Estamos a mitad de mayo. ¿Quién no ha pensado, al menos, en la operación biquini (o bañador, según preferencias y sexo)? Ayer me topé con un teletipo en la redacción en el que, basándose en un estudio de la Asociación de Mujeres y Consumidores Tyrius, se afirma que el 77,1% de las mujeres encuestadas dice «no estar realizando ningún tipo de régimen para adelgazar».
Con este dato aseguran que la tendencia a realizar dietas ha descendido, y que los motivos principales son el «aburrimiento, la desmotivación y el sacrificio». También aseguran que un 29,4% de las encuestadas aluden «al coste económico adicional que supone» una dieta en la economía familiar.
Pero yo me pregunto ¿por qué hacer dieta implica gasto? Pues ellos dan la respuesta: «El 57,1% reconocen que hacer régimen lleva aparejado un gasto adicional en su economía doméstica derivado de la compra de medicamentos (según el 64,28%), de honorarios médicos (42,8%), de los gastos por gimnasio (17,85%) o del coste por un centro de salud (3,59%)».
De estos datos hay bastantes cosas que no me cuadran… Lo primero es que una dieta te la puede hacer tu médico de cabecera. Vale que implica esfuerzo, privarse de caprichos, en algunos casos pasar un poquito de hambre (si es que realmente necesitamos esa dieta)… pero normalmente los médicos no nos dan pastillas. Esas pastillas suelen ser los fármacos milagro que busca mucha gente que lo que quieren es seguir comiendo cosas que engordan sin sentir los efectos en su cuerpo.
También me ha hecho mucha gracia lo del gasto en gimnasio… como si no se pudiera hacer deporte en la calle (correr, caminar, montar en bici, patinar…), en casa (abdominales, flexiones, bici estática…)…
¿Realmente crees que adelgazar cuesta dinero? Si te propones adelgazar unos kilos (no hablo de la gente que tenga problemas graves de sobrepeso) ¿no crees que con fuerza de voluntad y la orientación del médico es suficiente?