no del de la matrona, el ginecólogo, el celador o el anestesista.

A mi primer parto llegué desinformada. Fue una inducción. Estuve casi 14 horas tumbada en una cama sin que me permitieran moverme. Progesterona, tactos vaginales… La ginecóloga entraba en la habitación, dejaba la puerta abierta de par en par y me metía la mano hasta la garganta sin casi mediar palabra y a la vista de cualquiera que quisiera otear el horizonte. Luego llegaron la oxitocina, los monitores, la epidural… Sin alternativa posible, porque no había opción a réplica. «Son lentejas», me dijo en una ocasión.

Sala de dilatación de un hospital de Madrid (foto cedida por Madre Reciente).

Sala de dilatación de un hospital de Madrid (foto cedida por Madre Reciente).

De pronto los monitores indicaron que algo no iba bien y me informaron de que se me iba a practicar una cesárea. En pocos minutos estaba tumbada en una sala de operaciones. Pregunté si la cesárea me la harían con la epidural y me respondieron que sí. Lo siguiente que recuerdo es despertar en una sala en la que no había nadie. Y cuando digo nadie, es nadie: ni médicos, ni enfermeras, ni familiares… ni mi bebé.

Intentando rastrear algo de lucidez entre los efectos de la anestesia general, alcancé a imaginar que posiblemente a mi hijo le había ocurrido algo durante el parto y que tal vez lo habían tenido que meter en la incubadora. Pero luego pensé que debía de haber sido algo muy grave para que me pusieran anestesia general sin avisarme, y buscando la razón de que no estuviera junto a mí, llegué a la conclusión de que había muerto. Una eternidad después (así lo recuerdo yo, aunque seguramente fueron solo unos minutos) oí unos pasos lejanos y decidí gritar para que alguien viniera. Le pregunté a la enfermera por mi hijo: me respondió que no sabía nada. Su aparente desconocimiento acrecentó mis temores de que el bebé había muerto. «No me lo quieren decir», pensé.

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Mi bebé no murió. Hoy es un preadolescente sanote, encantador, buen niño, generoso, charlatán, simpático y, como todos, a ratos insoportable. Su existencia matiza algunos recuerdos, los mejora, pero no los borra. Nunca olvidaré aquel día. Fue el más traumático de mi vida. Entonces no fui plenamente consciente ni de lo que estaba ocurriendo ni de las consecuencias que podría acarrear. Ese parto me costó casi un año de depresión, que llegó cuando mi hijo tenía ya dos años. Y mucho tiempo de reflexiones internas, de sentimientos de culpa, de asimilaciones y asunciones, de manejo del dolor y de las emociones.

Cinco años después nació mi segundo hijo. Fue también una cesárea, pero yo llevé las riendas desde el momento en que me quedé embarazada. Pacté con mi ginecólogo, mantuvimos largas conversaciones sobre mis expectativas y lo factible buscando siempre un equilibrio, hicimos un plan de parto, y llegado el momento, él me ayudó en mis tomas de decisiones, explicándome cada paso, cada movimiento, ayudándome a sopesar riesgos y a eliminar miedos.

La diferencia entre uno y otro parto la marcó la información. Lo leí todo. Busqué casos de madres que hubieran pasado por situaciones similares a la mía. Busqué opiniones de ginecólogos y matronas. Y así pude elaborar una aproximación a lo que yo esperaba de mi parto y a cómo quería que este se produjera. No fue todo maravilloso, pero me sentí respetada  y partícipe.

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Hoy, la asociación El Parto es Nuestro denuncia en un informe que el 96% de las maniobras de Kristeller se hacen sin el consentimiento de la madre. El 39% dice que pidió al personal que parara. De las 133 mujeres que lo solicitaron, solo 14 fueron escuchadas. Esta práctica provoca secuelas en el 26% de los bebés. Sobran más comentarios.

Felipe VI, ¿un rey ‘ciudadano’?

El discurso del nuevo rey ante las Cortes me ha resultado inusualmente sensato, al menos en el marco de lo que acostumbramos a oír por estos lares políticos de cinismos, estrecheces de miras, falta de respeto por la ciudadanía en general y carencia absoluta de visión de futuro (y de presente).

