El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

Archivo de la categoría ‘Dietas milagro’

Madres dietéticamente ineptas (por ser suave) y víctimas de la publi

Ineptas, incapaces, inútiles… e incluso negativas, perniciosas, dañinas. Me refiero a ese tipo de madres que el otro día ponía de relieve una comentarista (“Una”) en esta entrada a colación de la educación nutricional que transmitimos a nuestros hijos a propósito del Día Nacional de la Nutrición 2014. Te lo copio-pego para que veas la simpleza y juzgues por ti mismo/a

Hace un par de semanas una amiguita de mi hija (7 años) me decía, mientras se estaba comiendo una manzana para merendar, “es que mi madre me ha puesto a dieta porque tenemos una comunión”.

Ayer se metió entre pecho y espalda para merendar un bocata y un croasan.

A mi entender, con el bocata, era suficiente. Pero lo que más me impactó es… ¿cómo puede decirle su madre que la pone a dieta para que quepa en la ropa porque tenían una comunión y nada más pasar, otra vez a comer guarradas?

Es de locos y de poco sentido común…

Mi madre me ha puesto a dieta porque tenemos una comunión”… Ya ves con 7 años. ¿Pero qué clase de madre es esa? ¿Qué valores le está transmitiendo a la niña en cuestión… es más, incluso a las amigas de su hija…? Por favor, un poquito de respeto… de seriedad… de responsabilidad… de sentido común, tal y como decía “Una”.

Luego no me extraña que pase lo que pasa, y conste que no hace falta ser madre para debutar con estas estupideces, probablemente esa niña, antes de ser madre y si la estupidez generacional no ha calado en ella (Dios no lo quiera) se ponga a hacer de las suyas por su cuenta… a dar ejemplo. Y además contará con todo el tonto-arsenal que aquellas empresas con pocos escrúpulos pongan a su disposición para invitarle, empujarle y animarle a seguir haciendo estupideces dietéticas. Empresas que se publicitan en medios acríticos con estas circunstancias.

Quieres ejemplos. Allá van dos (solo dos, por no aburrir más que nada)

Bikini PompadourAquí tienes la gloriosa publicidad de temporada (bikini) que se ha marcado Pompadour.

Un coctel de infusiones sin pies ni cabeza en cuanto a sus pretenciosas e inútiles alegaciones: eliminar toxinas –ya ves– eliminar líquidos y mantener la línea. ¿Esto que no hace lo que dice que hace no debería ser catalogado de fraude? Desde mi punto de vista contraviene, tanto la legislación correspondiente al alimento como la de publicidad. Pero bueno, nada nuevo bajo el sol o que no conozcamos. La cosa en este caso tiene algo más de miga (y aprovecho para relacionarlo con el tema que nos ocupa) La foto de la izquierda está tomada de la publi que este fin de semana pasado podíamos encontrar entre las páginas de un suplemento, pero no cualquiera, es “Mujer hoy”, un suplemento que se define como “Revista especializada en el público femenino”… Menuda especialización. En lo que se refiere a su publicidad podría mostrar un poco más de delicadeza en vez de apretar los imaginarios, anacrónicos y sexistas golletes de la discriminación sexual en base a los estereotipos de la imagen femenina y demás. Y no, no es una excepción, no hace mucho pudimos ver esta otra publicidad en el mismo suplemento, esta vez a cargo de Lipograsil -ya ves, otra vez- En esta ocasión, además, con un tinte sexista muy feo.

Dieta lipograsil

No sé, me parece que una revista verdaderamente preocupada de las mujeres debería criticar estas cuestiones, su contenido y como son tratadas, antes que dar pábulo a: 1) Productos milagro y; 2) el machismo más retrógrado (disfrazado de feminismo) en relación a hacer, aun más si cabe, a las mujeres esclavas de su imagen (y con chorradas).

Con la forma de permitir este tipo de publicidades, con lo presentes que están y con la presión que hacen, no me extraña que cuando llegue el momento esas niñas de 7 años, ya creciditas, reaccionen como estas mujeres en este otro anuncio, esta vez a cargo de Bimanan… ignominioso.

Pero soy yo que tengo la mente muy sucia o a juzgar por lo que se ve en este anuncio estas mujeres… ¿están o no como… muy bien? ¿Acaso necesitan adelgazar? ¿No sería más recomendable que hicieran lo contrario? En fin.

Señores de las empresas en cuestión, señores publicitarios, señores de los medios (prensa, tv, etc.) y madres dietéticamente ineptas… algún día alguien, quien corresponda, les llamará al orden. Espero que sea temprano. Lo que están haciendo por la salud (física y mental) de la población, femenina en este caso, no tiene nombre. Yo os repudio.

Firmado: el padre de dos niñas de 5 y 9 años.

————————————

Di no a la «Dieta Alcalina» más pronto que tarde

Si antes lo digo, antes me caigo ton todo el equipo. La expresión más rancia y abigarradamente inútil de lo que coloquialmente se entiende por “Operación Bikini” ha saltado recientemente a la palestra. Y lo ha hecho a bombo y platillo en los medios de comunicación, el principal, de otro modo no se entendería, en la caja tonta, pero tonta, tonta… lo que se dice tonta de remate, con el anuncio a todo trapo de los contenidos de la revista Pronto, a colación de la promoción de la “dieta alcalina”.

El anuncio, de perdidos al río, es este…

La revista Pronto presenta “la dieta alcalina”, la que arrasa entre las famosas. Haz como ellas: los nutricionistas de Hollywood la recomiendan para perder hasta un kilo a la semana, aumentar la energía y embellecer la piel […] Dieta alcalina… lo último en USA.

Pasando por encima del criterio de autoridad empleado al mencionar a personas famosas como prescriptores de salud (habría que preguntarles a las mencionadas: Kate Moss, Renée Zellweger y Paris Hilton si han cedido su imagen para esta campaña… cosa que me extrañaría) merece la pena destacar dos hechos: por un lado los argumentos empleados en la campaña y, por el otro la validez de la dieta alcalina para obrar esos prodigios.

Los argumentos son más falsos que un fuera de juego de futbolín

¿Es la que arrasa entre las famosas? Supongo que tendrán pruebas de ello, algún estudio, alguna estadística… aunque siendo que “arrasan” debería ser una cuestión de dominio público y, como tu bien sabes, esta es una mentira más grande que una lengua para pegar carteles de toros.

