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Una jueza condena a un hombre por asesinato y acto seguido oficia su boda

patriciacooksonLa señora de la foto que abre este post es la jueza del Tribunal Superior de San Diego Patricia Cookson y en esa mirada que parece implacable esconde algo tierno. Haced, si no lo creéis así, un ejercicio sencillo. Tapadle la mitad inferior de la cara. ¿No advertís un gesto compasivo en sus ojos? Este rasgo dual de su mirada acaba de aflorar en una curiosa sesión en un juzgado californiano.

La jueza Cookson, severa, administró la justicia con puño de acero enfundado en un guante de seda. Me explico. Su señoría decidió condenar a 53 años de prisión al ciudadano Danne Desbrow, considerado culpable de un asesinato cometido diez años atrás. Sin embargo, instantes después de mandar al hombre a prisión para prácticamente el resto de su vida, cambió el rictus firme y ¡¡¡¡ofició la boda del propio reo!!!! Incluso, le ofreció un trocito de tarta para celebrarlo. Puño de acero en guante de seda.

El abogado defensor no pudo salir de su asombro ante lo vivido en la Corte de San Diego. «Fue un día inusual de principio a fin. Aprecio que (Cookson) honrara la solicitud de casar a mi cliente», aseguró mientras lamentaba la condena de su defendido, ya que consideraba que «no es un caso de asesinato, sino que Desbrow actuó en defensa propia durante una pelea». ¡Puño de acero en guante de seda!

Mientras, la gran olvidada en el día de su boda fue la novia. Los flashes no la apuntaron a ella, como suele ser habitual, sino a su convicto esposo y a la peculiar jueza. Destiny, que así se llama la ya esposa de Desbrow, reconoce que no tenía muchas esperanzas de que su señoría Mrs. Cookson aceptara oficiar la ceremonia y que se sorprendió cuando le dijo que sí.

La feliz (?) pareja no pudo disfrutar de más de diez minutos de luna de miel. Pasado ese tiempo, los alguaciles trasladaron al convicto a un furgón policial en el que le llevaron a la cárcel, donde pasará los próximos meses, a la espera de que se tramite la apelación de su condena.

Danne dice que no cometió asesinato. Su esposa le cree y mantiene la esperanza: «tengo fe en que Dios va a traerlo pronto a casa». Veremos si la justicia californiana también cree la versión del preso y da marcha atrás. Mientras tanto, ¡que vivan los novios!

Se casará con su amada cabra en una iglesia satánica

El diablo tiene que estar contento con la boda que se va a celebrar el próximo 13 de octubre, en la localidad brasileña de Jundiaí. Toninho do Diabo, un conocido sacerdote satánico, será el encargado de oficiar la ceremonia en la que contraerán matrimonio, la cabra ‘Carmelita’ y Aparecido Castaldo, un jubilado de 74 años completamente enamorado de la chivita desde hace dos años. WTF???

Aparecido y la cabra 'Carmelita'

Aparecido y la cabra ‘Carmelita’

En declaraciones a un medio online, el señor Castaldo asegura estar encantado ya que «ella no habla y no pide dinero como la mayoría de las mujeres» (no es una mala filosofía de pareja :)). Además añade que «solo necesito una compañera a la que poderle decir cosas. No habrá relaciones sexuales entre los dos«.

Se ve que Aparecido es un hombre sensible y trata a ‘Carmelita’ con mucha dulzura. Eso sí, está enfadado con el caprino porque se comió el vestido de novia. «No dio ni tiempo a que se lo probara«, comentó algo enojado.

Por su parte, Do Diabo está encantado con el feliz enlace, ya que como indica «somos la única iglesia en Brasil que acepta casamientos entre hombres y animales, porque no tenemos prejuicios«. Y de paso consigue un empujón publicitario para su congregación. ¡¡¡Menudo pájaro!!!

Como no podía ser de otra forma, el curioso enlace matrimonial está previsto para la mediana noche, una hora muy satánica. Ahora espero que no se lleven un susto si aparece Lucifer pidiendo ser el padrino. Seguro que el corazón de ‘Carmelita’ no resiste tantas emociones.