Felipe VI se ha mostrado más empático (verbalmente, al menos) con la calle que con el poder político, al que ha enviado algún que otro exquisito tirón de orejas y unos cuantos recados de los cuales debieran tomar nota aquellos que ostentan un cargo público, si no tatuárselos en alguna zona bien visible de sus cuerpos, de manera que fuera lo primero que leyeran cada mañana al levantarse. Y, desde luego, se ha presentado más sensible con la ciudadanía de lo que en años han evidenciado la mayoría de políticos que se sientan en el Congreso o en el Senado.

El rey, durante su discruso ante las Cortes (EFE).

El rey, durante su discruso ante las Cortes (EFE).

«Ciudadanos» ha sido la quinta palabra más mencionada por el nuevo rey. En algún momento incluso se ha referido a sí mismo como parte de esa ciudadanía y lo ha hecho para reclamar cambios y pasos adelante. Se ha revelado, además, consciente de la profunda renovación que necesita esta democracia, una transformación que la mayoría de atentos oyentes de su discurso aún no han empezado a atisbar.

No es más que un discurso, y Felipe VI juega con ventaja: imposible saber si cree siquiera en sus propias palabras y tampoco veremos una traslación de las mismas al ejercicio de su jefatura de Estado (sus funciones no son ejecutivas). Pero, dadas las circunstancias, suena a música celestial oír hablar en el Parlamento en términos de ética, moral, dignidad, ciudadanía y civismo.

1. «La monarquía parlamentaria debe estar abierta y comprometida con la sociedad a la que sirve; ha de ser una fiel y leal intérprete de las aspiraciones y esperanzas de los ciudadanos […]».

2. «Hoy, más que nunca, los ciudadanos demandan con toda razón que los principios morales y éticos inspiren -y la ejemplaridad presida- nuestra vida pública».

3. «[…] Quiero también transmitir mi cercanía y solidaridad a todos aquellos ciudadanos a los que el rigor de la crisis económica ha golpeado duramente hasta verse heridos en su dignidad como personas. Tenemos con ellos el deber moral de trabajar para revertir esta situación y el deber ciudadano de ofrecer protección a las personas y a las familias más vulnerables […]. Sé que todas sus Señorías comparten estas preocupaciones y estos objetivos».

4. «Todo tiempo político tiene sus propios retos; porque toda obra política -como toda obra humana- es siempre una tarea inacabada».

5. «Los españoles […] aspiramos a revitalizar nuestras instituciones […]».

6. «Aspiramos a una España en la que se puedan alcanzar acuerdos entre las fuerzas políticas sobre las materias y en los momentos en que así lo aconseje el interés general».

7. «Queremos que los ciudadanos y sus preocupaciones sean el eje de la acción política, pues son ellos quienes con su esfuerzo, trabajo y sacrificio engrandecen nuestro Estado y dan sentido a las instituciones que lo integran».

8. «Queremos que los ciudadanos recuperen y mantengan la confianza en sus instituciones y una sociedad basada en el civismo y en la tolerancia, en la honestidad y en el rigor …]».

9. «Trabajemos todos juntos […] en torno a los nuevos objetivos comunes que nos plantea el siglo XXI […]. Un nuevo siglo […] que ha nacido bajo el signo del cambio y la transformación y que nos sitúa en una realidad bien distinta de la del siglo XX».

10. «Afrontar todos estos retos y dar respuestas a los nuevos desafíos […] requiere el concurso de todos, de los poderes públicos […] y de los ciudadanos […]. Es una tarea que demanda un profundo cambio de muchas mentalidades y actitudes […]. 

11. […] los grandes avances de España se han producido cuando hemos evolucionado y nos hemos adaptado a la realidad de cada tiempo; cuanto hemos renunciado al conformismo o a la resignación y hemos sido capaces de levantar la vista y mirar más allá -y por encima- de nosotros mismos […]».

12. «El bienestar de nuestros ciudadanos […] nos exige situar a España en el siglo XXI, en el nuevo mundo que emerge aceleradamente […]».

 

¿Es necesaria la formación en igualdad de género? Un discurso reivindicativo

El pasado 26 de mayo se graduó la primera y última promoción de la titulación universitaria de Igualdad de género, el único grado de esta especialidad que se impartía en España, en la Universidad Rey Juan Carlos. Este es el discurso que pronunció en la ceremonia Dori Fernández Hernando, como número 1 de esa promoción. Un discurso reivindicativo que arroja cifras / razones por las cuales este tipo de formación era necesaria antes y lo sigue siendo ahora.