Pero además afirman que “los nutricionistas de Hollywood” la recomiendan… Estooooo, ¿de qué “nutricionistas” estamos hablando? Por favor, los verdaderos nutricionistas de Hollywood, los de verdad, los de USA, tienen menos palabras bonitas hacia la dieta alcalina que los pellizcos que se pueden coger a un cristal. No hay mas que darse una vuelta por la Academy of Nutrition and Dietetics, fundación que acoge profesionalmente a los dietistas certificados en aquel país, para darse cuenta que allí nadie recomienda tonterías (al menos de forma institucional)

Y luego ya, el tema de “lo último en USA” es el seacabose… veamos, no hace falta ir muy lejos para contrastar que los postulados de la “dieta alcalina” tienen más años que la abuela de Dios. Y además, qué pasaría si realmente fuese “lo último en USA”… ¿entonces así sí sería cierto? Por favor… me parece un argumento tan absurdo y… tan viejo como cuando Gila nos contaba aquello de lo de las gafas americanas.

¿Cómo se puede tener el rostro de salir a la palestra pública tratando de colar estas mentiras monumentales jugando con la desesperación de la población? ¿Cómo se prestan a este juego las cadenas de televisión? (Ay, sí, por dinero… no me acordaba)

La dieta como tal carece de reconocimiento alguno

De reconocimiento válido me refiero. Por que entre el mundillo alternativo, desintoxicante, purificador, depurativo y demás pues que sí que tiene seguidores. Sin embargo, no sucede así entre los verdaderos profesionales que se dedican en serio a estas cosas.

Por ejemplo, volviendo a la Academy of Nutrition and Dietetics, esta asociación le dedica unas palabras a la “dieta alcalina” a la hora de perder peso no precisamente bonitas. Las puedes consultar en este enlace. Si además quieres profuncizar un poco más en el trasfondo alcalino, te sugiero que leas este clarificador artículo de Luis Jiménez () titulado «Dieta alcalina o del pH, muchas promesas y pocas pruebas»

No obstante no nos conformaremos con su opinión; además, una búsqueda en las bibliotecas científicas más importantes en la red al respecto de “dieta alcalina” y “pérdida de peso” no arroja ningún resultado satisfactorio para los “prontos” resultados. Y que decir de lo del aumento de la energía o de lo de embellecer la piel. Vergonzoso.

Aunque, no lo voy a negar, algunos de los postulados clásicos de “la dieta alcalina” pueden ser interesantes y de utilidad al invitar a comer a sus practicantes más alimentos de origen vegetal y practicar ejercicio, sus planteamientos son más bien bastante retorcidos… y si además le añadimos las habituales recomendaciones que suelen hacerse al respecto de practicar ayunos y consumir absurdos suplementos dietéticos… apaga y vámonos.

A ver si estas cosas empiezan desaparecer más pronto que tarde, bien porque las autoridades sanitarias empiecen a poner un poco de orden, bien porque la sociedad empiece a poner a sus promotores en su sitio, bien porque a estos se les caiga la cara de vergüenza, bien porque no obtengan mayor respaldo del resto de medios… o mejor todavía porque suceden todas estas cosas a la vez.

Por cierto, si quieres mostrar tu descontento en las redes sociales con esta absurda dieta puedes utilizar la «etiqueta» #NoALaAlcalina.

———————————-

¿Ha muerto, acaso, la Operación Bikini?

Chica_básculaEl pistoletazo de salida de la Operación Bikini se parece más a un imaginario disparo en la sien que a otra cosa. De todas formas, para ser sinceros la frontera entre la Operación Bikini y el día a día cada vez me resulta más difusa. Quienes intentamos vivir de esto desde hace una serie de años tenemos, a resultas de esta perspectiva y de las actuales circunstancias, una visión particular del asunto. Me explico.

Respetando las normales discrepancias, mi perspectiva es que hasta hace no mucho tiempo había esencialmente tres momentos bastante definidos en el curso de un año natural en los que la tarantela adelgazante era especialmente patente, a saber: la campaña de nuevos y buenos propósitos de principio de año; la consabida operación bikini y; la vuelta de las vacaciones allá por el mes de septiembre más o menos. Todas ellas auspiciadas por diversas circunstancias que podría, cada una de ellas, ser objeto de un análisis particular. Pero eso hoy no toca.

Como digo, en mi opinión, las fronteras entre el comienzo de cualquiera de estas campañas y la siguiente es cada vez más ambigua… y no porque cada una de ellas se dilate en el tiempo hasta el punto de confundirse el momento de finalización de una con el principio de la siguiente, no. Se trata de que ya no hay campañas tal y como las entendíamos hace unos años y sí más de ser conscientes que la presión es tan constante que las campañas en sí son difíciles de distinguir. El caso es que la ¿evolución? de los tiempos nos ha llevado a una presencia continua de estas cuestiones adelgazantes. ¿Evolución entre interrogantes? sí, a modo de pregunta. Lo planteo así porque aunque en el concepto tal cual de evolución no esté presente el sentido de avance, creo que “evolución” implica para el común de los mortales un sentido de “avance” que se contrapone al de “involución” que, este sí, tiene claramente señalado un sentido de retroceso. Por eso digo que, al obtener una realidad negativa, peor que la anterior, a este cambio en las circunstancias se le debería atribuir un carácter más involutivo que evolutivo.

Así, prácticamente cada día, sin esperar a una temporada concreta saltan a la palestra asombrosos planteamientos dietéticos que persiguen esa pérdida de peso. No tienes más que darte una vuelta por el blog y contrastar sus contenidos. Los libros adelgazantes con mensajes complacientes a base de curiosos planteamientos dietéticos, el «descubrimiento» de turno de algún complemento milagroso, etcétera, ya no esperan al principio de año a al mes de mayo para darse a conocer… no. Los tenemos constantemente presentes en nuestras vidas y, si acaso, en esas épocas concretas a las que me refiero se realiza una ligera mayor presión. En cualquier caso nada tan descarado como lo de antes.

