Afortunadamente para nuestros hijos y, muy especialmente, para nosotros muchos de los juguetes que disfrutábamos en nuestra infancia siguen estando aquí, en versiones más modernas (que no necesariamente mejoradas). Solo hay que mirar las grandes marcas, los clásicos de siempre: Lego, Playmobil, Nancy, Barbie, Star Wars…
Pero no estamos aquí para hablar de esos juguetes. Estamos para hablar de los otros: de los que aparecieron una vez en nuestras vidas para luego abandonar el mundo dejando en nuestra memoria una huella imborrable y el profundo deseo de que, alguna vez, reaparecieran en nuestras vidas. Y ¿sabéis qué? Que algunos sí que han vuelto, y otros, en realidad, nunca se han ido 😀
El Cococrash
No confirmo ni desmiento que el otro día me encontrara esto en un kiosco y, viniéndome muy arriba, me comprara el morado (que es el más difícil) y lleve tres días peleándome con él. Pero eso: que el Cococrash, este puzle del infierno, presentado en seis colores y seis niveles que te reta a construir cubos llegó en los ’80 y si sois afortunados podéis encontrarlo en kioscos y, claro, en internet.
El Cubo de Rubik
A ver, diréis que menuda obviedad, si el Cubo de Rubik es probablemente el juguete más famoso de los ’80 y el que con más fuerza ha sobrevivido. Pues por eso precisamente lo pongo, carajo. ¡¿Cómo no lo voy a poner?!
El Cubo de Rubik ha visto pasar años y ediciones a velocidad de vértigo. Existen originales, copias, formas, alternativas y concursos alrededor de todo el mundo, pero nada como el original de 3x3x3. Nada te hace parecer más inteligente que resolver un Cubo de Rubik.
Los Pinball de mesa
En una época en que la idea de la mayoría de padres de pasar «tiempo con sus hijos» era llevárselos con ellos al bar, muchas criaturas encontraron en el pinball (aka: la máquina de petacas) un aliado contra el aburrimiento. Era cuestión de poco tiempo que aquel juego fabuloso acabara reproducido en formato de sobremesa para llevárnoslo a casa. La serie de Milloncete de Airgam fue probablemente una de las más prolíficas.
Los pinball de mesa siguen haciéndose de infinidad de marcas y modelos, no es difícil encontrarlos.
El Cinexin
Estaba el Cinexin y el Super Cinexin (Super Cinexin 8, se llamaba). El «proyector de bobina continua». Y tiene algo de mágico, porque tú esto se lo pones ahora a uno de nuestros niños, que tienen, literalmente, en la palma de su mano infinidad de horas de película a elegir, y el Cinexin les sigue pareciendo un cacharro fascinante. Viejo, sí. Pero fascinante.
El Magia Borrás
Iba a poner una foto pero mejor pongo el anuncio, que me parece muy representativo de lo fácil que era fliparnos en los ’80. El primo macarra con la camiseta de Mickey Mouse no sé cómo se llamaría ahora, pero seguro que tenía un nombre en inglés terminado en –ing o en –er.
El Magia Borrás, igual que el Cubo de Rubik, ha seguido en el tiempo hasta nuestros días, solo que reinventándose a sí mismo y mejorando un poquito en cada edición, igual que otros clásicos de la época como puede ser el Quimicefa o los maletines de maquillaje, aunque ya no sean de la Srta. Pepis.
El Colorines
Ahora piensas en las pizarras LED, en Ikea y sus cuentas de plástico que se planchan y haces figuras y en toda la oferta de este tipo que te puedes encontrar hoy día, y luego miras al Colorines y te sientes, a lo mejor, un poquito estafado. Pero, eh, era un «Juguete instructivo de difusión mundial» y, realmente, era un primer paso a dibujar con pixels. Piensa en él como en el Basic o una suerte de MS Dos: obsoleto, pero necesario.
Los cacharretes/cocinetes y la Supercocina Rico
Los cacharretes o cocinetes (según dónde vivieras) ya existían antes y siguieron existiendo después. Pero los nuestros, los de los ’80, tenían sus cosas particulares: la primera es que fueron los últimos que se comercializaron en metal; la segunda, que se acompañaron en el mercado con la Supercocina Rico (también de metal) que aquello era lo más de lo más, con su ventanita dando al campo y todo.
El Telesketch
Ahora suelen llamarlo «pizarras mágicas» o cosas similares, pero Borrás lanzó en el mercado la que que daría nombre a toda una nueva generación de pizarras: el Telesketch. Dibujabas, agitabas y volvías a empezar.
Los puzles laberinto
Por supuesto que hoy en día los puzles laberinto aún existen. Pero casi son anecdóticos, al menos comparado con lo que pasó en los ’80, cuando JUEDSA empezó a sacar puzles laberinto de todas la series de dibujos animados. De todas. Tu serie no era nada si JUEDSA no te hacía un puzle. Su éxito fue tan rotundo que la idea fue llevada a todas las formas de publicidad posible. Yo recuerdo haber tenido tres puzles de estos diferentes de merchandising de Yoplait.
Los Geyper de agua
Geyper (en efecto, la marca de juguetes de los Geyperman) lanzó en el verano del 81 la que sería su segunda idea más rentable, por detrás de los soldados, y esa fue su línea de juegos de agua. No quedó una casa sin su Geyper. En la mía, solo del grande, teníamos tres.
La empresa fue a la quiebra en 1986, pero jugueteras de todas partes han seguido produciendo tanto los juegos de agua como los Geyperman.