En su momento fue un delicioso delirio de Kubrick, la mente creadora de algunas de las obras más mediáticas y revolucionarias de sus respectivas épocas, como La naranja mecánica o El resplandor, que le regaló (¿regaló?) al mundo, en 1999, Eyes Wide Shut, aquella cinta, adaptación de la novela Relato soñado de Arthur Schnitzler, de «altísimo contenido sexual» que puso el mundo del cine momentáneamente patas arriba.
Mucho de ese «alto contenido sexual» atrajo a la gente porque dos de los cuerpos desnudos en cuestión eran los de Nicole Kidman y Tom Cruise, pareja por entonces. Aunque, las cosas como son, a Kidman se le vio todo y a Cruise solo el torso. En toda la película salen decenas de mujeres completamente desnudas: culos masculinos solo se ven dos.
Pero a lo que iba: el matrimonio formado por Kidman y Cruise tenía en la ficción una hija pequeña, Helena, interpretada por la joven actriz Madison Eginton, que contaba por entonces apenas diez años.
Cabe decir que, antes de Eyes Wide Shut, Eginton ya había actuado con pequeños papeles en otras producciones de éxito, como Star Trek: La próxima generación (interpretaba a la hija de Picard), La doctora Quinn o Yo y el mundo. Después de la cinta de Kubrick, aún siendo joven estrella infantil, tuvo algún episódico más (Urgencias, Ángel). Las cámaras terminaron por no ser lo suyo. La última película en la que apareció fue Death and cremation, una de terror de serie B de 2010. Sin embargo, sí que siguió en interpretación.
Madison Eginton (ahora Madison Eick), estudió en la Escuela de Artes de Los Ángeles y Comunicación en la Universidad de California. Después de eso fue profesora de interpretación y coordinadora de comunicación en diversas instituciones, y actualmente, a sus 33 años, dirige un grupo de educación teatral.
Sus redes personales las tiene bastante cerradas, pero de vez en cuando aparece en la cuenta de instagram de su perro, Bailey.