De todas formas eso no quita para que precisamente en esos momentos convenga hacer un llamamiento a la cordura y a la sensatez procurando que la especial debilidad de los consumidores no les convierta en víctimas propiciatorias de un entorno proclive al engaño a partir de fantásticas (nunca mejor dicho) promesas. Con este fin, ayer domingo participé en el programa Ser Consumidor de la Cadena Ser junto a otros destacados invitados (Julio Basulto, Juanjo Cáceres, Clotilde Vázquez y Elena Espeitx) y con Jesús Soria como maestro de ceremonia. Se trata de un monográfico totalmente dirigido al tema de “hacer dieta”: sí, no, de qué tipo, cuándo, de qué forma, con quién, sus mitos, etcétera. Te lo dejo en este enlace de a continuación. Espero que te guste.

—————————

Imagen: marin vía freedigitalphotos.net

El mito inagotable de la Candidiasis y los hidratos de carbono

Hay mitos que se resisten a caer. Será porque suenan bien, será porque son acogidos con una especial complacencia. No lo sé. Y no importa lo absurdo de sus postulados y justificaciones. Pero el caso es que no caen.

Uno de ellos es el de la dieta anti-cándida. Un supuesto patrón dietético que hace remitir las infecciones propiciadas por un microrganismo que recibe el nombre de Candida albicans (C. albicans). Antes de empezar hagamos una breve introducción.

¿Qué es la candidiasis?

Candida albicans

Por Candida albicans se conoce a un hongo, en concreto una levadura, ubicua que vive en casi todas partes entre las que se incluye nuestro propio cuerpo. Por lo general, nuestro sistema inmune mantiene a raya este microrganismo e impide una excesiva proliferación.

Cuando por la causa que sea este control no es lo suficientemente eficaz como para mantener bajo control la población de C. albicans (uso de antibióticos, estados deprimidos del sistema inmune…) el hongo puede multiplicarse hasta el punto de hablar de una infección. Estas infecciones por C. albicans pueden afectar a distintas partes del cuerpo y de forma diversa. Así, la candidiasis oral afecta a esta zona anatómica que suele presentar manchas blanquecinas; una infección que puede llegar al esófago y provocar una esofagitis; al mismo tiempo en el caso de las mujeres, estas pueden sufrir infecciones vaginales por C. albicans que cursan con picores, dolor y secreciones anormales; al mismo tiempo la infección de esta levadura puede interesar a la piel y ser causa de picazón y erupciones cutáneas; sin embargo la más grave de todas las infecciones en este sentido es aquella sistémica y que implica la candidiasis en sangre pudiendo suponer un importante peligro para la vida.

¿Cómo se tratan los distintos tipos de candidiasis?

La respuesta a esta pregunta sería compleja y además no se halla dentro de la temática de este blog ya que ninguno de los recursos terapéuticos comúnmente aceptados como válidos al respecto de la infección por C. albicans implica las cuestiones dietéticas. Así, los diferentes tipos de infección se abordan con distintas estrategias que puedes consultar en este enlace: Clinical Practice Guidelines for the Management of Candidiasis: 2009 Update by the Infectious Diseases Society of America o en este otro documento más breve y práctico que a modo de síntesis recoge los diversos tratamientos. En general, se trata de la aplicación y dosificación de distintos remedios antimicóticos.

La dieta anti-candida

CharlataneríaSin embargo en el mundo de medicina complementaria-alternativa … o como quieras llamarla (en este caso yo me referiría a ella como magufa) es bastante frecuente aludir a un tratamiento dietético para las infecciones por C. albicans. En su esencia se trata de restringir la ingesta de alimentos con hidratos de carbono, especialmente azúcares ya que (argumentan quienes postulan este tipo de tratamientos) la C. albicans es un micoorganismo con una dependencia voraz de este tipo de sustratos. Así, no es infrecuente escuchar que la justificación del tratamiento pase por “matar de hambre a la C. albicans” a base de no aportarle esos hidratos de carbono que tanto demanda. En el colmo del despropósito este tipo de terapias explican que los pacientes con candidiasis sienten un hambre descontrolada por aquellos alimentos que aportan más azúcares y que esto se explica porque esto es lo que demanda el microrganismo. Si no me crees le puedes echar un vistazo a este tipo de planteamientos en esta página en donde se dice textualmente que:

El ansia continua por comer dulces o alimentos ricos en carbohidratos puede responder a una infección por hongos llamada candidiasis

O sea, que uno tiene ganas de comer dulce porque al hongo en cuestión le entra el “hambre” de dulce… A mí qué quieres que te diga, este tipo de “justificaciones” me parecen increíbles más allá de los relatos de ciencia ficción y sus extravagantes propuestas entre los parásitos y sus hospedadores. Claro. Allí sí; aquí, en el mundo real, no.

En una vuelta de tuerca más, a la hora de plantear dietas anti-candida libres de hidratos de carbono, me he encontrado con que algunos “profesionales” que la promueven hacen las siguientes indicaciones a sus pacientes:

Dieta de 25 días anti-cándida sin un solo gramo de hidratos de carbono complejos, ni integrales, ni refinados, pero fruta sí… Sin lácteos, salvo el queso del tipo havarti y gouda que si están permitidos.

En fin, sorprendente (e inexplicable, aventuro)

En resumen

  • Candida albicans es un microrganismo habitual, y normal hasta ciertos límites, dentro del ecosistema microbiano de nuestras mucosas.
  • Las distintas infecciones ocasionadas por este microrganismo suelen ser debidas a un sobrecrecimiento. Su localización determina el tipo de tratamiento de elección.
  • Ninguna, absolutamente ninguna, sociedad médica de reconocido prestigio acoge entre los posibles tratamientos de las distintas infecciones cualquier disposición dietoterapéutica.
  • Solo las ramificaciones más rancias de la mal llamada medicina complementaria plantean tratamientos basados en una supuesta dieta anti-cándida.

———————————–

Esta entrada participa en la VII Edición del Carnaval de la Nutrición

 que organiza el blog Una pizca de vida.

———————————–

Nota: De nuevo, quiero agradecer a una seguidora ejemplar, Geraldine, el hacerme partícipe de sus dudas para que sean tratadas en este blog

Imagen:  Y tambeKevin Dooley vía Wikimedia Commons

No, el metabolismo no nos cambia como a las serpientes la piel

Mujer imitando suicidioAntes de zambullirte en la estacional piscina de las dietas y productos milagro y antes que, de nuevo y como siempre, el chapuzón acabe en tripada, me gustaría que tomaras en consideración las reflexiones de una persona que de forma irónica, sarcástica y mordaz ha sabido trasladar a la pantalla del ordenador, en su blog, todas esas tonterías dietéticas de quita y pon, esas de viene y va, esa nueva forma de esclavitud que cada año alguien pone de moda y tú sigues. Bueno, lo cierto es que la esclavitud a la que me refiero es la misma año a año aunque la forma de ejercerla cambie de tiempo en tiempo.

