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"Lo que tenemos que hacer es montar un bar. Y si no funciona, lo abrimos". Viejo adagio periodístico

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La libertad de información en España, el regreso al futuro sin Delorean

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2015 es el año en el que aterrizaban los protagonistas de la segunda entrega de Regreso al futuro. En su viaje ficticio anticipaban, sin equivocarse, la existencia del cine en tres dimensiones, las videollamadas o la ropa inteligente. Lo que no lograron adelantar es que en ese 2015 países de la Vieja, Grande y Unida Europa vivirían anclados en pretéritos más acordes con épocas predemocráticas en los que la libertad de información -un derecho que fue recogido en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948- sería banalizada, menospreciada y despreciada por ciertos Gobiernos. No anticiparon este regreso al futuro sin Delorean.

Madrid, 17 de junio de 2015: integrantes de organizaciones mundiales que defienden la libertad de información, como el International Press Institute (IPI), el Committee to Protect Journalists (CPJ), la Federación Europea de Periodistas (EFJ) o la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información (PDLI), inician una ronda de contactos y reuniones con políticos e instituciones para reclamar mayores garantías para ejercicio de la libertad de información en España, en un momento en el que las conocidas como Leyes Mordaza están a punto de empezar a aplicarse, y cuando las detenciones y juicios a periodistas son continuos.

En esta ronda de contactos que concluye el día 19 se mantendrán conversaciones con el presidente del Tribunal Supremo, Grupos Parlamentarios (portavoces, Comisión de control de RTVE y Comisión de justicia), Defensora del Pueblo y partidos políticos sin representación parlamentaria (Podemos y Ciudadanos) y representantes del ministerio de Justicia. Tanto Industria (que tiene en marcha el concurso para la adjudicación de nuevos canales de TDT) como Interior han declinado reunirse con esta delegación; la Secretaría de Estado de Comunicación aún no ha confirmado su participación.

Impedir el libre acceso de la ciudadanía a la información significa amordazar el estado de derecho. No hay ninguna razón de excepcionalidad que justifique los desmanes legislativos que estamos viendo y que empezarán a ser una realidad práctica en muy pocos días. Lo explico en este artículo que escribí para presentar el informe Límites y amenazas al ejercicio de la libertad de información en España, elaborado por la PDLI:

La crisis como excusa

«Algunas de las violaciones de derechos humanos más despreciables de este siglo se articularon activamente para preparar el terreno e introducir las reformas radicales que habrían de traer ese ansiado libre mercado», decía Naomi Klein en una entrevista al poco de publicar ‘La doctrina del shock’.

El libro de Klein salió de la imprenta en 2007, justo cuando daba comienzo la mayor crisis económica de la historia moderna, en cuyas consecuencias aún estamos inmersos. En nombre de esta crisis se han articulado ‘reformas’ y medidas que han provocado un ensanchamiento de la brecha entre ricos y pobres, entre poderosos y ciudadanos -con el consiguiente abandono institucional y político de estos últimos-, una exclusión apoyada siempre en argumentos casi irrefutables por lo que implican de ‘salvación’ colectiva: la recuperación económica, la seguridad y la estabilidad.

Pero con la crisis llegó también la democratización de la información, entendida como el acceso masivo de la ciudadanía a Internet, y la toma colectiva de conciencia de que el manejo de la información es clave para el control y la evaluación continua de quienes rigen nuestros designios. Y así la participación y la denuncia ciudadanas a través de las redes sociales empezaron a tener sus efectos más allá de la virtualidad de Internet: las protestas contra la Ley Sinde en 2008, el movimiento #nolesvotes, las movilizaciones de Juventud Sin Futuro, entre otros, y finalmente, el 15M y el revolcón del bipartidismo en las últimas elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2015, consecuencia directa de aquellas protestas cuyo epicentro fue la Puerta del Sol.

Las personas en el poder han visto en estas nuevas formas de comunicación y de protesta una amenaza clara a sus intereses, y por eso unos meses antes de las recientes elecciones empezaron a articularse una serie de reformas legales encaminadas a la protección del estatus de ese ‘establishment’ a costa de un adelgazamiento de las libertades y derechos ciudadanos.

Muchas de estas reformas tienen un común denominador: acotar esas maneras de compartir información, poniendo puertas al campo de Internet como ámbito de libre comunicación y penalizando, en ocasiones de manera desproporcionada, las nuevas vías de protesta. Algunas de esas iniciativas legislativas han visto ya la luz, otras están a punto de entrar en vigor: de la Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana (más conocida como Ley Mordaza) a la doble reforma del Código Penal -que han sido puestas en cuestión incluso por relatores de derechos humanos de la ONU-, pasando por la nueva Ley de Propiedad Intelectual o por la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

En este marco nace, en octubre de 2014, la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información (PDLI), como respuesta a la preocupación de un grupo de periodistas, personas del ámbito jurídico y de ciertos movimientos sociales por lo que consideramos una serie de amenazas a la libertad de información, sustanciadas sobre todo en esas reformas legales ya mencionadas, pero también en prácticas poco transparentes por parte de instituciones y administraciones públicas, y que tienen consecuencias no solo para medios y periodistas, sino para la sociedad en su conjunto. Porque, como recoge el artículo 20 de nuestra Constitución, el derecho a la información no es solo el derecho a comunicar libremente; es también el derecho de la ciudadanía a recibir una información veraz a través de cualquier medio de difusión.