“Todo lo legal no es moral (…), así que todo no vale”.

Con este marco de referencia inauguró el pasado 12 de noviembre la Decana de esta Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Dña. Pilar Laguna Sánchez, el 5º Seminario de Innovación en Marketing, la disciplina con mayor incidencia en los roles que desempeñan mujeres y hombres en nuestras sociedades, y es como quiero empezar esta breve intervención en mi nombre y en el del resto de compañeras y compañeros que hoy se gradúan en este Grado de Igualdad de Género tan presente en la prensa –desafortunadamente- en los últimos tiempos por su desaparición.

Han sido cuatro años de esfuerzo hercúleo –o mejor dicho boloniano– para quienes estudiamos en el modo semipresencial: cinco asignaturas por cuatrimestre, prácticamente a un trabajo por semana, un examen parcial y uno final por cada una, y bibliografía que no daría tiempo a leer en dos vidas.

Pero hay una característica clave entre el alumnado de esta primera promoción: somos personas con responsabilidades familiares y personales, nadie nos hace la comida, ni lava nuestra ropa, ni nos paga la hipoteca o el alquiler, en definitiva, nadie nos cuida, sino todo lo contrario. A pesar de nuestra edad que dobla la de cualquier estudiante, hemos llegado a la universidad –muchos por segunda y hasta por tercera vez– como fruto de la reflexión personal: la especie humana tiene sus días contados si no conseguimos dar un cambio de timón a las políticas públicas y configuramos un tipo de sociedad en la que todas las personas tengan asegurados sus derechos fundamentales recogidos en nuestra carta magna, fundamentalmente el derecho a la vida, y no a una vida cualquiera, a una digna como establece el art. 1 de la CE.

La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social (art. 1 CE).

Amartya Sen, premio nobel de economía en el año 1998, definió el desarrollo de los pueblos como un proceso de expansión de las libertades reales de las que disfrutan los individuos, alejándose así de la visión que asocia el desarrollo con el simple crecimiento del PIB; un desarrollo sostenible que a la vez habrá de ser capaz de responder a las necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras de responder a las suyas.

Y la realidad es que estamos en el año 2014, en pleno siglo XXI, y nuestro país se enfrenta a un gravísimo problema, el mismo que el resto de países europeos (a excepcion de los nórdicos): tenemos una tasa de fecundidad de 1,32 hijos/mujer, muy por debajo de la tasa de reposición poblacional, que está en 2,1, y una tasa de dependencia demográfica del 51%. Esta tasa, que es la ratio entre el número de personas de la tercera edad y el número de personas en edad de trabajar, llegará, según las estimaciones del INE, hasta valores cercanos al 60% en los próximos diez años. Así que en muy poco tiempo será imposible atender las necesidades del grueso principal de la población, y que no se hagan ilusiones las mentes paleolíticas: tampoco habrá mujeres para cuidar de los demás, sino para ser igualmente cuidadas. Sobre este grave problema y sus soluciones abunda María Pazos Morán en su reciente libro Desiguales por Ley, que les recomiendo.

Porque la caída en picado de la demografía –y por tanto de la vida en el planeta– no es el resultado de una moda: la tasa de reposición poblacional es la cifra que coincide, segun las encuestas del CIS, con el número de hijos deseado por las familias, y que no depende sino de las condiciones materiales que hagan viable la decisión de ser madres y padres. Y las condiciones materiales, como es fácil deducir, tienen mucho que ver con la igualdad de género, con el derecho que las sociedades democráticas ofrecen a sus ciudadanos y ciudadanas en cuanto a las posibilidades de desarrollo vital. Evidentemente, no serán iguales las condiciones materiales de una familia en la que trabajen ambos progenitores que en la que sólo trabaje uno.