Se trata de la opinión de Olga Ayuso, y este es su perfil en Twitter @OAyuso. Conduce un par de blogs, creo, pero al que yo me voy referir hoy es al que se llama Veganizando, con ese nombre no deja mucho lugar a la incertidumbre sobre sus contenidos, pero sin aburrir ni mucho menos. Y para demostrarlo aquí tienes el post al que me refiero: “Los hidratos son el Mal” (por cierto, el título del mío de hoy está vilmente copiado-pegado de entre sus contenidos). En su post y tomando como punto de partida uno de esos mensajes tan populares de los que hay a patadas (hidratos malos) ironiza sobre un motón de mitos que gran parte de la población se empeña en repetir para auto justificarse, auto explicarse y auto compadecerse cuando llega la operación bikini… o la operación boda… o la «operación adelgazamiento» que sea, seguro que me entiendes. En especial cuando la dieta de turno no ha funcionado como la caja del extracto de mango africano decía que la cosa tenía que funcionar. O como el libro de la dieta de moda de turno dice, que esa es otra.

Puede que, como a Olga, en algún momento nos entre a todos la cordura (que no sé si le entró o ya le venía de serie) y dejemos de ir de dieta en dieta (milagro o no) con el fin de adelgazar; puede también que la operación bikini un día desaparezca porque todos caigamos en cuenta de la estupidez que en su seno encierra: dice Olga que dice  Fatima Mernissi que Nosotras tenemos el burka. Vosotras tenéis la talla 38. Una frase que necesita pocas explicaciones.

A ver si en el tiempo que esperamos a que nos cambie el metabolismo nos cambia también la forma de procesar cerebralmente el tema este de las dietas y nos dejamos de productos milagro, dietas absurdas, charlatanes y frases hechas que a base de salir en el titulares en no importa que sitio nos empeñamos en repetir sin entender ni de lejos el cómo ni su porqué.

Como digo, quizá echarle un vistazo al post de Olga y su experiencia te sirva. A mí me gustó mucho.

———————————–

Imagen: Michal Marcol vía freedigitalphotos.net;

Nutrición-área 51: Tomar el sol por la mañana adelgaza (pero qué me estás contando)

Que maravilla de titulares. Hay ¿profesionales? del ¿periodismo? que no les tiembla el pulso a la hora de hacernos llegar los más prometedores avances en el conocimiento humano cuando de perder peso se trata. Porque se trata de eso, ¿verdad?… Pues quizá no.

Tumbonas al sol

Veamos, por un lado tenemos la no-noticia de la que la semana pasada se hicieron eco en titulares diversos medios de comunicación y que da pie al post de hoy, cito textualmente una breve muestra:

Afortunadamente otros medios juguetearon con la idea del mismo titular pero al menos ponían en duda su validez poniendo la afirmación entre interrogantes (La exposición al sol de la mañana ¿adelgaza?)

Sea como fuere, esto tiene pinta de ser un ejercicio de sensacionalismo adelgazante o de amarillismo salutífero y que poco o nada tiene que ver con la realidad… y, lo que es peor, que tampoco tiene que ver con el propio estudio que al parecer originó tan retorcidos titulares. Desconozco las razones por las que en las plataformas digitales estos medios evitan, todos, poner un enlace, con lo sencillo que es, al estudio original y que sea el lector, si quiere, el que tenga la oportunidad de contrastar el alcance de tales titulares. Pues bien, allá va el enlace al estudio de marras: Timing and Intensity of Light Correlate with Body Weight in Adults (El momento en el que se recibe la luz y su intensidad está correlacionado en adultos con su peso) ¿Alguien lee las palabras mágicas “adelgaza” o “engorda” en el titular? ¿Acaso se habla de una relación causa y efecto en la interacción de las variables en liza, peso y luz? ¿Se habla en algún momento en este verdaderamente sesudo y concienzudo estudio de la posibilidad de adelgazar o de engordar en virtud de la luz recibida? No, no y no. Como Pedro… y sin canto de gallo que medie.

En resumen lo que pone de relieve este estudio en sus conclusiones definitivas es que:

Los hallazgos de este estudio indican que el patrón de temporalización de exposición a la luz durante el día puede influir en el peso corporal independiente del ritmo del sueño y su duración. Se necesitan más estudios para comprender la relación de causalidad y los mecanismos que vinculan los distintos patrones de exposición solar y sus efectos biológicos positivos o negativos en el peso. Sin embargo, parece que la luz es una señal biológica potente y tanto el momento inicial, como su intensidad y la duración de la exposición podrían representar elementos potencialmente modificables para la prevención y tratamiento de la obesidad en las sociedades modernas.

Por si acaso, por si aun estás tentado de tirarte largo al sol al punto del alba para adelgazar y antes de que te asemejes a una quisquilla cocida (y no por lo delgadito/a), has de saber tres cosas sobre este estudio. La primera: los resultados se obtuvieron a partir de una muestra de 54 individuos (es decir, escasa no, lo anterior). La segunda: la muestra tenía un IMC medio de 24 (es decir, de escasa, por no decir nula aplicación en personas con sobrepeso u obesidad). Y la tercera… nadie habla en el estudio de «tomar el sol» sino del momento de exposición a la luz solar en el marco del huso horario y de su duración. Así que cuidadín.

Así pues, tal y como pasó con los titulares que ponían el consumo de chocolate por las nubes a la hora de facilitar la pérdida de peso (a más chocolate, menos peso, sí, como lo oyes) más les valdría a los que publican no-noticias (sean periodistas o no) el hacer gala de un poco más de ética periodística. Al mismo tiempo si en los formatos digitales se incluyera la fuente original de la noticia (cosa que no cuesta nada de nada si se tiene esa voluntad), los lectores tendrían más argumentos para explicarse esos titulares en vez de mirar de reojo la pantalla de su ordenador… que es lo que al menos a un servidor le suele pasar.