Por eso la PDLI defiende la libertad de información como aval de la sociedad democrática española. Y por eso su principal objetivo es poner foco sobre esas amenazas, analizar y dar visibilidad a cualquier intento de coartar dicha libertad, dotando a la ciudadanía de herramientas (como mapea.cc) para que pueda denunciar cualquier abuso que se produzca en este ámbito. Queremos ser primero notarios de estos desafíos, y luego altavoces de esa realidad, con el objetivo siempre de revertir la situación y de contribuir a garantizar el libre ejercicio de esos derechos.

Felipe VI, ¿un rey ‘ciudadano’?

El discurso del nuevo rey ante las Cortes me ha resultado inusualmente sensato, al menos en el marco de lo que acostumbramos a oír por estos lares políticos de cinismos, estrecheces de miras, falta de respeto por la ciudadanía en general y carencia absoluta de visión de futuro (y de presente).

Felipe VI se ha mostrado más empático (verbalmente, al menos) con la calle que con el poder político, al que ha enviado algún que otro exquisito tirón de orejas y unos cuantos recados de los cuales debieran tomar nota aquellos que ostentan un cargo público, si no tatuárselos en alguna zona bien visible de sus cuerpos, de manera que fuera lo primero que leyeran cada mañana al levantarse. Y, desde luego, se ha presentado más sensible con la ciudadanía de lo que en años han evidenciado la mayoría de políticos que se sientan en el Congreso o en el Senado.

El rey, durante su discruso ante las Cortes (EFE).

El rey, durante su discruso ante las Cortes (EFE).

«Ciudadanos» ha sido la quinta palabra más mencionada por el nuevo rey. En algún momento incluso se ha referido a sí mismo como parte de esa ciudadanía y lo ha hecho para reclamar cambios y pasos adelante. Se ha revelado, además, consciente de la profunda renovación que necesita esta democracia, una transformación que la mayoría de atentos oyentes de su discurso aún no han empezado a atisbar.

No es más que un discurso, y Felipe VI juega con ventaja: imposible saber si cree siquiera en sus propias palabras y tampoco veremos una traslación de las mismas al ejercicio de su jefatura de Estado (sus funciones no son ejecutivas). Pero, dadas las circunstancias, suena a música celestial oír hablar en el Parlamento en términos de ética, moral, dignidad, ciudadanía y civismo.

1. «La monarquía parlamentaria debe estar abierta y comprometida con la sociedad a la que sirve; ha de ser una fiel y leal intérprete de las aspiraciones y esperanzas de los ciudadanos […]».

2. «Hoy, más que nunca, los ciudadanos demandan con toda razón que los principios morales y éticos inspiren -y la ejemplaridad presida- nuestra vida pública».

3. «[…] Quiero también transmitir mi cercanía y solidaridad a todos aquellos ciudadanos a los que el rigor de la crisis económica ha golpeado duramente hasta verse heridos en su dignidad como personas. Tenemos con ellos el deber moral de trabajar para revertir esta situación y el deber ciudadano de ofrecer protección a las personas y a las familias más vulnerables […]. Sé que todas sus Señorías comparten estas preocupaciones y estos objetivos».

4. «Todo tiempo político tiene sus propios retos; porque toda obra política -como toda obra humana- es siempre una tarea inacabada».

5. «Los españoles […] aspiramos a revitalizar nuestras instituciones […]».

6. «Aspiramos a una España en la que se puedan alcanzar acuerdos entre las fuerzas políticas sobre las materias y en los momentos en que así lo aconseje el interés general».

7. «Queremos que los ciudadanos y sus preocupaciones sean el eje de la acción política, pues son ellos quienes con su esfuerzo, trabajo y sacrificio engrandecen nuestro Estado y dan sentido a las instituciones que lo integran».

8. «Queremos que los ciudadanos recuperen y mantengan la confianza en sus instituciones y una sociedad basada en el civismo y en la tolerancia, en la honestidad y en el rigor …]».

9. «Trabajemos todos juntos […] en torno a los nuevos objetivos comunes que nos plantea el siglo XXI […]. Un nuevo siglo […] que ha nacido bajo el signo del cambio y la transformación y que nos sitúa en una realidad bien distinta de la del siglo XX».

10. «Afrontar todos estos retos y dar respuestas a los nuevos desafíos […] requiere el concurso de todos, de los poderes públicos […] y de los ciudadanos […]. Es una tarea que demanda un profundo cambio de muchas mentalidades y actitudes […]. 

11. […] los grandes avances de España se han producido cuando hemos evolucionado y nos hemos adaptado a la realidad de cada tiempo; cuanto hemos renunciado al conformismo o a la resignación y hemos sido capaces de levantar la vista y mirar más allá -y por encima- de nosotros mismos […]».

12. «El bienestar de nuestros ciudadanos […] nos exige situar a España en el siglo XXI, en el nuevo mundo que emerge aceleradamente […]».

 

#22M: las dos Españas

Existe una dimensión paralela de la realidad, en la que sestean gentes que no se asoman a las ventanas, que no viajan en metro ni en autobús, que no miran hacia aquello que no que no quieren ver. Gentes que leen siempre los mismos periódicos, ven las mismas cadenas de televisión, escuchan las mismas emisoras de radio. Gentes con legañas, con los párpados semipegados, que se rodean de seres semejantes con las mismas legañas, con el mismo escaso campo de visión, que los miran con admiración y los animan a seguir así, inmóviles, apegados a lo suyo, despegados de lo de todos.

