Un supermercado de la localidad de Lindome, cerca de Gotemburgo (Suecia), exige una edad mínima para la compra de huevos. ¿Cuál será la razón de peso?
En la estantería dedicada a los huevos luce un cartel que dice “nos preocupamos por el medio ambiente, por lo que ahora solo vendemos huevos a personas que han cumplido 18 años”, según han informado varios medios locales. Pero sigo sin saber el porqué de la prohibición. Estoy nervioso por saberlo ya. Lee el resto de la entrada »
Una pequeña ave, que está empollando sus huevos, no se mueve ni un milímetro de su posición a pesar de que ‘algo enorme’ se dirige inexorablemente hacía ella. Lee el resto de la entrada »
Los vecinos del lugar, cerca de un vertedero, han grabado a las pequeñas aves campando a sus anchas entre la basura. “Una imagen insólita“, según indica una radio local. Lee el resto de la entrada »
En esta historia hay algo que no se ve todos los días, meses, incluso décadas. Akmal, un adolescente de 14 años de Gowa, en Indonesia, asegura que ha puesto 20 huevos en algo más de dos años. ¿Lo qué? Y para rizar el rizo, el último par lo ha soltado como una gallina delante de unos médicos en la cama de un hospital
Según los informes sanitarios, Mr. Egg, como ya es conocido en su país, ha sido hospitalizado varias veces por sus continuos ‘ataques ponedores’. Lee el resto de la entrada »
Chan Dan Ya, en mandarín: “la pared rocosa que pone huevos“, tiene una superficie irregular de 370 metros cuadrados, y varios expertos se han quebrado los cascos durante lustros buscando una explicación para este ‘enigma pedregoso’. Lee el resto de la entrada »
Un caballero se puso a discutir con ‘otro’ en un supermercado ruso donde había ido a comprar una docena de huevos. Lo curioso es que la persona con la que mantenía el duro enfrentamiento dialéctico era él mismo. ¿¿¿¿????
Un ‘malvado espejo’ estaba jugando con su visión de la realidad, aunque más bien habría que decir que los efectos secundarios de una borrachera o quizá de algún medicamento nublaban su conciencia. Lee el resto de la entrada »
Este entrenador de ‘deportistas de élite’ (no me gustaría enfrentarme a una de sus tablas de ejercicios) asegura que “la relajación completa llega después del sufrimiento“. Bien por él, porque por lo menos practica con el ejemplo. Cosas de la filosofía oriental.
Además, como si no fuera suficiente elevar tal cantidad de ladrillos con ‘un par de pelotas’ (nunca mejor dicho), durante diez minutos, este portento de ‘huevos de acero’ balancea el pesado paquetito durante 320 veces. Ni una más ni una menos. Los chinos tienen todo medido al milímetro.
Lo que está claro es que la activad no es para tomársela a broma. Solo hay que ver su rostro de concentración para adivinar que este disciplina no está hecha para los que aprecian mucho sus partes pudendas. ¿Algún voluntario para lograr la paz de espíritu?
Como dicen en Antes del Amanecer, creer en la reencarnación puede justificar que seamos tan dispersos. A mí la explicación me viene de perlas, porque a poco que me hayáis seguido durante estos años, habréis descubierto que pierdo el hilo dentro de cada párrafo (por eso lo de los múltiples paréntesis y los continuos puntos supensivos). Ahora que si hay algo que demuestre lo disperso que soy es el post dominguero en el que resumimos todas las locuras que han pasado durante la semana y no hemos contado.
1. Abandonan a su hija en el aeropuerto para irse de vacaciones
¡Cuánto daño ha hecho Solo en casa! Desde que salió esa película mucha gente ha creído que no pasa nada por irte de vacaciones sin tu hijo, que él se las puede apañar solo y que es posible disfrutar mientras él se queda en casa. Quizás por eso un matrimonio polaco abandonó a su hija en el aeropuerto después de comprobar que tenía el pasaporte caducado. Ambos volaban a Grecia y llamaron a la abuela para que se hiciera cargo de la criatura, pero como no iba a llegar antes de que despegara el avión, dejaron a su hija en un mostrador y se marcharon. La encontraron, llorando, los de seguridad, y los padres se enfrentan a cinco años de cárcel.
2. Multa en Italia por decir “no tienes huevos”
Muchos divorcios y muchas noches borrosas en España empiezan con un “no hay huevos a…”. Pues bien, ojito si vais a Italia porque han multado a un tipo que le dijo a su primo: “No tienes cojones” (sic), según recoge la prensa local. Según el juez, la expresión “además de vulgar, es injuriosa”, porque insinúa que el insultado es peor por carecer de testículos. Aún no han dirimido el importe de la multa, pero como dice mi amigo Pablo, “si hacen eso en España… rescatamos a Bankia”. Vamos, solo con la canción de Los Mojinos Escozíos nos sacamos un pico.
3. Toda la infancia metida en un jarrón
Como regalo de boda, su madre le dio una lámpara-jarrón de vidrio que recogía toda su infancia. “¿Cómo es posible esto?”, os preguntaréis. Básicamente porque su madre, cada vez que le iba a lavar unos pantalones, vaciaba los bolsillos y guardaba el contenido de estos en un jarrón, que a la postre ha terminado siendo un regalo de bodas lleno de sentimientos, recuerdos… y objetos inservibles.
4. Le conceden el divorcio porque su marido huele mal
Como decía una pegatina en la que salía Bart Simpson duchándose: “Una vez al año no hace daño” (¿por qué demonios conservo estos recuerdos de escaso valor?). Algo que no parece haber entendido Zhang, un taiwanés de 47 años del que su mujer se ha divorciado porque huele peor que mal. Parece ser que hay perfumes hechos con esencia de vertedero que te pondrías antes de pasar una noche con este señor. Los hijos del matrimonio confirmaron que su padre se lavaba unas dos veces por semana, que el calor del verano y el sudor no era tampoco un inconveniente y que cuando le pedían que se duchara respondía: “¿Huele mal? Pues usad perfume”.
5. El pequeño erizo
Porque sé que muchos de vosotros no os quedáis tranquilos si no os pongo un vídeo de bichejos, creo que es el momento de que descubráis cómo es un erizo cuando cumple su séptimo día de vida. Cabe en la mano, duerme como un lirón, tiene la piel de abajo blandurria y parece que sueña con ovejas con espinas.