Un cura inglés no pudo oficiar una boda porque estaba borracho

curaborrachoHabía un cura en mi pueblo que tenía la nariz muy colorada con excesiva frecuencia. Por lo visto, además del vino de consagrar, también solía regar su cuerpo con otras bebidas espirituosas, algo que me parece más que razonable pues, ¿acaso no se dedican los sacerdotes a las tareas del espíritu? El asunto es que la figura del clérigo que le da a la botella empieza a ser un clásico en el imaginario colectivo. Para fomentar esta imagen, ha puesto su granito de arena Brian Taylor, un clérigo británico amigo del pimple.

El reverendo Taylor tenía que oficiar una boda el pasado fin de semana, pero no pudo ejercer sus funciones debido a la tremenda cogorza que llevaba. Justo antes de empezar la ceremonia, Taylor perdió el equilibrio y se cayó, visiblemente ebrio. Los invitados al evento rompieron en risas, según comentaron a The Sun varios de ellos. Dado que el párroco parecía del todo incapaz de continuar con el ritual, algunos familiares de los novios lo llevaron a la sacristía, donde trataron de impedir que siguiera haciendo el ridículo. Sin embargo, no lo consiguieron del todo, ya que los invitados siguieron con las carcajadas mientras escuchaban algunos absurdos alegatos. «En el nombre del Señor, no estoy borracho. No hay nada mal en mí. Quiero oficiar la boda», gritaba fuera de sí.

Al novio, Chris John, se le quedaron grabadas a fuego algunas imágenes y las relata con detalle. «Nunca olvidaré cuando vi al vicario haciendo zig-zag por la colina de la iglesia, con su túnica ondenado al viento. Luego llegó a la puerta, pero se cayó por un terraplén. El fotógrafo le preguntó si se encontraba bien y él reconoció que no del todo. Pasó junto a mí como Jack Sparrow, tropezó al cruzar la puerta y se desplomó delante de 96 personas». El relato de los hechos me resulta cómico, pero si me pongo en la piel del novio, entiendo su desazón. ¡Vaya planazo!

Finalmente, la boda pudo celebrarse, ya que los amigos del novio fueron a buscar un cura al pueblo de al lado, a quien el reverendo Taylor le debe una bien gorda. Seguro que le recompensa invitándole a unas copas…

Un perro trata de evitar la boda de su dueña

La fidelidad de los perros está más que demostrada. Quieren a sus dueños con locura y son capaces de hacer cualquier cosa por ellos. Por eso, cuando este simpático perrete vio a su dueña vestida de novia, armó la de San Quintín. El can, que de tonto no tiene un pelo, sabe perfectamente aquello de «te casaste, la cagaste» (perdón por el lenguaje) y quería evitar que la muchacha cometiera el error de su vida. Sí, amiga, porque hoy estás súper enamorada de tu ya marido, pero ya veremos lo que pasa mañana…

Reconozco que soy muy pesimista con el tema del matrimonio, pero es que las estadísticas me dan la razón, por mucho que la crisis haya rebajado levemente la disparada curva de perspectiva de divorcio. Ahora, por cada tres matrimonios, hay dos divorcios, lo que significa que el 67% de los nuevos casados están condenados a separarse.

Así las cosas, espero que la muchacha del vídeo, tan radiante, tan blanca, tan momentáneamente feliz el día que se grabaron estas imágenes, tenga mejor suerte de la que los datos le auguran. Y que su perro esté equivocado.

PS. Algunos dirán que la reacción del perro es de alegría por ver a su dueña así de feliz, pero muchos sabemos que la verdad no es esa.

Sus fotos de boda ¡¡88 años más tarde!!

Fuente: www.lasmadrinas.com (Flickr).

Fuente: www.lasmadrinas.com (Flickr).

¡Ah, el amor! ¡Qué cosas tiene! Tan pronto te dibuja una sonrisa en la cara que te hace parecer idiota como te deja frío y desconsolado. Así, hay parejas inseparables o casos como el de un indio que lleva desde el mes de marzo viviendo en un árbol por una infidelidad de su esposa. Como estamos en Navidad, época de buenrrollismo, la historia de hoy es de las del primer grupo, el de las personas que se aman para toda la vida.