Sestean de la misma manera en que lo hacen los animales del zoo. Estos, tras los barrotes toscos de las jaulas del parque. Ellos, en jaulas que no aparentan serlo, flanqueados por unos leones hieráticos que tienden su mirada hacia el vacío y que solo alcanzan a ver vallas y uniformes oscuros, rostros tapados. Los leones sujetan una bola con una de sus patas, grande, pero no tanto como la enorme pelota que se pasan a diario entre sí estas gentes adormecidas sin apenas tocarla, porque les quema cuando la rozan con las yemas de los dedos.

Sestean y sestean sin parar, también en sus coches oficiales de cristales tintados que oscurecen una realidad nítida, cristalina. Una realidad en la que decenas, cientos de miles de manos los señalan con el dedo. Dormitando sienten un frío helador, el que provoca el calor de la masa, y buscan refugio en su celda dorada, revestida de páginas de periódicos mullidas en las que apoyar sus cabezas y descansar plácidamente, arrullados por la banda sonora de teles y radios que les cantan nanas al oído; periódicos, radios y teles que, simultáneamente, anhelan que esos decenas, cientos de miles de manos pasen también sus páginas, sintonicen sus noticiarios, porque esa es la única garantía de su supervivencia.

Estas son las dos Españas: una duerme siempre, la otra a veces despierta.

 

Plaza de Colón, al término de la manifestación del 22M (EFE).

Plaza de Colón, al término de la manifestación del 22M (EFE).

 

Las perlas del auto judicial sobre Bankia

El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andréu ha admitido a trámite este miércoles la querella contra los consejeros de Bankia presentada por UPyD y abre así una causa judicial en la que imputa a 33 exconsejeros de Bankia, entre ellos Rodrigo Rato, y cita como testigos a Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ex Gobernador del Banco de España; Julio Segura, presidente del Consejo de la CNMV; y al representante legal del FROB.

No es fácil que un auto judicial consiga mantener la atención de quien lo lee. En este caso, las 49 páginas del auto del juez Andréu no tienen desperdicio no solo por la información (ya pública en su mayoría) que aporta, sino especialmente por las valoraciones y reflexiones que contiene. Estas son algunas de las más destacadas:

Sobre la salida a Bolsa de Bankia:

«(…) causa cierto estupor que a una Sociedad de reciente creación, que carece de cuentas consolidadas de ejercicios anteriores (…), se le permitiera salir a bolsa, pero (…) la CNMV lo autorizó, sobre la base -suponemos- de la citada «información financiera pro forma» (…), que arrojaba una imagen de la Sociedad ciertamente favorable para la misma».

«(…) todo inversor es consciente de que una inversión de este tipo conlleva un riesgo (…). Pero nadie puede cuestionar que lo sucedido en este caso nada tiene con un riesgo «normal», habida cuenta que la situación patrimonial reflejada en el Folleto poco o nada tenía que ver con la real (…)».

«(…) los riesgos señalados en el citado Folleto han quedado en puras anécdotas a la luz de lo ocurrido pocos meses después, comenzando por la quiebra del Banco de Valencia (…), continuando con la nacionalización y rescate de la propia entidad con cargo al dinero del Estado por importe de 23.500 millones de euros, el cese de su Presidente y del Consejo de Administración en bloque, la reformulación de cuentas por el nuevo consejo entrante (con el afloramiento de unas pérdidas de 2.790 millones de euros) y la vertiginosa pérdida de valor de cotización de las acciones».

«(…) de tales hechos habrían de responder cuantas personas colaboraron a la creación y mantenimiento de tal ficción«

Sobre las preferentes:

«Es un producto de inversión muy complejo, que puede calificarse de cualquier forma menos «preferente» y que se ha ofertado de forma deliberada a clientes con escasos o nulos conocimientos financieros».

«El 16 de junio de 2010, la CNMV publicó un documento que lleva por título Actualización de requisitos en la verificación de emisiones de renta fija e instrumentos híbridos destinadas a minoristas. Identificación de malas prácticas en el proceso de comercialización y negociación posterior. (…) A pesar de tales recomendaciones, las entidades financieras (…) han continuado, con dolo y mala fe, con idénticas prácticas (…).

Sobre el rescate y «nacionalización» de Bankia:

(…) «El motivo de la intervención del Banco de Valencia es, visto ahora con cierta perspectiva, exactamente el mismo que ha llevado a la propia Bankia, matriz de aquel, a su nacionalización, pero curiosamente no llevó a esta última a ningún tipo de reflexión o medida, sino que la misma se limitó a asegurar a la CNMV que la intervención de Banco de Valencia no tendría «un impacto significativo» en su solvencia».

«No parece desde luego creíble que, ante tamaño síntoma de advertencia (…), Bankia desconociera la situación general del Grupo, máxime si tenemos en cuenta que el Banco de Valencia estaba presidido por el histórico dirigente del PP D. José Luis Olivas, que a su vez desempeñaba el cargo de vicepresidente de Bankia».

«Referir aquí todos los vínculos entre el poder político, la gestión de las Cajas, sus inversiones y las remuneraciones que se auto-concedían en los consejos de administración de las Cajas (…) sería interminable, sin perjuicio de que habrá de ser objeto de investigación a lo largo de la presente instrucción».

«No obstante (…), sí nos gustaría destacar el sorprendente hecho de que Banco de Valencia no fuera rescatada por su matriz, Bankia, que se desentendió de la misma, recolocó a sus consejeros y dejó que fuera el Estado, a través del FROB, quien se hiciera cargo, a pesar de que el Banco de Valencia en modo alguno era «demasiado grande para dejarla caer» (…).»

