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Presidente: Si te rindes, ganan los malos.

Resiste, presidente. Si te rindes, ganan los malos.
También yo estoy reflexionando (como muchos demócratas) sobre si vale la pena o no trabajar para mejorar la vida de la gente y, de paso, para que te quieran. No sé en qué orden. El presidente Pedro Sánchez ha dado un golpe en la mesa. Ha sobresaltado a un país, adormecido por los bulos, las mentiras y  los discursos de odio e intolerancia de la derecha y la extrema derecha. Otras democracias, como la norteamericana, están peor que la nuestra. Lo sé. Pero aquí corremos el riesgo de desenterrar de nuevo el hacha fratricida. Preguntad, si no, a vuestros padres o abuelos. La admisión sospechosa por el juez Juan Carlos Peinado (lawfare) de una querella con noticias falsas contra la esposa de Pedro Sánchez ha sido la última gota que ha colmado el vaso de su paciencia y aguante. Su reacción es comprensible. El presidente Sánchez no es perfecto, es humano, pero quienes queremos que no se rinda, iremos el sábado a las 11:00 a la sede del PSOE en Calle Ferraz para mostrarle nuestro apoyo. «Hay circunstancias en las que callar es mentir», decía Unamuno. Pues, eso.

Cartel de apoyo a Pedro Sánchez que circula por las redes sociales.

Mañana sábado a las 11:00 ante la sede del PSOE en calle Ferraz de Madrid.

Este es el contenido íntegro de la carta del presidente Sánchez:

Madrid, 24 de abril de 2024

Carta a la ciudadanía:

No suele ser habitual que me dirija a usted a través de una carta. Sin embargo, la gravedad de los ataques que estamos recibiendo mi esposa y yo, y la necesidad de dar una respuesta sosegada, me hacen pensar que esta es la mejor vía para expresar ni opinión. Le agradezco, por tanto, que tome un poco de su tiempo para leer estas líneas.

Como ya sabrá, y si no le informo, un juzgado de Madrid ha abierto diligencias previas contra mi mujer, Begoña Gómez, a petición de una organización ultraderechista llamada Manos Limpias, para investigar unos supuestos delitos de tráfico de influencias y de corrupción en los negocios.

Por lo que parece, el juez llamará a declarar a los responsables de dos cabeceras digitales que han venido publicando sobre este asunto. En mi opinión, son medios de marcada orientación derechista y ultraderechista. Como es lógico, Begoña defenderá su honorabilidad y colaborará con la Justicia en todo lo que se la requiera para esclarecer unos hechos tan escandalosos en apariencia, como inexistentes.

En efecto, la denuncia de Manos Limpias se basa en supuestas informaciones de esa constelación de cabeceras ultraconservadoras arriba referida. Subrayo lo de supuestas informaciones porque, tras su publicación, hemos ido desmintiendo las falsedades vertidas al tiempo que Begoña ha emprendido acciones legales para que esos mismos digitales rectifiquen lo que, sostenemos, son informaciones espurias.

Esta estrategia de acoso y derribo lleva meses perpetrándose. Por tanto, no me sorprende la sobreactuación del Sr. Feijóo y el Sr. Abascal. En este atropello tan grave como burdo, ambos son colaboradores necesarios junto a una galaxia digital ultraderechista y la organización Manos Limpias. De hecho, fue el Sr. Feijóo quien denunció el caso ante la Oficina de Conflicto de Intereses pidiendo para mí de 5 a 10 años de inhabilitación para el ejercicio de cargo público.

La denuncia fue archivada doblemente por dicho organismo, cuyos funcionarios fueron descalificados posteriormente por la dirigencia del PP y de Vox. Seguidamente, instrumentalizaron su mayoría conservadora en el Senado, impulsaron una comisión de investigación para, según dicen, esclarecer los hechos relacionados con este asunto. Como es lógico faltaba la judicialización del caso. Es el paso que acaban de dar.

