Un cuento corriente Un cuento corriente

Se llama a la Economía (más aún en estos tiempos de crisis) la "ciencia lúgubre". Aquí trato de mostrar que además es una de nuestras mejores herramientas para lograr un mundo mejor

Si no hay ningún riesgo de deflación en España, ¿por qué todos hablamos de ella?

Los precios están cayendo en España. El dato definitivo publicado el miércoles sobre la evolución del Índice de Precios de Consumo (IPC) lo deja claro, y viene a confirmar el dato adelantado que se publicó hace unas semanas. Los precios de la cesta general retrocedieron un 0,1% en octubre respecto al mismo mes del año pasado, lo que ha destapado definitivamente el tarro del debate sobre la temida deflación. ipc

¿Qué es la deflación? Se llama así a una caída general de los precios, prolongada y perdurable en el tiempo. Sus efectos son muy dañinos sobre la economía en su conjunto, ya que desincentiva la inversión productiva y dificulta aún más el pago de la deuda. Entrar en una espiral deflacionista, además, tiene la dificultad añadida de que no hay recetas claras para lograr salir de ella una vez que se se ha generado. Todo esto me lo dijo un catedrático de Economía hace unos meses; fue el primero en advertirme del riesgo serio que vivía España de un descenso de precios masivo.

Pérdida de poder adquisitivo de pensionistas y funcionarios, reforma laboral encaminada a reducir costes empresariales sin despidos, bajadas de salarios… La búsqueda decidida de este Gobierno por la ganancia de competitividad frente al exterior (la llamada devaluación interna) en un contexto europeo de recesión ha acabado por hundir los precios y han situado el ‘peligro’ más cerca. Los grandes analistas y servicios de estudios de este país niegan que exista la posibilidad real de entrar en deflación; pero es curioso, porque todos ahora hablan de ello.

Los técnicos de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) hacen un análisis sintético que explica, a su juicio, por qué no hay un riesgo real de caer en una espiral deflacionaria: «DE las 126 subclases de productos que componen el IPC, 41 han registrado tasas interanuales negativas, frente a 37 el mes anterior. Es decir, aunque la bajada de las tasas de inflación ha sido muy generalizada en octubre, la gran mayoría de productos siguieron presentando tasas de crecimiento de los precios positivas, por tanto no podemos hablar de deflación (…) Para poder hablar de deflación, las tasas negativas deberían ser más generalizadas y prolongarse durante un periodo largo de tiempo», concluyen.

A similares conclusiones llegan los analistas del Instituto Flores de Lemus (dependiente de la Universidad Carlos III de Madrid), que hablan de una caída de precios puntual. Descartan cualquier opción deflacionaria «ya que no parece que se pueda dar ninguno de los dos supuestos que la definen. La situación actual de tasas negativas no será persistente ni generalizada».

En un ámbito más europeo, el Servicio de Estudios de La Caixa también estima en su último informe que la posibilidad de una deflación en la eurozona es lejana, «si bien los riesgos siguen siendo elevados». En su opinión, la caída de la tasa de inflación es coyuntural y la senda más probable es la de la recuperación progresiva de la economía. Otros economistas y académicos con los que he podido hablar, como el profesor de la Universidad Pompeu Fabra, José García Montalvo, coinciden más o menos en sus conclusiones: la posibilidad es remota, impensable. Pero, entonces, ¿Por qué todo el mundo habla de ello?

5 comentarios

  1. Estamos asistiendo a una estrategia publicitaria coordinada para convencernos de que ya no estamos en crisis. Lo que confirma que, si seguimos escuchando a gobernantes, leyendo periódicos mayoritarios y viendo televisión, nos convencerán de que ya no tenemos problemas económicos, mientras escarbamos en los contenedores de la basura buscando qué comer.

    Primero fue el banquero Emilio Botín, quien dijo que «es un momento fantástico para España. Llega dinero de todas partes» ( Cinco Días, 17-10-2013). Dos días después, el ministro de Economía, Cristóbal Montoro, afirma que 2014 (o sea, en poco más de dos meses) será el año «del crecimiento y la creación de empleo» y que «estamos en las puertas mismas del crecimiento y de la creación de empleo» (Efe, 19-10-2013). El presidente Mariano Rajoy no podía ser menos, y el mismo día afirmaba desde Panamá, en la Cumbre Iberoamericana, que España «está saliendo ya de la crisis con una economía saneada y reforzada» (ElDiario.es, 19-10-2013). La coordinación con El País es total, pues este diario titula: «Los mercados atisban la recuperación», y afirma a continuación que «la economía española despide la recesión más prolongada de su historia reciente» ( El País, 19-10-2013). Al día siguiente, ABC se apunta al toque triunfal y sale a toda plana en portada con «Brotes verdes. Esta vez, Sí» ( ABC, 20-10-2013).

    Por si todo esto a las familias no les sonara ya a música celestial, puesto que no le ven relación alguna con su economía, aparece la agencia estatal Efe y afirma que “la riqueza de la familias sube un 19% y recupera el nivel previo a la crisis» (Efe, 21-10-2013).