Los hechos que enumera el auto (resumidos):

En 2011, la EBA (European Banking Authority) hizo públicos nuevos requerimientos de capital a entidades calificadas como «sistémicas», entre ellas BFA-Bankia. El 20 de enero de 2012, el grupo Bankia-BFA presentó un plan de capitalización al Banco de España. «No obstante, el mensaje que seguía trasladando el Banco a los inversores era de máxima tranquilidad», afirmando en ciertas comunicaciones a la CNMV que la entidad se encontraba en una «cómoda situación de solvencia».

«(…) con fecha 4 de mayo de 2012 [el plazo había expirado el 20 de abril], Bankia procedió a remitir a la CNMV las cuentas anuales individuales correspondientes al ejercicio (…)  2011 y las cuentas anuales consolidadas de dicho ejercicio, sin auditar y a través de un «hecho relevante»».

Dichas cuentas arrojaban «un beneficio de 305 millones de euros (…) o bien de 309 millones considerando las denominadas cuentas «pro forma»» (…). Al parecer, tal demora se produjo porque «el auditor [Deloitte] se negaba tajantemente a avalar las cuentas de la entidad» (…). «(…) El plante final de los auditores, a pesar de las tremendas presiones recibidas, ponía de manifiesto la falsedad de las cuentas, que distaban mucho de ser fiel reflejo de la realidad».

El 25 de mayo de 2012, el consejo de Administración de Bankia decide solicitar una inyección de 19.000 millones de euros de dinero público para el grupo BFA, como consecuencia de la nueva valoración de activos y de la reformulación de las cuentas de Bankia, «que de unos supuestos beneficios de 309 millones de euros pasaba en cuestión de días a unas pérdidas de 2.979 millones de euros, forzando la dimisión en bloque del consejo de Administración».

(…)

«Sorprendentemente, D. Rodrigo de Rato, a pesar de todo lo sucedido, sigue siendo presidente de Caja Madrid (…). A pesar de la pésima gestión de la entidad, el mismo no solo sigue ostentando idéntico puesto en Caja Madrid, sino que tampoco nos consta que haya renunciado a la presidencia de la mercantil Caja Madrid Cibeles S. A. ni a la vicepresidencia del Consejo de Confederación Española de Cajas de Ahoroos (CECA) ni a la Presidencia del Consejo de la Corporación Financiera de Caja de Madrid».

(…)

Sobre la reformulación de las cuentas de Bankia:

«(…) Lo cierto es que las nuevas cuentas reformuladas evidencian la falsedad de las anteriores (…):

-8.745 millones por la indebida contabilización y registro de provisiones.

-4.000 millones por la sobrevaloración de la cartera inmobiliaria.

-5.500 millones derivados de la errónea contabilización de la cartera crediticia-

-6.700 millones por la revisión del resto de los activos en los balances de BFA y Bankia.»

«Lógicamente, no estamos en este momento en situación de indicar hasta qué punto cada una de tales irregularidades contables subsanadas por el Consejo entrante obedecen a una mera mala praxis contable o a una deliberada voluntad fraudulenta (…), pero sí podemos afirmar que tales ficticios resultados contables son los que sirvieron a la Sociedad para salir a bolsa y recabar del mercado (de pequeños inversores en su mayor parte) varios miles de millones de euros entre inversores minoristas».

«No solo tal supuesta solvencia era manifiestamente falsa, sino que (…) la posterior auditoría de Deloitte ha revelado que BFA, matriz de Bankia, se encontraba en causa de disolución».

(…)

Sobre las retribuciones, blindajes, pensiones y créditos autoconcedidos en condiciones privilegiadas:

El auto da por sentado que todas estas se produjeron retribuciones privilegiadas y sobre ello afirma: «(…) la realización dolosa por un administrador de cualquier pago o acto de disposición definitivo sin contrapartida constrituye un supuesto de administración desleal, así como eventualmente de apropiación indebida (…)».

Preguntas (sin respuesta) que se plantean en el auto:

«¿Qué ocurre con tanta y tanta gente que invirtió sus ahorros en una entidad sobre la base de unos coeficientes, ratios y resultados que, a la postre, se han revelado absolutamente falsos?».

(…)

«¿Cómo es posible que el Consejo de Administración entrante -que supuestamente ha de velar por los intereses de sus accionistas, al igual que el saliente- dedique todos sus esfuerzos a justificar la actuación del consejo saliente en vez de depurar las responsabilidades incurridas por los anteriores gestores?».

Preguntas con respuesta:

«(…) Acaso el Folleto advertía del riesgo de que las cuentas fueran falsas y hubieran de ser reformuladas, de que la Sociedad se encontrara en realidad en causa de disolución y de que fuera necesario inyectar 19.000 millones adicionales de fondos del FROB para sanearla?»

«Obviamente no, lo cual nos recuerda que el artículo 33 del Real Decreto1310/2005 (…) establece que «el emisor u oferente no podrá oponer frente al inversor de buena fe hechos que no consten expresamente en el folleto informativo».

«No hace falta ser muy malpensado para darse cuenta de que todos los hechos apuntan a que el consejo de Administración y los gestores de Bankia-BFA conocían perfectamente la verdadera situación patrimonial de la entidad y prefirieron ocultarla (…)». Y, posteriormente, con plena conciencia de que los datos económicos publicados eran falsos, siguieron manteniéndolos, mediante una evidente manipulación del mercado, cuyo objetivo no era otro que preservar en la medida de lo posible el precio de cotización del valor Bankia (…) a fin de (…) poder con ello seguir conservando sus puestos y cargos directivos el mayor tiempo posible».