Cambiando someramente de tercio y ya que estamos con este tema quiero agradecer forma irónica al diario El Mundo (sección tendencias) lo aplicado que parece estar a mi blog (o por el contrario, lo mucho que debería estarlo) cuando publica este tipo de artículos: “Adelgazar con una dieta está pasado de moda” con el que se dedican a dar pábulo a  tres auténticas magufadas «de libro» a la hora de adelgazar y que como apunto han sido objeto de crítica reciente en este blog… : la hipnobanda gástrica, el dentífrico con propiedades adelgazantes, y la enésima tontería quemagrasa. Sí señor, El Mundo, divulgando ciencia. Si andan escasos de más temas, pueden revisar el blog de un servidor y terminar loando las maravillas del agua hexagonal o del ojo de halcón, sin hacer de menos las virtuosas características de los suplementos de pimiento, de alubias o de alcachofa para perder peso (y no es broma, que para eso están los enlaces)

Al final, si he de quedarme con alguna gili-tontería me quedo con el régimen del autónomo (con el que se pierden 20 kilos)… El único que a mi modo de ver y tal como lo plantea El Mundo Today (bastante más fiable que el otro Mundo) no defrauda y asegura unos resultados muy convenientes en nuestro tiempo… la risa (aunque sea amarga, lo digo porque un servidor ejerce de autónomo). El Mundo Today, al menos, no esconde su propósito.

Si te ha gustado esta entrada quizá te interese consultar:

Poner coto a la “infoxicación” alimentaria: decálogo ANIS-FIAB

—————————————–

Nota: es imprescindible mencionar a Ana Gutiérrez (@Fasmida); Alfonso Méndez (@alfon_mendez); Guillermo Peris (@waltzing_piglet) a la hora de aportarme recursos y apoyo para esta entrada, por no mencionar, otra vez, a algunos medios de comunicación.

—————————————–

Imagen: khunaspix vía freedigitalphotos.net

Café verde para adelgazar: tan improbable como los perros de ese color

Café verde Biocol

Olvídate del rosa, de Édith Piaf o de Louis Armstrong… es con el color verde cuando lo vemos todo mucho mejor. De pequeño, las evaluaciones que recibías del colegio llegaban en forma de colores y el verde significaba lo mejor, el “10”; un semáforo en verde es una puerta abierta, un continúe por favor, un adelante, algo positivo; el tema ecológico se relaciona con lo verde, la pureza, la naturaleza… Así pues, verde = buen rollo; y cafés y tés verdes pues para qué te voy a contar (del té ya me encargaré en otro post)

¿Qué es el café verde?

Según la Federación Española del Café, el café verde es el fruto del cafeto que no habiendo terminado de madurar carece de mucílago y tiene la pulpa color verde. Sin embargo, según a quién se le consulte, las respuestas pueden ser diferentes y variadas. Por ejemplo, para algunos el café verde es cualquier grano de café que no haya sido tostado; para otros es lo que se conoce como “café pergamino” es decir, el fruto del cafeto (endospermo) envuelto en su liviano endocarpio, etcétera. Desconozco si en el mundo particular de los gili-complementos dietéticos por “café verde” se entenderá otra cosa. De todas formas, los supuestos beneficios adelgazantes del llamado popularmente como “café verde” se hacen descansar muy a menudo en una familia de compuestos en particular, los ácidos clorogénicos. Así, no son pocos los fabricantes que han obtenido y registrado sus propias fórmulas de estos ácidos extraídos del café y lo han postulado como una sustancia con potentes efectos adelgazantes.  Y cuentan con sus estudios científicos y todo en los que, ¡oh sorpresa-quién nos lo iba a decir! los resultados son espectaculares. Con esos resultados y como no cabría de otro modo, se realizan fabulosas promesas en su venta y promoción. Tienes un ejemplo de lo que te cuento en el Svetol®

¿Pero adelgaza o no el café verde?

Las posibles respuestas serias son tres, escoge la que quieras:

  • No;
  • Muy poquito;
  • No se sabe.

Aun no ha habido un estudio serio que haya sido capaz de poner de relieve este efecto de una forma clara, incontrovertida. Y entonces ¿quién dice que el café verde es adelgazante? Pues los de siempre en cada caso, solo los que lo comercializan, distribuyen o fabrican, es decir, todas aquellas personas empeñadas en timar a todos aquellos a los que los ojos les hacen chiribitas cuando oyen hablar de un remedio fácil, un atajo, que les acerque por unos pocos euros (o no tan pocos) una solución esquiva. Solo hablan maravillas de él quienes quieren engañar a los que se dejan engañar. Y de ambos grupos de personas, tristemente, hay un nutrido grupo.

¿Tienes alguna prueba de lo que dices?

Pues sí. Por un lado están los “prestigiosos estudios científicos” en los que el café verde o su extracto sale victorioso y, por el otro (y esta es la parte importante, más que nada porque debiera ser la definitiva) están los dictámenes de la EFSA al respecto de su utilidad, y qué lo que sí y qué no se puede decir sobre sus propiedades a la hora de venderlo. De los primeros, tienes este ejemplo de aquí o este otro en los que el uso del café verde sale “victorioso”. Sin embargo, en un estudio de revisión y metaanálisis (aparentemente libre de conflictos) con el fin de verificar las pruebas que se le atribuyen al extracto de café verde para perder peso: The Use of Green Coffee Extract as a Weight Loss Supplement: A Systematic Review and Meta-Analysis of Randomised Clinical Trials, se concluye que:

Los ensayos clínicos aleatorizados realizados hasta la fecha parecen indicar que la ingesta de la extracto de café verde puede promover la pérdida de peso. Sin embargo, existen varias advertencias. La magnitud de su efecto es escasa y su relevancia clínica incierta. Son precisos más ensayos rigurosos con mayor duración para evaluar la eficacia y seguridad de este extracto de café verde como un suplemento de pérdida de peso.

Efsa green coffee

 

En lo que respecta a la opinión de la Autoridad Europea de Seguridad (EFSA), a esta se le han consultado al menos en un par de ocasiones el papel del extracto de café verde en la pérdida de peso. En una de ellas el solicitante retiró la consulta (withdrawn) antes de que el panel de expertos respondiera (dicho de otra forma, se echaron para atrás). En la otra consulta el panel se terminó pronunciando y dijo que nones:

No esté establecida una relación causa y efecto entre el consumo de ácido clorogénico y el mantenimiento o el facilitar alcanzar un peso saludable.