La pareja más acaramelada del año vive en China y ambos son centenarios: él tiene 101 años y ella 103. El matrimonio Wu se unió sentimentalmente en 1924 en una época en la que se vivía con más estrecheces de las que sufrimos ahora. Para entonces, hacía casi un siglo que existían las cámaras de fotos, pero no había ninguna en la pequeña aldea china de la que eran vecinos Conghan y Songshi. Así, no pudieron inmortalizar el momento en el que se dieron el «sí, quiero».

Sin embargo, casi nueve décadas más tarde, la vida les ha dado una segunda oportunidad. Songshi, vestida de blanco inmaculado -como marca la tradición- tomó el brazo derecho de Conghan, quien lucía impecable camisa blanca en contraste con la pajarita negra. Ambos aprovecharon la ayuda de un bastón para mantenerse erguidos y posaron con indisimulada felicidad para la sesión de fotos que habían soñado durante 88 años.

La idea nació de un grupo de vecinos de la pequeña localidad en la que viven, cercana a Nanchong, al noreste de China. Y no quedó solo en la sesión de fotos para la posteridad, sino que hubo fiesta completa, con banquete y tarta. No se ha confirmado si los novios se atrevieron con el vals nupcial pero yo quiero creer que sí. ¡Mis felicitaciones!

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Cuando el «sí quiero» es un puro trámite

Muchos ponen su empeño en montar una boda por todo lo alto: mariachis, figuras de hielo, acróbatas… Otros intentan que su ceremonia sea divertida y lo llenan todo de bailes, disfraces, cánticos… hasta que alguien llegó y pensó que lo de las bodas diferentes estaba ya muy visto y creyó que lo realmente especial es la pedida de mano. Pues bien, aquí van las cinco que más me han llamado la atención:

5. A 30.000 pies de altura

Ocupa el quinto lugar, pero perfectamente podría estar más arriba. Kat volaba para ver a Lovine, que teóricamente le esperaría en el aeropuerto. La pobre estaba durmiendo cuando Lovine aparece con una guitarra y se pone a cantar. ¡Se había colado en el avión! Después de cantarle una canción, le pidió que saliera al pasillo y entonces su perrito llegó (también por sorpresa) con un cojín y un anillo. «¿Quieres casarte conmigo?»… ¡te dicen que no ahí y te hunden!

4. Todo el parque en pie

En España no se estila pedir la mano, supongo que por las canciones. En Estados Unidos tiran de John Lennon y Michael Jackson, pero nosotros qué podemos hacer… ¿poner «Que te voy a comer» de Manolo Escobar? En fin, que nuestro segundo protagonista (o cuarto, como queráis verlo) hizo que su novia fuese a un parque de Nueva York con una amiga y una vez allí la gente empezó a levantarse y a bailar al ritmo de The way you make me feel. La cosa concluye con una orquesta y un muchacho que se quita el casco para decir: «No sabía cómo demostrar lo que te quiero… pero he traído a unos amigos para enseñártelo».

3. La chica de las flores

El tercer lugar es para una de las últimas que os he contado, aquella muchacha (Teresa) que empezó a recibir flores de desconocidos, una detrás de otra, sin saber lo que estaba pasando, y que termina con un ramo, en el lugar donde tuvo la primera cita con su novio, mientras que éste (Jack) la espera vestido de gala y con un anillo. ¿Qué podía pasar? Pues que él le pidiera matrimonio y ella dijera que sí, claro.

2. Un baile por toda la calle

El segundo lugar es para una petición de matrimonio que publiqué cuando había superado los 8 millones de visitas en YouTube… y ahora tiene más de 15 millones. Isaac quedó con Amy, pero mandó a su hermano para que sentara a su novia en la parte de atrás de una furgoneta mientras que su grupo de teatro escenificaba, en directo, un baile al ritmo de Marry you de Bruno Mars. Al final, Isaac emerge entre la multitud, se arrodilla y le pide la mano, en el sentido literal y figurado.