«(…) de lo que no tenemos ninguna duda es de que bajo ningún concepto lo descubierto con posterioridad respecto a la verdadera situación patrimonial de la entidad queda amparado o justificado en las advertencias del folleto».

(…)

«Esa deficiente gestión de las entidades, denunciada por los propios inspectores del Banco de España pero ignorada curiosamente por el Consejo entrante, ha de ser objeto de la correspondiente instrucción penal, a fin de depurar la posible existencia de ilícitos penales».

15 titulares, 15 bofetadas

Son solo 15, pero podrían ser muchos más. Se corresponden con informaciones -relativas en su mayoría a España- publicadas entre este lunes y hoy, pero podrían haber sido seleccionados en cualquier momento de los últimos años. Son titulares, pero también bofetadas, porque resumen el desprecio a la democracia y, por ende, a la ciudadanía, que emana de las actuaciones de ciertos políticos e instituciones. Juzguen ustedes mismos:

  1. Rajoy no explicará el rescate en el Congreso hasta julio
  2. Detenida una persona tras un abucheo a Esperanza Aguirre en Fuenlabrada
  3. La Unión Europea se plantea hacer un ‘corralito’ en el país heleno si finalmente abandonara el euro
  4. Francisco Correa sale de prisión tras pagar 200.000 euros de fianza
  5. Año 2011: un millón de universitarios en paro
  6. El Congreso debate hoy prohibir «ultrajes» a España en eventos deportivos
  7. Una profesora de ballet recaló en la comisión de control de la CAM
  8. Dívar hizo otros 12 viajes además de sus escapadas a Puerto Banús (minutos antes de publicar este post se ha anunciado que la mesa del Congreso acepta la comparecencia de Carlos Dívar).
  9. Aguirre elimina un cargo público y lo recoloca con el mismo sueldo
  10. Una senadora del PP pide retirar el pasaporte a las marroquíes embarazadas
  11. La pobreza infantil aumenta un 10% en España durante los dos últimos años
  12. Aguirre cobrará más por renovar la tarjeta sanitaria de lo que cuesta
  13. La prensa internacional critica a Rajoy por vender el rescate a la banca como una victoria
  14. Indemnizaciones millonarias para los gestores de las cajas de ahorros en quiebra
  15. La OCDE recomienda retrasar la jubilación más allá de los 67 años

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Nouriel Roubini: «Es imposible que España alcance un déficit del 5,3%»

Fue uno de los primeros en predecir la crisis hipotecaria de los Estados Unidos y eso le valió el apodo de «doctor calamidad». A Nouriel Roubini no parece molestarle el mote; más bien al contrario, a juzgar por sus recientes artículos y exposiciones sobre el futuro de la zona euro y de sus integrantes, entre ellos España. Hace dos semanas daba por sentado que España necesitaría un rescate para salvar sus bancos y no descartaba que nuestro país tuviera que salir del euro. Cree, además, que Grecia será el primero en abandonar el euro.

Comida con Roubini en el Palacio de Congresos (Madrid)

Nouriel Roubini, durante la comida celebrada este jueves en Madrid.

En vísperas de esa «tormenta perfecta» que él mismo augura para el año 2013, Roubini ha pasado este jueves por Madrid. Un reducido grupo de empresarios de Internet y periodistas hemos compartido con él un breve almuerzo horas antes de la conferencia que ofrecía en la feria Expomanagement. Estas son las principales conclusiones:

  • «La clave es restablecer el crecimiento económico» (esta ha sido la frase que más ha repetido, siempre en referencia a Europa). Para lograrlo cree necesario posponer los planes de austeridad fiscal. Ha calificado de «locura» los objetivos de déficit marcados por la UE, ilustrándolos con un ejemplo: «Es imposible que España alcance un déficit del 5,3%». Y las medidas para lograr ese imposible anulan cualquier posibilidad de crecimiento. Ha augurado un acuerdo en próximos meses «para inyectar capital en la banca y en aseguradoras» de países como España.
  • Roubini ha criticado los tiempos de ejecución de reformas en ciertos países de la UE, entre ellos España: cuando todo se hace al mismo tiempo -reducir el Estado, flexibilizar el mercado laboral, destruir empleo, aplicar políticas de ajuste fiscal… y, en consecuencia, ahogar el consumo- «puedes convertir la recesión en algo mucho peor». Este cuello de botella reformista está conduciendo a lo que Roubini ha llamado «fatiga de austeridad», que no solo afecta a los periféricos de Europa (Grecia, Italia, Portugal, España, etc.) sino al mismo corazón de la UE, incluyendo Francia y Alemania. De ahí los últimos resultados electorales en estos dos países.
  • Ha reiterado que una eventual salida del euro de países pequeños como Chipre, Portugal o Grecia no afectaría a la línea de flotación de la zona euro, pero que el abandono de España o Italia supondría la ruptura de la UE que hoy conocemos.
  • Europa debe ir «más allá de la unión monetaria» para evitar una desintegración. ¿Cómo? Construyendo una unión fiscal y también política. Ha puesto como ejemplo de la disgregación europea la cumbre informal de la UE celebrada este miércoles, donde se reunieron todos los líderes de la UE «pero aplazaron la toma de decisiones clave». Roubini se ha mostrado partidario de dar más poder al Parlamento europeo y ha señalado las dificultades que entraña buscar una coherencia entre 17 gobiernos.
  • En cuanto al papel de los países emergentes, ha destacado que el potencial de crecimiento de su PIB en los próximos años es de un 6%, frente al 1,5% de Europa y Japón, y el 2,5% de Estados Unidos. «Europa no trabaja tanto como China y no innova tanto como Estados Unidos», sentenció.
  • Tampoco suenan muy optimistas sus augurios para el entorno digital como colaborador necesario en esta futura reactivación económica, al menos en términos de creación de empleo. En su opinión, la digitalización incrementa la productividad y por tanto ralentiza la creación de empleo. Por otro lado, afirma que Internet conlleva una «revolución en la provisión de servicios» y, de alguna manera, el fin de la intermediación.

