Goldman Sachs is not an after shave Goldman Sachs is not an after shave

Tampoco Breton Woods es una marca de Whisky. Porque el periodismo internacional no es solo cosa de hombres, ocho mujeres ofrecen un punto de vista diferente sobre lo que pasa en el mundo.

Treinta millones de rostros esclavos

Una niña trabaja en la india (Jean-Baptiste Rabouan. GTRES)

Una niña trabaja en la india (Jean-Baptiste Rabouan. GTRES)

Para nuestro imaginario, tal vez, queda lejos la imagen de esclavitud que nos transporta a los barcos del siglo XVIII que cruzaban el Atlántico para transportar a los africanos a territorio americano para trabajar en las plantaciones. Sin embargo, la realidad es que es un problema bien cercano, ya que en el mundo hay casi treinta millones de esclavos, algunos de ellos, obligados a realizar trabajos forzados, otros, a la antigua ultranza, lo son desde que nacen. Así, en el siglo XXI, la esclavitud se ha transformado con lo que se conoce hoy como la esclavitud moderna.

“La esclavitud moderna toma muchas formas y es conocida por muchos nombres. Ya la llamen trata de personas, trabajo forzado, esclavitud o prácticas análogas a la esclavitud (una categoría que incluye servidumbre por deudas, matrimonio forzado o servil, venta o explotación de niños incluso en conflictos armados), las víctimas de la esclavitud moderna tienen su libertad negada y son usadas, controladas y explotadas por otra persona con fines de lucro, sexo o la emoción de la dominación”, precisa Walk Free Foundation en su informe con cifras del 2013 y publicado ahora.

Según el Índice Global que ha publicado esta organización, en total hay 29,8 millones de esclavos, la mayoría de ellos en India, 13,9 millones, seguido de China, 2,9 millones y Pakistán 2,1 millones. Actualmente, el 75% de las víctimas de este fenómeno se concentran en diez países. Además de estos tres, la lista también incluye: Nigeria, Etiopía, Rusia, Tailandia, República Democrática del Congo, Myanmar y Bangladesh. Cabe destacar, por eso, que India y China son los dos países más poblados del mundo, así que, por eso, también son los que tienen un mayor número de esclavos en términos absolutos.

Ahora bien, si tenemos en consideración la proporción de esclavos según su población, el primero es Mauritania, donde el 4,2% de la población es esclava, seguido de Haití (2,1%), Pakistán (1,17%) e India (1,12%). En este caso, China ni tan siquiera aparece en la lista de los diez que países con mayor proporción de esclavos en la que también están: Nepal (5 lugar), Moldavia (6) y Benín en el (7), los tres últimos son Costa de Marfil (8), Gambia (9) y Gabón (10).

Por regiones, Asia es la que concentra el mayor número de esclavos, el 72,14% del planeta, África subsahariana (16,36%), Medio Oriente y el Norte de África (3,78%), las Américas (3,78%), Rusia y Eurasia (3,36%) y Europa (1,82%).

Diferentes modos de esclavitud

Pero entre países también hay diferencias del tipo de esclavitud que se da, explica Walk Free Foundation en el informe. En Mauritania, por ejemplo, como en muchos países africanos, tiene la “esclavitud hereditaria muy arraigada”. Así pues en África, en la mayoría de las ocasiones, las personas son esclavas desde que nacen, es decir, no tienen ninguna opción ni oportunidad de elegir.

Por su parte Haití, en el Caribe y desolado por largos conflictos o desastres naturales como el terremoto de enero del 2010, tiene “ las prácticas profundamente arraigadas de esclavitud infantil”.

El conflicto en Afganistán contribuye a que Pakistán ocupe los primeros sitios en el ránking de esclavitud mundial. “Pakistán, con su porosa frontera con Afganistán, las grandes poblaciones de desplazados y el débil estado de derecho, está tercero en el Índice”, precisa la fundación.

En India, en cambio, la explotación de las personas se da “a través de la servidumbre por deudas y del trabajo forzado”, mientras que en China la esclavitud “incluye el trabajo forzado de hombres, mujeres y niños en muchas partes de la economía, incluyendo servidumbre doméstica y la mendicidad forzada, explotación sexual de mujeres y niños y el matrimonio forzado”.

Ningún país libre de esclavitud

“La esclavitud es la posesión y el control de una persona de tal forma que se priva considerablemente a esa persona de su libertad individual, con la intención de explotarla a través de su uso, manejo, beneficio, transferencia o disposición. Por lo general, este ejercicio se logrará a través de medios tales como la violencia o las amenazas de violencia, el engaño o la coerción”, según define Walk Free Foundation en el estudio.

