
Carta abierta desde un corazón abierto y avergonzado a un hijo desengañado y dolido:
No soy madre, pero soy hija, no soy famosa, pero conozco a muchos, no soy rica, pero yo también quiero ganar dinero para llevar una vida mejor, pero sobre todo, sobre todas las cosas que pueda ser, haya sido, o seré, siempre seré humana. Kiko, tú te has deshumanizado.
El bochornoso espectáculo al que anoche asistimos en Telecinco fue eso: bochornoso. Bochornoso, lamentable, de tener poca clase y no sé hasta qué punto incluso sería denunciable pero estoy convencida de que la Pantoja emprenderá las acciones legales que sean necesarias para intentar restituir todo el daño que su hijo le está haciendo. ¿Vale todo por dinero?
Las audiencias hablan por sí solas, las faltas de ortografía también («embestida«):
Un 31,5% de cuota de pantalla es una barbaridad y parece que sí, que todo vale por dinero. Pues ¿sabéis qué? Que yo no era una de esos más de tres millones setecientos mil espectadores que anoche estaban viendo Telecinco. Lo puse, me senté puntual frente al televisor a las 22h y sentí tanta, tanta, tanta, vergüenza ajena que me tuve que marchar a la cama con un mal cuerpo terrible. No daba crédito a lo que estaba viendo. No es que la Pantoja sea santo de mi devoción, y no tengo ni uno de sus discos, pero es que lo de anoche no se le hace a ningún ser humano y mucho menos a una madre.
Esta mañana he madrugado, me he puesto un café bien cargadito y he visto el programa de anoche. ¿Se puede tener menos tacto? ¿Se puede ser más sinvergüenza? Y ojo, sin afán de insultar a un chico que, hasta ahora me caía muy bien, y que creo que ha tenido una vida muy complicada por un montón de razones, digo lo de «sinvergüenza» porque para ponerte en un plató a contar semejantes intimidades y arremetiendo contra gran parte de quienes han sido y son parte de tu vida… tienes que ser una persona a la que la conciencia no le come nada por dentro. Yo, si fuese tú, hoy no podría ni salir a la calle.
Me das mucha pena Kiko. Entiendo que ahora mismo no puedas hacer bolos en discotecas, comprendo que tengas que pagar tus deudas (si es que las tienes), que tengas que ganar dinero y sobre todo, que tengas que sentirte realizado pero, de verdad, no todo vale. No es necesario que insinúes presuntos delitos, que ataques a tus familiares con presuntas salidas del armario llenas de mal gusto y homofobia, nada de lo que hiciste anoche es necesario. ¿Te han pagado tanto como para compensarte? ¿Tanto necesitabas demostrar que no eres el niño tonto que muchos creían que eras? ¿Tanta deshonra y tanto odio y tanto mal gusto compensan?
Los de los despachos estarán encantados con semejante programa y su audiencia. El programa les ha costado 0€ porque además, no podía ser más cutre (lo de las luces era terrorífico), solo habrán pagado el caché de Kiko y un plus a los colaboradores de Sálvame, a él le habrán pagado alrededor de 15.000€ (cinco mil arriba, cinco mil abajo) y los beneficios… imaginaos.
Y por si os lo habéis perdido, ahí van unos titulares:
-«Mi madre está cegada por el dinero: me ha robado, ha antepuesto el dinero a sus hijos».
-«Las cosas de Paquirri siguen en su habitación, nunca fueron robadas«.
-«Mi madre ha estado beneficiándose de un bien que era mío».
-«Llevo hipotecado por su culpa desde que tengo dos años».
-«Cuando mi padre murió Cantora era un conjunto de 9 fincas de las que ahora solo hay 6, ¿dónde están las otras tres?»
-«Lo que tiene que hacer mi tío Agustín es aceptarse como es«.
Y luego ya… hablar de Encarna Sánchez, de María del Monte, de Cariñanos… ¿Lo próximo? Que tanta televisión te acabe llevando a hacerte una prueba de ADN en directo. Igual entonces podemos presumir que incluso podrían acabarse todos tus problemas relacionados con la herencia.