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Crónica gráfica de la marcha del #16M

La asamblea convocada para este martes a las 19 h en Sol acabó en una marcha por las calles de Madrid. Estas son algunas de las fotos que tomé con mi teléfono. La mayoría son de una calidad pésima, pero retratan algunos momentos interesantes y constituyen una crónica gráfica de parte de la noche del 15 al 16 de mayo.*

Grito silencioso a las doce de la noche. La asamblea aún no había concluido.

 

Termina la asamblea con la cacerolada prevista. Un grupo de gente empieza a golpear con las manos, cacerolas, cascos… la valla que rodea el edificio de Tío Pepe. El ruido es ensorcededor.

 

Algunos gritan «¡A la Bolsa!» y tímidamente empiezan a subir por la calle Alcalá. En la asamblea se ha desestimado esa acción y hay gente que duda. Los más animosos se paran y miran hacia Sol (foto) esperando que se les una más gente.

 

Finalmente se inicia la marcha hacia la Bolsa. En la imagen, momento de la llegada a Cibeles.

 

Momento tenso junto al Palacio de Correos. La multitud rodea un coche de Policía que quiere cruzar Cibeles. Al cabo de unos minutos, la marcha continúa hacia la Bolsa.

 

El edificio de la Bolsa está literalmente tomado por furgones policiales y antidisturbios. La multidud se dirige hacia el primer cordón policial y dos de los manifestantes se desnudan ante los efectivos policiales mientras les lanzan preguntas como «¿Tenéis hijos, tenéis familia?». No hay incidentes. La marcha continúa en dirección hacia Neptuno.

 

El despliegue policial es espectacular. Por el paseo del Prado en dirección Neptuno comienzan a bajar decenas de antidisturbios a paso ágil, seguidos por una decena de furgones policiales. La marcha se dirige hacia el Parlamento, pero finalmente toma una de las callejas que suben hacia la zona de Huertas.

La marcha sigue por las pequeñas calles de Huertas en dirección a la calle Atocha. Todas las calles aledañas están cortadas por furgones o por policías. Esta chica camina en la cola de la manifestación con una vela en la mano (con la que quiere representar el primer cumpleaños del 15-M) y a escasos centímetros de la lechera que tiene a su espalda, que va dando acelerones para amedrentarla. «Si fuera buena fotógrafa, esta sería la foto del día», tuiteé anoche.

 

A partir de ese momento, la marcha -con menos manifestantes a medida que avanzaba la noche- continuó desde la calle Atocha por Antón Martín, Jacinto Benavente, plaza de la Cruz, calle Segovia, Vistillas… hasta concluir en Tirso de Molina, con identificaciones de los asistentes y una detención. Mi relató concluyó hacia las 2.30 h, aproximadamente, cuando mi teléfono se quedó sin batería. Así os lo contamos en 20minutos.es: http://www.20minutos.es/noticia/1447722/0/indignados-15m/aniversario/directo/

*TODAS LAS FOTOS DE ESTE POST SE PUBLICAN BAJO LICENCIA CREATIVE COMMONS. PUEDEN SER REPRODUCIDAS CITANDO AUTORÍA Y ENLAZANDO.

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La revolución sin prisa: cuatro claves para el futuro del 15-M

*Hay tantas percepciones del 15-M como personas se acercan a conocerlo. El texto que vas a leer es solo una manera de verlo: la mía.

¿Cuánto ganas? ¿Cuántos metros cuadrados mide tu casa? ¿Cuántos caballos tiene tu coche? ¿Cuánta gente acudió a la manifestación el sábado? ¿Y el domingo? ¿Cuántos había en la plaza ayer? Vivimos en una sociedad en la que la cuantificación se convierte en la única referencia posible para valorar éxitos o fracasos.

Este era el fin de semana del examen, de la cuantificación definitiva. La fecha en la que todos esperaban saber si el 15-M seguía vivo, si mantenía su poder de convocatoria, si las plazas volverían a llenarse. El momento de la valoración, en términos numéricos y, por supuesto, inmediatos.

Pero el examen del 15-M debería ir más allá de las plazas y de fechas puntuales, porque el 15-M es  -o parece ser-  una revisión del orden establecido a partir de miles, millones de revoluciones pequeñas (tantas como personas quieran participar de ellas, tan pequeñas como inmensa es cada toma individual de conciencia), una mutación lenta pero segura de los hábitos del ciudadano, como individuo y como parte de una sociedad civil y participativa en la que este tiene -debe tener- capacidad de decisión y de cambio. Y esa transformación no sabe de exámenes ni de cifras, no conoce las prisas, no mira el reloj.

Dicho esto, ¿cómo casa esa lenta metamorfosis con el disparo frenético e indiscriminado por parte de los dirigentes políticos de medidas encaminadas al blindaje del sistema financiero a costa de acabar con la protección social del individuo que se le suponía al Estado? Ese es el problema: que no casa. Y no casa porque no hay tiempo para engranar esas pequeñas revoluciones con la demolición de la sociedad tal y como la conocíamos.

