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Diario de una refugiada kurda iraquí: sigue el camino a Alemania a pie gracias a la UE y Turquía

Refugiados en Idomeni / Orestis Panagiotou (EFE)

Refugiados en Idomeni / Orestis Panagiotou (EFE)

«Nos vamos a pie». Hace días, Hanasay (podéis leer más sobre ella aquí), refugiada kurda iraquí que conocí en Serbia, me preguntó si era buena idea intentar ir caminando a Alemania, en el impasse entre el preacuerdo y el acuerdo definitivo entre la Unión Europea y Turquía que manda a los refugiados que llegan a Grecia de vuelta al país turco. Consulté con Médicos Sin Fronteras, que no tenía más información de la que tenemos el común de lo mortales, pero recomendaba paciencia porque el acuerdo no era aún definitivo. Qué inocentes fuimos.

Hanasay no puede volver a Turquía porque además de no ser un país seguro, se añade que ella y su familia son kurdos. Esta mañana, después del atentado de Estambul que las fuerzas de seguridad turcas atribuyen a independentistas turcos, el presidente Recep Tayyip Erdogan ha ordenado bombardear la región kurda de Iraq. De donde viene Hanasay. De donde huyó para salvar su vida. ¿Cómo va a volver allí?

Tampoco puede avanzar hasta Alemania por tren, como había hecho hasta Serbia desde que llegó en una lancha a Grecia. El acuerdo con Turquía ha provocado indirectamente el cierre de fronteras en los Balcanes y ningún país está dejando pasar a los migrantes, sean o no refugiados, sirios, iraquíes o eritreos. La UE acaba de precarizar todavía más la huida de miles de personas desesperadas.

Esta semana ha sido especialmente dura para Hanasay, que acostumbra a contestar a los «qué tal» con un «todo está bien». Pero el pasado jueves dijo que no se encontraba bien. «Esa reunión me da miedo», en referencia a la cumbre entre la UE y Turquía. «La gente dice que van a devolver a los iraquíes a Iraq», me contaba. A la vergüenza del acuerdo se suma la falta de comunicación con los afectados, que quedan en manos de la voluntad de las autoridades locales. No hay paz para ninguna de las personas que ya han sufrido dejando sus vidas atrás.

«La policía no dice nada, sólo que si queremos irnos podemos hacerlo», pero no hay garantías, ni consejos, ni avisos. Hanasay y su familia han esperado toda esta semana por si quedaba alguna esperanza. Pero no ha sido así. Cuando el acuerdo se hizo anoche definitivo, supieron que había llegado el momento de avanzar como fuera. Y el único medio que les queda es hacerlo a pie. No sé dónde está ahora porque ella tampoco sabe dónde está. Abandonada en el continente que debería haberla acogido con su riqueza, económica pero sobre todo intelectual, sin más ayuda que la de las organizaciones que se desviven por aportar un poco de humanidad a esta UE estéril.

Literalmente, la UE acaba de complicar sus vidas. Y me muero de impotencia teniendo que decirle que 29 líderes mundiales acaban de decidir que no los salvan, que se quedan en un limbo que parece el infierno. Porque el acuerdo no da ninguna solución, ni buena ni mala, a los refugiados que ya están en el continente: no habrá vías seguras para el asilo. Pero el rechazo de los que ahora llegan instala un sentimiento entre quienes ya están aquí de que pueden ser expulsados en cualquier momento y da a las autoridades locales el poder para hacer con ellos lo que quieran.

Y aún pueden sentirse afortunados dentro del horror. Quienes consigan llegar en un estado de auténtica urgencia a las islas griegas a partir de mañana, serán repatriados. Enviados a la muerte. Y con ella, el continente que una vez escribió y defendió los derechos humanos, los entierra.

1 comentario

  1. Dice ser Razón en parte

    Hola:
    Me hubiese gustado más que la UE atendiese a otros criterios desde el primer momento que acogió esta ola de refugiados.
    Evidentemente ser kurdo y enviar a Turquía no tiene mucho sentido, como tampoco los tiene que se deporten a cristianos que están siendo masacrados en los países musulmanes…
    Por la misma razón, Europa debería pedir a Arabia Saudí, que se guarde el dinero para construir mezquitas para musulmanes en Europa y acoja a sus hermanos musulmanes que escapan de Siria, Irak…
    Me parece bien que se preocupe por los kurdos pero TAMBIEN por los cristianos.

    20 marzo 2016 | 11:57

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