Estrenada en 1984, sólo cinco años después de la primera publicación del libro original en alemán de Michael Ende (que huelga decir que fue un éxito rotundo), La historia interminable es una de las películas de culto absoluto de nuestra infancia.
La cinta es también una de las responsables directas de que millones de niños de los ’80 nos apasionáramos por la lectura. Que levante la mano todo aquél que, después de ella, se escondiera a leer con una linterna bajo una manta. Todos quisimos ser Bastian. O Atreyu. O la Emperatriz Infantil. Daba igual. Todos quisimos vivir nuestra propia historia interminable. Todos creímos en la magia tras las letras.
Barret Oliver daba vida a uno de esos tres personajes principales: Bastian. El niño que huyendo de sus acosadores se escondía y empezaba una aventura fantástica (e interminable).
La carrera de Barret en el cine y la televisión fue realmente corta: había debutado en 1981 en la serie Hulk, y terminó en 1989, cuando decidió decir adiós a lo que parecía una prometedora carrera.
Después de La historia interminable, en el mismo año ’84, tuvo un par de apariciones en televisión y, además, fue el protagonista, Victor Frankenstein, en el genial corto de Tim Burton Frankenweenie (otra de las cintas de culto en mi casa).
Más tarde, en el ’85 y el ’88, entre alguna aparición televisiva, volvería a participar en el cine en las dos entregas de Cocoon. En el ’85 interpretó, además, a Daryl, el personaje protagonista de la cinta de su mismo nombre (D.A.R.Y.L.), interpretación que le valió un Premio Saturn a mejor actor joven.
Su última actuación, según IMDb, fue en 1989, en Escenas de la lucha de sexos en Beverly Hills. Después de eso, la carrera como actor de Barret llegó a su fin, cuando se unió a la iglesia de la cienciología (aunque no digo yo que una cosa sea consecuencia de lo otro ni viceversa). En el ’90 se retiró definitivamente del cine a los 17 años, y poco después comenzó a dedicarse de lleno a su gran pasión: la fotografía.
Actualmente es un reputado fotógrafo y exhibe con asiduidad en múltiples galerías de arte, colaborando con otros profesionales de gran prestigio.
Barret Oliver then & now. He’s a successful artist! Good for him👏👏👏👏👏👏👏 pic.twitter.com/aNPxeOrKL1
— Jesse Taylor Lewis (@torkum) 28 de abril de 2017
En 2008 publicó un libro, Historia de la Woodburytipia (también llamada fotogliptia, una técnica que fue cayendo en desuso a partir del año 1900). De esta técnica y otras tantas, como la gelatina de plata, la cianotipia, el daguerrotipo o el colodión húmedo, a Oliver se le considera una de las máximas autoridades y es un afamado experto.
Tal es su reputación en este campo, que en la Craig Krull Galery hacen de él esta reseña biográfica:
Barret Oliver es un fotógrafo, impresor e historiador de la tecnología de la fotografía. Su libro Historia de la Woodburytipia, es el único análisis académico de los comienzos de la industria fotomecánica y de este importante proceso de impresión. El historiador y profesor emérito de la Universidad de Princeton, Peter Bunnell, señaló que el libro «amplía la comprensión de cómo la fotografía se convirtió en un medio verdaderamente moderno de importación cultural de masas».
En una entrevista para Photoculture en 2019, hablaba además de su proyecto empresarial, The ƒ/Ø Project, una colaboración con otros siete artistas, todos duchos en woodburytipia, que lleva funcionando desde principios de este siglo.
Una de las pocas imágenes relativamente actuales que se pueden encontrar de él en la red es este vídeo, donde da muestra de su dominio de la fotogliptia: