La comedia griega surgió como alternativa a la tragedia durante el siglo V a. C. ateniense, pero aunque no logró alcanzar su popularidad, debemos destacar una obra por encima de todas, que fue llevada al cine en multitud de ocasiones: ‘Lisístrata‘ de Aristófanes.
Aristófanes fue el principal maestro de la Comedia Antigua, que tuvo su plenitud entre los años 450 a. C y 404 a. C., y que podemos definir como una forma de crítica social realizada a través de la risa y la burla, a veces con un alto contenido sexual. Podemos decir que Aristófanes no tenía pelos en la lengua, lo que actualmente catalogaríamos como políticamente incorrecto. Mezclaba sátiras políticas y religiosas en tono ácido, e incluso grotesco, que lograba sacar grandes carcajadas al público.
‘Lisístrata’ de Aristófanes es una comedia griega de alto índole sexual y de marcado carácter antibelicista
Si hablamos de Aristófanes, tenemos que retrotraernos a los momentos más críticos de la ciudad de Atenas, tanto su máximo esplendor económico, político y cultural como su caída, tras la derrota ante Esparta en la guerra del Peloponeso (431 a. C. – 404 a. C.). Nuestro autor vivió en la misma época que Pericles, Sócrates, Tucídides, Jenofonte o Platón.
De las 11 obras que se conservan de Aristófanes (escribió más de 40), nos vamos a referir a la única de ellas que fue llevada al cine, y no en pocas ocasiones. Lisístrata es una comedia de alto índole sexual y de marcado carácter antibelicista, en una época donde se había vivido el largo conflicto entre Esparta y Atenas. Tras la inacabable guerra, las mujeres griegas están hartas de ver como sus esposos partían a la batalla una y otra vez. Así, deciden hacer una huelga de sexo, es decir, se comprometen a no tener relaciones sexuales con los hombres hasta que se ponga fin al conflicto entre las dos poleis más importantes de Grecia.
La primera versión en la gran pantalla la encontramos en los primeros tiempos del cine, donde las grandes historias narrativas eran fuente habitual para estas primeras cintas. Fueron apenas 16 minutos en la versión francesa Lysistrata ou La grève des baisers (Louis Feuillade, 1910).
La siguiente tuvo que esperar unos cuantos años, hasta la versión austriaca Triumph der Liebe (Lysistrata) (Alfred Stöger, 1947), donde el “triunfo del amor” es liderado por la actriz Judith Holzmeister, pese a la censura y los cortes que sufrió la película. En 1954, la versión francesa Tres destinos de mujer, fue dirigida por el trío formado por Christian-Jaque, Jean Delannoy y Marcello Pagliero, uno por cada episodio de los que cuenta la historia de tres mujeres sobre la guerra: una víctima, una guerrera y la antibelicista Lisístrata.
Tampoco puede faltar la versión western de la huelga de mujeres. El sexo fuerte (George Marshall, 1955) vive la rivalidad de dos poblaciones de Kansas a finales del siglo XIX, que lleva a las mujeres a plantarse: o finalizan el conflicto o seguirán en huelga… Esta película fue un reflejo del éxito un año antes de Siete novias para siete hermanos (Stanley Donen, 1954).
España también tuvo una primera versión en Escuela de seductoras (León Klimovsky, 1962). Una película de calidad cuestionable donde tres muchachas deciden apuntarse a una escuela para aprender a seducir a los hombres. La academia se llama Lisístrata.
Bibi Andersson es la protagonista de la versión sueca de Las chicas (Mai Zetterling, 1968). En esta adaptación de la historia de Aristófanes, tres actrices preparan la obra de teatro Lisístrata y pronto comienzan a darse cuenta de las similitudes de su vida privada con las peripecias de las griegas.
Jenny Karezi es la protagonista de la versión griega en Lisístrata (George Zervoulakos, 1972). Pese a producirse durante la Junta de los Coroneles, es una cinta de protesta política con algunas imágenes picantes, como la foto de portada, con el símbolo de la paz de mediados del siglo XX. Se trata de la película que más fielmente narra el argumento de Aristófanes.
En el siglo XXI tenemos cuatro versiones bastante distintas, aunque en general tampoco llegan a alcanzar la altura de su creador. De nuevo una producción española es Lísistrata (Francesc Bellmunt, 2002) y protagonizada por Maribel Verdú. Aunque esta versión, muy cómica, no está basada directamente en el texto de Aristófanes, sino el cómic realizado por Ralf Koenig, no logra aprobar. Pelucas (José Manuel Serrano Cueto, 2014) toca el tema de manera indirecta, pues María Fornell (Lola Marceli) es actriz de teatro que interpreta la obra ateniense, pero una vez finalizada no logra desprenderse de su personaje.
La película belga La fuente de las mujeres (Radu Mihaileanu, 2011) es una de las más destacadas. La huelga se sexo de las mujeres es propiciada por las exigencias que deben sufrir en Oriente Medio, donde deben recorrer largos caminos, a pleno sol, para buscar agua. Recibió el premio Cesar a la mejor actriz (Leïla Bekhti) y al mejor vestuario.
Chi-Raq (Spike Lee, 2015) es la última versión hasta ahora, donde la muerte de un niño en los enfrentamiento entre bandas en Chicago, hace que las mujeres se planten, haciendo una huelga sexual. Como es habitual en las cintas de Lee, mezcla las diferencias raciales con sexo y violencia. Teyonah Parris interpreta a una Lisístrata muy moderna.
En general podemos afirmar que casi ninguna de las versiones de la historia de Aristófanes se ha acercado al ideal mostrado por el comediógrafo por excelencia. Ninguna ha abordado de manera natural la política sexual explícita que es innata en Lisístrata. Resulta bastante sorprendente que fueran más permisivos cinco siglos antes de Cristo que en la mayoría de las versiones que nos ha traído el cine. ¡No perdamos la esperanza!