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Tampoco Breton Woods es una marca de Whisky. Porque el periodismo internacional no es solo cosa de hombres, ocho mujeres ofrecen un punto de vista diferente sobre lo que pasa en el mundo.

Democracia 2.0

voteInternet cambió todo. La forma en que hablamos, leemos y hasta pensamos. Cambió nuestros trabajos, que se hicieron cada vez más dependientes de la web, cambió nuestra forma de interactuar. Convirtió nuestra concepción de tiempo y espacio. Sin embargo… ¿Qué cambios hizo internet en la política? Verdaderamente, menos de los que hubiéramos esperado. O, al menos, hasta ahora.

«Lo que se percibe es que el vapor no está siendo contenido por la válvula», comenta un metafórico Santiago Siri cuando Radio Dotcom le pregunta sobre su nuevo proyecto.

«El Partido de la Red arranca hace un año y medio a partir de un grupo de emprendedores y educadores que nos pusimos a pensar cómo mejorar el sistema», continúa. Se trata de una iniciativa en la que los legisladores del Partido de la Red, si son elegidos este 27 de octubre, representen a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, comprometidos a «votar siempre acorde a lo que se resuelve en una plataforma online en la que pueda participar toda la ciudadanía».

De esta manera, la persona puede elegir cuál es su posición sobre un tema tratado en el Congreso, y si siente que no está capacitado, delega su voto a un amigo/referente en el que él confía. Este tipo de representación a través de un software llamado Democracia OS «es un híbrido entre la democracia directa y la representativa», aclaran.

La idea es, sin dudas, original. Existen otros partidos que reivindican el valor de internet, como el Partido Pirata, presente en varios países europeos. Sin embargo, es la primera vez que un grupo de legisladores se compromete a votar lo dictado por una plataforma en internet. Es un concepto totalmente distinto que pone la web al servicio de la política, una idea que pondría los pelos de punta a Alexis de Tocqueville, preocupado por la «dictadura de la mayoría» americana.

De cualquier manera, esto no implica que la idea sea 100% representativa. En Argentina, uno de los países con mayor penetración de internet y servicios móviles, siete de cada diez personas tienen acceso a la web (INDEC). El porcentaje de representatividad es alto, sobre todo teniendo en cuenta que en los países en los que el voto no es obligatorio, la participación ronda el 50-70%. Estaríamos hablando, por ejemplo, del mismo nivel de participación (71,9%) que convirtió a Mariano Rajoy Brey en presidente de España.

El problema no es el porcentaje de gente representada, sino quiénes son los excluidos. Probablemente, estemos hablando de las clases más bajas, en las que el teléfono e internet no llegan porque «los operarios no se animan  a entrar en las villas» o «se roban los cables de cobre», según las diversas explicaciones de las empresas telefónicas. Otro grupo que quedaría afuera del proyecto es el de los adultos mayores, que en su gran mayoría no están acostumbrados al uso de las nuevas tecnologías.

Sin embargo, estas dificultades no detienen a la cuadrilla de Santiago Siri. Este «emprendedor compulsivo», conocido en Argentina por haber fundado una empresa de videojuegos a los 18 años, busca en este nuevo proyecto «poner la inteligencia colectiva a servicio de la ciudadanía». ¿Podrá lograrlo? ¿Vos qué opinás?

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VERÓNICA FURLAN

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