La brecha de género salarial, la que se da entre una mitad de la ciudadanía –las mujeres– y la otra, sigue rondando el 23 %, lo que significa que una mujer, además de trabajar en dos sitios a la vez (en casa y en el trabajo formal), tiene que trabajar 84 días más al año para ganar lo mismo que un hombre realizando el mismo trabajo. La misma brecha en las tasas de empleo se sitúa en el 9,6%, siendo significativos los datos sobre empleo a tiempo parcial: un 6,6% de los hombres que trabajan lo hacen a tiempo parcial, frente a un 24,5% de mujeres. Pero lo llamativo son las razones: ellos declaran en primer lugar que es por no poder encontrar trabajo a jornada completa (65,9%), por seguir cursos de enseñanza o formación (9,6%) y por otros motivos que no especifican (15,8%); mientras que entre las mujeres, las principales razones son: no encontrar empleo a tiempo completo igualmente (56,3%), por tener que cuidar de niños o adultos enfermos, incapacitados o mayores (14%) y por otras obligaciones familiares o personales (6,6%). Con estos datos, es fácil entender que los cargos directivos varones en las empresas españolas doblen a los ocupados por mujeres, o que sólo el 18,1% lleguen a ser catedráticas en nuestras universidades a pesar de representar un 37% más entre el alumnado graduado en estudios superiores. Demasiado trabajo para las únicas 24 horas que tiene un día.

En lo único que mujeres y hombres ya somos prácticamente iguales, es decir, en lo único que tenemos el mismo tratamiento como seres humanos equivalentes que somos, es en las tasas de paro: 6 décimas nos separan solamente.

Pero hay otro dato que defiende la necesidad de apostar por la igualdad de género de forma urgente, y sin duda es el más importante: desde que alcanzan los datos fiables, el año 1995, en nuestro país han sido asesinadas 1.292 mujeres a manos de sus parejas o exparejas varones (72 víctimas mortales más de las que el terrorismo ha ocasionado en 41 años).

La igualdad entre mujeres y hombres no es sólo un imperativo legal, sino, sobre todo, es un imperativo ético y moral. El funcionamiento de nuestro sistema democrático no garantiza el derecho a la vida a la mitad de la ciudadanía (ni al resto, puesto que muchos de los hombres que asesinan a sus parejas después se quitan la vida). Es urgente incluir la transversalidad de la igualdad a la que obliga la Ley 3/2007 en todas las esferas públicas y privadas. La igualdad tiene que calar en las personas y cambiarles su ADN socioemocional, de forma que los hombres vean a las mujeres como sus equivalentes humanos y las mujeres se vean a sí mismas como equivalentes a los hombres, con el mismo grado de valor humano y de posibilidades de desarrollo.

Entre estas políticas públicas urgentes, está una con un gran potencial de cambio y que, curiosamente, se ha caído de los programas electorales de los tres partidos mayoritarios que en principio la aplaudían (PP, PSOE e IU): la equiparación de los permisos de maternidad y paternidad que defiende la PPiiNA (Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción) de la que formamos parte muchos compañeros, compañeras y profesorado de este Grado; la existencia de dos progenitores productores- sustentadores y cuidadores a la vez permitiría, junto a otras medidas como la educación pública universal de 0-3 años y unas jornadas de trabajo más reducidas para todos, resolver los problemas demográficos, las altas tasas de pobreza infantil (30%, una de las mayores entre los países desarrollados), y sobre todo, facilitaría ese cambio de ADN socioemocional en las personas, permitiendo el aprendizaje de roles igualitarios alejados de los actuales sexistas, causantes de las tremendas injusticias sociales y humanas que hemos desgranado.

Y un dato relevante que no podemos dejar de mencionar: en los currículos educativos de los Grados de Educación Infantil y Primaria del grueso de universidades de nuestro país, donde el alumnado se prepara –en teoría- para coeducar, es decir para educar a niños y niñas en igualdad de oportunidades, no existe ninguna asignatura que les prepare en el principio constitucional de igualdad.

Así que, cerrando con el mismo marco que inicié esta intervención, como todos ustedes podrán comprender, la decisión de eliminar este Grado de Igualdad de Género de la parrilla de estudios de esta universidad –el único en España– será legal, pero bajo ningún concepto podrá calificarse de moral.

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Igualdad (Eneko).

Igualdad (Eneko).

«La feminización de la pobreza es un hecho. La falta de oportunidades de empleo acordes con la formación, otro. El acoso y, cuando cabe, la violencia, otro más. Todo ello para un colectivo cuyo único defecto visible parece ser el no haber tenido la previsión de nacer con otro sexo». Amelia Valcárcel, en ´La política de las mujeres’.