1. Una película que no se ha estrenado

Aquí viene, mi favorita, la historia de Matt y Ginny, el chico que se curró un tráiler de cine, consiguió que lo proyectaran, metió a su familia y amigos en un cine al que fue su novia (sin él) y apareció corriendo en la sala como continuación de la película, donde había pedido la mano a su suegro. Son siete minutos de algo sencillamente genial.

PD: La de Matt me gustó tanto que al final conseguí entrevistarle.

 

Tres hermanos austriacos se casan con tres hermanas alemanas

Hay pequeños placeres en la vida que están infravalorados: puedes desahogarte y pasarlo en grande criticando a tu cuñada con tu pareja, o compitiendo con tus hermanos para ver quién tiene la peor suegra. Pues bueno, eso va a ser realmente difícil para los hermanos Reichor, unos señores austriacos que han cometido el error (o acierto, según lo veas) de casarse con tres hermanas. Ya me diréis cómo va cualquiera de ellos a criticar a su cuñada delante de su mujer, sabiendo que son familia directa. Y lo mismo con la suegra: ¿qué interés tiene contar batallitas a tus hermanos si sabes que ellos tienen la misma?

De profundas creencias católicas, el mayor de los Reichor fue quien abrió la veda de este Tres hermanas para tres hermanos en 2005. Simon, que ahora tiene 26 años, conoció a su mujer, Darja, durante unas clases sobre la Biblia en Alemania, a las dos semanas empezaron a salir y la cosa terminó en boda.

Después fue Manuel, de 24 años, quien se casó con Janna, hermana de Darja, en 2009. Aquí la cosa ya cogía tintes peliculeros, pero bueno, digamos que no son un caso excepcional. Quizás sí en Engerwitzdorf, la localidad austriaca donde han ido contrayendo matrimonio, pero yo conozco algún caso de dos hermanos casándose con dos hermanas, si bien es cierto que los que yo conozco son de hace 40 años.

El caso es que, después de todo esto, supongo que el pequeño Lukas y la pequeña Joy se miraron y pensaron: «Ups… parece que no nos han dejado escapatoria», así que hace poco más de dos semanas decidieron dar el gran paso (más pequeño desde que inventaron el divorcio) y también se casaron.

Darja, la mayor de las hermanas, está encantada, según contaba a la prensa austriaca: «Siempre soñé que encontraría a un hombre con dos hermanos que se casarían con mis hermanas… y ahora es realidad». Yo creo que a la pobre le leían muchos cuentos de princesas de pequeña y quedó marcada, porque menudo sueño.

Simon y Darja tienen ya cuatro hijas, pero ven «complicado» encontrar cuatro hermanos para que se casen con ellas. ¡Ah! Y se me ha olvidado deciros que la madre de Simon, Manuel, Lukas, está encantadísima: «Estoy muy feliz, porque ya conozco a mis consuegros», cuenta la pobre con un poco de resignación.

PD: ¿Alguno de vosotros saldría con su cuñada o cuñado?

Después de 48 años divorciados, se ‘recasan’

Las parejas se enfadan, discuten, muchas se separan. Eso pasa en todos lados. Ocasionalmente, uno de los miembros de la pareja hace un intento desesperado de salvar la situación: «Dame tiempo, puedo cambiar»… pero nadie tiene tiempo. Bueno, nadie… salvo Lena Henderson y Roland Davis, de 85 años, que van a casarse 48 años después de su divorcio.

Roland y Lena se casaron con 17 años, sin saber muy bien dónde se metían. Esta pareja de estadounidenses fue medianamente feliz a lo largo de dos décadas, durante las que tuvieron cuatro hijos como cuatro soles y algunas peleas que terminaron en divorcio allá por 1964, según cuenta la prensa local.

Sé que he empezado diciendo que algo deben haber cambiado en la relación para casarse de nuevo, pero (esto que quede entre nosotros) yo tampoco estoy del todo seguro. A ver, os cuento lo que pasó desde que se conocieron hasta ahora y vosotros juzgáis si el motivo de la boda es amor, contentar a los hijos o que «a la vejez, viruelas», que es un dicho muy castizo que usamos poco.

