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Canciones que se repiten: la contaminación minera en Latinoamérica

Una mujer muestra una herida que supuestamente le hizo la policía durante una manifestación contra el proyecto minero del Conga (Perú) / EFE

Una mujer muestra una herida que supuestamente le hizo la policía durante una manifestación en 2012 contra el proyecto minero del Conga (Perú) / EFE

“Si en Latinoamérica matan a los indios sin compasión, si Amazonas estira la pata o si aumenta la polución”, esta es parte de la letra de la canción “Tranquilo majete” de la mítica banda de pop-rock española Celtas Cortos. Pese que esta canción se escribió en los años noventa, son tres frases que podrían ilustrar tanto la América Latina del siglo XVI como la actual.

Recientemente, salió a la luz un estudio de la Universidad de Ohio en el que se ponía de relieve que ya en el siglo XVI, cuando los españoles empezaron a explotar el suelo latinoamericano en busca de oro y plata, empezaron los primeros índices de contaminación producidos por la actividad minera.

En ese entonces, el proceso que utilizaron los españoles para separar la plata del plomo fue el de pulverizar la plata para provocar un polvo metálico que se escapó a la atmósfera. Además, a través de un sistema de calentamiento, la plata se separaba del mercurio que se evaporaba y se unía al polvo metálico. Y, precisamente,  el rastro de este polvo metálico con mercurio quedó almacenado, entre otros lugares, en el  glaciar de Quelccaya, a unos 800 kilómetros al noroeste de Perú y, por eso, ahora se ha descubierto su impacto.

Pero la huella de la minería ha perdurado en el tiempo y también tiene sus repercusiones en la actualidad. Hace tres años tuve la oportunidad de conocer y relatar como periodista las consecuencias de la minería a pequeña escala en la provincia ecuatoriana de Zamora Chinchipe, en la selva amazónica y en la frontera con Perú. El rastro es impactante, piscinas enormes en medio de la selva contaminadas con agua con mercurio, un elemento químico que se utiliza para separar el oro de otros materiales.

Y pese que la minería a pequeña escala en Ecuador está prohibida por su impacto ambiental, en ese entonces los vecinos de la zona continuaban teniendo sus excavadoras en el patio de su casa y seguían extrayendo el oro de escondidas.

Y es que este mineral ya no es solo un material precioso que se utiliza en las joyas, sino que el oro es un elemento básico en todos los componentes electrónicos como ordenadores o teléfonos, ya que es un buen conductor de la electricidad a la vez que no se corroe tanto como otros materiales como el acero o el cobre, que se pueden oxidar.

Por eso, no es de extrañar que entre el 2002 al 2012 hubiera un boom en el precio del oro que se incrementó un 500% a nivel mundial, lo que provocó que aumentara la minería ilegal y a pequeña escala para extraer este mineral y, por ende, la emisión de mercurio.

Actualmente, en América Latina aproximadamente hay unas 500.000 empresas mineras a pequeña escala en busca de oro. Según la OMS, el mercurio es uno de los diez minerales más perjudiciales para la salud pública. La ONG Mercury Watch en 2010 calculaba que 1.960 toneladas de este producto fueron emitidas a nivel mundial y, aproximadamente, una cuarta parte de ellas, 526 toneladas, procedían de Latinoamérica.

Pero la pequeña minería no es la única que hace estragos en la región. La minera a gran escala y, especialmente a cielo abierto, también tiene sus repercusiones ambientales.  Además, esta actividad genera impactos ambientales que acaban provocando conflictos y tensiones sociales con las poblaciones oriundas que sobreviven de los ecosistemas en los que están.

Un ejemplo de ello, son las manifestaciones que se vienen dando desde el 2010 en Perú contra el proyecto minero de Conga, en la región de Cajamarca, en la cordillera de los Andes en el norte del país. Su población, que vive de la agricultura y de la ganadería, se manifiesta contra el proyecto del Conga que prevé destruir cuatro lagunas para extraer oro y cobre.  Además del impacto en el paisaje, tendrá repercusiones medioambientales, según los opositores, que aseguran que se contaminarán los acuíferos.

De hecho, según la ONG Conflictos Mineros ahora mismo en Latinoamérica hay 211 conflictos sociales a raíz de esta actividad. Los países con más conflictos son Perú y Chile (35 cada uno), seguido de México (34), Argentina (26) y Brasil (20).

Por su parte, Vladimiro Huaroc,  alto comisionado de la Oficina de Diálogo y Sostenibilidad de la Presidencia del Consejo de Ministros de Perú, reconoció hace un año que el 60% de los conflictos que este país tenía en su agenda eran del sector minero. “Los conflictos tienen raíces económicas, laborales, sociales y ambientales, y nuestra oficina trata de amortiguarlos bajando el nivel de conflictividad y empezando otro tratamiento que es el diálogo”, aseguró en ese entonces Huaroc.

Pero pese las repercusiones que durante siglos ha producido la minería en la región, sus consecuencias están lejos de zanjarse, ya que es uno de los principales motores económicos de América Latina. Según un estudio que salió recientemente a la luz, en 2013, el 2% del PIB latinoamericano provino de la actividad minera y esta región genera el 17% de la producción mundial global en este sector.

A modo de ejemplo, Chile cuenta con las reservas más grandes de cobre, un 28%, mientras que Brasil es el segundo productor de hierro, un 18%, y Perú genera el 14 % de la plata del mundo.  La pregunta es: ¿se puede seguir extrayendo minerales sin perjudicar el medio ambiente ni generar conflictos sociales?

Blog personal: http://nuriasegura-sein.blogspot.com.es/

1 comentario

  1. Dice ser Pilotohelicopteros

    Está bueno eso de ser ahora tan ultraecologistas y decir que no a todo. Los que queréis que cierren todas las minas, iros a vivir a una cueva con un taparrabos y olvidaos de los medios de locomoción, y como no, de vuestros queridos smartphones, ipods e ipads. A ver cuándo empezamos a utilizar la sesera y nos damos cuenta de que PARA SEGUIR EL RITMO DE VIDA QUE TENEMOS HACE FALTA SEGUIR EXPLOTANDO RECURSOS, y que NO TODO SE PUEDE RECICLAR, ojalá, pero hoy por hoy, esto es lo que hay.

    18 febrero 2015 | 14:04

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