#22M: las dos Españas

Existe una dimensión paralela de la realidad, en la que sestean gentes que no se asoman a las ventanas, que no viajan en metro ni en autobús, que no miran hacia aquello que no que no quieren ver. Gentes que leen siempre los mismos periódicos, ven las mismas cadenas de televisión, escuchan las mismas emisoras de radio. Gentes con legañas, con los párpados semipegados, que se rodean de seres semejantes con las mismas legañas, con el mismo escaso campo de visión, que los miran con admiración y los animan a seguir así, inmóviles, apegados a lo suyo, despegados de lo de todos.

Sestean de la misma manera en que lo hacen los animales del zoo. Estos, tras los barrotes toscos de las jaulas del parque. Ellos, en jaulas que no aparentan serlo, flanqueados por unos leones hieráticos que tienden su mirada hacia el vacío y que solo alcanzan a ver vallas y uniformes oscuros, rostros tapados. Los leones sujetan una bola con una de sus patas, grande, pero no tanto como la enorme pelota que se pasan a diario entre sí estas gentes adormecidas sin apenas tocarla, porque les quema cuando la rozan con las yemas de los dedos.

Sestean y sestean sin parar, también en sus coches oficiales de cristales tintados que oscurecen una realidad nítida, cristalina. Una realidad en la que decenas, cientos de miles de manos los señalan con el dedo. Dormitando sienten un frío helador, el que provoca el calor de la masa, y buscan refugio en su celda dorada, revestida de páginas de periódicos mullidas en las que apoyar sus cabezas y descansar plácidamente, arrullados por la banda sonora de teles y radios que les cantan nanas al oído; periódicos, radios y teles que, simultáneamente, anhelan que esos decenas, cientos de miles de manos pasen también sus páginas, sintonicen sus noticiarios, porque esa es la única garantía de su supervivencia.

Estas son las dos Españas: una duerme siempre, la otra a veces despierta.

 

Plaza de Colón, al término de la manifestación del 22M (EFE).

Plaza de Colón, al término de la manifestación del 22M (EFE).

 

La lectora del restaurante de Goya

Jueves, 21 de marzo, 14.30 h. Restaurante en el distrito de Goya (Madrid). A dos o tres metros de mi mesa, en mi campo de visión pero algo a la derecha, una mujer de unos cuarenta años lee unos folios grapados. Pasa de página y creo ver una de las noticias de nuestro diario impreso, 20minutos. Mientras espero mi comida, intento discernir de qué página se trata por la disposición de fotos y textos, pero la mujer se mueve y ahora solo veo sus manos sujetando las páginas.

Pienso que es posible que la mujer esté leyendo un informe de algún tipo que incluya una información de 20minutos, pero vuelve a pasar de página, el librillo se le descompone y alcanzo a ver la cabecera de nuestra publicación mensual sobre economía, MiBolsillo, y la portada del jueves de 20Minutos, con la foto del bebé Mateo, en color.

¿Está leyendo la edición del jueves de 20minutos en folios? ¿Por qué?

Me levanto y me acerco hasta ella para preguntarle. Me presento. Ella me dice que ya solo lee 20minutos, que es ‘su’ periódico, que antes lo cogía todos los días en un gran municipio madrileño, pero que ya no lo encuentra, que ha enviado a la redacción un montón de correos electrónicos, pero que no ha conseguido que se repartan más ejemplares. «Así que en cuanto llego al trabajo, entro en la web de 20minutos, descargo el PDF de la edición impresa, me lo imprimo, me lo guardo en el bolso, y me lo leo a la hora de la comida. Si me pilla mi jefe, me echa seguro», confiesa entre risas.

Le pregunto por qué no lo lee en la versión online, y abre unos ojos comos platos: «Claro que veo la web, pero me gusta leerme el periódico así, cada día, en mi hora de comer».

Me cuenta que esos folios grapados vuelven a su bolso tras la comida, y que vuelven a salir de él cuando llega a casa. «Lo lee toda la familia y quien caiga por casa».

Le agradezco su fidelidad y vuelvo a mi mesa intentando disimular mi emoción. Porque una cosa es saber que ‘al otro lado’ hay legión de lectores, y otra bien distinta es comprobar que algunos nos leen con al menos tanta pasión como la que nosotros ponemos al hacer nuestro trabajo.