Cronología: cuando Ro encontró a Le

  1. Un juez de paz los casó en 1944. No hubo luna de miel.
  2. Veinte años y cuatro hijos después se divorcian.
  3. Ambos se casan de segundas con otras personas.
  4. Roland se muda de Buffalo a Colorado.
  5. En 1996, Lena y Ronald vuelven a encontrarse en un funeral. No se habían visto desde 1964 cuando se divorciaron.
  6. Roland y Lena enviudan.
  7. Roland llama a su exmujer y le pide que se vuelvan a casar, aunque llevaban 16 años sin verse.
  8. Lena acepta y Roland vuelve a Buffalo.
  9. Este sábado se recasan. Por la iglesia, claro.

Durante todo este tiempo supieron el uno del otro a través de sus cuatro hijos, que son quienes iban informando a sus padres de las novedades. Quizás por eso, son ellos los que más se alegran de este compromiso. «Es el sueño de cada niño, que tus padres divorciados vuelvan a casarse», cuenta Renita Chadwick, la menor de las cuatro criaturas.

Y lo mismo dice la mayor de las hijas, Johnnie Mae Funderbirk, una de las instigadoras de todo este jaleo, que dice sentirse «como una niña de nueve años aunque tengo 65». Pues que coman perdices, que al fin y al cabo… love is lovelier the second time around.

PD: Ya sabéis que en agosto suele traer sequía de frikismo. Lo intentaremos superar de la mejor forma posible.

La boda terminó de una forma precipitada

¿Cuánto diríais que habéis evolucionado en los últimos tres años? Hablo a nivel mental, claro, porque personal y profesionalmente ha sido una época jodida no sin ciertas dificultades. Pues bien, yo puedo decir sin temor a equivocarme que no he avanzado nada, no he mejorado nada y, si me apuráis, estoy aún peor que en noviembre de 2008, cuando empezó toda esta locura.

Muchos diréis… ¿a qué viene esto, becario? Bueno, si alguno hace memoria, poco después de empezar a escribir aquí publiqué «Juntar tres inútiles en una boda», un post mítico, legendario, inolvidable… en el que… en el que… en el que no me acuerdo lo que pasaba, porque han pasado muchos años y bastante con que recuerdo el título del post. Era algo así como una caída en dominó de los asistentes a un enlace.

Y lo de hoy viene a ser la edición de aquella entrada, pero remasterizada y con algunos extras. Más gente. Más agua. Más EPIC FAIL… vamos, que deja a Titanic 3D a la altura del betún. En la escena vemos cómo Eric y Maegan Walber posan con todos sus amigos para hacerse una foto divertida, típica de boda, de ésas que aspiran a ser inolvidables. Como veréis en el vídeo, si lo que querían era ser recordados, lo han conseguido.

Estaban los Walber tan felices y sonrientes sobre el lago Gun, en Shelbyville (no, no está al lado de Springfield, sino en Michigan) cuando el puente, de repente, se fue al garete. Las caras de la muchachada son un poema cuando ven que se van al agua, aunque bueno… eso supongo que lo habréis visto ya.

La parte buena que tienen las bodas es que, como todo el mundo está de buen humor, ya puede estar lloviendo a cántaros o cayendo chuzos de punta que todos se lo pasan bien. Les da exactamente igual caerse al lago, empaparse hasta los calzoncillos y dejar toda la ropa para tirarla. Eso, como cuando yo me quedé encerrado en un ascensor con 10 personas y una claustrofóbica, termina siendo un momento divertido digno de ser recordado.

Evidentemente, en ese ánimo desenfadado influye, además del alcohol, que la boda ya había terminado y estaban en la parte final de la fiesta. «Será algo para contar a nuestros nietos», dicen… pero yo no sé si creérmelo, porque eso es lo que dicen todas las viejas para que les den caramelos en los desfiles y al final son ellas quienes se los comen.

PD: ¿Alguna anécdota de boda digna de ser recordada?