La situación actual

Café verde cápsulasAlgo se me debe de escapar del actual marco de venta de todos estos productos dietéticos. Me explico. El otro día, haciendo tiempo, pasé cerca de media hora en los pasillos de “herbodietética” de unos conocidos grandes almacenes. La experiencia fue rara, como esa desagradable sensación de que el vacío te llama cuando te asomas a un precipicio insondable… ¿Pero qué pasa… qué es lo que se me escapa? ¿Por qué si hay un posicionamiento de la EFSA al respecto existen todos estos productos que mienten más que hablan? Y no me refiero al café verde solo, sino a toda la caterva de productos milagro, de ridiculeces, sobre los que la EFSA ha emitido ya una opinión. Por lo que yo sé, si la EFSA dice que algo no está probado, incluso si no se ha manifestado en sentido alguno sobre su efecto… está prohibido anunciarlo con ese efecto no probado. Entonces, ¿Qué pasa con el café verde, el guaraná, la cetona de frambuesa, el pimiento, el extracto de judía, el vinagre de manzana, y la biblia en verso que se publicitan y venden sin el menor pudor como eficaces contra los kilos de mas?

¿Acaso me estoy confundiendo a la hora de hacer una lectura de las circunstancias y por alguna razón que se me escapa, al final, todos estos productos pueden venderse con esas alegaciones? ¿Puede por favor algún lector agradecido, la OCU, FACUA, CEUCCU… o la mismísima AECOSAN sacarme de mi error?

¿No debería de estar esto más controlado?

————————————–

Nota: con esta entrada doy mi respuesta a la duda vía TW de una buena compañera, Beatriz Magallón (@bea_magallon). Además quiero agradecer la colaboración de una buena amiga y también compañera Raquel Bernácer (@aliment_ARTE)

Nutrición-área 51: dentífrico para adelgazar… y no es broma (que exista)

cepillo de dientesSé que parece una broma pero, de nuevo, no lo es. Me tuve que frotar los ojos varias veces (que no los dientes) para contrastar lo que leía el otro día en una nota de prensa que me hicieron llegar. Comprobé el calendario: no era 28 de diciembre, tampoco 1 de abril (el particular día de los inocentes en otros países: April Fool’s Day o All Fools’ Day); me pellizqué, estaba despierto… es decir lo que leía tenía que ser real. Es decir, que había alguien que había puesto en el mercado una pasta de dientes que, además de dejarte los dientes como los chorros del oro… te ayudaba a adelgazar. De hecho, su principal argumento de venta, su slogan, es ese tal y como se puede contrastar en su página web:

 Dentifricio: ¡sonríe adelgazando!

Su propuesta para conseguir tal fin, su misterio, resulta que es algo tan elemental (no sé cómo no se le había ocurrido a nadie antes) como dejar un regusto amargo en la boca y de esta forma evitar la propensión del usuario a seguir comiendo alimentos o bebidas ricas en azúcar… y de ahí el adelgazamiento. Claro, claro, claro. Puedes comprobarlo por ti mismo:

Se trata de un innovador producto multifuncional útil a preservar los dientes sanos y blancos y a mantener las encías en perfecto estado. Se caracteriza por una innovadora mezcla de aromas que confiere al producto un regusto amargo. Como es sabido en literatura científica, las sustancias dulces provocan una sensación agradable, en cambio el sabor amargo desfavorece la propensión al consumo de alimentos y/o bebidas ricos en azúcares.

Y como siempre un personaje ilustrado avalando el producto: su creador, en este caso un médico aportando el aval como ideólogo a semejante prodigio, el Dr. Giovanni Macrí, figura de renombre internacional, conocido en su casa a la hora de… cepillarse los dientes.

Por mi parte no se puede decir que no haya hecho los deberes, nada más tener la nota de prensa en la bandeja de entrada de mi correo, me puse en contacto con Servicios de comunicación, prensa y relaciones públicas del producto y, amablemente me puse a su disposición para recibir toda aquella información científica relevante que justificara semejantes alegaciones. La mujer de relaciones públicas del producto, solícita como pocas, me dijo que en unas pocas horas tendría esa información en mi correo. Nos despedimos cordialmente. Pasaron esas horas… también algunos días y, tras una semana volví a contactar con ella. Entonces me explicó que todos los artículos científicos referentes a este tema estaban publicados en italiano. Le contesté que no había problema, que además de contar con “google traductor” tenía una amiga cercana italiana y que me los hiciera llegar, estaría encantado de echarles un ojo. Me confesó entonces que en realidad solo había uno y que en breve me lo haría llegar. Pues bien, ha pasado otra semana de nuestra última conversación y el artículo sigue sin aparecer por mi correo. Mmmmmmm, a ver si como «artículo científico» estos señores y señoras se creen que debe servir esto.

En fin, no me voy a alargar ya demasiado. Una vez más, este producto pone de manifiesto el lamentable utilitarismo que se hace de la cuestión del sobrepeso y la obesidad. Como lamentable me parece también el mutismo del que hacen gala nuestras autoridades sanitarias ante estas cuestiones. Unas cuestiones con las que a algunos no les tiembla el pulso a la hora de promocionar en sus blogs con las más hilarantes explicaciones:

Lo bueno es que es 100% natural. Sus activos son aceites esenciales actúan por aromaterapia por vía bucal o sublingual. Al final, va ser algo parecido a las Flores de Bach pero en pasta de dientes.

Por último, ya me despido, dos propuestas. La primera, si crees que este tipo de propuestas te pueden ayudar a perder peso y ya te has comprado el spray de culo de mofeta, te sugiero que no te gastes más dinero en el dentifricio en cuestión y que te cepilles los dientes con él. La segunda, conocido el nombre de la agencia comercial que distribuye el producto con exclusividad en España y Portugal, que no es otro que el de SAY SMILE SL, sugiero que se lo cambien por otro más acorde con los productos que comercializan, por ejemplo SAY ROLF SL. Solo se trataría por mi parte de una irónica sugerencia, si no fuera por maldita la gracia que hacen en el fondo estas cosas.

