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Tampoco Breton Woods es una marca de Whisky. Porque el periodismo internacional no es solo cosa de hombres, ocho mujeres ofrecen un punto de vista diferente sobre lo que pasa en el mundo.

Estados Unidos y las consecuencias de sus operaciones selectivas

Al libi

Imagen de al-Libi

Era por la mañana, volvía en coche a su casa después de haber ido a la oración. Un vehículo corrió hacia él, le obligó a parar. De una furgoneta Mercedes con los cristales tintados bajaron tres hombres encapuchados y con pistolas, le obligaron a subir al automóvil  y Abu Anas al-Libi se evaporó.Su hijo, testigo de todo, gritó de rabia.

Esto podría ser el inicio de una novela de la mafia, de narcotráfico, pero no, así es como funcionan las operaciones secretas y selectivas de Estados Unidos en otros países. Así es como Washington detuvo al presunto líder de Al-Qaeda, al que acusa de ser el cerebro de los atentados de las Embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania en 1998 y que dejaron más de 220 muertos.

Al-Libi, cuyo nombre original es Nazih Abdul Hamed Nabih al-Ruqai’,  no era un desconocido por los servicios secretos occidentales. En los años ochenta, presuntamente, se unió al-Qaeda, al tener que huir de su país natal, Libia, porque era perseguido por el régimen del derrocado presidente, Muamar al-Gadafi. Asimismo, supuestamente, participó en junio de 1995 en el intento de asesinato del depuesto presidente egipcio Hosni Mubarack, por lo que El Cairo pedía su extradición. Sin embargo, en ese entonces, Londres consideró que no tendría un juicio justo y decidió otorgarle el asilo.

Junto a su familia, Al-Libi, de 49 años, vivió en Manchester desde mediados de los noventa hasta 2000, cuando se esfumó del país después que Estados Unidos dictara una orden de captura hacia él por los ataques en las Embajadas.

Su hijo, Abdullah al-Ruqai, de 21 años, afirmó recientemente que su padre no es un terrorista, no participó en los atentados de Kenia y Tanzania y que no tenía ninguna conexión con Osama Bin Laden. Después de Manchester, explico el joven, fueron a vivir a Irán, pero ahí toda la familia fue detenida. En el 2010, Teherán  permitió a la familia de Al-Libi volver a Libia, pero él tuvo que esperar un tiempo más.

El presunto terrorista, que teóricamente se encargaba de temas informáticos,  llegó en 2011 a su país natal, justo en el momento de las primaveras árabes y se unió a los rebeldes libios para poner fin al régimen de Gadafi, quien fue asesinado por los sublevados el 20 de octubre de 2011.Ahora, según la Casa Blanca, al-Libi se encuentra custodiado en un barco situado en el Mediterráneo, donde está siendo interrogado.

El gobierno libio, por su parte, ha resaltado que este ataque es un secuestro y ha pedido a Estados Unidos que le devuelvan al-Libi. Sin embargo, según su hijo, las autoridades del país debían de estar al corriente de los planes de Washington, algo que han negado;  mientras que los rebeldes acusan a Estados Unidos de haber violado su soberanía.

Al Shabaab Nairobi

Policía durante el ataque de Al Shabaab en Nairobi

Al mismo tiempo que se ponía en marcha esta operación, a miles de kilómetros de ahí, en la costa somalí, la marina estadounidense atacaba sin éxito con drones a Al Shabaab, la branca de Al-Qaeda en Somalia. Con esta operación quería detener a uno de sus líderes.  Este septiembre, Al Shabaab durante cuatro días sembró el terror en un centro comercial de Nairobi (Kenia), que ocupó por la fuerza. En este ataque murieron 72 personas, entre ellas 18 extranjeros de Estados Unidos, Israel y Reino Unido.

Si bien Estados Unidos argumenta que tiene el derecho de defender los intereses de sus ciudadanos aunque sea fuera de sus territorios, este tipo de operaciones siempre tienen consecuencias irreversibles en los países en los que se han producido estos ataques.

En Libia, por ejemplo, no se hizo esperar y el 10 de octubre, un grupo de milicianos acudieron a un hotel de Trípoli y se llevaron al primer ministro del país, Ali Zeidan.  Al cabo de ocho horas, lo soltaron gracias a la intervención del presidente del Congreso, Nuri Abu Sahmin. Tras el fin del gobierno de Gadafi, se esperaba que los rebeldes se desarmaran, pero estos no lo hicieron y ahora trabajan para la seguridad del país y adscritos al ministerio de Interior. Con este secuestro, los rebeldes demostraron hasta dónde puede llegar su poder.

Estas operaciones unilaterales de Estados Unidos también contribuyen a desestabilizar más los países y perjudican a la población local, como ha sido el caso de Pakistán tras la operación que llevó el Pentágono en 2011 para matar a Bin Laden, quien fue asesinado en su residencia de Abbottabad. Esta operación se realizó sin preguntar a las autoridades pakistaníes, lo que contribuyó a que se enfriaran las relaciones entre Washington y Islamabad, hasta entonces, el único aliado de la Casa Blanca en la zona para luchar contra el terrorismo.

Para corroborar si Bin Laden vivía en Abbottabad, la CIA puso en marcha una campaña falsa de vacunación y,  a través de ella, analizo el ADN de los niños para ver si existían coincidencias con los del terrorista. Así pues, a través de sus descendientes se llegó a Bin Laden.

Desde que se dio a conocer esta operación, los talibanes han hecho correr el rumor de que los voluntarios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que vacunan de la polio en el país son espías de la CIA. En consecuencia, en lo que va de año se han asesinado más de 20 voluntarios pakistaníes. A raíz de esto, se han suspendido las campañas de polio en las zonas tribales y con presencia talibán como en la provincia de Pershawar al noroeste del país y en la frontera con Afganistán.

Polio

Vacunar de polio se ha convertido en una profesión de alto riesgo en Pakistán, fotografía de la Agencia EFE.

Este año más de 200.000 niños pakistaníes no se han podido vacunar de polio, una enfermedad que paraliza los músculos y puede llegar a ser mortal. La polio afecta con fuerza a las clases más pobres y pese que se ha erradicado en la mayoría de los países aún es endémica en Pakistán, Afganistán y Nigeria. Así pues el ataque contra Bin Laden, además de estabilizar el país porque han aumentado los ataques talibanes, también ha dejado unas claras víctimas colaterales: los niños pakistaníes, más vulnerables frente la polio.

Ahora, está por ver qué consecuencias tendrán los ataques en Libia y Somalia, países donde prácticamente no hay ni un poder estatal ni gobierno y los grupos de milicianos son muy fuertes. Por el momento, en Libia grupos rebeldes ya han anunciado que piensan atacar a intereses estadounidenses. Así pues estas operaciones de Estados Unidos están más cerca de desestabilizar a ambos países, que de contribuir a que exista una paz mundial.

Nuria Segura Insa

nuriasegura@gmail.com

@Nuriasein

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