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Una lámpara para cada techo: truquillos para saber qué tipo de lámpara podemos colgar en nuestra casa

Con tanta prima de riesgo y tanto pesimismo en boca de todos, con las noticias sobre políticos y financieros que nos tienen entre indignados y acongojados, me da la impresión de que el calor del verano ha llegado, sí, pero no así su luz y con ella su alegría.

Por eso se me ha ocurrido proponerte una de las formas más luminosas y efectivas de darle un aire nuevo a tu casa: renovar las lámparas. De día y con luz natural (explota el sol al máximo, te recuerdo que optimizar su luz es una forma muy inteligente de ahorrar) decorarán tus techos y darán un toque muy personal a salones y dormitorios. Y no habrá mejor forma de iluminar estas agradables noches de verano que se nos vienen ahora. ¿Cuántas veces has estado en una casa en la que una luz bien elegida lo cambiaba todo? ¿Y cuántas veces has pensado “¡qué luz tan chula, le da un ambiente genial a esta casa!”? Pues es el turno de la tuya…

Y ahora, la gran pregunta: ¿qué lámpara puedo poner aquí? Bueno, lo primero es conocer el tipo de techo que tenemos y verificar el estado de la instalación eléctrica. Si vivimos en una cueva o un castillo, unas antorchas a lo “Juego de Tronos” quedarán genial. Pero para el 99% restante, comencemos por comprobar qué tal andan los cables ahí arriba. Lo ideal es que te lo revise bien todo un electricista profesional, pero hay trucos sencillos para hacernos una primera idea de cómo está la situación:

  • Asegurarse de que cables y equipos están en buen estado y que no se calientan demasiado (puede indicar que se está empleando una potencia mayor de su capacidad).
  • Si ya has tenido alguna sobrecarga eléctrica en la instalación o si es muy antigua, ten especial cuidadín: desconecta el automático antes de hacer nada.
  • Si hay humedad en la zona, ni te atrevas a colgar una lámpara. Primero es necesario reparar esto pues te dará problemas más adelante y corres el peligro de sufrir una descarga eléctrica.

Los especialistas en control de recursos eléctricos de Inergetica han preparado un autotest muy sencillo de realizar y que te ayudará paso a paso a completar esta revisión.

¿Todo correcto hasta aquí? ¡Perfecto! Revisemos ahora el tipo de techo que tenemos. Puede ser de hormigón, de loza cerámica, de placas de escayola o de yeso laminado (lo que solemos llamar “Pladur”). ¿Cómo lo reconocemos?

Si disponemos de un taladro te ponemos una broca con punta de widia –acrónimo alemán de Wie Diamont, “como el diamante”- que puedes pedir en cualquier ferretería y que no sea mayor de 5 mm. O bien, intentaremos perforar el techo donde a posteriori queremos colocar la lámpara con un destornillador y ¡cuidadín, torpedo! A simple vista podremos determinar de qué material se trata: si es Pladur, lo perforarás sin resistencia. La consistencia de la escayola será distinta, más dura, y generará desechos en forma de polvo.

En estos dos casos (escayola y pladur) deberás elegir algo liviano, como muchas de las soluciones de iluminación ligeras que ofrecen en grandes almacenes o tiendas bricolaje y decoración. También puedes poner todo tipo de halógeno o downlight, siempre que por su configuración no acumulen demasiado calor (como sucede con las lámparas de plafón, que se calientan mucho y no son aconsejables en techos de pladur o escayola). También te adelanto que, si se trata de escayola, no deberás emplear tacos de plástico, puesto que ceden con el tiempo y la lámpara se caerá. Usa en su lugar ganchos especiales de metal. Te asesorarán sobre ello en tu ferretería habitual.

Hemos preparado un vídeo en el que te enseñamos cómo colgar una lámpara con un gancho especial para escayola, ¡seguro que te será de gran ayuda!

Vamos ahora con los materiales más clásicos y “duros de pelar”: si se trata de tabique de ladrillo primero atravesarás las capas de pintura y después llegará ese polvillo rojizo característico; Para descubrir si es hormigón… ¡hazlo de oído!. Da unos golpes con el mango de madera de un martillo, y comprobarás que suena seco, mientras que con el resto de materiales el sonido será hueco en mayor o menor medida.

Si se trata de hormigón o ladrillo, con diferentes accesorios puedes aplicar un plafón o colgar lo que quieras (incluso a los niños cuando se ponen pesaditos, pues son más resistentes que tu propia paciencia). Aquí tu imaginación es el límite.

Y para rematar estas pistas, un consejo: utiliza siempre clemas para proteger los cables eléctricos. Sé que la cinta aislante parece el Santo Grial del bricolaje, pero es eficaz a muy corto plazo. Y en cuanto te olvides de ello tendrás los cables sueltos por todas partes, con el peligro que eso conlleva. ¡A propósito! Aprovecho para recordarte que la electricidad la deben manejar los expertos, y  si no tienes experiencia en estos arreglillos, llama a un profesional.

En uno de mis próximos posts hablaremos de qué tamaño de lámpara y potencia de iluminación necesita cada espacio de la casa según su amplitud y su uso. Ahora, el deber y un cortocircuito en casa de un cliente me llaman. Él también quiere poner una lámpara pero antes en su caso necesita sanear el sistema eléctrico.

Por cierto, si me pide consejo estético, ¿cuento con tu ayuda? ¿Qué lámparas te han gustan más para decorar tus espacios? ¿Te atreves a colocarlas con mi ayuda?