Diez minutos después, la mujer paga y se levanta. Ahora es ella quien se acerca a mí con una sonrisa. Abre su bolso y me muestra su interior: dentro está ‘nuestro’ 20minutos tamaño folio. Se dirige a mí por mi nombre de pila, posa su mano sobre mi brazo: «No cambiéis nunca, seguid así».

Lectores recogiendo 20minutos el 14 de marzo de 2014.

Lectores recogiendo 20minutos el 14 de marzo de 2014.

 

Las perlas del auto judicial sobre Bankia

El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andréu ha admitido a trámite este miércoles la querella contra los consejeros de Bankia presentada por UPyD y abre así una causa judicial en la que imputa a 33 exconsejeros de Bankia, entre ellos Rodrigo Rato, y cita como testigos a Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ex Gobernador del Banco de España; Julio Segura, presidente del Consejo de la CNMV; y al representante legal del FROB.

No es fácil que un auto judicial consiga mantener la atención de quien lo lee. En este caso, las 49 páginas del auto del juez Andréu no tienen desperdicio no solo por la información (ya pública en su mayoría) que aporta, sino especialmente por las valoraciones y reflexiones que contiene. Estas son algunas de las más destacadas:

Sobre la salida a Bolsa de Bankia:

«(…) causa cierto estupor que a una Sociedad de reciente creación, que carece de cuentas consolidadas de ejercicios anteriores (…), se le permitiera salir a bolsa, pero (…) la CNMV lo autorizó, sobre la base -suponemos- de la citada «información financiera pro forma» (…), que arrojaba una imagen de la Sociedad ciertamente favorable para la misma».

«(…) todo inversor es consciente de que una inversión de este tipo conlleva un riesgo (…). Pero nadie puede cuestionar que lo sucedido en este caso nada tiene con un riesgo «normal», habida cuenta que la situación patrimonial reflejada en el Folleto poco o nada tenía que ver con la real (…)».

«(…) los riesgos señalados en el citado Folleto han quedado en puras anécdotas a la luz de lo ocurrido pocos meses después, comenzando por la quiebra del Banco de Valencia (…), continuando con la nacionalización y rescate de la propia entidad con cargo al dinero del Estado por importe de 23.500 millones de euros, el cese de su Presidente y del Consejo de Administración en bloque, la reformulación de cuentas por el nuevo consejo entrante (con el afloramiento de unas pérdidas de 2.790 millones de euros) y la vertiginosa pérdida de valor de cotización de las acciones».

«(…) de tales hechos habrían de responder cuantas personas colaboraron a la creación y mantenimiento de tal ficción«

Sobre las preferentes:

«Es un producto de inversión muy complejo, que puede calificarse de cualquier forma menos «preferente» y que se ha ofertado de forma deliberada a clientes con escasos o nulos conocimientos financieros».

«El 16 de junio de 2010, la CNMV publicó un documento que lleva por título Actualización de requisitos en la verificación de emisiones de renta fija e instrumentos híbridos destinadas a minoristas. Identificación de malas prácticas en el proceso de comercialización y negociación posterior. (…) A pesar de tales recomendaciones, las entidades financieras (…) han continuado, con dolo y mala fe, con idénticas prácticas (…).

Sobre el rescate y «nacionalización» de Bankia:

(…) «El motivo de la intervención del Banco de Valencia es, visto ahora con cierta perspectiva, exactamente el mismo que ha llevado a la propia Bankia, matriz de aquel, a su nacionalización, pero curiosamente no llevó a esta última a ningún tipo de reflexión o medida, sino que la misma se limitó a asegurar a la CNMV que la intervención de Banco de Valencia no tendría «un impacto significativo» en su solvencia».

«No parece desde luego creíble que, ante tamaño síntoma de advertencia (…), Bankia desconociera la situación general del Grupo, máxime si tenemos en cuenta que el Banco de Valencia estaba presidido por el histórico dirigente del PP D. José Luis Olivas, que a su vez desempeñaba el cargo de vicepresidente de Bankia».