Lo más raro que ha pasado durante la semana (11-17 junio)

Tras mi viernes de asueto desperté el sábado y comprobé que todo seguía igual. La escasez de frikismo que se había reproducido de lunes a viernes se repetía el fin de semana. De ahí que probablemente no os extrañe que os diga que ha sido una semana floja, tanto que solo nos da para cuatro chascarrillos que en un momento dado habríamos pasado por alto, pero ahora no. Porque lo mismo en el bar, en la oficina o en el salón de casa estáis flojos de chorradas que comentar y no quiero que me culpéis, que bastante culpable me siento ya. Ahí voy…

1. En la misma casa: madre, hijo, novio de mamá y amante del novio

Sé que muchos estáis enganchados a Modern Family y pensáis que ya lo habéis visto todo en lo que a estructuras familiares se refiere. Sé que creéis que todas las opciones de familias raras están contempladas en el cine y la literatura, pero eso es porque no conocéis a esta familia alemana que ha reunido bajo un mismo techo a una mujer con su novio, el hijo de la señora (de un matrimonio anterior) y al amante del novio de la mujer.

Resulta que, después de 17 años juntos, Ewald (60 años) le dijo a Erika (53 años) que a él en realidad le gustaban los hombres. Salía de una larga depresión saliendo del armario y cuenta Erika que en cierto modo se sintió aliviada. Llegado ese momento había dos opciones: separarse, o acoger al nuevo miembro de la familia y novio de Ewald, Gotthard (60 años). Optaron por lo segundo y ahora viven felices con Elmar (20 años), hijo del primer matrimonio de Erika. Y todos tan felices, según posan en el diario Bild.

2. Tres accidentes en menos de 15 metros

Muchas veces, cuando te cuesta aparcar, piensas: «Maldita sea, ojalá hubiese usado el transporte público». Bueno, pues una vuelta de tuerca es cuando te cuesta aparcar, decides dejar el coche en un parking y en poco menos de 15 metros lo haces mistos después de estrellarlo de tres formas distintas. Algo así le pasó a la persona que protagoniza el vídeo siguiente, que primero destroza el coche contra la pared, no contenta con eso acelera y lo empotra contra el muro y para rematarlo observa impotente cómo el vehículo se va hacia atrás y la puerta se come la pared (Todo a partir de 0:30 segundos).

El vídeo es de 2011, pero fue colgado en YouTube hace unos días y es ahora cuando está cogiendo viralidad.

3. Tuvieron que casarse dos veces en el mismo día

Todos tenemos en la cabeza cómo es la estructura de una boda, ¿verdad? Hemos visto mil veces en televisión cómo él llega a la iglesia, luego llega ella, habla un poco el maestro de ceremonias, él dice «sí, quiero», ella dice «sí, quiero» y el jefe los declara marido y mujer.

Pues bien, en la boda de Kelly Sweetman y Nathan Rees, no fue así. Estos galeses se casaban en una playa de Chipre y el maestro de ceremonias olvidó pedirle a ella que dijera «sí, quiero», según recoge la prensa británica. Lo dio por sobreentendido y cuando Nathan aceptó, él los declaró marido y mujer. Craso error, claro, porque la boda quedaba invalidada ante la atónita mirada de los presentes, que se vieron obligados a asistir a un nuevo enlace, celebrado una hora después, en la que esta vez sí escucharon el «sí, yo también quiero», de boca de la novia.

4. ¿Quién quiere un perro teniendo un pato?

Hay algunos animales que son mascotas incomprendidas. Yo, por ejemplo, quise siempre tener un cerdo. Mi padre nunca accedió a ello porque dice que los cochinos hocican mucho y pueden destrozar el rodapié de la casa. Aún así, la del cerdo es una espinita que tengo clavada, por más que @lachicadebec me dice siempre que conmigo en casa ya hay guarros suficientes.

En fin, que os cuento eso para que sepáis que me solidarizo totalmente con quien tiene a Charley el pato como mascota y se lo lleva a corretear por ahí. Es una muestra de que con los perros y gatos nos estamos cerrando mucho en el mundo animal. Y sí, el vídeo viene a completar la cuota de imágenes de animales que os traigo en cada recopilatorio.

PD: Esperemos que esta semana sea mejor, porque como sea más floja no sé qué voy a hacer.