    Y si alguien no está de acuerdo, lo que hace es impedir la recuperación. Ahí está de nuevo el ministro de Economía diciendo el día 22 que «quienes cuestionan la recuperación están poniendo en realidad palos en la rueda de la propia recuperación» (ElConfidencial, 22-10-2013).
    La verdad es que para algunos sí es verdad que no existe crisis. El precio de las acciones de las 35 empresas más poderosas de la Bolsa española ha subido un 30% en los últimos cuatro meses ( Público, 15-10-2013). Y si hablamos de bancos, los siete grandes españoles que cotizan en Bolsa (Santander, BBVA, Caixabank, Bankia, Popular, Sabadell y Bankinter) superaban un 34% su cotización de principios de año ( Público, 23-10-2013).
    En conclusión, Gobierno, banqueros y grandes medios de comunicación acaban de decretar que vivimos un momento fantástico porque a los bancos y a las grandes empresas les va muy bien, el resto ya no tenemos problemas económicos y no tiene sentido quejarnos porque en nuestras casas somos igual de ricos que antes de la crisis, cuando vivíamos por encima de nuestras posibilidades.

    Eso sí, si uno atiende a la realidad fuera de estas voces y mira a los ciudadanos, encuentra datos sospechosos. La quinta parte de los niños españoles se encuentra en la pobreza, según un informe de abril elaborado por Unicef. Igualmente, la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) ha denunciado que en el portal de compraventa milanuncios.com aparecían desde hace meses anuncios de españoles que, por necesidades de dinero, estaban poniendo en venta un riñón o un trozo de su hígado ( El Mundo, 19-10-2013). Y si de ofertas de trabajo se trata, la que vimos fue de reponedor en una tienda de alimentación durante media hora los lunes, miércoles y viernes, por un salario de 4,87 euros brutos la hora. Es decir, el trabajador va a la empresa, trabaja media hora, regresa a casa, y a disfrutar de los 2,43 euros brutos que ha ganado.

    Y es que hay gente que parece que no escucha lo que le dicen el Gobierno ni lee la prensa, y se empeña en seguir estando en crisis.

    Pascual Serrano
    26/10/2013
    eldiario.es

    14 noviembre 2013 | 11:24

  2. Dice ser javier

    Pues no se donde están cayendo los precios, yo tengo una tienda y todos los precios suben cada vez que recibo un pedido, subida que por supuesto no voy a asumir yo, porque no puedo y porque los impuestos, luz, etc, no para de subir a su vez.

    14 noviembre 2013 | 11:45

  3. Dice ser M.B.R.

    La espiral deflacionista y como «algo malo» es un mito de la escuela keynesiana básicamente. Que bajen los precios es un reacción natural y un paso previo para que en un futuro puedan volver a subir. Cuando te lo gastas todo, te fríen a impuestos y ya no das tanta prioridad a otras opciones, los precios tienden a caer para atraer compras y así poder reactivar la economía.

    Es una reacción natural, no hay que luchar contra nada. Sólo hay que luchar contra la impresión masiva de papel moneda (imprimir no genera riqueza, riqueza la generan las personas) y contra el endeudamiento (seguimos gastando más de lo que ingresamos y la deuda tiene un coste añadido)

    14 noviembre 2013 | 13:07

  4. Dice ser Antonio

    En el ámbito de la política monetaria, hemos cedido la competencia de la Oferta Monetaria (cantidad de dinero) al BCE. Por tanto, la forma de controlar la cantidad de dinero en los estados es mediante precios y salarios con una relación proporcional directa.
    Tras el descenso de salarios, descienden los precios. No obstante esto no es ninguna espiral ni círculo vicioso. Estamos en una economía abierta, un descenso de salarios y precios nos hace más competitivos frente al exterior, aumenta la inversión en el país y el mercado regulará de nuevo el sistema de precios y salarios hasta alcanzar el equilibrio.
    Lo que he comentado arriba es pura teoría económica, y ningún economista ha podido decirte con rigor que la política económica tenga consecuencias a largo plazo. Es solo un ajuste temporal para adecuarlo a la oferta y demanda agregada.
    A la deflación no hay que temerla, habría que temer que tras la bajada de salarios no bajaran los precios, reduciendo así el poder adquisitivo de las familias.

    14 noviembre 2013 | 13:52

  5. Dice ser Warp

    También dijeron en su momento que no había burbuja inmobiliaria, que los bancos españoles eran los mejor preparados de Europa y que no había crisis.

    ¿Y qué más da? Aunque venga la deflación, la ruina total y la miseria absoluta, el PP seguirá cacareando qué bien lo hace todo y volverán a ganar las próximas elecciones.

    Si los 6.500.000 de parados, 2.500.000 de funcionarios, no sé cuántos pensionistas, no sé cuántos obreros en peligro de ERE, no sé cuántos autónomos salieran a votar en las elecciones EN MASA a partidos que no sean PPSOE, verías qué rápido cambiarían las cosas.

    Mientras se queden en casa despotricando, viendo Sálvame y colgandos fotos de gatitos en Facebook, no saldremos del pozo.

    14 noviembre 2013 | 14:07

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