«Referir aquí todos los vínculos entre el poder político, la gestión de las Cajas, sus inversiones y las remuneraciones que se auto-concedían en los consejos de administración de las Cajas (…) sería interminable, sin perjuicio de que habrá de ser objeto de investigación a lo largo de la presente instrucción».

«No obstante (…), sí nos gustaría destacar el sorprendente hecho de que Banco de Valencia no fuera rescatada por su matriz, Bankia, que se desentendió de la misma, recolocó a sus consejeros y dejó que fuera el Estado, a través del FROB, quien se hiciera cargo, a pesar de que el Banco de Valencia en modo alguno era «demasiado grande para dejarla caer» (…).»

Los hechos que enumera el auto (resumidos):

En 2011, la EBA (European Banking Authority) hizo públicos nuevos requerimientos de capital a entidades calificadas como «sistémicas», entre ellas BFA-Bankia. El 20 de enero de 2012, el grupo Bankia-BFA presentó un plan de capitalización al Banco de España. «No obstante, el mensaje que seguía trasladando el Banco a los inversores era de máxima tranquilidad», afirmando en ciertas comunicaciones a la CNMV que la entidad se encontraba en una «cómoda situación de solvencia».

«(…) con fecha 4 de mayo de 2012 [el plazo había expirado el 20 de abril], Bankia procedió a remitir a la CNMV las cuentas anuales individuales correspondientes al ejercicio (…)  2011 y las cuentas anuales consolidadas de dicho ejercicio, sin auditar y a través de un «hecho relevante»».

Dichas cuentas arrojaban «un beneficio de 305 millones de euros (…) o bien de 309 millones considerando las denominadas cuentas «pro forma»» (…). Al parecer, tal demora se produjo porque «el auditor [Deloitte] se negaba tajantemente a avalar las cuentas de la entidad» (…). «(…) El plante final de los auditores, a pesar de las tremendas presiones recibidas, ponía de manifiesto la falsedad de las cuentas, que distaban mucho de ser fiel reflejo de la realidad».

El 25 de mayo de 2012, el consejo de Administración de Bankia decide solicitar una inyección de 19.000 millones de euros de dinero público para el grupo BFA, como consecuencia de la nueva valoración de activos y de la reformulación de las cuentas de Bankia, «que de unos supuestos beneficios de 309 millones de euros pasaba en cuestión de días a unas pérdidas de 2.979 millones de euros, forzando la dimisión en bloque del consejo de Administración».

(…)

«Sorprendentemente, D. Rodrigo de Rato, a pesar de todo lo sucedido, sigue siendo presidente de Caja Madrid (…). A pesar de la pésima gestión de la entidad, el mismo no solo sigue ostentando idéntico puesto en Caja Madrid, sino que tampoco nos consta que haya renunciado a la presidencia de la mercantil Caja Madrid Cibeles S. A. ni a la vicepresidencia del Consejo de Confederación Española de Cajas de Ahoroos (CECA) ni a la Presidencia del Consejo de la Corporación Financiera de Caja de Madrid».

(…)

Sobre la reformulación de las cuentas de Bankia:

«(…) Lo cierto es que las nuevas cuentas reformuladas evidencian la falsedad de las anteriores (…):

-8.745 millones por la indebida contabilización y registro de provisiones.

-4.000 millones por la sobrevaloración de la cartera inmobiliaria.

-5.500 millones derivados de la errónea contabilización de la cartera crediticia-

-6.700 millones por la revisión del resto de los activos en los balances de BFA y Bankia.»

«Lógicamente, no estamos en este momento en situación de indicar hasta qué punto cada una de tales irregularidades contables subsanadas por el Consejo entrante obedecen a una mera mala praxis contable o a una deliberada voluntad fraudulenta (…), pero sí podemos afirmar que tales ficticios resultados contables son los que sirvieron a la Sociedad para salir a bolsa y recabar del mercado (de pequeños inversores en su mayor parte) varios miles de millones de euros entre inversores minoristas».

«No solo tal supuesta solvencia era manifiestamente falsa, sino que (…) la posterior auditoría de Deloitte ha revelado que BFA, matriz de Bankia, se encontraba en causa de disolución».

