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Pero… ¿quién planta los árboles de Bután?

Casi el 25% de la población de Bután está por debajo del umbral de la pobreza / World Bank Photo Collection

Casi el 25% de la población de Bután está por debajo del umbral de la pobreza / World Bank Photo Collection

La noticia ha corrido como la pólvora esta semana y dado la vuelta al mundo gracias a las redes sociales: Bután acaba de plantar 108.000 árboles en homenaje al bebé real que acaba de venir al mundo. Y es lógico, si tenemos en cuenta que este pequeño país del Himalaya es, probablemente, el más ecológico del mundo, y muchos afirman que también es el más feliz. Hay baremo: cuentan con su propio indicador de Felicidad Nacional Bruta, al que se da más importancia que al mismísimo PIB en base a una aspiración de la realeza de conseguir el bienestar social. Todo bien, hasta que reparamos en que la Felicidad Nacional Bruta se introdujo en 1974, pero todavía 1 de cada 4 personas en Bután se encuentra por debajo del umbral de la pobreza. Y en que, por supuesto, la realeza butanesa no plantó ningún árbol.

Si preguntamos a cualquier habitante de Bután por su felicidad, probablemente se declarará feliz. Así lo afirman también numerosos blogs de viajes, cuyos autores, admirados por la calma y la paz del lugar a la par que asombrados por las maravillas arquitectónicas y paisajísticas que allí se ven, junto con la marcada esencia budista de todos y cada uno de sus habitantes, se rinden ante su encanto. Porque, hay que reconocerlo, sólo con ver unas cuantas fotos del país a una le cuesta imaginarse que alguien que viva allí pueda estar descontento.

Pero que la felicidad no nos haga desatender la profunda desigualdad que asola Bután. El elevado desempleo es uno de los mayores problemas del país, que se suma al azote de la corrupción de un parlamento desconectado de la situación de los butaneses. Y, como ocurre en sus países vecinos como India o Bangladesh, existen el matrimonio forzado e infantil, así como la explotación laboral de menores de edad.

Los niños pobres de Bután tienen dificultades para acceder a la educación / Carsten ten Brink - FLICKR

Los niños pobres de Bután tienen dificultades para acceder a la educación / Carsten ten Brink – FLICKR

Los datos de organizaciones como UNICEF son públicos y están al alcance de cualquiera, pero las noticias sobre Bután a nivel internacional siempre priman ese dichoso índice de felicidad basado en el desarrollo ecológico y el bienestar psicológico de la población que está eclipsando el gran problema de desigualdad.

Una posible causa del estancamiento en el empleo y la economía es que el turismo, que es claramente un motor económico para Bután, está muy limitado en el país (el visado de entrada asciende a 250 dólares diarios). Las autoridades restringen la entrada masiva de turistas por motivos medioambientales, pero cuentan con el visto bueno de la población.

No es sorprendente, si tenemos en cuenta que el medioambiente rige sus vidas como buenos budistas que son. Entonces, ¿cómo paliar la enorme brecha entre ricos y pobres? Según los expertos, el país debe empezar a producir y exportar, al tiempo que poner fin a los privilegios desmesurados del gobierno y la monarquía. Así, tal vez, el horizonte de la Felicidad Nacional Bruta se acercará algún día a todos los ciudadanos de ese país de ensueño llamado Bután.

3 comentarios

  1. Dice ser Cyrano

    Entonces¿Riqueza es igual a felicidad? ¿empleo es igual a felicidad?
    Pues acabo de enterarme, ciertamente hay mucho, muchísimos países muy ricos, con mucho empleo y sin embargo las tasas de suicidios mas altas del mundo. (Japón por mencionar uno).

    Y ciertamente, a mi mi trabajo me ha hehco claramente infeliz.

    20 marzo 2016 | 23:45

  2. Dice ser ANTONIO

    Ojalá en España se buscara cualquier motivo para que los ciudadanos plantáramos y cuidáramos árboles. ¡Cuánto tenemos que aprender de los países «tercermundistas»!

    21 marzo 2016 | 11:05

  3. Dice ser Drukpa

    He estado en Bhután y no he visto esas desigualdades de las que hablas; no vi más que niños camino o de vuelta del colegio -bilingüe, pero de verdad, no al estilo de Madid-. Tampoco encontré la mínima mendicidad (bueno sí, un viejo monje en un mercado con un altarcillo, al que daban dinero, pero no lo pedía, sino que cantaba)
    Bhután va a ser pronto el primer país con emisión 0 de carbono gracias, entre otras cosas, a la contención de un turismo, el cual, siendo masivo, degrada otras ciudades de las mismas latitudes como Katmandú, y no sé si el hecho de que los reyes no plantaran ningún árbol de los 108.000, convierte, a tus ojos, a los ciudadanos en esclavos o qué.
    (Por otro lado, se dice que la constitución de Bhután se copió bastante de la española, pero no he oído hablar de ningún caso de corrupción en ese país)
    En cuanto al forfait de estancia diaria -más que visado-. incluye todo menos refrescos y cervezas, así que los únicos gastos son la artesanía que te quieras traer.
    Así que te invito Cláudia a que visites ese bello país y vuelvas a escribir cuando lo conozcas mejor.

    22 marzo 2016 | 03:55

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