Un cuento corriente Un cuento corriente

Se llama a la Economía (más aún en estos tiempos de crisis) la "ciencia lúgubre". Aquí trato de mostrar que además es una de nuestras mejores herramientas para lograr un mundo mejor

Archivo de abril, 2014

El BCE no actúa por ahora, pero Draghi se saca de la chistera otro «whatever it takes»

La esperada reunión del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha servido, aparentemente, para dejar las cosas prácticamente igual a como estaban. Pese a las altas expectativas formadas en las últimas semanas y las cada vez más notorias voces que alertan de un creciente riesgo de deflación en la eurozona, el organismo presidido por Mario Draghi ha decidido mantener los tipos de interés oficiales en el 0,25%.

Mario Draghi, presidente del BCE

Mario Draghi, presidente del BCE

Periodistas y analistas quizás esperábamos una declaración de impacto o una medida contundente. Pues no. Una vez más, Supermario ha conseguido rebajar las expectativas (el BCE, pese a su juventud, es una institución centrada en mandar al mundo una imagen de seriedad, sobriedad y previsibilidad). Desde noviembre no se han tomado nuevas medidas y abril, visto lo visto, no iba a ser una excepción.

Sin embargo, creo que Draghi no ha decepcionado. Al contrario, ha dejado claro ante los mercados que no piensa permitir que la Eurozona entre en una deflación. Rememorando el ya famoso discurso del «do whatever it takes» [hacer todo lo que sea necesario] de julio de 2012 (con el que logró, casi de un plumazo, acabar con las dudas que hasta entonces existían sobre la viabilidad del euro), ha mandado el mensaje que esperaban los inversores internacionales: Hoy las bolsas han registrado una sesión de fuertes subidas y el Ibex está en máximos del año.

Pero ¿Qué ha dicho Draghi? Pues básicamente, que en el seno del BCE existe un consenso para actuar con medidas «no convencionales» si fuera necesario, y que efectivamente entráramos en un riesgo deflacionario.

¿Y qué son esas medidas «no convencionales»? Se tratan, por ejemplo, de tipos de interés aún más bajos (incluso ¿negativos?) y del llamado QE (quantitative easing, o facilidad cuantitativa en español): El BCE se dedicaría a comprar directamente activos (empleando miles de millones de euros) con el fin de reactivar la economía europea. Estas medidas ya han demostrado una eficacia moderada en países como Estados Unidos y Japón. En la Eurozona esta medida no parecía posible hasta hace bien poco debido al tradicional miedo de los alemanes a tener un banco central proclive a darle a la máquina de los billetes (hiperinflación de entreguerras mediante).

¿Qué activos compraría el BCE? Ante la prohibición explícita de los tratados de financiar directamente a los estados, la opción manejada por Draghi sería la de adquirir activos en los mercados de deuda privados. Aunque bancos internacionales como Credit Agricole han manifestado ya sus dudas acerca de la puesta en marcha concreta del QE, sí que tienen claro que «el BCE está por fin preparado intelectualmente para reaccionar al riesgo de baja inflación con acciones radicales y no convencionales».

Quizás ahora no veamos nítidamente la importancia de este nuevo conejo de la chistera de Draghi, pero me temo que ha vuelto a dar un gran paso en la consolidación de una zona monetaria única. Una verdadera zona euro.

Los datos de empleo de marzo son buenos, pero aún queda mucho por mejorar

Hoy nos hemos desayunado con datos del paro. Buenos datos del paro. El desempleo registrado en los servicios públicos se redujo en 16.620 personas en marzo, mientras que las afiliaciones de trabajadores se incrementaron en 83.984 personas, según los datos facilitados este miércoles por el Ministerio de Empleo. El director de 20minutos, Arsenio Escolar, ha hecho un análisis en claves de estos datos.

paro marzo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tanto el Gobierno como los sindicatos (más matizadamente) no han dudado el calificar los datos como positivos. Y es que en su conjunto lo son: Es la mayor caída del desempleo registrado en un mes de marzo desde el año 2006 (cuando la burbuja estaba próxima a alcanzar su máximo). Además, se logran siete meses consecutivos de disminución del paro y la contratación indefinida ha experimentado un crecimiento del 15,72% en el último año.