(…)

Sobre las retribuciones, blindajes, pensiones y créditos autoconcedidos en condiciones privilegiadas:

El auto da por sentado que todas estas se produjeron retribuciones privilegiadas y sobre ello afirma: «(…) la realización dolosa por un administrador de cualquier pago o acto de disposición definitivo sin contrapartida constrituye un supuesto de administración desleal, así como eventualmente de apropiación indebida (…)».

Preguntas (sin respuesta) que se plantean en el auto:

«¿Qué ocurre con tanta y tanta gente que invirtió sus ahorros en una entidad sobre la base de unos coeficientes, ratios y resultados que, a la postre, se han revelado absolutamente falsos?».

(…)

«¿Cómo es posible que el Consejo de Administración entrante -que supuestamente ha de velar por los intereses de sus accionistas, al igual que el saliente- dedique todos sus esfuerzos a justificar la actuación del consejo saliente en vez de depurar las responsabilidades incurridas por los anteriores gestores?».

Preguntas con respuesta:

«(…) Acaso el Folleto advertía del riesgo de que las cuentas fueran falsas y hubieran de ser reformuladas, de que la Sociedad se encontrara en realidad en causa de disolución y de que fuera necesario inyectar 19.000 millones adicionales de fondos del FROB para sanearla?»

«Obviamente no, lo cual nos recuerda que el artículo 33 del Real Decreto1310/2005 (…) establece que «el emisor u oferente no podrá oponer frente al inversor de buena fe hechos que no consten expresamente en el folleto informativo».

«No hace falta ser muy malpensado para darse cuenta de que todos los hechos apuntan a que el consejo de Administración y los gestores de Bankia-BFA conocían perfectamente la verdadera situación patrimonial de la entidad y prefirieron ocultarla (…)». Y, posteriormente, con plena conciencia de que los datos económicos publicados eran falsos, siguieron manteniéndolos, mediante una evidente manipulación del mercado, cuyo objetivo no era otro que preservar en la medida de lo posible el precio de cotización del valor Bankia (…) a fin de (…) poder con ello seguir conservando sus puestos y cargos directivos el mayor tiempo posible».

«(…) de lo que no tenemos ninguna duda es de que bajo ningún concepto lo descubierto con posterioridad respecto a la verdadera situación patrimonial de la entidad queda amparado o justificado en las advertencias del folleto».

(…)

«Esa deficiente gestión de las entidades, denunciada por los propios inspectores del Banco de España pero ignorada curiosamente por el Consejo entrante, ha de ser objeto de la correspondiente instrucción penal, a fin de depurar la posible existencia de ilícitos penales».

15 titulares, 15 bofetadas

Son solo 15, pero podrían ser muchos más. Se corresponden con informaciones -relativas en su mayoría a España- publicadas entre este lunes y hoy, pero podrían haber sido seleccionados en cualquier momento de los últimos años. Son titulares, pero también bofetadas, porque resumen el desprecio a la democracia y, por ende, a la ciudadanía, que emana de las actuaciones de ciertos políticos e instituciones. Juzguen ustedes mismos:

  1. Rajoy no explicará el rescate en el Congreso hasta julio
  2. Detenida una persona tras un abucheo a Esperanza Aguirre en Fuenlabrada
  3. La Unión Europea se plantea hacer un ‘corralito’ en el país heleno si finalmente abandonara el euro
  4. Francisco Correa sale de prisión tras pagar 200.000 euros de fianza
  5. Año 2011: un millón de universitarios en paro
  6. El Congreso debate hoy prohibir «ultrajes» a España en eventos deportivos
  7. Una profesora de ballet recaló en la comisión de control de la CAM
  8. Dívar hizo otros 12 viajes además de sus escapadas a Puerto Banús (minutos antes de publicar este post se ha anunciado que la mesa del Congreso acepta la comparecencia de Carlos Dívar).
  9. Aguirre elimina un cargo público y lo recoloca con el mismo sueldo
  10. Una senadora del PP pide retirar el pasaporte a las marroquíes embarazadas
  11. La pobreza infantil aumenta un 10% en España durante los dos últimos años
  12. Aguirre cobrará más por renovar la tarjeta sanitaria de lo que cuesta
  13. La prensa internacional critica a Rajoy por vender el rescate a la banca como una victoria
  14. Indemnizaciones millonarias para los gestores de las cajas de ahorros en quiebra
  15. La OCDE recomienda retrasar la jubilación más allá de los 67 años

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