——————————

Imagen: imagerymajestic vía freedigitalphotos.net

¿Comida que adelgaza? Pero qué me estás contando

Comida que adelgaza… comida que adelgaza… comida que adelgaza…

El eslogan publicitario resuena en mis oídos de forma machacona. No me lo puedo creer; los ojos me escuecen; mis meninges se contraen en un atávico escalofrío, el vello de mi antebrazo se ha erizado… ¿veo borroso? ¿será algún cartel anunciando un menú en algún desustanciado restaurante? NO

Se trata de parte del eslogan de un cartel publicitario de gente que sabe lo que hace:

¡Disfruta! Comida que no engorda, comida que adelgaza

Comida que adelgaza

Y digo que se supone que saben lo que hace porque uno presume que son “profesionales”. “Profesionales” de la dieta sí… pero en su faceta más mercantilista: manda webs. Es el eslogan de algo que se hace llamar “El Super de la dieta”. Así, sin tilde, “Super”, como si las prisas en la perspectiva de las jugosas transacciones de venta les hubiera hecho olvidar no ya cualquier atisbo de deontología dietética (eso está claro) sino además las mínimas normas ortográficas.

Tirando un poco del hilo, observo con no poco hastío que se trata de la enésima estrategia de venta de una conocida franquicia con el sibilino objetivo de la “perdida de peso”. Se trata de DietFlash Medical, cuyo leitmotiv es la dieta proteinada (estos son de los que no les gusta llamarla hiperproteica) y las famosas dietas por fases para perder peso. Chupi, la cosa mejora por momentos.

Su negocio consiste en la venta de productos que no alimentos (el asesoramiento es «gratuito»): preparados de tortitas, helados, galletitas, “tortillas” listas para ser reconstituidas, sopas, cremas, purés, pudins, gelatinas… y demás productos a precio de oro, todo ello en vez de alimentos de verdad, para que puedas hacer la compra en este particular “Súper”

Y digo yo… ¿acaso todos estos productos no tienen una pretendida finalidad sanitaria, me refiero al tratamiento del sobrepeso y la obesidad? Lo pregunto porque no siendo alimentos como tal, si no substitutos, productos y demás según la normativa que me imagino los debiera regular, el Real Decreto 1907/1996 está textualmente prohibido: “sugerir [a esta clase de productos] propiedades específicas adelgazantes o contra la obesidad” (artículo 4.2)

En su descargo pueden argumentar que ellos no lo sugieren… lo afirman de forma categórica y sin ambages… “comida que adelgaza”, con un par. Y luego está el tema de la utilización, una vez más, de testimonios para avalar el producto… El mismo Real Decreto 1907/1996 deja claro en su artículo 4.7 que está prohibido el uso de este tipo de estrategias como medio de inducción al consumo. Sin embargo, este enlace de “El Super de la dieta” no ofrece demasiadas dudas de qué parece importarles a esta gente el RD en cuestión.  

Y es que, ya me disculparán, pero no se trata ya de tirar de legislación ¡leches! Es simplemente una cuestión de mínima de coherencia. ¿Qué demonios es eso de comida que adelgaza? ¿Acaso se refieren a que esa comida provee al consumidor de calorías negativas?

Para terminar de cerrar el círculo de esta ignominia dietética, vuelta también a los profesionales que, con la carrera que sea, terminan por darle cobertura. Un caso flagrante de lo que yo entiendo por venta de su presunta profesionalidad abusando bajamente de ella por interés o adulación.

Con estos antecedentes y sin la necesidad de entrar en cualquiera de estos negocios a contrastar sus bondades, yo lo tendría clarísimo… date antes una vuelta por cualquier Súper con alimentos de verdad o, mejor aun, por un mercado en los que encontraras muy pocas tonterías. Y si necesitas consultar con un profesional, al hacerlo, asegurate de que este no haya vendido su alma al diablo.

————————————

Nota: Quiero agradecer a @Velyncita5 que vía Twitter me hizo llegar la imagen que ilustra este post en el que se recoge el eslogan en cuestión.

«Prostitución nutricional»

DineroGruesas palabras para una cruel e infame realidad. A pesar del rechazo visceral al que nos invita esta clase de expresiones, su definición (DRAE) no puede ser más cierta y ajustarse de modo más preciso a una buena parte de profesionales que han vendido su empleo o autoridad abusando bajamente de ellos por interés o adulación, es decir, prostitución con todas las letras. Una situación que cuando se realiza en el ejercicio de la profesión de dietista-nutricionista adquiere el calificativo de nutricional.

Lo cierto es que llevaba un tiempo con esta entrada rondándome la cabeza. Me refiero a eso de hacer autocrítica de la profesión. No es cuestión de ver la paja en el ojo ajeno y pasar por alto la viga en el propio. En no pocas ocasiones me he dedicado en este blog a criticar la forma que tienen algunos profesionales sanitarios de ejercer su profesión cuando implica a cuestiones nutricionales (algunos médicos, farmacéuticos, biólogos… también la de otras personas sin formación definida, etcétera) pero es preciso reconocer que dentro del colectivo de dietistas-nutricionistas también hay una importante dosis de prostitución nutricional. A ella, a su ejercicio, se llega por tres caminos típicos.

A modo de síntesis tenemos, por un lado, el perfil del “profesional” poco espabilado, con pocas luces e influenciable por el boato y oropel de las pseudociencias. Unas personas a las que su título tan solo es garantía de haber superado unas pruebas (los exámenes) y en las que el conocimiento no ha dejado poso alguno en su sabiduría. Es el prototípico seguidor de las “bioenergías”, “chakras”, y algunas medicinas «tradicionales» basadas más en el acervo popular y cultural de una población que en los datos contrastables. Son “profesionales” que creen en la homeopatía, en los análisis masivos de intolerancias alimentarias, en el poder del agua hexagonal en los alimentos con calorías negativas o en sistemas dietéticos sin demasiado aval… olvidando (si alguna vez lo conocieron realmente) todo aquello aprendido en su formación universitaria.

Por otro lado, tenemos el perfil del típico profesional espabilategui o aprovechategui. En este caso el “profesional” sabe que lo que hace en el ejercicio de su profesión de poco o para nada sirve salvo para aumentar sus ingresos. Y le da igual. O a lo mejor sí que le importa, pero el caso es que a pesar de ser consciente de lo que hace, lo sigue haciendo por que es lo que le interesa desde un punto de vista estrictamente crematístico. Es un sinvergüenza de tomo y lomo.