Frustración. Esa es la palabra resultante cuando lo que está en juego, como ahora, son las expectativas. Ni todos los indignados comulgan con el 15-M ni el 15-M representa a todos los indignados, pero en la primavera de 2011 muchos depositaron sus esperanzas en este movimiento. Confiaron en que esa gente que había logrado una movilización masiva real a través de las redes sociales fuera capaz de canalizar sus aspiraciones, quejas, malestar; su indignación, en definitiva. Por eso, este #12M15M era su momento para calibrar: fuerzas, repercusión, conclusiones, consecuencias, medidas, concreciones. De nuevo, cuantificación. Y, por tanto, frustración, porque es posible que al final la nota del examen no esté a la altura de esas expectativas; porque esta es una carrera contrarreloj para algunos, pero no para todos los que corren en ella. El tiempo, una vez más, como elemento confrontador entre realidad y deseo, y también como objeto de reivindicación.

¿Sobrevivirá el 15-M a este «mayo global»? ¿Tiene futuro? Posiblemente, estos cuatro puntos sean determinantes:

  • No cerrar el ciclo. Si algo ha logrado el 15-M es abrir un nuevo ciclo: cambiar el paso de la sociedad española y llevarla de la resignación a la convicción de que las cosas pueden y deben cambiarse; despertar conciencias, al fin y al cabo. Mientras esa convicción se mantenga, el 15-M seguirá alimentando, aunque sea de manera indirecta, la necesidad de protesta y de reivindicación. Pero el gran reto es pasar de la convicción a la acción: cambiar las cosas. Se han dado pasos (relativos a la dación en pago, la transparencia, a la reivindicación del espacio público, etc.) y se han logrado incorporar puntos importantes al debate político. Los avances en este terreno son claves para la imagen y la pervivencia en el tiempo del movimiento.
  • Aceptación y respaldo social. Aunque el 15-M ha seguido vivo a lo largo de este año, con acciones en barrios y plazas, muchos rompieron con él tras los últimos días de las acampadas de 2011. De ser considerada inicialmente una corriente de y para todos, pasó a adquirir cierto matiz marginal. Puntos calientes:
      • Los últimos días de acampadas de 2011 tuvieron un efecto negativo en la imagen del 15-M por su identificación -interesada y promovida en muchos casos por ciertos medios de comunicación e instituciones públicas-con los llamados grupos antisistema, izquierda radical e incluso indigencia. Los intentos de vincular el movimiento con estos grupúsculos y de criminalizarlo han sido constantes en los últimos doce meses.
      • De la utopía a la frustración. Si con las conclusiones de las asambleas acabara por construirse un nuevo Estado, estaría a años luz del que hoy conocemos. Esto genera cierta sensación de irrealidad, de juego de niños, de estar levantando castillos en el aire. Algunos de los indignados, no necesariamente partícipes del movimiento 15-M solo quieren recuperar el estado del bienestar que han conocido, no construir un nuevo sistema que rija el orden mundial.
  • Acción frente a información. El movimiento se vertebra a través de asambleas, pero estas requieren de una cierta constancia por parte de los asistentes, además de grandes cantidades de tiempo libre dada la duración de algunas de ellas. El #12M15M ha mostrado en los últimos días pocos avances respecto a los planteamientos asamblearios del pasado año. Las asambleas son más maduras (más centradas, más cortas, más al grano), pero el abanico de temas sigue siendo tan amplio como disperso (economía, política internacional, política a corto plazo, vivienda, feminismo, formación profesional, migración, economía, amor y espiritualidad…). Y, aunque para muchos de los activistas del movimiento la sociedad vive en una desinformación constante precisamente por la sobreabundancia informativa, algunos de los que rondaban las plazas estos días esperaban más «acción» (manifestaciones, sentadas de protesta…) y menos información.
  • Canalizar la indignación. A medida que aumentan la conciencia social y la indignación, los recortes, las políticas neoliberales y sus consecuencias van abriéndose paso a golpe de decreto ley. ¿Cómo canalizar esa indignación en los momentos clave? ¿Debe ser constante la movilización? ¿Es necesaria esa movilización? ¿Cuál es la mejor manera de introducir en el debate político y parlamentario ciertos mensajes y reivindicaciones? ¿Cómo se ejerce esa «democracia real» (ciudadana y participativa) más allá de las asambleas? Mientras los Gobiernos ponen el foco del sistema en la salvaguarda del sistema financiero y las elites políticas, ¿quién reorienta ese foco hacia la justicia social y la sociedad civil? ¿Quién y a quiénes se deben pedir responsabilidades? ¿Quién da respuesta a estas preguntas? Y, tal vez lo más importante,  ¿debe ser el 15-M? Porque es posible que el futuro del movimiento no pase por ofrecer respuestas, sino más bien por su capacidad para seguir planteando preguntas. El tiempo lo dirá. 

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«Papá, ¿ese señor es un ladrón?»

Ocurrió esta semana en una peluquería de Madrid perteneciente a una cadena. Un señor que habla por teléfono dentro del establecimiento empieza a levantar la voz. El hombre se hace entender perfectamente pese al ruido de los secadores y el hilo musical. Exige a su interlocutor que le pague lo pactado; acepta el despido, pero pide el dinero que según él se le debe en concepto de comisión por cada corte de pelo. Es un exempleado de la peluquería.