Según explica esta organización, la esclavitud moderna se puede dar por tres vías: hereditaria, otras son víctimas porque les han capturado o raptado o mantenidas en explotación a través del matrimonio y, finalmente, están las que son atraídas o engañadas con un falso mensaje como puede ser una promesa de un buen trabajo.

Tampoco son iguales todas las cadenas de la esclavitud: algunas son físicas, otras por deudas crecientes, por engaño, aislamiento, matrimonio forzado o el medio a través de la intimidación. Todos estos casos “pueden ser utilizados para mantener a una persona en contra de su voluntad y sin necesidad de cerraduras ni cadenas”, señala la organización.

En la cola del ránking, en aquellos países con menos esclavitud, están empatados Islandia, Irlanda y Reino Unido, pero alerta Walk Free Foundation: “esto no significa que estos países estén libres de esclavitud”. Y es que aunque parezca mentira no hay ningún rincón del planeta que se escape de la esclavitud moderna.

 

Dos niños recogiendo material reciclable en un basurero (GTRES).

Dos niños recogiendo material reciclable en un basurero (GTRES).

1 comentario

  1. «Cautivo y desarmado el más inocente recuerdo del estado social, la crisis ha terminado. Este podría ser el parte final de esta última fase de unas hostilidades iniciadas oficialmente en septiembre de 2008, tras la voladura de ese “Maine” simbólico que fue la quiebra de Lehman Brothers. Hoy todos se llenan la boca con la consolidada recuperación de la economía, con los buenos resultados de los índices bursátiles y las previsiones macroeconómicas para 2014, aunque todos admitan también que el crecimiento será insuficiente para generar empleo, que la desigualdad y la pobreza son ya el nuevo fantasma que recorre Europa y que la reactivación es tan tímida que amenaza con agotarse al menor catarro de los Brics, o ante la más ligera recaída reumática de Alemania o Francia. Puede que por ello, previsor como pocos, Mariano Rajoy haya optado por cerrar 2013 con la adquisición de camiones con cañones de agua, no vaya a ser que las endebles perspectivas de optimismo obliguen a aplacar imprevistos focos de resistencia.

    En cualquier caso, lo que esta superación de la crisis, legitimada por los editoriales del grupo Prisa, pone definitivamente de manifiesto es la superación de las teorías leninistas que consideraban el imperialismo como la fase superior del capitalismo. Hoy sabemos que el contradictorio desarrollo de las relaciones de producción y las fuerzas productivas que diría la vieja terminología marxista hoy en recuperación, no ha concluido en el modelo monopolístico teorizado por el dirigente bolchevique en plena Gran Guerra cuyo centenario se conmemora precisamente este año. Por el contrario, el sistema económico ha demostrado su disposición a adentrarse con paso firme por los senderos de aquella barbarie anunciada por Rosa Luxemburgo.

    Por lo pronto, el casino financiero internacional, en cuya ruleta se dirime desde hace años la deriva de la economía mundial, ya no confía en el vigor de las antiguas potencias occidentales e incluso recela de las fuerzas reales de esos países emergentes tan alabados hasta hace bien poco. Ahora la bolita que gira en su azaroso discurrir entre el rojo y el negro, centra todo el interés de las apuestas en lo que, según la terminología acuñada por el economista Farida Khambata, se ha venido en llamar “mercados fronteras”, integrados por territorios tan heterogéneos como Kenia, Argentina, Pakistán, los Emiratos Árabes o Vietnam. Países en vías de emerger a un incógnito desarrollo, que en conjunto representan demográficamente un apetecible mercado, acumulan buena parte de las reservas energéticas, cobijan una mano de obra en proceso de saldo y, lo que es más importante para los cálculos de riesgo, presentan unos índices de crecimiento bursátil sin competencia posible en otras latitudes.

    Es así como el capitalismo está logrando invertir su viejo ideario de progreso, manteniendo intacta la misma canción. Si las esperanzas económicas pasaron primero del agotado centro a la segunda esfera en la periferia, hoy se centran en ese horizonte más lejano de los países frontera, en un dantesco peregrinar que conduce inevitablemente al círculo último en los abismos. Por ello no resulta sorprendente la decisión de la multinacional sueca H&M de trasladar su producción a Etiopía, donde los 45 euros al mes que allí cobra un trabajador les permiten márgenes de beneficio mucho más atractivos que los 300 euros que hoy tienen que pagar a sus abusivos empleados chinos.

    Y en medio de este panorama, la troika, con la aquiescencia del gobierno, insiste en que España debe profundizar su reforma laboral. Para echarse a temblar… O al monte».

    por José Manuel Rambla | Periodista
    nuevatribuna.es | 09 Enero 2014

    04 noviembre 2014 | 18:27

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