Y por último, tenemos al profesional desesperado por encontrar un trabajo y que ve en lo que no se podría calificar de otra forma más que de “redes de proxenetismo nutricional” la oportunidad de trabajar “de lo suyo”. Estas “redes” son, muy habitualmente, las que vienen establecidas en forma de franquicias cuyo único objetivo de negocio es la pérdida de peso, o las que establecen extravagantes sistemas de diagnóstico de diversas dolencias con cuyo resultado se puedan establecer desustanciadas pautas dietéticas. Estos negocios se suelen rodear de una parafernalia “cientifista” centrando su negocio, además, en la venta obligada de productos de dudosa, por no decir nula efectividad para los fines propuestos (ellos los tildan de suplementos, complementos y coadyuvantes). Al mismo tiempo, insisto, junto a la compra obligada de estos productos, al cliente potencial se le suele captar a partir del falaz reclamo de “consulta gratuita” y se les termina dando una pauta dietética conocida en el mundillo como “la dieta del cajón derecho”. Es decir, dietas estandarizadas en las que el “profesional” captado principalmente (pero no de forma exclusiva) entre las últimas promociones de dietistas-nutricionistas tiene un limitado margen de maniobra.

Pues desde el cariño y respeto que le tengo a esta profesión y en especial dirigido a la última categoría de actuales o futuribles dietistas-nutricionistas, dejadme por favor que os dé mi opinión. No caigáis en las “redes de proxenetismo nutricional”. Trabajar para ellas no es la solución a trabajar “de lo nuestro”, aunque pueda parecerlo, es mentira. Se utiliza a los dietistas-nutricionistas para que prestéis vuestra imagen, en realidad solo vuestro título, para poder ser exhibido en el cuchitril en el que probablemente “pasaréis consulta” y dotar al acto de venta de zarandajas varias de una falsa prestancia. Vuestro contrato, lo que viene escrito en el papel por el cual termináis alquilando vuestra profesionalidad a la empresa lo deja meridianamente claro, seréis contratados bajo el epígrafe de “técnicos comerciales” o cualquier otro eufemismo para describir el verdadero y único propósito de vuestra presencia allí, que no es otro que encasquetar a los clientes (me niego en estas circunstancias a referirme a ellos en forma de pacientes) los productos y sistemas que la marca pone a vuestra disposición. Recuerda: sin venta de producto no hay negocio y… honestamente ¿tú crees que se puede adelgazar sin los mencionados productos; son necesarios… son imprescindibles… crees que se hace una adecuada educación nutricional haciendo descansar parte del éxito en ellos? (Ponte en la piel del cliente y en lo que pensará de esos productos).

Es momento de ser sincero y reconocer que un servidor también estuvo tentado en su tiempo de pasar por una de estas franquicias. Afortunadamente me di cuenta pronto del trasfondo y huí despavorido. Es más, os contaré un “secreto”. En no pocas ocasiones el colectivo de dietistas-nutricionistas ha levantado su voz, bien desde el asociacionismo, bien de forma espontánea, para denunciar lo que en su día parecía ser toda una afrenta a nuestra profesión. Habida cuenta de que hace unos años (hoy menos) muchas de las personas que “pasaban consulta” en estas franquicias no eran dietistas-nutricionistas, existía una especie de clamor popular entre nosotros que proponía cambiar las cosas y exigir que en este tipo de negocios o afines fuera un dietista-nutricionista el que estuviera al frente. Pues bien, yo opinaba lo contrario y, en una expresión que ha terminado por trascender entre muchos compañeros, afirmé (y lo mantengo) que el día que en todas estas franquicias solo hubiera dietistas-nutricionistas al frente, la respetabilidad de este profesional sería gravemente vulnerada y que, entonces, no nos lavaría ni toda el agua del Jordán.

Prostitución nutricional

Conozco varios compañeros que han pasado por este tipo de negocios, algunos han salido y otros aun continúan. Todos tienen todo mi respeto ya que me resulta muy costoso atribuirles un porcentaje concreto de la culpa de haber estado o de seguir allí trabajando… las “redes” saben muy bien como hacer su trabajo y las condiciones laborales, en general, para todos, son terriblemente jodidas. Pero déjame que termine con una opinión y un consejo estrictamente personales.

Prostitución nutricional 2Estimado dietista-nutricionista, probablemente eres más joven que yo y con menos experiencia, pero trabajar en estas franquicias o en estos negocios no es “trabajar de lo tuyo”; en mi opinión y haciendo buena la segunda acepción que da el DRAE de este término, es «prostitución nutricional». Y si de NO trabajar de lo tuyo se trata, seguro que te es posible buscar otros trabajos en los que además, de rebote, no se enturbie el verdadero valor profesional de los dietistas-nutricionistas. Hay gente que ya lo probó y se salió, otros ni siquiera lo probaron. Se puede. Dignifica tus estudios y dignifica tu profesión.

——————————–

Nota 1: Quiero agradecer en el alma a una compañera, Anabel Lara (@anabelikalara) su estímulo y aquiescencia para escribir esta entrada a partir de un comentario en Twitter.

Nota 2: Reconozco que las franquicias a las que me refiero son negocios que desempeñan una actividad completamente legal (supongo). En este sentido, no tengo nada en contra de ellas. Tan solo he querido poner de manifiesto que las personas que en ellas trabajan no tienen  porque ser dietistas-nutricinistas y, que en mi opinión, si lo son, las labores que desempeñan, en general, están muy por debajo de su preparación.

Actualización 28 de julio de 2014: Por fin, un compañero dietista-nutricionista (José Joaquín López, @SimplementeJJ) que trabajó en una de las franquicias señaladas ha levantado su voz y nos cuenta su ilustrativa experiencia en este post «casa» de otra compañera (Lucía Martínez, @Dimequecomes). Puedes consultarlo en este enlace: Desenmascarando a Naturhouse. Tras leerlo, y a título personal me gustaría decir dos cosas: la primera, gracias; y la segunda, me gustaría ver más entregas de esta sabrosa línea de divulgación. Ánimo y enhorabuena a ambos.

——————————-

Imagen: Ambro vía freedigitalphotos.net