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Elegido Mejor Blog 2006.Ya lo dijo Descartes: ¡Taxi!, luego existo...

Experimental Taxi Club – 10 –

La importancia del tacto

Método: Colocando un muñeco de peluche en el asiento trasero del taxi, comprobar si el usuario tiende a acariciarlo y en qué condiciones.

Intención sociológica: La importancia del tacto como respuesta ante el irresistible estímulo de un perrito pachón.

Ejemplo 1.- Mujer de 25, traje de chaqueta, peinado reciente, muerto por sobredósis de laca. Nada más cruzar su mirada con la del peluche (situado a la izquierda, en su mismo asiento), sonríe. Sin embargo, ni me comenta nada, ni se acerca a tocarlo. Inquietante reacción, sin duda.

Ejemplo 2.- Padre joven con niño adjunto. El prepúber, al reparar en el muñeco, le dice a su padre:

– Mira, papá. ¡Un perrito!

– No lo cojas, Marcos. Se lo habrá dejado olvidado alguien ahí – le indica el padre mientras me mira a través del espejo.

– Es mío. Puede cogerlo, si quiere – le digo al padre en referencia a su hijo.

El niño, haciendo caso omiso a la indicación de su padre, se lo planta en el pecho y comienza a acariciarle la cabeza. El padre, a su vez, comienza a acariciar la cabeza del niño en una suerte de efecto espejo.

Ejemplo 3.- Hombre de 50, unos 120 kilos y 1,85 de estatura. Chaqueta y corbata oprimiendo su papada. Barba gruesa.

– Se han dejado algo aquí – me dice señalando al peluche.

– No. El muñeco es mío. Lo llevo siempre ahí. Tiene un tacto estupendo…

Dicho esto (con la sana intención de incitarle), el tipo toma su periódico, lo abre al azar y comienza a leer con cierto desinterés. Sin embargo, a través del espejo compruebo cómo la mano del hombre se acerca con disimulo al peluche. Al alcanzarlo, comienza a acariciarle una oreja con la punta de sus dedos. Me mira de reojo mientras finge continuar leyendo. Sus mejillas tornan a un cierto tono rojo putón.

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Conclusión final: Nunca me fiaría de la joven del Ejemplo 1. Pese a ella, concluyo que el tacto, bien vendido, acaba siendo un impulso irresistible.

Pregunta simpulso: ¿Habrías acariciado el peluche?

101 comentarios

  1. Dice ser Auryn

    Ummm, sencillo a la par de interesante.Yo diría que además de responder a tu objetivo, ves el grado de ternura de la gente (o mejor dicho, el espesor de la coraza en la que nos enfundamos conforme pasan los años y nos van dando de hostias en la vida…).¿Yo? Pues te hubiera dicho que se lo había dejado alguien olvidado y al decirme que es tuyo, no es que lo acaricie, es que creo que lo cojo y lo acuno cual cachorro, juas. Por cierto, yo en mi coche tengo una mini-vaca-espanzorrada en el salpicadero y un gato dormilón pegado con ventosas al cristal trasero (el llavero de ratón de peluche no lo cuento).Soy peluchímana, qué le voy a hacer…

    16 julio 2008 | 20:05

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