En resumen, se trata de una operación de acoso y derribo por tierra, mar y aire, para intentar hacerme desfallecer en lo político y en lo personal atacando a mi esposa.

No soy un ingenuo. Soy consciente de que denuncian a Begoña no porque haya hecho algo ilegal, ellos saben que no hay caso, sino por ser mi esposa. Como soy también plenamente consciente de que los ataques que sufro no son a mi persona sino a lo que represento: una opción política progresista, respaldada elección tras elección por millones de españoles, basada en el avance económico, la justicia social y la regeneración democrática.

Esta lucha comenzó hace años. Primero, con la defensa que hicimos de la autonomía política de la organización que mejor representa a la España progresista, el Partido Socialista. Pugna que ganamos. Segundo, tras la moción de censura y las sucesivas victorias electorales de 2019, el sostenido intento de deslegitimación del gobierno de coalición progresista al calor del ignominioso grito de ‘que te vote Txapote’. Tampoco pudieron quebrarnos.

El último episodio fueron las elecciones generales del 23 de julio de 2023. El pueblo español votó mayoritariamente por el avance, permitiendo la reedición de un gobierno de coalición progresista, en contra del gobierno de coalición del Sr. Feijóo y el Sr. Abascal que auguraban las baterías mediáticas y demoscópicas conservadoras.

La democracia habló, pero la derecha y la ultraderecha, nuevamente, no aceptaron el resultado electoral. Fueron conscientes de que con el ataque político no sería suficiente y ahora han traspasado la línea del respeto a la vida familiar de un presidente del Gobierno y el ataque a su vida personal.

Sin ningún rubor, el Sr. Feijóo y el Sr. Abascal, y los intereses que a ellos les mueven, han puesto en marcha lo que el gran escritor italiano Umberto Eco, llamó “la máquina del fango”. Esto es, tratar de deshumanizar y deslegitimar al adversario político a través de denuncias tan escandalosas como falsas.

Esta es mi lectura de la situación que vive nuestro querido país: una coalición de intereses derechistas y ultraderechistas que no toleran la realidad de España, que no aceptan el veredicto de las urnas, y que están dispuestos a esparcir fango con tal de: primero, tapar sus palmarios escándalos de corrupción y su inacción ante los mismos; segundo, esconder su total ausencia de proyecto político más allá del insulto y la desinformación; y tercero, valerse de todos los medios a su alcance para destruir personal y políticamente al adversario político. Se trata de una coalición de intereses derechistas y ultraderechistas que se extiende a lo largo y ancho de las principales democracias occidentales, y a las que, le garantizo, responderé siempre desde la razón, la verdad y la educación.

Llegados a este punto, la pregunta que legítimamente me hago es ¿merece la pena todo esto? Sinceramente, no lo sé. Este ataque no tiene precedentes, es tan grave y tan burdo que necesito parar y reflexionar con mi esposa. Muchas veces se nos olvida que tras los políticos hay personas. Y yo, no me causa rubor decirlo, soy un hombre profundamente enamorado de mi mujer que vive con impotencia el fango que sobre ella esparcen día sí y día también.

Necesito parar y reflexionar. Me urge responderme a la pregunta de si merece la pena, pese al fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política. Si debo continuar al frente del Gobierno o renunciar a este alto honor. A pesar de la caricatura que la derecha y la ultraderecha política y mediática han tratado de hacer de mí, nunca he tenido apego al cargo. Sí lo tengo al deber, al compromiso político y al servicio público. Yo no paso por los cargos, hago valer la legitimidad de esas altas responsabilidades para transformar y hacer avanzar al país que quiero.

Todo ello me lleva a decirle que seguiré trabajando, pero que cancelaré mi agenda pública unos días para poder reflexionar y decidir qué camino tomar. El próximo lunes, 29 de abril, compareceré ante los medios de comunicación y daré a conocer mi decisión.