Las peluqueras, que están atendiendo a los clientes, empiezan también a elevar la voz y le piden, avergonzadas y nerviosas, que se marche, alegando que el encargado no está. El hombre exige hablar con este por teléfono. A gritos, pero el tono no es amenazador y él no parece violento. Pide que le paguen lo acordado. La que lleva la voz cantante le dice que si no se va, llamará a la Policía.

Él empieza a hablar de nuevo por teléfono, a voces, y sale a la calle, momento que aprovecha una de las peluqueras para cerrar la puerta con pestillo y telefonear supuestamente al encargado; le explica la situación y este da la instrucción de pagar al hombre, que a la sazón está entrando de nuevo en la peluquería (el pestillo no estaba bien echado).

Al instante, la peluquera que hablaba por teléfono abre la caja, saca un dinero, lo mete en un sobre y se lo da. El hombre se marcha. Y las peluqueras vuelven a su trabajo pidiendo mil disculpas a los clientes, que las aceptan con cara de circunstancias mientras comentan lo ocurrido y se lamentan por la situación tan embarazosa que acaban de contemplar.

El mal rato ha pasado, y todo queda en una anécdota provocada aparentemente por un desequilibrado, alguien despechado a causa de un despido cuyas circunstancias obviamente desconocemos.

Pero, ¿y si el hombre no es un desequilibrado? ¿Y si es cierto que pactó un dinero que finalmente no se le pagó? ¿No se enfadaría usted si le ocurriera algo similar? ¿No exigiría que le pagasen lo que es suyo? ¿No gritaría?

A juzgar por las miradas y los comentarios, ninguno de los presentes se plantea esta hipótesis. De hecho, a nadie parece llamarle la atención que la peluquera finalmente, y dadas las circunstancias, no haya telefoneado a la Policía, ni siquiera después de haberle entregado el sobre. ¿No habría sido esto lo lógico en el caso de que el tipo se estuviera llevando algo que no le correspondía? ¿O es que en esa peluquería pagan en negro y por eso a nadie le resulta chocante?

Un niño ha presenciado la escena entre asustado y sorprendido. Y al llegar a casa, aún confundido, pregunta a su padre: «Papá, ¿ese señor era un ladrón?».

-¿Por qué crees que era un ladrón?

-Porque gritaba mucho, las señoras tenían miedo, querían llamar a la Policía y al final le han dado un sobre con dinero.

Blanco y en botella… para un niño de cinco años.

¿Y para el resto? Ciertamente ha sido una situación incómoda, pero ¿qué les habrá resultado más embarazoso? ¿Que un tipo pida lo que al parecer se le debía? ¿Que lo haga a gritos? ¿Que se le entregue un sobre sin disimulo alguno? ¿Que las peluqueras lo hayan tratado como a un delincuente? ¿Que estas puedan verse en una situación similar mañana? ¿O simplemente la sensación de estar ante un perdedor más, un desahuciado social (con lo perturbador que es eso)?

El niño de cinco años ha aprendido esta semana que no siempre los ladrones son quienes lo aparentan. Ya sabe más que muchos de los adultos que le rodean.

¿Cuántos asesores necesita un presidente?

Imagine que a su compañero de despacho la empresa le ofrece un cargo de responsabilidad. Su compañero acepta (la responsabilidad y el sueldo asociado a esta) porque en líneas generales se considera capacitado para el desempeño de esa función. Pero aunque aparentemente es un tipo cualificado, su compañero comete faltas de ortografía, no sabe trabajar con documentos de excel, las cuentas no son lo suyo… En un entorno razonable, no durará ni tres meses en ese nuevo cargo.

Imagine ahora que viviéramos en el mundo al revés y que ese compañero al que le han ofrecido un puesto de responsabilidad fuera plenamente consciente de sus carencias y de que, por tanto, estas lo inhabilitan para el ejercicio de ese cargo. En tal caso, su compañero aceptaría el puesto ofertado (y el sueldo correspondiente), pero pondría a su jefe una condición sine qua non: contratar simultáneamente a tantos asesores como lagunas presentara para garantizarse la excelencia en el desempeño de sus tareas. La empresa aceptaría encantada dichas condiciones en aras de esa excelencia.

Suena a chiste, ¿verdad? ¿A qué le sonaría si supiera que es usted quien con su sueldo tiene que pagar a esa cohorte de asesores? Posiblemente la cosa perdería parte de la gracia.

Pues créanme, está ocurriendo. En concreto, los ciudadanos de este país pagamos con nuestros impuestos a los 82 asesores directos (sí, 82) de nuestro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. También pagábamos a los 56 (sí, 56) de José Luis Rodríguez Zapatero.

Tras mucho devanarme los sesos no sabría decirles cuál es el número de asesores necesario para que un presidente del Gobierno español salga airoso del trance. A juzgar por la brillantez de nuestra política en los últimos años, es probable que incluso se hayan quedado cortos. Desconozco también si el número de asesores es directamente proporcional a la capacidad de toma de decisiones de cada uno (¿o tal vez sea inversamente proporcional?). Me pregunto sobre qué asuntos reciben asesoramiento ‘directo’ nuestros jefes de Gobierno aunque, por el número de mentores, es de suponer que incluso la ubicación de la raya del cabello adquiera la dimensión de cuestión de Estado. Y, sí, también me pregunto por el número de asesores que tendrá cada ministro, cada secretario de Estado, cada director general…

La buena noticia es que con mimbres como estos -y quien dice mimbres dice asesores- usted (y yo) podríamos ser mañana presidentes del Gobierno. Aunque pensándolo bien, si esta es la buena noticia, ¿dónde están las malas?

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