Los datos —como digo, buenos— se quedan en muy poco, sin embargo, cuando vemos el problema real del mercado laboral español. Esa disfuncionalidad casi patológica que le llevó a destruir más de cuatro millones de puestos de trabajo desde el inicio de la crisis. Esa tara que nos ha mantenido a la cabeza del desempleo del mundo occidental desde 2008. Pese a la creación de empleo y la moderada vuelta al crecimiento seguimos teniendo una tasa de paro inconcebible para un país desarrollado, y a la vista del alcance de la recuperación, seguiremos muchos años así. Según la consultora PwC no recuperaremos unos niveles aceptables de empleo hasta el año 2033.

En resumen: No se trata de ser agoreros, ni aguafiestas, ni antipatriotas. Se trata de ser realistas. Los datos puntuales son buenos, pero venimos de la mayor crisis del mercado laboral español desde que existen datos, así que es normal que los efectos apenas supongan una mejora en la coyuntura global. Para que de verdad seamos optimistas y se pueda hablar de una cierta recuperación tendremos que ver cómo en tasas trimestrales se consiguen crear algunos cientos de miles de empleos. Hasta entonces, al menos por mi parte, nada de complacencia.

Algunas características especiales de los futuros test de estrés a la banca europea

A finales de este año, las autoridades supervisoras europeas (EBA, BCE y Comisión Europea, entre otros) llevarán a cabo una prueba de estrés a la banca de ámbito comunitario. Ya lo hemos contado: No sabemos si faltan 50.000 millones, 700.000M€ o no falta nada. Es por tanto el paso previo imprescindible para que veamos una unión bancaria europea, y sea el BCE el que pase a supervisar directamente a las grandes entidades financieras del continente. El objetivo del test de estrés, como otros anteriores, es determinar la capacidad de resistencia de una serie de grandes bancos en función de escenarios hipotéticos de deterioro en el futuro, si bien con la novedad de que todos los protocolos y procesos han sido consensuados y homologados, con el fin de que las pruebas sean homogéneas de cara a los mercados internacionales.

Este lunes, la Autoridad Bancaria Europea (EBA) ha emitido un comunicado en el que aporta nuevos detalles sobre las características que tendrán estas pruebas de estrés. En su conjunto, el objetivo será evaluar detalladamente a más del 50% del sistema financiero de cada país (el porcentaje y el alcance lo determina cada país, en colaboración con el BCE).  draghi

Los stress-test llegarán, según la EBA, a los «más altos niveles de consolidación». Es decir, que se evaluarán a las entidades como grupo en su más amplio sentido. ¿Qué quiere decir? Que por ejemplo, a Bankia no se la estudiará solo como a Bankia, sino incluyendo todo su perímetro empresarial (lo que se ha dado en llamar Grupo BFA-Bankia, que incluye a su matriz y otras compañías).

Más novedades: Los test de estrés ayudarán a determinar la «resiliencia» (Capacidad de adaptarse a los problemas) de los bancos europeos «bajo una metodología común y unos escenarios macroeconómicos adversos desarrollados en cooperación con las autoridades nacionales, la Comisión Europea, y el BCE». Deberán estar consensuados y se ceñirán al periodo 2014-2016.

Otro cambio que puede ser clave se refiere al tratamiento «de las posiciones sostenidas para la venta». Es decir, aquellos activos que las entidades financieras piensan vender, y a los que han de situar en balance a un precio ajustado a mercado (no ocurre lo mismo con las acciones no listas para la venta, que no han de actualizarse sus valoraciones). La deuda soberana, uno de los activos más importantes a nivel estratégico, también deberán someterse a estrés (esto, en función de cómo se desarrolle, puede ser muy duro para según qué bancos) en función de unos parámetros que se aplicarán de forma directa.

Además, las autoridades nacionales «podrán desarrollar sensibilidades macroeconómicas e impactos de riesgos de mercado adicionales y específicos» en los casos que crean convenientes. Los bancos deberán remitir todos estos resultados a la EBA, que será quien los publicará.

El objetivo de las entidades será mantenerse por encima de unos porcentajes de capital regulatorio (el llamado Commón Equity Tier 1) del 8% en el escenario base y del 5,5% en el escenario adverso. El objetivo, medir la capacidad de los bancos de mantenerse solventes incluso en supuestos macroeconómicos hipotéticos con nuevas caídas de la actividad. Ya queda menos…