Gracias por su tiempo. Atentamente,

Pedro Sánchez

El cineasta Pedro Almodóvar ha sido uno de los primeros creadores que ha reaccionado públicamente a la carta de Pedro Sánchez en elDiario.es. Por su interés y emoción, la copio y pego aquí:

«Vivo encerrado en la película que estoy rodando, la realidad ocurre muy lejos de las localizaciones donde ruedo, mi cerebro no registra ningún dato, por pequeño que sea, que no tenga que ver con el rodaje. Son meses de preparación y semanas de rodaje y empiezo a notar el cansancio. Anoche, cuando llegué después de una interminable sesión de fotos para la promoción me topé de bruces con la carta de Pedro Sánchez en televisión y me eché a llorar. El cansancio me provoca esta hipersensibilidad y me debilita frente a cualquier emoción. Recuerdo en alguna conversación con amigos, no hace mucho, comentar nuestra extrañeza de que nuestro presidente no se hubiera plantado ya y nos hubiera mandado al infierno, por utilizar un eufemismo. Esta carta abierta no es una sorpresa. No existe ser humano que resista lo que el más resistente de nuestros presidentes ha estado sufriendo los últimos años, en una escalada que supera todo lo imaginable. No me extrañó que se rompiera y me provocó tal indefensión que me puse a llorar como un niño.

Pedro Sánchez tiene derecho a irse y abandonarnos a nuestra suerte. No nos lo merecemos, como no nos merecíamos en la alcaldía de Madrid a Manuela Carmena.

Me puse a ver la televisión y me sorprendió la falta de empatía de los representantes de los medios ante un gesto que nos muestra a un hombre brutalmente herido y roto. Era el ser humano el que escribía la carta de no puedo más, dejadme que lo piense unos días para no actuar en caliente. Parece que a Pedro Sánchez no se le reconoce su humanidad, está obligado por su cargo a ser sobrehumano.

No hay palabras que puedan calificar, al menos no se me ocurren, lo que está ocurriendo: un seudosindicato pone una denuncia basada en recortes de periódicos ―muchos de ellos ya se ha demostrado que son falsos― y un juez la admite a trámite. Es tan inaudito (tan peligroso para nuestra democracia) que pone al límite la capacidad de resistir de una persona quemada por años de resistencia. No hay nada más dramático y comprensible que el gesto del presidente. Imagino cómo se sentía (el mismo día en que la denuncia ya había sido tramitada y él ya había tomado la decisión de tomarse unos días) cuando Rufián le preguntó en el Congreso si creía en la justicia, y Sánchez haciendo de tripas corazón tuvo la tristísima elegancia de decir que sí, que seguía creyendo en la justicia.

Actualmente existe una nueva técnica para derribar al adversario político, acosarle mediática y judicialmente hasta quebrarle emocional y judicialmente, que no soporte más presión. Es una estrategia que no tiene ninguna relación con la política, en ningún momento se ponen en valor los resultados de la gestión del presidente. Es una técnica basada en la crueldad y la tortura psicológica personalizada de la víctima, que se complementa con la tergiversación y manipulación, y que cuenta con la connivencia de uno de los poderes del Estado tan importante como el poder judicial.

Como ciudadano y como demócrata que esto ocurra resulta devastador, porque pone en peligro nuestra exigua democracia, ya de por sí mermada e imperfecta. Todo lo que está ocurriendo es gravísimo y nos concierne a todos los ciudadanos y a los partidos políticos que hace tanto tiempo se han olvidado de nosotros.

Nos esperan cuatro días de mucho ruido e incertidumbre, de impaciencia y de escuchar muchos disparates, ya se están empezando a oír. Yo no estaré aquí para cuando el lunes Sánchez nos comunique su decisión. Estaré en Nueva York terminando de rodar mi nueva película, aislado. En esta soledad me pregunto si la izquierda, que espero dolorida, se despertará de su pesadilla y estupor y organizará algún acto de apoyo a nuestro presidente y demostrarle a la otra España que somos muchos, tantos como ellos. Este momento merece un ¡BASTA YA! rotundo, furibundo. Qué es lo próximo que ocurrirá, tanto si dimite Sánchez como si se queda. No quiero ni pensarlo. No puedo. En estos momentos, mi corazón está con el presidente y su familia.

