Apple utilizará sólo materiales reciclados en sus productos, ¿hasta dónde llega la contaminación de los smartphones?

Desde 2007 se han fabricado 7,1 billones de smartphones. Sólo en 2014 se generaron 3 millones de toneladas de residuos en la producción de estos terminales, según la ONU. Se recicla menos del 16% de estos residuos. En estos últimos 10 años, se han usado 968 TWh (teravatios-hora) para producir móviles, el equivalente al gasto energético de la India durante un año. Con estas cifras, Apple se comprometió el pasado mes de abril a utilizar materiales 100% reciclados en todos sus productos. ¿Tiene truco? ¿Qué hacen el resto de gigantes de la electrónica mundial?

Una mujer se hace un selfie con su smartphone / GTRES

La compañía de la manzana asegura que el 100% de la electricidad que usa en sus centros de datos viene de una fuente renovable (solar, hidráulica o eólica) y ese porcentaje se queda en el 96 en sus instalaciones alrededor del mundo. Es ahí donde se encuentra la mayor huella de carbono de la empresa estadounidense: el 77% lo marca la producción. Las emisiones vienen de la electricidad que se emplea para fabricar sus productos, aunque Apple asegura estar «colaborando» con sus proveedores «para que reduzcan su consumo energético, además de ayudarles a dar el salto a las renovables». ¿Cómo casan un 100% de energías renovables y un 77% de emisiones por uso de electricidad? En que el primer porcentaje se refiere sólo a sus oficinas y el segundo, a toda la producción, incluida las de las subcontratas. Eso sí, el 100% es el que aparece al principio, en el título y con letras grandes.

Huella de carbono de Apple / Apple

Frente a las cadenas de suministro tradicionales, que son lineales, extraen los materiales de la tierra y acaban en los vertederos, la multinacional quiere llegar a una cadena de ciclo cerrado, donde sus productos «se hacen solo con recursos renovables o materiales reciclados». De momento, animan a los clientes a reciclar sus dispositivos y están probando una línea de robots de desmontaje para recuperar materiales. Aunque la mayoría de sus plantas consiguen reciclar casi todos sus residuos, las iniciativas no tienen unos objetivos con cifras y fechas determinadas para su consecución.

María José Caballero, portavoz de Greenpeace, calificaba el anuncio de «ambicioso» y estimaba que «destaca la urgencia en todo el sector para reducir el consumo de recursos y desechos electrónicos que están causando impactos significativos en el medio ambiente y en nuestra salud». El compromiso de Apple, junto a otros progresos como el del uso de las renovables, situaban a la empresa, según la portavoz, «muy por delante de otros en el sector». ¿Qué hacen esos otros?

Si un gigante puede hacerle alguna sombre a Apple es Samsung. La empresa participa en varios proyectos de energía y aconseja a algunos de sus proveedores sobre eficiencia energética y reducción de gasto. Pero lejos de dar porcentajes, la compañía coreana se limita a congratularse por haber obtenido el reconocimiento del presidente de la corporación energética de su país. Samsung consiguió en 2015 reemplazar 92,06GWh de consumo eléctrico con energías renovables y asegura que seguirá aumentando el número, pero no da más datos.

La sorpresa la da otra compañía con un crecimiento brutal en el último año: Huawei. La empresa china, que reconoce que con su crecimiento y expansión en 2016 ha aumentado un 27,3% su consumo energético respecto a 2015, anuncia que ha conseguido reducir en un 20,2% el consumo por unidad de ventas respecto al 2012. Durante 2016 la multinacional ha instalado paneles de energía solar que generaron 17,07MWh de electricidad, una reducción de las emisiones de CO2 de 15.000 toneladas. Es el 0,0005% de lo que generan todas las empresas en un año. Huawei recicló el 98,45% de sus residuos, osea que todavía el 1,55% acaba en vertederos.

El gran gigante que nos queda por descubrir en esta tímida lucha por el medio ambiente es Microsoft. Lejos de ofrecer datos oficiales, la compañía se felicita por compensar más de 300.000 toneladas de emisiones de CO2 (el 0,01% de las emisiones mundiales por año) con sus proyectos «innovadores de compensación de emisiones». Estos proyectos son diferentes, desde la adquisición de miles de millones de KWh de energía renovable hasta la puesta en marcha de centros de datos que funcionan por completo de forma independiente a la red con energía generada por biogás, como la de Cheyenne, en Wyoming. Pero de todos esos centros sólo el 44% se abastece de fuentes renovables. El objetivo de Microsoft es cruzar el límite del 50% en 2018.

Los ámbitos para reducir la contaminación que genera la producción y el uso de smartphones en todo el mundo son múltiples, desde la utilización de energías verdes, hasta el reciclaje, la reducción del uso del agua o la implementación de luces led. El primer paso han de darlo los grandes fabricantes y también los consumidores, reciclando sus terminales. Pero la verdadera clave está, para Greenpeace, en «diseñar productos duraderos» y «fáciles de reparar». Mientras la obsolescencia programada siga estando a la orden del día, la producción de teléfonos seguirá dejando una huella de contaminación muy difícil de solventar. A día de hoy cambiamos de smartphone cada dos años, como mucho. Pero las grandes empresas llenan páginas y páginas sobre sostenibilidad ambiental mientras son los campeones de la caducidad de tu teléfono, como investigó Greenpeace. El verdadero cambio será que podamos usar los móviles durante el doble de tiempo. Y después, reciclarlos.

Dispositivos más difíciles de reparar / Greenpeace

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