Pedro Almodóvar

Gracias, admirado Pedro. Mi corazón, también.

Domingo, a las 12:00 en Calle Lope de Vega, 40. Madrid

Del gran Eneko, uno de los fundadores de 20 minutos

4-M: “El patillas” frente a Sánchez

Aznar, El patillas, junto al grandullón Villalonga, en El Pilar

Aznar, presidente del Gobierno, con Villalonga, presidente de Telefónica

Muchos reconocen a José María Aznar como “el hombrecillo insufrible” (según le bautizó el canciller Kohl). Sin embargo, mucho antes, sus compañeros de pupitre del colegio “pijo” de El Pilar (Barrio de Salamanca, Madrid) le conocían como “El Patillas”. Cuando, no me explico por qué, llegó en 1996 a presidente del Gobierno, Aznar amenazó con retirar la palabra y no dar pupitre en empresa pública a quien le llamara “Patillas”.  (Yo le entrevisté el día antes en TVE y me costó el puesto de corresponsal en Nueva York).

Juan Villalonga, el joven más alto y fuerte de la pandilla, solía proteger al bajito y debilucho Aznar. Le llamaba “normalito”. Juan era algo así como su primo el de Zumo Sol. “El Patillas” le compensó con la presidencia de la Telefónica.

 

Desde antes de aterrizar en Madrid, de la mano de Manuel Fraga, José María Aznar tuvo debilidad por el joven Miguel Ángel Rodríguez (MAR) con quien compartía el amor al vino y a la conspiración política. Fue su Fouché, su Rasputín y su sicólogo de cabecera. Le conocí bien.

Cuando el superviviente Pedro Sánchez ocupó el despacho que había sido suyo en La Moncloa, “El Patillas” no tardó nada en insultarle como “tonto útil”. Es su estilo de hacer política. En realidad, es el estilo de MAR, su alter ego.

Aznar con MAR

 

Para combatir a Sánchez, Aznar ayudó a Isabel Díaz Ayuso (IDA) prestándole nada menos que a su MAR para que le susurrara maldades al oído. ¿De dónde salió, si no, el eslogan colosal de los convulsos años 30 “Comunismo o Libertad”?

 

MAR es a la señora IDA lo que fue Bannon al señor Trump: un fabricante de misterios y mentiras, un tejedor de odios que la arrastra irremisiblemente hacia la extrema derecha. Lo descubrimos cada día en el lenguaje de IDA. MAR es su ventrílocuo.

 

Y detrás está – ¡pobre centro derecha soñado por Casado! – el mismísimo José Mari, el pequeño Patillas, tratando de vencer al gigantón Sánchez. IDA podrá ganar Madrid el 4-M, como Trump ganó hace cinco años, con semejantes trucos maliciosos y engaños, la presidencia de EE.UU. Pero, aliado con VOX, dudo que el PP de Aznar (perdón, Casado) pueda ganar al PSOE de Sánchez en las próximas elecciones generales dentro de dos años. Ese es el regalo envenenado de MAR. ¿De qué te sirve ganar Madrid con el discurso de VOX si te alejas de La Moncloa?

El señor MAR con la señora IDA

 

Aznar frente a Sánchez, dos gladiadores en la arena. Con dos historias y dos estilos diferentes. Uno, El Patillas, bajito y debilucho, de El Pilar, un colegio privado religioso y caro de la alta burguesía madrileña. El otro, el “tonto útil”, alto y fuerte, jugador de baloncesto en el Estudiantes, del Ramiro de Maeztu, un instituto público de la clase media, barato, aunque, eso sí, con vestigios ilustrados de la vecina Residencia de Estudiantes / Institución Libre de Enseñanza. Por allí pasaron, García Lorca, Buñuel, Dalí, Juan Ramón, Salinas, Ortega…

 

Descomunal batalla nacional se avecina el 4-M en Madrid. Miedo me da.